¡Más de lo mismo!

(Por: Francisco Parada Walsh)

Aplaudimos el esfuerzo que el nuevo gobierno ha puesto en la seguridad. Pero pareciera que esta ha sido su apuesta total. Como siempre, hablaré desde el sector salud, el cual conozco muy bien y es desde donde recibimos información y escuchamos el sentir de médicos y enfermeras en forma directa. Empecemos por la enorme y sesgada propaganda que apareció en todos los medios de comunicación sobre la contratación de personal a las que se apostó con platillo, cítara y tambor: Mil plazas para médicos y enfermeras.

Ya pasó el tiempo, y sabemos que se habrán dado a lo sumo 600 plazas. De este total, se calcularon 160 para especialistas pero ¡Santo Padre de Dios! ¡Para toda la red pública! De los cuales quizá se asignaron unas 80 plazas. Sin calculadora en mano, esta contratación es mucho menos que superflua. Hay más que acotar sobre esto: No solo hablamos de poco más de la mitad de las plazas que se ofertaron, y de la poca contratación de médicos, sino que, ésta se ofrece rigurosamente bajo la compra de servicios profesionales y para nocturnidad.

No se ofrece ninguna prestación laboral. Sabemos que muchas personas entre enfermeras, médicos y técnicos se rehusaron a aceptar estos términos. No se trata de vocación señor presidente, bajo el entendido que se debe aceptar los horarios bajo los cuales trabaja la mayoría de médicos, enfermeras y técnicos en la red hospitalaria.

Que la misma signifique el sacrificio en aras de servicio, orientado solamente a satisfacer la pretensión, la incapacidad o la falta de voluntad del patrono. Claro que no, se trata de tener personal motivado y esto empieza por una contratación justamente remunerada. Suponemos que es parte de la medicina amarga que nos anunció: Pero esto redunda en forma negativa en ¡la atención del paciente! Quizá sus asesores no se lo hagan ver: Siempre y como con los de siempre, se trabaja con personal sobrecargado, con pocas enfermeras, para muchísimos pacientes, pocos médicos en horarios extenuantes, etc. No se puede hablar de calidad bajo esos términos. Cuando usted estaba en campaña, se hicieron mesas de trabajo para que todo el personal de salud expresara sus opiniones y críticas orientadas a transformar el sistema de salud y no repetir lo que “los de siempre” hicieron. Incluso se abrió una página web para tal sentido como parte del Plan Cuscatlán.

Podemos afirmar que leímos señalamientos y quejas sobre la enorme burocracia, la organización de cada centro de atención en un infinito número de comités, las supervisiones policiacas, todo ¡Sin dotar de personal e insumos a los trabajadores! Peor: dentro de este concepto, del médico-policía (acoso laboral de la más baja ralea); nos asombra saber de figuras represivas emblemáticas del gobierno anterior dentro del Ministerio de Salud, que se perpetúan en la gestión aquí o allá. Claro, dependiendo de la influencia que cada quien tenga, porque, los de menos contactos, pues se vieron despedidos con la misma impunidad.

Sabemos señor Presidente, que todo esto se continúa, se perpetúa aquí y ahora en su gestión. Pareciera que todas las quejas de quienes ilusamente participaron en las mesas técnicas de salud, pasaron a ser un “borrón y cuenta nueva”. Esto se debe a una razón sencilla: Si se omitió poner en cada cargo de relevancia en la gestión pública de salud a los mejores, pues estos “nuevos” que llegan, entenderán como gestión, el simplemente ratificar o repetir ¡Lo que los otros hicieron! El sentir del común de los trabajadores, salvo aquellos que vislumbran algún puestecito por dinero, poder y prestigio pasajero por supuesto, es que no estamos como antes, estamos a la fecha ¡peor que antes! Que sus buenas intenciones no se diluyan en aduladores que no le informan que están repitiendo, lo que hacían los de siempre.

Para muestra un botón, debe un paciente del área rural buscar, encontrar y comprar un Disco Digital de video (DVD) para llevarlo al hospital y le puedan realizar una tomografía computarizada, algo que no pasa de quince centavos lo que demuestra que es el paciente desafortunadamente pobre que hace uso de la red nacional de salud quien sufre la carencia, desabastecimiento y la indolencia de las autoridades de salud.

Prueba real es la foto de la receta de un paciente referido por mi persona al hospital Rosales. Sale a concurso una plaza de cuatro horas diarias para medico radiólogo con un salario de 360.78 dólares salvadoreños, ¡Vergonzoso es poco! Y entre las competencias conductuales requeridas se le solicita “pensamiento analítico”, algo muy escaso hoy en día.

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