La labor de una administración del trabajo ética, que queremos rescatar en el país

Después de la coyuntura que dispuso la instalación del foro de concertación económico social, como uno de los acuerdos de paz, que pusieron fin al conflicto de intereses entre la oligarquía y el militarismo protector y la lucha de los sectores populares campesinos, obreros, mujeres, jóvenes, adultos mayores, religiosos, docentes, empleados públicos, niños y niñas, adolescentes hijos e hijas de esos padres y madres que se incorporaron al proceso revolucionario por mejores condiciones de vida y de trabajo.

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

Este acuerdo duró muy poco y abordó aspectos muy mínimos relacionados con el mundo del trabajo, se reformó el derecho colectivo fijando en 35 personas trabajadoras el mínimo para hacer un sindicato, 5 sindicatos para hacer una federación; 3 federaciones para hacer una confederación, arts. 211 y 257 del Código de Trabajo.

Se suprimieron las seccionales por departamento y las sub seccionales por empresa se convirtieron en las nuevas seccionales. Además, después de disponer por largos años de sólo 6 convenios, la suma se elevó a 20 convenios, hoy el país tiene más de 30 convenios ratificados.

Fue por presiones en el ámbito de la globalización económica, que se aprobaron los convenios sobre libertad sindical 87, 98, 135 y 151 en el año 2006. La Unión Europea, la atunera Calvo presionaron para que fueran ratificados por el país, dado que exportar sin aranceles en una lógica de libre mercado es la forma de acumulación, se modificó la Constitución, en tanto que los intereses de la oligarquía argumentaron alguna que otra inconstitucionalidad del art. 47, 48.

En ese tiempo, existían presiones para que el estado de derecho volviera a imperar, ese mismo en pro de los intereses oligárquicos y de la empresa privada, y que aún en nuestros días sigue siendo dominante a los intereses de la gente común y corriente. Las reformas laborales fueron mínimas y la oportunidad de disponer de una ley laboral de avanzada y en pro de la verdad, la justicia y la razón no fueron posible.

Modificar estructuralmente la administración del trabajo, fue infructuoso y no se pudo disponer de condiciones objetivas y subjetivas en pro de una reforma integral para el ejercicio y práctica efectiva e impulsar su funcionamiento a un derrotero de desarrollo y mejoría sustanciales para comprender la nueva fase que seguía. No obstante, el hecho de haber dejado del lado el objetivo del foro la concertación económico social, y no haber conseguido emparejar el partido en ese tema, se continuó imponiendo un modelo económico basado en el que tiene y en la ganancia en detrimento de la persona trabajadora y del que no tiene.

Para la administración del trabajo, era vital formular y dirigir la política socio laboral en función del plan nacional de desarrollo económico y social—lástima que ARENA y su gobierno neoliberal decidieron apropiarse del Estado y sus recursos, anulando la mínima institucionalidad pública que aún existía después de 12 años de guerra. Se tomó la decisión de anular la planificación centralizada en el Ministerio de Planificación y Desarrollo Económico Social, lo que implicó anular y minimizar todas las áreas de planificación y organización de las entidades públicas.

Se impulsó la lógica de libre mercado, lo que implicó la anulación y merma de los derechos laborales, se fue introduciendo el modelo no sindicato, por lo tanto, la administración del trabajo fue debilitando su base legal para la facilitación y promoción de organización sindical, ese fue el comienzo del debilitamiento estructural en el que nos encontramos en la actualidad en lo relativo al movimiento sindical.

Surgió el asunto de la precarización de los puestos de trabajo, el debilitamiento de la organización sindical en cuanto al sindicato de gremio, empresa y de industria, se iniciaba el desplazamiento del trabajo formal hacia el informal, el sub empleo, se pretendía potenciar el comercio y los servicios, dejando de lado el trabajo en el agro, y la mínima industria fue desapareciendo—se fue introduciendo lógicas como la estrategia empresarial de la flexibilidad y desregulación laboral. La administración del trabajo para la defensa, protección y cumplimiento de la ley fue desarticulándose hasta hacerla llegar a un mínimo de existencia.

El modelo no – sindicato, estaba implementado, la conciliación laboral con los patronos se fue acabando hasta llegar al mínimo, igual la inspección laboral, fueron desapareciendo la organización sindical constituida con relación laboral dando paso a la organización de personas trabajadoras independientes. La informalidad y el sub empleo se fueron incrementando y dando paso a un ejercicio sindical débil, corrupto, falto de ética, ligado al poder, desprovisto de reivindicación y con una merma sustancial en la negociación colectiva y los derechos.

*Sindicalista salvadoreño

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