El Salvador. Entre democracia y dictadura

Por Igor Iván Villalta, Resumen Latinoamericano.

El Salvador se ha visto dominado desde muchos años por elites de poder que han impuesto su forma particular de hacer las cosas en lo económico, político y social, esto ha conducido a convulsiones sociales que en muchos de los casos han sido locales y en otros nacionales, la primera rebelión desde que el país logró su independencia de España en el año 1821 fue la liderada por Anastacio Aquino, en la zona para central del país, en el año 1832, cien años después se da otra rebelión campesina esta localizada en la zona central y en el occidente del país liderada por Agustín Farabundo Martí.

Tras la rebelión y la subsecuente feroz represión desatada por el gobierno del General Maximiliano Hernández Martínez, que hasta el momento desconocemos la cantidad de muertos que produjo la matanza campesina, que no sólo elimina a los seres humanos, sino que destruye la cultura de los pueblos indígenas, estableciendo la primera dictadura anticomunista en América Latina. En ese contexto de cosas, los campesinos pobres e indígenas tuvieron que abandonar sus vestimentas debido a que si la Guardia Nacional los veía con esas vestimentas eran eliminados inmediatamente, si conversaban en su lenguaje ancestral, corrían la misma suerte debido a que los guardias no sabían de que estaban conversando, por lo tanto, había que eliminarlos.

A raíz de la dictadura militar de Martinez, se conforman diferentes “cuerpos de seguridad” cuya educación era ferviente anticomunista, cualquiera que expresara ideas no Marxistas Leninistas, sino  ideas democráticas inmediatamente eran tildados de comunistas, por consiguiente caía sobre estos grupos de individuos integrados por intelectuales, políticos de oposición al régimen, sindicalistas, miembros de iglesias progresistas, y otros, una constante vigilancia de parte de estos cuerpos armados represivos, de los cuales también se conformaba la policía política.

La constante represión y muerte generada por y desde el estado, condujo por los años setenta a la conformación de los grupos armados cuyo fin era ponerle fin a la dictadura, se inicia una guerra civil con costos humanos terribles para la población salvadoreña, hablamos de cerca de cien mil muertos, que finaliza con una negociación de fin de la guerra civil y la conformación de unos acuerdos de paz, que han permitido vivir  libertades individuales, como la libertad de información, el no ser perseguido por su pensamiento político, el no uso de los instrumentos del estado para la persecución política, el fin de la tortura y asesinato político.

A partir de ese momento el poder estuvo en manos de ARENA y el FMLN, los consecutivos gobiernos de esos partidos políticos llegaron al desgaste de esas marcas, ambos tuvieron fuertes denuncias de corrupción, se fue perdiendo la conexión con la gente, y se vislumbraba el arribo de un personaje populista y autoritario al poder.

El Doctor Ulises de Dios Guzmán, ex Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, señala en su análisis que la gran diferencia entre los gobiernos que se sucedieron después de los acuerdos de paz y el gobierno de Bukele, es que tanto ARENA como el FMLN, si trataron de controlar y corromper los otros poderes del estado, en sus formas republicanas de distribución de poderes, pero respetaron en todo momentos esas instancias; no así el gobierno de Bukele que trata de destruir las instituciones, de apoderarse de ellas para tener todo el poder y de esa manera conculcar todos los derechos ganados por los salvadoreños a sangre y fuego.

Lamentablemente tenemos un grueso de población que a sabiendas de la línea dictatorial del presidente Bukele considera que lo mejor para el país es que el presidente tenga todo el poder, porque los otros poderes lo único que han hecho es obstaculizar el trabajo del presidente, yo me preguntaría ¿cuál trabajo? Si hemos tenido un presidente que de lo único que se ha preocupado es de hacer campaña política, no se ha acordado de gobernar.

Si tomamos en cuenta la obra física que muestra con todo bombo y platillo, son las obras que dejó el gobierno anterior ya casi concluidas, y que el presidente inauguró cuando la ley ya no se lo permitía, debido a la campaña política. Mas, sin embargo, no honró el compromiso adquirido con el gobierno de Estados Unidos y el anterior gobierno, de aportar 50 millones para concluir cerca de 32 obras de infraestructura de contrapartida por fondos otorgados al gobierno como parte del Fomilenio II, lo que deja al país sin la oportunidad de aplicar a un Fomilenio III, debido a que no cumple también con otros Índices como el combate a la corrupción.

Daron Acemoğlu en entrevista publicada por la BBC de Londres aborda esta temática de los pueblos en América Latina haciendo referencia a la publicación de su más reciente libro titulado “El pasillo estrecho” define a las sociedades latinoamericanas como sociedades creadas: “por un pequeño grupo de élites coloniales para explotar a la gran mayoría de las personas”. Por otro lado, aborda el problema de que para muchas personas es difícil vivir en democracia debido a que según lo expresa el autor “el problema en América Latina es que la gente ve las dictaduras como algo que trae estabilidad”

En esta sintonía de cosas podemos ver que muchas personas en nuestro país añoran los tiempos en que la Guardia Nacional recorría los campos imponiendo orden y disciplina, los tiempos de Martínez con su gobierno de mano dura. El problema es que si la dictadura se llega a instalar e entronizar en nuestro país será muy difícil desmontarla, los costos sociales para nuestro hijos y nietos serán grandes, los que aplauden las dictaduras no se dan cuenta que tarde temprano estas les terminaran afectando tremendamente, como fue el caso de nuestra historia reciente en los cuales muchos de los financistas de los Escuadrones de la Muerte terminaron siendo victimas de estos, muchos de los cuerpos represivos del régimen terminaron siendo secuestradores, extorsionistas, delincuentes que robaban bancos a plena luz del día.

Considero que la reflexión sobre lo que queremos y necesitamos como país la tenemos que hacer este domingo, debido a que no sólo decidiremos cual candidato me gusta más o menos; sino si escogeremos como forma de vida la dictadura o la democracia.

Fuente: Resumen Latinoamericano

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