Una bebida milenaria

El té es una bebida popular y antigua. De hecho, hay una leyenda china que dice: se descubrió hace más de 5 000 años, cuando el emperador Sheng-Nung se sentó debajo de un árbol para hervir un poco de agua y algunas hojas de este cayeron dentro del recipiente.

En la actualidad es uno de los líquidos con más favoritismo y es que su consumo alcanza al mundo entero, incluso, se cree que rebasa en preferencia al café. Sin embargo, ¿sabías que el té proviene solamente de una planta?

Surge de la planta Camellia Sinensis, de esta manera cualquier té de canela, menta, limón u otro sabor, que no contenga hojas de este arbusto, es considerado una tisana o infusión.

El proceso del té es así: recolección de hojas jóvenes de los arbustos, oxidación de estas, freno de este proceso, horneo e infusión para hacer té. Es el tiempo de enmohecimiento de las hojas lo que genera las variaciones de té, creando así cinco diferentes: blanco, verde, negro y rojo. Por ejemplo, el verde tiene un nivel de oxidación medio, lo que le da una cantidad considerable de antioxidantes que pueden ayudar a la concentración de las personas que lo ingieran y todo gracias a la teína que contiene.

Sin embargo, a pesar de la historia del té, él se ha reinventado y reaparece en una gama de variedades y por supuesto sabores. Lo importante, de cualquier manera, es disfrutar de esta bebida, con todos sus beneficios y en cualquier momento del día ya sea caliente, frío o helado.

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