Solo lo barato puede comprarse con dinero

Solo lo barato puede comprarse con dinero, todo lo demás no tiene precio. Me gustaría pensar que somos los más, quienes vamos concientizando esta frase. El planeta, la vida, el universo, cada vez más nos lo dice a gritos, pero seguimos necios interesados en superficialidades, que solo nos traen estrés, crisis y perdidas.

Por: Claudia Viveros Lorenzo

Acabamos de atravesar dos años pandémicos que nos transformaron la vida. Queramos o no, ahora podremos entender la historia de la humanidad antes y después de la pandemia de COVID-19. Estamos nuevamente recorriendo la pista para alzar vuelo, se supondría que todo lo sucedido nos debería haber dejado una gran lección, pero por desgracia todavía me detengo a observar, que para algunos nada sirvió y siguen enfrascados y ciegos.

Y no quiero decir que hay que alejarse de las comodidades (porque a todos nos gustan) ni que debernos alejarnos de una posición “aspiracionista”. No por favor no me malentienda.

Lo que pretendo esta semana es poder llevar un poco la reflexión de poder disfrutar más de todas esas maravillas que se nos regalan a diario y que debemos tener mucho más presentes. Desde la sonrisa de un niño, un amanecer, la compañía de nuestros amigos, el amor de nuestra mascota, la bendición de un nuevo día, el aire que respiramos, la maravillosa experiencia de existir.

Algunos dicen que el dinero no da la felicidad pero ayuda, y puede ser, pero también lo que estoy segura que puede ser es que la felicidad se construye momentos, donde están involucradas cosas, personas y emociones que el dinero no cubre, porque nadie puede ir a la plaza comercial por dos kilos de salud o tres litros de amor. Ni creo que podamos pagar una vida a 12 meses sin intereses con nuestra tarjeta de crédito.

Una persona no se define por lo que tiene, sino por lo que es, limitarnos a juzgarla por lo que posee puede darnos una perspectiva falseada y pobre de lo que realmente puede aportarnos.

La felicidad se construye y se conquista, saliendo de nuestra zona de confort, dejando el miedo y los nervios y siendo valientes para ir por todo aquello que soñamos y que trae reales beneficios a nuestro entorno. Disfrutemos, cuidemos y valoremos cada momento que se nos regala, dejamos de lado el anhelo superfluo que muchas nos encierra en dinámicas materialistas que nos enfrascan en todo menos en una vida, digna de recordar. Le aseguro que la mayoría de las cosas que deje cuando abandone este plano, será basura para los que se queden. Observe y disfrute.

 

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