Razones para impulsar la lucha sindical en el actual contexto económico – social

Al parecer el ambiente de crisis y falta de oportunidades para las personas trabajadoras, sean estas jóvenes, mujeres, con capacidades especiales, indígena, en adultez mayor, sin calificación o con formación académica importante.

Róger Hernán Gutiérrez*

Las condiciones económicas del país están cada vez con mayor incertidumbre, hay un crecimiento demasiado lento para absorber la mano de obra y mantener a la que tiene empleo en condiciones materiales mínimas de existencia; y por supuesto todos afectados por una inflación super acelerada.

De acuerdo a cierta información internacional de la OIT, la América Latina y el Caribe fue una de las regiones de mayor crecimiento en 2021 con 6,9%, luego de su mayor afectación por el COVID en 2020. No obstante, por ser una región con alta inequidad y desigualdad, el PIB por habitante, acumuló en el pleno 2020-2021, una caída promedio de 2,6%, en el Caribe fue mucho más dura (9,8%).

En ese contexto la salida no puede ser ahogar las reivindicaciones legítimas o plantearse medidas coercitivas o anuladoras de las libertades sindicales, y en el caso de la contratación colectiva, bloquear su desarrollo sobre todo en el sector público que claramente presenta deterioros económicos y oposiciones político-ideológicas que llevan a un deterioro de las relaciones y buenas prácticas laborales.

Los sindicatos no podemos quedarnos de brazos cruzados y aceptar una crisis agravada por la manera de estructurar la economía, reconocemos que los procesos llevados en la gestión gubernamental en cuanto a lo laboral, lo económico, de salud y seguridad en el trabajo; y en todo momento la protección social—pensiones—para las personas trabajadoras, tienden a impulsar mínimas acciones correctivas, pero en lo estructural no se producen condiciones que lleven al bienestar común que establece la constitución.

La tasa de crecimiento es claro que tiende a una desaceleración y volver a los bajos índices registrados antes de la pandemia, luego se desarrollan guerras comerciales, que tienden en el fondo una transición hacia la multipolaridad y viejas estructuras del poder dominante unipolar en el mundo tienden a presionar las economías de subsistencia como la nuestra.

El sindicalismo debe reconocer este contexto y ponerse en acción para su reversión, en beneficio de los miles de personas trabajadoras que sufren condiciones de vida y de trabajo, bastante deterioradas, sin ver en el horizonte oportunidades de mejoras sustantivas en el empleo y los salarios. Si hay intenciones poco claras del Gobierno de anular las condiciones económicas establecidas en la contratación colectiva o en el recorte presupuestario a instituciones vitales que recogen y dan cobertura a las necesidades de la población de menos poder adquisitivo.

El 2022 está por concluir y la demanda de la población es la economía que no mejora, creando condiciones de desarticulación social, en tanto que hay existencia de grupos poblacionales que están realmente afectados en sus condiciones materiales de existencia, lo que debe conducir a una mayor concienciación para luchar; y no continuar soportando una situación económico-social y política, de poco o ningún provecho para estos grupos amplios de población.

Los precios de los alimentos, de la energía, del transporte y otros vitales para las personas trabajadoras y sus familias, están elevados y el acceso se hace sumamente difícil, impactando directamente en mayores deterioros en la economía de la gente, que no vive de promesas o de políticos que sólo se favorecen de sus buenas condiciones de vida y salarios altos en aprovechamiento y oportunismos de la mayoría de la población que con su esfuerzo y pago de impuestos (IVA y renta) mueve la economía para alcanzar el mínimum vital en los hogares.

El 2022, no tiene un buen cariz, y mucho de la subsistencia está comprometida, las condiciones materiales de existencia, no alcanzan a suplir las necesidades de vida y trabajo de una gran mayoría de personas que se ahogan en economías de pobreza absoluta y relativa, en ámbitos de un mínimo bienestar para todos, y tratando de revertir que no sólo sean para las clases pudientes y funcionarios(as) públicos que sostienen un marco de aprovechamiento del poder del Estado.

La perspectiva es de mayores índices de empobrecimiento, el organismo CEPAL habla de un crecimiento a agosto/2022, de 2,7%. Para el país se observan recortes presupuestarios, hay falta de transparencia en los gastos, se aumentan los gastos en función de las comunicaciones para mantener ahogado el grito de liberación, Suficientes razones amparan la lucha sindical, pero es la actividad la que nutre la conciencia sobre la realidad.

*Sindicalista salvadoreño 

Revisióna la baja las perspectivas de crecimiento, más aceleración inflacionaria. Proyección del crecimiento 2022: FMI (julio 2022) 3%; CEPAL (agosto 2022) 2.7%.

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