¿Y cómo está la economía en el país?

Róger Hernán Gutiérrez
Sindicalista salvadoreño

Se hace importante en el análisis que podamos saber cómo se encuentra nuestra economía, el común de la ciudadanía diría que mal, personeros del gobierno dirían que hay un crecimiento sostenible de 2 a 2.5 %; y la oposición diría que no hay rumbo y, que no hay medidas económicas que impacten el desarrollo económico, entre los más radicales opinarían que hay un continuismo del neoliberalismo, y que el FMLN ha caído en ninguna diferencia con el modelo de libre mercado impulsado por ARENA en el período pasado; y los otros dirían que no hay certeza jurídica y que ha cometido el gobierno una serie de errores por ser incapaces de conducir el proceso económico del país.

Definitivamente hay un poco de todo en esto, en consecuencia no sería fácil para nadie enrumbar una economía con tantas situaciones difíciles, y después de tantos aspectos que pudieran explicarse como intentos para corregir, hoy se habla de zonas económicas especiales para la parte sur oriental del país. ¿Por qué allí? Todos sabemos que el mapa de pobreza en el país es considerable a nivel nacional, y definir una zona en particular requiere de que tenga “condiciones favorables y potencialidades”, eso dice el gobierno para poder actuar, eso significa que Tacuba otra de las zonas más pobres o el propio departamento de Ahuachapán no tiene condiciones favorables y potencialidades.

Un régimen jurídico para una zona económica especial, en la parte sur oriental del país, aprovechando las potencialidades del Puerto de la Unión, establecer un modelo de gestión, con mayor agilidad y que facilite el comercio—en consecuencia seguimos pensando en un modelo económico que potencie actividades terciarias—que resultan de acuerdo a las tesis de ARENA implementar la figura de un una zona privada con todas las condiciones para un modelo económico en el país de servicios y comercio, algo así como la conversión hacia un puerto y aeropuerto con la mejor opción para el comercio internacional en la región, que finalmente nos lleve al desarrollo económico y social.

Se dieron varios aspectos que son importantes de señalar, qué tiene este proyecto de diferente al presentado por el capital denominado Zonas Especiales de Desarrollo Económico-ZEDE en el pasado, estará el sector privado apoyando estos esfuerzos, el capital corporativo internacional mantiene contradicciones y la Embajadora Manes fue clave para ilustrarla es una situación de disputa de capitales estadounidenses o chinos o de otra índole que invertirían en el lugar, cualquiera cosa es válida y se tira una cortina de humo sobre que se trata no sólo de aspectos comerciales, sino militares.

Entendemos que algo así requiere de un régimen jurídico diferente, para el caso el término especial, eso qué significa, una zona del país que tenga condiciones diferentes al resto del país, para decirlo claro un estado dentro de otro estado, algunos van a decir que la “constitución no lo permitiría” eso es simplemente un eufemismo, todo lo económico priva sobre el resto de situaciones y aspectos de otra naturaleza; y pareciera que el gobierno está un tanto ahogado en esta coyuntura; y se requiere de algo sustancialmente magno y de un impacto que recoja la superación de la pobreza para un número poblacional importante.

Este tipo de regímenes especiales provoca siempre concesiones que no tienen una reciprocidad equitativa ni justa, para explicarnos hablamos del asunto de las exenciones de impuestos y tasas municipales para supuestamente montar el negocio a cabalidad, representa una ventaja competitiva para otra que no tiene similares prerrogativas, la crítica es que funcionar con tales apoyos legales, administrativos, económicos, hacendarios y demás no ofrece que el negocio sea eficiente y genere las condiciones económicas sostenibles; y la experiencia en las zonas francas y depósitos de perfeccionamiento activo lo expresan en la práctica, y no han significado todo lo que se prometía e igual un Presidente expresó que El Salvador debería convertirse en una zona franca—sin embargo toda esa ilusión que según algunos implica más de mil millones de dólares, que no ha resultado en crear mejores y nuevos empleos, como tampoco ha conservado los actuales puestos de trabajo.

Sigue privando en las maquilas violaciones graves de los derechos laborales, aunque haya existencia de sindicatos de variadas concepciones de trabajo, ninguno ha conseguido un contrato colectivo o mayores niveles de libertades sindicales, y a pesar de estar con concesiones importantes siguen siendo capitales golondrinas, que presentan una alta rotación, no generan estabilidad laboral, pagan con restricciones el salario mínimo legal, están siempre abajo del salario de la industria en general. ¿Y entonces cómo está la economía?

*Sindicalista salvadoreño

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