De la dictadura a la democracia

Gene Sharp es un filósofo, político, profesor y escritor anticomunista estadounidense que sostiene que toda estructura de poder, se basa en la obediencia a las órdenes de los dirigentes. Si el sujeto no obedece, los líderes no tienen poder. Comprender lo anterior, dice, proporciona los medios para la “resistencia no violenta”, la cual da oportunidad al cambio dentro del Estado.


Por: José Guillermo Mártir Hidalgo


En su libro “De la Dictadura a la Democracia”, publicado en mil novecientos noventa y cuatro, Sharp plantea que las dictaduras inculcan insistentemente la sumisión a las figuras gobernantes. Además, las instituciones sociales han sido debilitadas, subordinadas y reemplazadas por otras nuevas y regimentadas. El partido dominante usa a éstas para dominar a la sociedad. Igualmente, la población ha sido atomizada y carece de confianza y es incapaz de ofrecer resistencia alguna. Las dictaduras hacen caso omiso a las barreras constitucionales y legales, a las decisiones judiciales y a la opinión pública y reaccionan con brutalidad: torturas, desapariciones y muertes.

Esto hace pensar que solo por la violencia se puede acabar con una dictadura. Los opresores siempre tienen superioridad cuando se usan medios violentos como modos de lucha. La lucha guerrillera tiene consecuencias negativas en lo estructural, pues un nuevo régimen que provenga del triunfo de la guerrilla es más dictadura. El golpe militar es una de las maneras rápidas y fáciles de quitarse de encima un régimen repugnante. Esta técnica deja intacta la distribución negativa del poder. Hay métodos más efectivos para desintegrar con éxito a una dictadura, con el menor costo en vidas humanas y sufrimiento.

Diversas dictaduras han caído, cuando se han enfrentado a una población desafiante y movilizada. Para echar abajo una dictadura, es esencial vencer el miedo en la gente y su habitual obediencia, forjando una determinación de lucha, fortalecer a grupos sociales e instituciones independientes, crear una fuerza de resistencia interna y contar con un plan estratégico para la liberación.

Las negociaciones no son un modo realista de librarse de una férrea dictadura. Las negociaciones se derivan de una evaluación realista de las situaciones de poder absoluto y relativo de los grupos contendientes. Si se llega a acuerdos es, por el resultado estimado que cada parte haga de la capacidad de poder de ambas.

Los dictadores requieren de la ayuda de los gobernados, sin la cual no pueden disponer de las fuentes de poder. Las fuentes de poder político son: la autoridad, los recursos humanos, los conocimientos y destrezas, los factores intangibles (influencias psicológicas e ideológicas), los recursos materiales y las sanciones. Todas estas fuentes dependen de la aceptación del régimen, es decir, del sometimiento y obediencia de la población. Negarles a los dictadores la cooperación popular e institucional, anula su acceso a las fuentes de poder.

Los dictadores parecen invulnerables, pero, las dictaduras tienen debilidades: personas, grupos o instituciones pueden negarse a cooperar. Las políticas anteriores del régimen limitan su capacidad presente. Su sistema rutinario de obrar no es apto para ajustarse a situaciones nuevas. Los subordinados no proporcionan la información que el dictador necesita. La ideología puede erosionarse. Una fuerte ideología causa desatención de condiciones y necesidades reales. Deterioro de la burocracia. Los conflictos institucionales internos pueden dañar las operaciones de la dictadura. Los intelectuales y los estudiantes pueden impacientarse. El público puede volverse apático y hostil al régimen. Las diferencias regionales pueden agudizarse. La jerarquía del poder de una dictadura es inestable. Sectores de la policía y las fuerzas armadas pueden actuar. Si dictadura es nueva, necesita tiempo para consolidarse. En una dictadura pocos toman las decisiones y pueden cometer errores de juicio. Si el gobierno está buscando evitar estos peligros, su control puede deteriorarse.

El desafío político tiene las siguientes características: no acepta que los resultados sean decididos por los medios de lucha escogidos por la dictadura. Es difícil para el régimen combatirlo. Puede dispersarse ampliamente en cuanto a la acción. Conduce a errores de juicio y de acción por parte de los dictadores. Puede utilizar a la población como un todo y acrecentar la distribución del poder efectivo en la sociedad.

La lucha no violenta es una técnica mucho más variada y compleja que la violencia. Es una lucha que emplea armas políticas, económicas, sociales y psicológicas bajo diversos nombres: protestas, huelgas, desobediencia o no cooperación, boicot, descontento y poder popular. Se han identificado cerca de dos cientos métodos de acción no violenta. Estos se clasifican en tres grandes categorías: protesta y persuasión, no cooperación e intervención. La protesta y la persuasión son manifestaciones simbólicas como desfiles, marchas y vigilias. La no cooperación se divide en tres sub categorías: no cooperación social, no cooperación económica y no cooperación política. Y la intervención no violenta hace referencia a procedimientos psicológicos, sociales, económicos y políticos como ayunos, ocupación no violenta, gobierno paralelo, etc.

La lucha no violenta produce un cambio de cuatro maneras: conversión (grupo contrario se pasa al lado de la resistencia), acomodación (confrontación altera relaciones de poder y conflicto puede terminar por un arreglo), coerción no violenta (dictadores pierden la capacidad de controlar los procesos) y desintegración (dirigencia adversaria pierde toda capacidad de actuar).

La planificación estratégica aumenta la probabilidad de que todos los recursos se movilicen y empleen de manera efectiva. Planificar una estrategia es calcular un curso de acción que hará factible pasar de una situación presente a un futuro deseado. El objetivo es destruir la dictadura en curso y establecer un sistema democrático. La incapacidad de planear estratégicamente hace que se dispersen las fuerzas y las acciones sean inefectivas, se dilapida la energía en asuntos sin importancia y los sacrificios se hacen para nada.

Los líderes de la resistencia necesitan formular un plan de acción global. Se necesita que los estrategas escojan el medio de lucha idóneo que contribuya a cambiar la distribución del poder efectivo de la sociedad. La gran estrategia tendrá que esbozar la mejor manera de desarrollar el conflicto: estudio de la situación, selección de medios, papel a jugar de la resistencia interna, papel que ha de jugar la ayuda exterior y calcular las posibles respuestas y la represión. Es una lucha a largo plazo, por lo que los estrategas no deben tratar de alcanzar la caída completa e inmediata de la dictadura, sino, lograr objetivos limitados. Se debe ir de las estrategias iniciales a las fases ambiciosas y avanzadas. Los estrategas han de calcular como limitar más las fuentes de poder del dictador.

*Psicólogo salvadoreño

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