¿Qué esperar del nuevo Tribunal Supremo Electoral?

Superado el impase en ARENA y GANA para la integración de las ternas de candidatos electorales, las fracciones legislativas en una vertiginosa jornada de tres días alcanzaron el consenso necesario para elegir el nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE) que ejercerá sus funciones del 1 de agosto de 2019 al 31 de julio de 202, período en el que administrará elecciones municipales y legislativas en el 2021 y elecciones generales en el 2024.

Este tribunal está integrado por 5 magistrados propietarios y 5 suplentes, quienes, en alguna medida, de forma abierta o encubierta representan y abogan por los partidos que los propusieron o apoyaron, no obstante que por la naturaleza de los procesos que administran, sus resoluciones pueden afectar o beneficiar el interés de cualquier partido.

Es importante destacar que, por primera vez en la historia del Tribunal Supremo Electoral, éste será presidido por una mujer, la abogada Dora Esmeralda Martínez de Barahona, quien tendrá el desafío de poner en alto el rol político de la mujer y conducir con eficacia los dos procesos electorales que le corresponden, esfuerzo en el que le deseamos éxito.

En su tarea de presidir el nuevo Tribunal Supremo Electoral, la licenciada Martínez de Barahona tendrá el aporte de los magistrados propietarios: Luis Guillermo Wellman Carpio, Julio Alfredo Olivo Granadino, Rubén Meléndez García y Noel Antonio Orellana y de los magistrados suplentes: René Abelardo Molina Osorio, Marlon Harold Cornejo Ávalos, Carmen Veraliz Velásquez Sánchez, María Blanca Paz Montalvo y Sonia Clementina Liévano de Lemus.

Organizaciones de la sociedad civil que supervisan la actividad política del país han expresado preocupaciones sobre lo breve del proceso interno de selección que organizó la Comisión Política del órgano legislativo; lo mismo señalamientos de la vinculación material de algunos de los elegidos con partidos políticos, aspecto que riñe con los criterios de selección de la anterior Sala de lo Constitucional.

Frente a ese panorama consideramos positivo que la Asamblea Legislativa haya electo a tiempo el nuevo Tribunal Supremo Electoral; ahora bien, si algún sector considera que, entre lo electos, hay quienes no son idóneos o no cumplen todos los requisitos; nuestro sistema democrático tiene los instrumentos para que estas controversias sean dirimidas mediante las impugnaciones constitucionales correspondientes, para que sea la Sala de lo Constitucional la que resuelva lo pertinente.

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