“No hay caminos para la paz; la paz es el camino”

Retomo las sabias palabras de Mohandas Kamamchand Gandhi, porque considero que la política es un hecho que nos involucra a todos y a todas, para que las decisiones trascendentales debamos dejársela únicamente a los políticos, mientras más nos involucremos tendrán, los políticos, menos espacio para realizar acciones en contra de poblaciones y comunidades, o en contra de la humanidad entera.

Por: Igor Iván Villalta Sorto*

Ejemplificando la guerra civil en nuestro país, que nos sacudió por doce años, se puede hacer un símil de lo que está sucediendo en el planeta en estos momentos, en donde la paz se vulnera. En nuestra guerra, muchos habitantes no se sentían afectados, porque vivía en las ciudades, en donde el férreo control poblacional establecido por el Ejército y los cuerpos de seguridad, establecían una paz armada, que únicamente era interrumpido por las bombas que estallaban todas las noches, el papaloteo de los helicópteros, el estruendo del vuelo de los aviones A37, los cadáveres dejados en las aceras decapitados, y el pueblo organizado, de forma decidida y valiente, manifestado se y exigiendo el derecho de vivir en paz.

Cuando regresé a la ciudad, del frente de guerra en el campo, no pude menos que sorprenderme de observar las calles iluminadas, y reflexioné en el gran sisma que nos dividía como país, las diferencias eran abismales, nosotros en los campamentos, si teníamos un candil para alumbrarnos en la noche éramos privilegiados, y en la ciudad las calles estaban iluminadas.

Al prepáranos para la Ofensiva Final “Hasta el tope” el encargado de la logística, Lindolfo Carballo, me llevó a un centro comercial en donde adquiría las vituallas necesarias para entrar en combate, nos quedamos observando a una muchacha que cantaba una canción de moda que a mí me parecía vulgar, y le expresé a Lindolfo, ella baila, pero no refleja alegría, es porque lo que hace no le gusta, no le satisface, respondió.

Era sábado, la población comprando, las muchachas bonitas adquiriendo ropa de seguro para alguna fiesta, todo era un espejismo, esa gente no se daba cuenta que entraríamos en una gran batalla que cambiaría muchas cosas en el país, que sus vidas serían afectadas de forma tremenda, dramática, que la guerra que habían observado por la televisión y en periódicos, la tendrían en sus colonias, y en muchas ocasiones en sus propias viviendas, la guerra en el país desde esos momentos dejaría de ser un hecho aislado, en donde nosotros “los terroristas” los malos de la película, como nos etiquetaba el gobierno, tocaríamos las puertas de sus viviendas.

La guerra, cualquier guerra, nos involucra a todos y no podemos tomar una actitud cómoda, de que como se da a miles de kilómetros de donde yo desarrollo mi vida, no me va a tocar, abstrayéndome de ella, puedo pensar que no existe, la guerra en todas sus manifestaciones hay que combatirla con toda voluntad y decisión, Maxime en estos momentos que se juega la propia existencia de la humanidad, de la especie humana como especie dominante en el planeta.

En una conferencia, el disertante nos presentó al enemigo número uno para la humanidad, se trataba de Osama Bin Laden, vean nos decía, ese es el enemigo, se los muestro para que no se equivoquen.

Los imperios y las dictaduras necesitan de los enemigos, para asustar, para dominar las conciencias de las personas, en aquel momento para luchar contra el enemigo de la humanidad, necesitaban invadir Afganistán, buscarlo y asesinarlo, todo en nombre de la libertad y la democracia. Ahora quien cumple ese papel es Vladimir Putin, hombre de la temida KGB, que pretende apoderarse de Europa, y todos como el caso de Osama Bin Laden, debemos cerrar filas en nombre de la Libertad y Democracia.

Debemos tener mucho cuidado en que no nos arrastren al maniqueísmo de la guerra en donde se definen los buenos y los malos, el bueno inmaculado, limpio, prístino, que lucha por los valores trascendentes de la humanidad, el malo que sólo busca apoderarse de la conciencia de las demás personas para inducirlas al imperio del mal.

En el preciso momento que el ejército ruso incursionaba en Ucrania, Israel bombardeaba Palestina, la OTAN bombardea Siria, caen bombas en Yemen. Pero como me defino como “el bueno” porque soy demócrata, porque amo la libertad, tengo que defenderla, si para defender esos valores tan preciados, debo bombardearte, debo desplazarte, debo aniquilarte, lo haré.

Si podemos observar eso es parte del mismo maniqueísmo. La guerra en Ucrania no la podemos ver como quien toma partido en un encuentro de futbol, considero que debemos de pronunciarnos y manifestarnos en contra de la guerra, hacer valer nuestro derecho a proteger la vida y la paz entre las naciones.

Como estrategia para solucionar el asunto, El ministro de exteriores de Luxemburgo secundado por el senador republicano Lindsey Graham, proponen la fabulosa idea de asesinar a Putin, luego aparece un millonario ofreciendo un millón de dólares como recompensa a quien concrete la hazaña, menos mal que son demócratas. En nuestro país hemos visto, y seguimos viendo, tantos y tantos asesinatos y que con eso no se ha resuelto nada, no podemos menos que oponernos a la guerra y buscar el dialogo y la paz.

Para los Estados Unidos todo está bien, mientras la guerra se desarrolle en Europa, pero en esta oportunidad, pudiese no ser así.

*Biólogo e Investigador

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