Síndrome del recuerdo

Por: Yamila Berdaye

Si hoy recuerdas con exactitud lo qué hiciste hace un año, la forma en que vestías, quiénes te acompañaban, las noticias más relevantes de ese día, tienes hipertimesia, que no es otra cosa que el recuerdo de cada día de la vida, posiblemente desde que se tiene uso de razón.

Lo usual es que las personas se acuerden con precisión de los detalles de la semana en marcha, incluso los sentimientos que le acompañaron durante los últimos días. Pero la claridad para evocar el pasado inmediato se desvanece en cada jornada, semanas y meses, al punto que resulta casi imposible recordar los sucesos de un fin de semana hace tres meses atrás o cómo estaba el clima en ese momento, excepto cuando se trata de eventos con un profundo impacto emocional, que la mayoría los recuerda con precisión fiel, por ejemplo, qué se estaba haciendo cuando se presentaron los dolores de parto y nació nuestro hijo, el momento en que ocurrió un desastre natural, el día de la boda, sin importar el paso del tiempo.

Pero, ¿qué pasaría si pudieras evocar cualquier momento de tu vida con la misma lucidez? La respuesta está en la hipertimesia, síndrome que sufre un grupo minúsculo de personas a nivel mundial. Los individuos que lo poseen pueden recordar sin problema qué hicieron exactamente todos los días de su vida a partir de su organización en el calendario. Por ejemplo, qué sucedió el día tal de noviembre desde su adolescencia, o responder a preguntas tales el momento exacto que vieron una película en el cine o en qué asiento de la guagua se sentaron de regreso a casa.

Explican los especialistas que inverso a la opinión popular, el síndrome no parece tener relación con la inteligencia –los pocos casos conocidos y estudiados demuestran una inteligencia media–, las calificaciones sobresalientes en la escuela o una habilidad preponderante para hacer cálculos complejos.

Además se insiste en que como cualquier persona, ellos pueden olvidar su teléfono celular al salir de casa, algún pendiente de trabajo o escuela. Igualmente, su capacidad de evocación no es firme y como todos, pueden tener falsos recuerdos anidados.

En realidad, se cree que su habilidad se basa en la memoria autobiográfica que les permite acordarse de manera especial de su información personal de interés. Sin embargo, las razones que influyen en esta condición siguen siendo un misterio, pues la hipertimesia se comenzó a estudiar en el año 2000 y fue diagnosticada por primera vez en el año 2013.

Se refiere como caso más popular el de Jill Price, una mujer de Los Angeles, California, que se convirtió en la primera persona hipertimésica estudiada por la ciencia. Cansada de su habilidad para recordar con solo pensar en una fecha, Price escribió a James McGaugh, neurobiólogo de la Universidad de California en Irvine para contarle de su extraordinaria capacidad de memoria autobiográfica.

Luego de cinco años de pruebas, McGaugh y su equipo confirmaron que Price daba por hecho desde la primera vez que solicitó ayuda: el cerebro de Jill es como un diario mental del que se puede leer cada página y regresar cuando sea necesario para evocar cada detalle. Ella tiene la capacidad de recordar cada día de su vida desde el año 1980, cuando cumplió 12 años.

Y aunque vivir con hipertimesia pudiera parecer un don, la mayor parte del tiempo los recuerdos llegan sin ser evocados y pueden ser tan nítidos, que incluyen sensaciones, olores, sabores y sonidos, con solo pensar en una fecha o encontrarse con ella en su vida cotidiana. De ahí que la mayoría de casos documentados (solo existen 60 personas diagnosticadas en la actualidad) acuda a consulta tras desarrollar conductas obsesivas que les arrebatan su tranquilidad o les provocan estrés y dolores de cabeza constantes.

Los estudios más recientes apuntan a que el síndrome depende de la intensidad de las conexiones cerebrales y es probable que esté relacionado con un tamaño mayor del lóbulo temporal del cerebro, aunque esta característica no se cumple en todos los casos. Otra teoría sugiere que esta habilidad no depende de una condición anatómica, sino del entrenamiento constante del cerebro y por lo tanto, podría ser una capacidad aprendida si se refuerzan las memorias cotidianas.

Saber de la memoria de las personas con hipertimesia, podría ayudar a conocer más sobre el funcionamiento del cerebro e incluso a desarrollar estrategias que en el futuro se prueben como terapias contra la demencia.

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