Soberanía alimentaria

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

Soberanía Alimentaria es el termino con el que se define la capacidad de satisfacer las necesidades alimentarias de la población, mediante la aplicación de una política que asegure una producción sostenida que cubra la dieta proteínica, mineral y vegetal de la misma.

Ella asegura el que se asigne asistencia técnica y financiera a los agricultores, capacitándolos para favorecerse de las condiciones geoclimatológicas, explotándolas de manera sostenida, considerando las diferentes variables mientras se asegura su conservación, respondiendo así a las necesidades internas, garantizando el comercio de los excedentes.

Por supuesto, nada tendrá sentido si no se asegura el que la población sea capaz de acceder a dichos alimentos, complementando las políticas arriba reseñadas con otra, que garantice el que los ingresos de la población le vuelvan capaz de comprarlos, derivando así que productores y consumidores se beneficien con precios asequibles para productos de calidad, en un círculo virtuoso de ganar – ganar.

Tal realidad empero es ajena a nosotros, pues desde la implementación de las medidas de ajuste económicas en los 90’s, se desmantelo entre otras la capacidad productiva agrícola de nuestro país, iniciando además la privatización y anulación del sistema formativo agrícola, en beneficio de las élites financistas, empobreciendo amplios sectores a los que se deprimió intencionalmente, expulsándolos de los terrenos agrícolas, que se reorientaron al parcelaje y la construcción, desmontando así a través del desuso, la cultura agrícola salvadoreña.

Y es que aquellas reformas no solo no consideraron él hecho señalado arriba, sino además el que la mayor riqueza en nuestro país lo constituye la propia gente en la que nunca se ha invertido construyendo un sistema de educación de calidad que responda a las necesidades de la población, hecho que puede observarse al comprobar el que cualquier título adquirido en nuestro país tiene apenas una vigencia que concluye en la frontera, mientras que cualquier extranjero puede incorporarse al servicio activo en su disciplina, luego de llenar una serie de requisitos que no se encuentran en el cielo[pues además carecemos de reservas de recursos naturales].

Esto como ejemplo de las carencias enfrentadas diariamente por la población, sin que decir sobre el tema del acceso a la alimentación, pues la canasta básica en abril de éste año costo $201.26 para una familia de cuatro miembros de acuerdo a la Digestyc, lo que implica que su coste representa el 42% de los ingresos totales de la familia(siendo dos los miembros que aportan), con un aumento sostenido de 8,7% en los últimos 7 meses de acuerdo a la misma fuente, reduciendo las posibilidades de ingesta nutricional para las familias ostensiblemente.

Tal realidad se agravará en el tiempo, considerando para el caso los efectos que la pandemia reduce la producción de cada país, lo que implica que tendremos menos acceso a los productos de nuestros vecinos, evidenciando así con crudeza nuestra desventaja al abrazar este modelo: la posibilidad de la hambruna.

Entonces, conquistar la soberanía alimentaria, instituyendo una política agrícola productiva y sostenible debería asegurarnos, ahora y en el futuro, nuestro alimento.

*Educador salvadoreño

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