Estados Unidos debe reevaluar sus relaciones con el mundo

Miguel A. Saavedra

Los Estados Unidos han llamado a consulta a los embajadores de El Salvador, República Dominicana y Panamá, países que recientemente rompieron relaciones diplomáticas con Taiwán y las establecieron con la República Popular China, acción que está en el marco de su potestad como Estado soberano, potestad que no es mayor ni menor que la que poseen los países antes mencionados, son potestades soberanas iguales, a pesar de las asimetrías de sus economías y poder militar.

El malestar de los Estados Unidos y de las derechas de los países latinos que han establecido relaciones diplomáticas con China es más que evidente, a pesar de que la potencia estadounidense estableció estas mismas relaciones con China desde hace casi 40 años, tiempo durante el cual ha desconocido oficialmente la pretensión de Taiwán de ser un Estado independiente, en consecuencia los Estados Unidos ha reconocido el principio de la existencia de una sola China.

La autodeterminación de los pueblos, la convivencia pacífica y la solidaridad y cooperación entre los Estados son principios del derecho internacional sustentados por la ONU que a lo largo de la historia han sido vulnerados no por Estados como el salvadoreño sino por Estados de grandes potencias que como Estados Unidos al considerar a Latinoamérica de forma unilateral su patio trasero; ha considerado natural atropellar la soberanía de los pueblos de los países latino con intervenciones militares, presiones financieras y diplomáticas orientadas a la desestabilización o caída de gobiernos que no son sumisos a su política exterior, yugo imperial que paulatinamente ha perdido poder.

En realidad Los Estados Unidos, como gobierno, debe reevaluar sus relaciones hacia Latinoamérica y el mundo entero con el que está en conflicto; debe abandonar el irrespeto que su presidente Donald Trump cultiva hacia nuestros pueblos; abandonar la idea que somos satélites que sólo giran en torno a sus intereses; reconocer que los gobiernos y sus respectivos pueblos poseen y construyen un futuro propio y que el establecimiento de relaciones diplomática de El Salvador con la República Popular China, es congruente con la decisión ya tomada por 177 países miembros de la ONU, que tiene y debe ser respetada y reconocida por igual para todos los Estados.

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