Los increíbles beneficios de la canela para controlar la diabetes

Las opciones dulces para las personas que padecen de diabetes son más reducidas que para las que no. Sin embargo, la canela es un alimento que pueden comer todos, y que los diabéticos deberían comer especialmente: su consumo ayuda a mantener controlada la enfermedad. Solo en América Latina, casi 50 millones de personas padecen diabetes, y se estima que más de 31 millones también padecen la enfermedad pero no lo saben. Aunque puede prevenirse o al menos retrasarse con una dieta saludable y con actividad física, hay ciertos factores genéticos y contextuales más difíciles de evitar que también pueden influir en que alguien contraiga la enfermedad.

Por ejemplo, en un ensayo clínico con 140 participantes con diabetes —mujeres y hombres de entre 18 y 80 años— realizado en el municipio de Parnaíba, Piauí, estado del noreste brasileño, se le dio a cada paciente 3 gramos de canela en polvo diarios durante tres meses para comprobar cuán útil era este alimento.

¿Cómo se hizo el estudio de la canela para tratar diabetes?
¿Los resultados? Sus niveles de hemoglobina glucosilada y glucemia en sangre en ayunas se vieron reducidos. La diabetes tipo 2, la forma de diabetes más habitual, requiere que ambos niveles se mantengan bajos. Los investigadores, de la Universidad Federal de Ceará (UFC), aseguran que el consumo habitual de canela puede funcionar a modo de terapia complementaria para el tratamiento de este tipo de diabetes, según consta en su artículo, publicado en la revista American College of Nutrition.

Los pacientes convocados registraban hasta entonces un índice de hemoglobina glucosilada mayor o igual al 6%. En un ensayo de tipo doblemente aleatorizado —ni los médicos ni los pacientes sabían a qué grupo pertenecían—, fueron divididos en dos grupos iguales, uno recibió 3 gramos (cuatro cápsulas) de canela en polvo al día durante tres meses, y el otro ingirió un placebo de durante el mismo período.

Todos los participantes mantuvieron su rutina habitual en términos alimenticios y de tratamiento. Tras los análisis de sangre posteriores a la intervención, observaron que los pacientes del primer grupo tuvieron una reducción promedio del 0,21% en los índices de hemoglobina glucosilada. Los del segundo grupo registraron un aumento promedio de 0,38% en el mismo medidor.

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