Daño pulmonar

Las personas que no fuman también pueden padecer de afecciones pulmonares, propuesta de Saúl García de La Habana

Por: Yamila Berdaye.

Dicen médicos especialistas en vías respiratorias que la enfermedad pulmonar obstructiva crónica –afección debilitante del pulmón–, a menudo se desarrolla a causa de décadas de consumo intenso de cigarrillos, pero eso no explica que casi un tercio de todos los casos se producen en personas no fumadoras.

Una nueva investigación, publicada en la revista médica Journal of the American Medical Association, indica tener la respuesta y está relacionada con la forma en que los pulmones se desarrollan desde el inicio de la vida. La enfermedad pulmonar obstructiva, conocida como EPOC, afecta a un por ciento de las poblaciones, y provoca la obstrucción del flujo de aire y problemas respiratorios que limitan las actividades diarias de las personas. Se estima que uno de cada diez adultos mayores de 40 años pudiera tener esa afección.

Durante décadas se pensó que el tabaquismo y la contaminación del aire eran las causas principales de la patología, pero mientras las tasas de consumo de tabaco y la polución disminuye, la EPOC persiste y aproximadamente el 30 por ciento de las personas con esa enfermedad nunca fumaron. Por su parte, Benjamin Smith, del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, dice: “Lo más sorprendente fue que las personas que tenían vías respiratorias más pequeñas de lo esperado corrían un riesgo mucho mayor de EPOC que las que poseían vías respiratorias normales o más grandes”. La evidencia “sugiere que las personas en este otro extremo del espectro que tienen bronquios más grandes pueden tener una reserva para resistir los efectos nocivos del humo de tabaco”, añadió.

La nueva investigación incluyó el análisis de tomografías computarizadas de 6 500 pulmones de adultos mayores, fumadores y no fumadores, con y sin EPOC. El equipo también observó que las personas que habían fumado mucho durante décadas pero nunca desarrollaron la afección “tenían vías respiratorias mucho más grandes de lo esperado para su tamaño pulmonar”, agrega Smith.

Sin duda, fumar sigue siendo un factor de riesgo importante. Las partículas de humo desencadenan respuestas inmunes que inflaman y dañan permanentemente las vías respiratorias, además de destruir los sacos de aire dentro de los pulmones, lo que provoca enfisema.

Pero cuando el equipo analizó sus datos para cuantificar qué factores eran más importantes “resultó que ese desajuste entre las vías respiratorias y el tamaño de los pulmones parece explicar más la variación en el riesgo de EPOC”.

Explican además, que el aire que respiramos pasa a través de la tráquea hacia las vías respiratorias más pequeñas llamadas bronquios o bronquiolos. A medida que se crece, las vías respiratorias se desarrollan en proporción al tamaño de los pulmones, pero en algunas personas se vuelven más pequeñas o más grandes de lo esperado, afección conocida como disanapsis.

Las razones para tal patología no están claras, pero presentan una vía para futuros estudios, señaló Smith, quien a partir de ahora utilizará una subvención para explorar si existe una base genética para la disanapsis pulmonar.

Otra posibilidad está relacionada con la forma en que los pulmones se desarrollan en nuestra infancia, comenzando desde el interior del útero hasta que dejamos de crecer, y si los factores que van desde el tabaquismo materno hasta la exposición temprana a la contaminación del aire y los virus respiratorios pueden afectar el crecimiento de las vías respiratorias.

La esperanza es que al comprender mejor cuáles son las causas profundas de la disanapsis, los investigadores algún día podrán diseñar intervenciones para revertirla.

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