En medio del inmenso dolor por la pérdida de su nieto Arthur Araújo da Silva, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva asistió junto a su familia a los funerales del pequeño, quien falleciera el viernes a causa de una meningitis.
Pero como si no fuera ya suficiente tanto pesar, atravesando el momento más triste de su vida, Lula recibió la humillación de ser escoltado por un policía con ametralladora de combate y chaleco con el escudo de Miami Police, lo cual expresa la imagen de un país en el abismo de la infamia.
Poner fin a tanto dolor y a tanta injusticia es un deber de todas las personas dignas de este mundo, el líder obrero ha vivido un verdadero martirologio a manos de sus enemigos, que son los enemigos del pueblo al que ha dedicado toda su vida, «si me matan seré mártir», dijo cuando le encarcelaron y la condena injusta cayó sobre él violando todo precedente de justicia.
El General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, en el acto central por el aniversario 60 del triunfo de la Revolución, se refirió al proceso desestabilizador que han iniciado en América Latina contra los gobiernos y dirigentes de izquierda, situación que ha traído como resultado una serie de injusticias como la destitución de Dilma Rousseff y la encarcelación de Lula.
Fernando González Llort, presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, en el lanzamiento de la campaña solidaria «Lula libre ya», en el XIII Taller Internacional sobre Paradigmas Emancipatorios, abogó por seguir las palabras de Raúl y transformar la solidaridad con Lula en causa común.
Una muestra del prestigio internacional ganado por el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue su postulación al Premio Nobel de la Paz, en cuyo proceso, liderado por el intelectual argentino Adolfo Pérez Esquivel, se lograron recopilar 600 000 firmas, según informó la reconocida jurista Carol Proner.
EN EL FUNERAL DE SU NIETO ARTHUR
El exmandatario brasileño logró abordar un helicóptero a las 07:00 de la mañana del sábado en la sede de la Policía Federal de la capital de Paraná, para su traslado al aeropuerto de Bacacheri, donde lo condujeron en un aeroplano gubernamental.
En las afueras del cementerio y crematorio Jardín de la Colina, unas 250 personas le transmitieron mensajes de solidaridad. Seguidores del exgobernante gritaron y exhibieron letreros con la consigna Lula libre. Entre el grupo de familiares, amigos y partidarios se encontraban la expresidenta Dilma Rousseff y el político Fernando Haddad, excandidato presidencial.
En medio de tanta tristeza, Lula reiteró que, por Brasil y por su nieto, probará su inocencia. «Los padres no deberían enterrar a un hijo y un abuelo no debería enterrar a su nieto», dijo el líder metalúrgico, según transmitió la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, quien lo visitó el viernes después de la terrible noticia.
