Donald Trump: culpable pero al borde de la absolución

Por: LÁZARO BARREDO MEDINA

Cuando escribimos estas líneas, la virtual absolución de Donald Trump del juicio político en el Senado, pese a la abrumadora montaña de pruebas que evidenciaron su notoria culpabilidad en los cargos imputados, de abuso de poder y obstrucción al Congreso, provoca una mayor fractura entre la clase política y la ciudadanía estadounidense cuando entra en su fase más aguda la campaña electoral.

En lo que es considerado un brutal acto de encubrimiento, los senadores republicanos decidieron el curso de los acontecimientos al oponerse a citar a nuevos testigos al proceso, tras casi 45 días de tensos intercambios bipartidistas.

Los demócratas llevaron a Trump a juicio político el  pasado 18 de diciembre, acusado de presionar a su homólogo de Ucrania para que investigara al senador Joe Biden, su posible rival en las presidenciales del 3 de noviembre, y de haber congelado temporalmente la ayuda militar a Kiev para conseguirlo. Argumentaron, además, que el presidente hizo todo lo posible por bloquear la investigación del Congreso una vez destapado el escándalo por un denunciante no identificado públicamente.

Durante la parte final del proceso en el Senado, los demócratas querían que comparecieran varios importantes testigos, entre ellos  el exasesor de seguridad nacional John Bolton y el jefe interino de gabinete, Mick Mulvaney, quien ordenó el congelamiento de la ayuda militar a Ucrania.

La importancia del testimonio de Bolton tuvo mayor trascendencia al filtrarse un supuesto borrador de un libro, confirmado posteriormente al The New York Times por varias personas que han podido leerlo, donde  el exasesor asegura que Trump le dijo en agosto que quería seguir bloqueando la entrega de los 391 millones de dólares hasta que las autoridades de la nación europea se comprometieran a investigar al exvicepresidente Joe Biden y a su hijo Hunter.

El asunto cobró mayor relevancia cuando, durante una conferencia de prensa en el Foro de Davos, el propio Trump dijo que “hay un problema de seguridad nacional con John [Bolton]. Él sabe lo que pienso de los líderes. ¿Qué pasa si revela lo que pienso sobre algún líder y luego me toca lidiar con eso? Va a ser muy difícil. Sabe muchas cosas, y no sé si acabamos en muy buenos términos”.

Varias revelaciones sobre lo que se “cocinaba” al interior de la Cámara Alta aseguran que se ejerció una  presión brutal sobre los posibles disidentes republicanos que consideraban necesario escuchar esos testimonios, de manera que renunciaran a esas posiciones.

Para muchos analistas, este apresuramiento de los republicanos por convertir el juicio político en el primero en la historia del Senado que se realiza sin testigos, muestra la  subordinación a Trump, dado el control  que tiene el jefe de la Casa Blanca sobre los votantes conservadores de base. Oponerse al mandatario sería como un suicidio electoral.

“Si quedaba alguna duda de que el Partido Republicano se ha convertido en el partido del señor Trump, se ha disipado casi del todo durante el juicio político”, escribió el editor en Washington del diario The Wall Street Journal, Gerald Seib.

Las últimas encuestas entre los votantes de la agrupación política de la cual el mandatario es miembro reflejan que poco más del 54 por ciento expresó que Trump no cometió falta alguna en su llamada al presidente de Ucrania, mientras aproximadamente un tercio de los encuestados manifestó que piensa que hizo algo poco ético pero no ilegal, y aproximadamente uno de cada 10 cree que hizo algo ilegal.

La mayoría senatorial republicana evadió las exigencias de ese  axioma sobre que los inocentes siempre quieren testigos y pruebas en su juicio que les puedan exonerar; pero los culpables bloquean a los testigos y esconden los documentos incriminatorios, tal como ha sucedido en este caso.

Luego, para justificarse o asumir un mínimo de decencia ética, algunos senadores del partido señalaron que su voto de absolución no significa que aprueben las acciones de Trump al presionar a Ucrania para que lo ayudara a investigar a sus rivales demócratas, y han calificado sus acciones como inapropiadas, pero en general dieron su aprobación expresa a la conducta del mandatario.

Eufórico por los resultados de su misión avasalladora sobre los disidentes, el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, tras la votación aseguró que “la mayoría del Senado de los Estados Unidos ha decidido que los numerosos testigos y más de 28 000 páginas de documentos que se presentaron como evidencia (durante la instrucción de las acusaciones en la Cámara de Representantes) son suficientes para juzgar las acusaciones y terminar este juicio político”.

Algunos que inicialmente querían profundizar en el proceso pero fueron disuadidos, como el senador Lamar Alexander, indicaron que finalmente votarían contra la convocatoria de testigos porque “no necesitamos pruebas adicionales” para demostrar los cargos, según el mencionado declaró en un comunicado.

Y como para quedar entre el bien y el mal, apuntó: “Fue inapropiado que el presidente pidiera a un líder extranjero investigar a su rival político y retener ayuda de Estados Unidos para llevarlo a investigar…Pero la Constitución no da al Senado el poder de destituir al presidente y vetarlo simplemente por acciones que no son apropiadas”.

La reacción de los demócratas no se hizo esperar. La señora Nacy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, comentó: “Estará enjuiciado por siempre. No puede haber absolución sin un juicio. Y no hay juicio sin testigos, documentos y pruebas”. Mientras, para el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, un proceso sin testigos no tiene sentido. “Si mis colegas republicanos se niegan a considerar testigos y documentos, entonces una absolución sería insignificante, porque sería el resultado de una farsa de juicio”.

No pocos demócratas estimaron también en los inicios de las primarias que el verdadero jurado se verá el día de las elecciones.

Sin duda, Donald Trump emerge envalentonado del más peliagudo reto de su mandato, aunque es de esperar nuevas revelaciones relacionadas no solo con este proceso, sino también con otros casos legales pendientes, pero, como comentó The New York Times,  “el gobernante apostará a reunir a sus más fervientes partidarios argumentando que él fue víctima y no villano”.

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