Róger Hernán Gutiérrez*
Con raras excepciones, tal como lo anticipábamos, el escenario legislativo absorbió los sucesos de conmemoración del Día Internacional de la Clase Trabajadora, fue de sumo importante como noticia la forma como se estructuró la Junta Directiva de la Asamblea, como siempre los protocolos creados al efecto—son impuestos o provocan escisiones identificando turbias negociaciones—en conclusión nada ha cambiado y sigue “el maiz a peso”.
Al interés del movimiento sindical la figura de Norman Quijano, electo Presidente de la Asamblea, provoca que el escenario va ser más sinuoso, en tanto que el perfil casi mesiánico de Quijano, habla de personalidades que tiene un problema de poder y de un supuesto liderazgo alcanzado como guía, en razón del más votado o que ya estuvo dirigiendo “acertadamente” el gobierno municipal de San Salvador y que su “magnífica” performance le llevó a ser ungido como candidato a la Presidencia, en el anterior proceso electoral, y por una diferencia de 6,000 votos no ganó.
Es un personaje que hay que darle el espacio para que desarrolle todo su poder y dieciocho meses pueden ser demasiados para generar algo bueno o positivo para el país e interés de la clase trabajadora, pues en mucho será su ego el que esté siempre siendo más que los problemas económicos, sociales, culturales, políticos y ambientales tratados en el espacio legislativo.
Insistimos que hay suficiente materia laboral y de interés socio-económico en el seno legislativo para no estar ocupados con diferentes acciones sindicales que lleven a nuevas y mejores luchas de clases para establecer claramente los intereses de las personas trabajadoras y de los sectores populares, por sobre la ganancia, los intereses capitalistas, de los grupos empresariales y las presiones de países imperialistas y organismos financieros internacionales, que será en definitiva el marco de actuación del Dr. Quijano.
El enfoque mediático estará en la Asamblea para rato, si gasta mucho, si son demasiados asesores, si hay componendas, si la correlación va hacia el binomio ARENA-PCN, si habrá en lo que falta acciones de veto que puedan superarse fácilmente con una mayoría calificada, que el endeudamiento será la materia a resolver desde la visión de ARENA que quiere una mesa limpia. En fin el asunto es cada vez más sinuoso y aparentemente no hay vacuna para un virus legislativo de tales pretensiones.
Los anteproyectos y agenda legislativa, tienen hoy una presión en quienes coordinarán las comisiones, pues se trata de agilizar u obstaculizar los intereses que pesan para los grupos corporativos transnacionales y nacionales que mantienen el dominio en el país. Los shows diversos se van asentando, el fenómeno en las elecciones internas de ARENA, del frente, el asunto de una tercera fuerza en el espectro político, entre otros aspectos colaterales que van configurando un ámbito sinuoso, la pregunta ¿qué hay para el movimiento sindical que se movilizó el pasado Uno de Mayo, realmente quedó claramente establecida la demanda política, socio-laboral, ambiental, cultural, se superaron las contradicciones y hay nuevas que habrán de vaciarse desde esa fecha hasta quedar claramente definidos los resultados de feb2019?
Parece ser que las diferencias en lo orgánico, programático y de acción sindical, seguirán provocando dispersión y objetivos nada unitarios y, habrán aflorado más oportunismos que son fundamentales en una época que no ofrece transparencia ni veracidad en lo más mínimo.
Se siguen depurando lentamente las instituciones más comprometidas e identificándose aquellas acciones y medidas para formar un proceso creíble de cambio, que diferencie de la demagogia de ARENA y del continuismo, pero el golpe legislativo es fuerte y aunque haya un equipo de trabajo con ex y los actuales diputados(as) no se ve fácil. Elecciones de segundo grado se avecinan y no hay una visión de democratizarlas y elegir a las mejores personas con diferencias de pensamiento.
La agenda legislativa tiene muchos aspectos laborales a saber: ratificación de convenios: 102, 173,177, 189; hay necesidad de aprobar ante proyectos fundamentales para garantías mejores y mayores sobre el derecho laboral, la seguridad social y las libertades sindicales, en tanto que los procesos en el marco del neoliberalismo determinan la precarización laboral, imponen el mercado como agente para asignar recursos, hay polémicas fuertes sobre el Estado y el libre mercado, las políticas públicas de protección social se mantienen deficientes ante el pensamiento de que no hay recursos para cubrirlos—por ello la urgente decisión de la reforma fiscal—Todo muestra que el camino es sinuoso y requerirá de una mayor cohesión política de las fuerzas progresistas.
*Sindicalista salvadoreño
