Hace 36 años naufragó el Anden en las aguas de la Barra de Santiago

A 36 años del naufragio del Anden, esta semana se rindió un homenaje póstumo a los 16 tripulantes que perdieron la vida, en la Barra de Santiago, Ahuachapán.

El evento incluyó una misa y un recorrido del espacio donde encalló el barco, el 19 de septiembre de 1982.

Al encuentro asistieron el embajador de Perú en El Salvador, Librado Orozco; el jefe de Cancillería de la embajada, Hernán Delgado; la hija de uno de los marinos peruanos desaparecidos (Santiago Nolazco Ramírez), Norma Gladis Nolazco Alvarado; el arqueólogo Roberto Gallardo, socorristas de la Cruz Roja y miembros de la localidad.

“El Anden era un barco de diésel de 110 m de eslora, que tenía bandera peruana cuando arribó al puerto de Acajutla a principios de septiembre de 1982, para cargar café”, detalla el especialista en arqueología subacuática, en su libro  titulado “Patrimonio cultural marítimo de El Salvador. Registro de pecios”.

El relato histórico explica que el Anden estuvo anclado por unos 14 días en el muelle industrial del puerto, cuando el domingo 19 del mismo mes inició una tormenta tropical de grandes proporciones, que ocasionó fuertes estragos a nivel nacional, particularmente en el occidente y centro de El Salvador.

La tormenta arrastró al Anden con 26 tripulantes a bordo desde Acajutla hacia la Barra de Santiago, unos 30 km hacia el noreste del puerto, donde quedó encallado en la arena, el 19 de septiembre de 1982. “La proa quedó orientada hacia el sureste”, recoge Gallardo en su investigación.

“Durante los primeros días del acontecimiento, las instituciones de auxilio locales como la Cruz Roja no tenían el equipo adecuado para el rescate, ya que gran parte de la embarcación se encontraba bajo el agua. Para esas fechas ya se menciona que el pecio era visible desde la costa”, detalla el documento investigativo.

Nolazco detalló que fueron 11 marinos desaparecidos y cinco muertos. Los sobrevivientes fueron rescatados por los cuerpos de socorro locales. “En esa época fuimos enviados por la departamental, por mi jefe de ese entonces, profesor Eduardo Abarca Barrera, para atender la emergencia”, recodó el guardavidas ambiental de Sonsonate, Armando Hernández, quien participó en el rescate de las víctimas del naufragio de 1982.

Según Hernández, los tripulantes rescatados se remitieron al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) de Sonsonate. Luego, regresaron para colocar luces y “alumbrar el barco para ver si habían más personas”.

Asimismo, el guardavidas relata que los cadáveres que salieron por la marea fueron colocados por gente local en la  esquina opuesta al barco, pero que días después una comisión de Perú se los llevó.

Sobre este procedimiento y a solicitud del embajador del Perú en El Salvador de aquella fecha, se hicieron gestiones para que el domingo 26 arribara un avión Hércules, de la Fuerza Peruana, con equipo para recuperar los cadáveres que se encontraban entre los restos de la embarcación.

“Para esas fechas, la nave ya se había partido en dos partes y la recuperación de los restos humanos fue particularmente difícil”, se lee en el libro del especialista del museo.

El 27 de septiembre, el avión Hércules partió con 10 sobrevivientes del naufragio y con cinco ataúdes; los cuerpos fueron repatriados, “quedándose en el país el timonel del barco Sr. Mario Ramírez, quien colaboró en la búsqueda de los desaparecidos”. Sin embargo, no se encontraron los restos de 11 de los tripulantes, perdiéndose un total de 16 vidas.

Gallardo, afirma que el Anden representa es el naufragio más reciente documentado hasta la fecha. Este hecho histórico está vigente en la tradición oral de la Barra de Santiago: “Actualmente, los restos son conocidos como el barco peruano, por lo que amerita un estudio antropológico sobre la influencia que el naufragio ha tenido en la población local”, detalló el arqueólogo.

Los restos del pecio yacen a unos 50 m. al suroeste de la playa cerca de donde rompen las olas, frente al pueblo pesquero denominado como Barra de Santiago. A la fecha, todavía es posible ver parte del pecio cuando la marea se encuentra en sus niveles más bajos.

El Anden es uno de los pecios registrados por el MUNA en el 2011, gracias al proyecto Registro y Documentación de Sitios Arqueológicos Marítimos en El Salvador, dirigido por el arqueólogo Gallardo.

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