UNA PÁGINA MÁS DE NUESTRA DEMOCRACIA

Al margen de los resultados finales que aún se procesan, las elecciones municipales y legislativas del 4 de marzo; no obstante ser calificadas por observadores internacionales como las más complejas de Latinoamérica, se desarrollaron de manera transparente, sin incidentes graves que lamentar, tanto en lo que al ejercicio del sufragio se refiere, como al ambiente de tranquilidad que lograron establecer las autoridades responsables de la seguridad pública.

El desafío del Tribunal Supremo Electoral, de administrar las primeras elecciones con Juntas Receptoras de Votos, con personal que no perteneciera a partidos políticos, en buena medida fue resuelto, ya que las 9422 Juntas Receptoras de Votos fueron integradas a lo largo y ancho del país; por supuesto que  una evaluación de los vacios observados será importante referencia que deberá tomarse en cuenta para las elecciones presidenciales del 2019.

No puede negarse que los llamados antipatrióticos a favor del ausentismo, el abstencionismo o la anulación del voto tuvieron algún efecto; sin embargo la participación de la población se mantuvo entre el rango observado en las últimas elecciones que mostraron una asistencia entre un 40 al 55 por ciento.

Los datos preliminares hasta la una de la madrugada del 5 de marzo mostraban una tendencia que favorece a la derecha en el ámbito legislativo y en algunos gobiernos locales, lo cual es propio de la alternancia en el poder; y por ser parcialmente desfavorable a la izquierda, representa un enorme desafío para las futuras batallas, que exigirán de una urgente renovación y redoblar esfuerzos, desde la sociedad, para evitar un regresión del avance democrático y mantener viva la consigna del líder histórico del pueblo Schafik Handal. La lucha continúa

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