Según proyecciones del BCR el crecimiento económico del país alcanzó 2.6% para 2018 y 2019

En los primeros tres trimestres de 2018, el Producto Interno Bruto real registró una tasa de crecimiento promedio de 2.6%, superior en tres décimas al promedio registrado en los mismos períodos del año previo, informó el Banco Central de Reserva (BCR).

Según el Presidente del BCR, Dr. Óscar Cabrera, la dinámica del crecimiento en estos primeros tres trimestres se explica por los aportes del consumo privado (3.2%), la formación bruta de capital fijo (1.2%) y el consumo público (0.3%). Las exportaciones de bienes y servicios, por su parte, aportaron 0.6%, mientras que las importaciones restaron al crecimiento en 1.4%. El funcionario detalló que solo durante el tercer trimestre, el PIB real creció 2.1%.

Los sectores que más contribuyeron al crecimiento económico promedio entre enero y septiembre fueron la Industria Manufacturera y Construcción que sumaron 0.4% cada una, mientras que Comercio y Reparación de Vehículos Automotores aportó 0.3%.

La demanda interna mantiene una buena dinámica, según los datos más recientes del Banco Central. Entre los indicadores mensuales de demanda agregada a noviembre de 2018 sobresale el dinamismo en los préstamos a empresas (9.7%) y hogares (4%), facilitado por la acumulación de depósitos (4.4%) y la estabilidad en las tasas de interés. En el sector externo continúan observándose condiciones favorables por el ingreso de remesas familiares, que creció 8.8%, mientras que las importaciones de bienes de capital aumentaron 9.8%. En el ámbito fiscal, se observa estímulo a la actividad productiva mediante los gastos en inversión pública (21.8%) y consumo (7.1%), para los mismos meses.

La cuenta corriente del país registró al tercer trimestre un déficit de US$831 millones. La balanza de bienes desmejoró US$823.5 millones por el aumento en los precios de la factura petrolera (23.1%), la mayor importación de energía eléctrica (aumentó 60.2%) y menores precios de los productos agrícolas e industriales exportados (9.4% y 9.6%, respectivamente).

En el caso del ingreso primario, el aumento en el déficit por US$100.7 millones está asociado a los pagos de intereses y dividendos correspondientes al uso de recursos financieros externos. La balanza de servicios, que continúa superavitaria, aumentó US$152 millones, apoyada en servicios tales como call center. El ingreso secundario, que incluye remesas familiares, mejoró en US$264 millones, influenciado por el buen desempeño de la economía estadounidense y las bajas tasas de desempleo hispano en Estados Unidos.

Durante el tercer trimestre de 2018 los aumentos de inversión extranjera directa totalizaron US$1,221.8 millones reflejando una variación del 24.1% respecto al año anterior. Destacaron en dichas transacciones el sector industrial, información y comunicaciones y financiero, los cuales representaron más del 70% del total. Las disminuciones brutas de IED totalizaron US$765 millones, asociado principalmente al pago de deuda con la casa matriz o relacionadas, y a los recursos enviados en concepto de renta de la inversión (dividendos), favorecidas por los incentivos en el mercado de Estados Unidos en el marco de la reforma tributaria aprobada al cierre del año 2017.

Entre enero y octubre de 2018, la inflación permaneció estable, con una variación de 1.1%, explicada principalmente por los aumentos de precio del petróleo.

Perspectivas económicas

La tendencia registrada por la actividad económica en el presente año y la evolución de los indicadores de corto plazo, unido a la buena dinámica de crecimiento económico de los principales socios comerciales de El Salvador, permiten confirmar la proyección de crecimiento del PIB real de 2.6% para el año 2018 y 2019.

El Dr. Cabrera indicó que Estados Unidos, principal comprador de bienes y servicios salvadoreños, mantiene una economía sólida en términos de crecimiento económico y empleo, lo cual genera efectos económicos favorables en El Salvador.

Asimismo, recordó que las proyecciones realizadas incluyen riesgos tales como la falta de acuerdos políticos en aprobación del presupuesto de la nación, deuda de corto plazo y bonos; alzas en tasas de interés internacionales que presionen el servicio de la deuda y los costos de financiamiento de las empresas y un ajuste fiscal de 3% en 2020-2021, entre otros.

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