Resultado electoral: Giro de timón

Walter Raudales


La interrogante que se abre con la victoria del partido de derecha, Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), en las elecciones municipales y legislativas en El Salvador, es si el FMLN y el gobierno sabrán entender las lecciones del pueblo en las urnas.

Una de las ventajas después de la firma de los Acuerdos de Paz ha sido la libertad de elegir con libertad a los gobernantes, líderes municipales y representantes en la Asamblea Legislativa. El aumento de representación legislativa de la derecha, pondría cuesta arriba el programa social impulsado por el gobierno de izquierda. Y aunque ha quedado establecido por ley que dichos programas son intocables, habrá que esperar los atajos y los tradicionales madrugones para buscar la forma de dejar en la historia este beneficio.

La gran pregunta es que si con este giro de timón con mayoría de derecha en la Asamblea Legislativa y en las elecciones de segundo grado de Magistrados de Corte Suprema de Justicia, Fiscalía General de la República, Corte de Cuentas, Procuraduría General y de Derechos Humanos se profundizarán o si se estancarán los avances logrados en materia social, o regresaríamos al pasado con el modelo político y económico neoliberal.

El 15 de marzo del 2009 los salvadoreños cansados de los abusos de los grandes capitales y las diferentes privatizaciones decidieron darle la oportunidad a la izquierda, cuya oferta política representaba un alto a esos abusos. La población salvadoreña brindó un giro político hacia la izquierda, eligieron un gobierno del FMLN poniéndose en consonancia con lo que pasaba en América Latina, con la llegada al poder de presidentes de izquierda, o progresistas, como sucedió en Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Uruguay, Argentina y Venezuela.

Pero este escenario político regional empezó a derrumbarse de forma sistemática y sostenida, hace un par de años, teniendo puntos de quiebre en Argentina, Brasil, Ecuador, y el pasado domingo vivimos en El Salvador un nuevo momento histórico: el triunfo de la derecha en las elecciones legislativas y municipales en el país centroamericano. El ajedrez político ahora se movió a favor de la derecha. Así el panorama para el 2018. No obstante, para las elecciones presidenciales dentro de un año mucho estará en juego con implicaciones locales e internacionales.

¿Leerá el gobierno y el FMLN el mensaje enviado por los electores?

El FMLN reaccionó a través de un comunicado de la siguiente forma: “El mensaje expresado por la ciudadanía a los partidos y al FMLN este 4 de marzo será objeto de una reflexión responsable y profunda, que permita ir al encuentro de las lecciones aprendidas, para tomar decisiones y corregir lo que sea necesario”.

Según voceros del gobierno, en las primeras declaraciones, al conocer los resultados, han dicho que sí: “Tenemos que reflexionar en qué nos equivocamos, en qué le fallamos a la gente, para definir con unidad la ruta a seguir, en función de defender los derechos de la población. No podemos culpar a otros, y menos al pueblo, que democráticamente se expresó con dureza y claridad, y como nos debemos al pueblo, debemos asumir ese mandato con sencillez y humildad’.

El panorama político salvadoreño ya apuntaba un giro de timón a la derecha. Esta situación era previsible, no solo porque lo decían las encuestas, las cuales vaticinaban que el FMLN y el gobierno obtendría baja votación, sino también observando en la “vox populi” un malestar que venía creciendo.

El triunfo de la derecha podría explicarse, sin entrar en grandes profundidades, desde diferentes perspectivas: la de quien pierde y la de quien gana. Lo primero, el FMLN, lo acepta, dice que va a analizar el mensaje y se espera que actué con medidas radicales. Lo segundo, desde ARENA, debe entender que muchos de los votos a su favor, más que votos a su partido, son votos de castigo al partido de gobierno, muy mal haría el partido de la derecha si se emborracha de triunfalismo, soberbia y prepotencia, ya que el pueblo pasa la factura a través del voto, y perderían la perspectiva real de lo que ha pasado.

Hacer una lectura honesta, por parte del FMLN, de este resultado implica un enorme esfuerzo de honestidad, reflexión que debe pasar por escuchar a las bases, no despreciar ni deslegitimar la técnica y metodologías mercadológicas como las encuestas y estudios de opinión que venían anunciando lo que sucedió, hacer un verdadero examen de conciencia de su aparato comunicacional y tratar de medir el daño ocasionado a la marca de partido y a la marca del gobierno. En este último punto amerita un estudio posterior más detenido que examine cada una de las aristas inherentes a la gobernanza.

¿Cómo la derecha logró reinventarse?

En 2013 la derecha salvadoreña sufrió un revés. Luego de querer imponer la privatización de la salud en tiempos de Francisco Flores y con el pueblo en las calles con las marchas blancas, perdió gran cantidad de diputados y alcaldías. Fue la derrota más grande de su historia. Luego vino Saca y el rompimiento de este con ARENA fracturando su electorado. Sin embargo a pesar de la profundidad de la derrota, ARENA supo replegarse y rearticularse, en resistencia al programa social del FMLN. Es importante también mencionar que cuando hablamos de derecha no nos referimos solamente al instrumento partidario, al instituto político en sí, sino a la sincronización de un mensaje unilateral que constantemente a través de sus mecanismos comunicacionales (prensa, radio, televisión, redes sociales, ONG”S, FUSADES, ANEP, ASI), quienes a través de sus participaciones y mensajes debilitaron los aspectos positivos y logros alcanzados por el gobierno. Amparado en los problemas de seguridad, económicos como desempleo y corrupción de algunos funcionarios creó una narrativa y un mensaje argumentativo que logró permear la mente de la población y construir un “sentido común”, que impregnó los debates y mensajes comunicacionales hasta convencer a la opinión pública de darle a la derecha una nueva oportunidad.

El gran acierto de ARENA fue articular una campaña permanente de la mano de los grandes medios de comunicación para apuntalar con anticipación a sus precandidatos presidenciales millonarios en una precampaña que sin duda reforzó su marca mientras la del FMLN venía en picada. Aunque muchos de sus candidatos tuvieron la aceptación. Tampoco podemos dejar de mencionar a la Sala de lo Constitucional que a través de sus resoluciones afectó la gestión del Gobierno Central. Esto, no significa buscar justificaciones o culpables, sin embargo, para hacer un análisis a conciencia debemos incluir todos los elementos que entraron en juego. Enmendar lo que haya que enmendar y retomar el rumbo de los ideales iniciales, ese sería el camino ideal a tomar para generar un cambio.

El fenómeno Nayib

Otro elemento a analizar es el fenómeno Nayib Bukele que con sus llamados expresos a no votar por el FMLN y a dar el voto nulo creó un significativo desplazamiento del voto, que habría que estudiar científicamente hasta qué niveles, cómo y dónde este joven cibernético logra impactar y atraer aquellos sectores desilusionados con la política y con los líderes y sus partidos que por más de 30 años han llevado las riendas políticas del país.

Bukele ha sabido astutamente subirse a la montaña del descontento político, de la desilusión y frustración de todos aquellos que confiaron en el partido de su preferencia. Y ha sabido utilizar la tecnología a su favor, a través de troles cibernéticos y estructuras digitales en esta era del internet, la modernización y la dependencia digital, levantando ejércitos con un mensaje puntual, irreverente y descalificativo de todo lo que no esté a su favor.

El mensaje

Es evidente que el electorado en las elecciones del domingo pasado ha enviado un mensaje y los mensajes se asumen, se aprecian y se toman en cuenta.

Se abre un nuevo e interesante capítulo en la historia política de El Salvador luego de los Acuerdos de Paz. La interrogante más relevante que surge en este momento es si con la nueva correlación legislativa los pequeños avances logrados en materia social se mantendrán. Y hasta qué niveles se profundizará el modelo neoliberal capitalista.

Falta ver qué pasará en las presidenciales que desde hoy arreciarán en sus campañas.

Esperaremos la necesaria recomposición de la izquierda.

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