COMUNICADO: Organizaciones sindicales, nos planteamos la necesidad de jugar un papel de provecho político-laboral, de compromiso con la población trabajadora y una sociedad económicamente viable, con una gestión gubernamental de bienestar y por la entrega de la causa sindical.

Los sindicatos nos seguimos quedando rezagados en la era industrial y digital, pero también de la economía de servicios, y vemos desarrollarse élites arcaicas y aristocracias que sobreviven en un medio cada vez más extraño a sus valores, formas de proceder y cultura sindical. No debemos seguir cayendo en un sindicalismo sin una causa clara de lucha, haciendo nuestro futuro en una lógica de poca autonomía y compromiso frente a los problemas que vive la sociedad. Este devenir a largo plazo nos llevará a una inevitable desaparición de las organizaciones sindicales o, a su transformación en sindicatos corporativos en sectores como la administración pública, la industria eléctrica, aeroportuaria, los servicios de comunicaciones donde se cuenta con determinado empleo estable y homogéneo.

El progreso social debe una parte importante a las organizaciones sindicales, por lo que su debilitamiento debería causar honda preocupación entre otros actores sociales; sin embargo, en lugar de valorarlo y rescatarlo de sus deformaciones y contradicciones, lo vemos como cuestión del pasado, con egoísmo y falta de solidaridad, que debe voltearse la página para conducirnos a una situación de convivencia social con clara privación de derechos humanos.

Los sindicatos contribuyen a la representación de intereses más amplios en las sociedades plurales, especialmente de los más desfavorecidos. Importante es que están las organizaciones sindicales involucradas en el marco del trabajo—la variable psico-sociológica que permite evolucionar a la persona en su desarrollo humano, cada vez más mermado, laborando en condiciones de indecencia, y en mucho en una ocupación de pura sobrevivencia, que provoca razones de subsistencia, que degradan al perder el trabajo lo humano.

No menos importante es la función que realizan para la redistribución de la riqueza, sin ser un mecanismo del Estado. Se continúa visualizando el debilitamiento de libertades sindicales, de la contratación y negociación colectiva como un mecanismo que permite el desarrollo económico, social y laboral de la fuerza de trabajo.

La competitividad parece hoy ser el único argumento para poder tener presencia en los mercados globales y en los gobiernos que regulan en contra de los intereses del capital, que son pronto reprimidos por medio de la financiación, la inversión foránea u otros mecanismos. Donde claramente se delinea la evolución del capitalismo, la potenciación del sistema financiero (fusión del capital industrial y bancario), la exportación de capitales. Ante esta situación, los sindicatos son mecanismos de redistribución y cohesión social cada vez más importantes, a la vez que son compatibles y hasta necesarios para alcanzar los objetivos de competitividad.

Es clave contribuir a dar soluciones prácticas a las organizaciones sindicales para basar estrategias de empoderamiento. Ello nos obliga a entender para poder explicar el debilitamiento del poder sindical: hacer referencia a factores externos como la globalización, el neoliberalismo, la crisis ideológica e identitaria de la izquierda social, la falta de alternativas al capitalismo, los nuevos modos de gestión del talento humano, los cambios en el sistema productivo, etc. El punto en contra, es que en este enfoque los sindicatos no han sabido adaptarse a las circunstancias cambiantes—siendo poco resilientes a esa realidad—

El poder sindical ha de ser entendido como la capacidad de imponer las posiciones e intereses sindicales ante sus interlocutores—esto es una cuestión que en su debilitamiento da paso a un sindicalismo oportunista, falaz, ganguero y venal para conseguir privilegios, en detrimento de los empobrecidos trabajadores que no logran discernir el falso liderazgo. El poder sindical en función del sistema de relaciones laborales, debe trabajar los aspectos de identificar cuatro fuentes: a) Lo Estructural: la posición que ocupan los trabajadores que están organizados en un sindicato. Portadores de habilidades escasas u ocupar una posición estratégica en la producción, lo que les concede poder de negociación; b) Lo Asociativo: tener miembros que aportan talento humano y financiero a un sindicato; c) Lo Organizacional: La voluntad para actuar de los afiliados requiere un proceso de identificación con el sindicato y sus políticas. Generando un poder asociativo como precondición para desarrollar poder organizacional; además de procesos democráticos y de diálogo interno para diseñar políticas comprendidas, compartidas y elaboradas a todos los niveles de la organización; y d) Lo Institucional: Debe promoverse de medidas legales, reconocimiento por la parte empresarial, participación en estructuras consultivas o en administración de políticas sociales públicas.

Es por ello que es importante involucrarnos en dos aspectos sustanciales que habrán de impactarnos:
I.-La reforma constitucional, se expresan opiniones que será con un contenido ad-hoc a la actual gestión Bukele para generar un continuismo en el poder, el punto acá es que está promovido por un jurista importante por su experiencia pasada en el período de la guerra y posteriormente en muchos campos en lo internacional y nacional, y hoy como Vice-presidente de la República asume el asunto de la reelección del Presidente como una cuestión sencilla de interpretación.

El proceso dejó de lado a constitucionalistas reconocidos que claramente no comparten esta interpretación, lo que no permite visualizar si realmente dicho proceso ha recogido una realidad favorable a los intereses del pueblo.

Se dice también que el capítulo laboral no ha mejorado en una sustentación jurídica que eleve los derechos al trabajo, al bienestar común y la seguridad social. Para el caso del desarrollo al mejoramiento de las libertades sindicales—organización, contratación colectiva y huelga—

Se menciona igual por otros analistas de que el que tiene el poder, quiere que el marco jurídico y regulatorio responda a poner el país acorde a las condiciones que se requieren y haya nuevas reglas del juego, las experiencias de las diferentes constituciones 1824, 1886, y otros años; llegamos al siglo xx y se dieron en 1939, 1944, 1945,1950,1962 con el nacimiento del PCN. Es decir, el texto constitucional acogió siempre los movimientos políticos, golpes de estado y otros amotinamientos y subversiones de aquellas épocas.

La guerra hizo estragos en el régimen político y la de 1983 no la evitó y sus reformas no lograron sacar de la crisis al país, y eso implica forzosamente reformar la actual y recoger una realidad diferente-que puede enmarcar un nuevo juego político.

II.-La reforma previsional, es el otro gran tema, que implicaría mejoramientos al sistema de protección social del país en la materia previsional, el período de pandemia determinó deterioros profundos en materia de una mayor desprotección a los asalariados y mucho más a los no asalariados.

La previsión social, es sólo para el 27% de la población que labora formalmente, lo que lleva a una gran masa poblacional que no tendrá una protección social durante la adultez mayor, e implicará una alta presión para el Estado, mucha gente que labora sin un salario y sin cotizar al sistema, pero por la vía de los impuestos sostiene a ese grupo dentro del sistema previsional, sin obtener ningún beneficio.

Los montos de pensión son muy reducidos y están bajo la tasa mínima de reemplazo del 40% según C102 (OIT) de la seguridad social; así también gran parte de los cotizantes, aun cuando lo hagan, no tendrán ese derecho y su poco ahorro les será devuelto sumándose al otro gran grupo poblacional fuera del sistema. Esta es la razón del por qué es importante la reforma, dado que muchas personas trabajadoras con los requisitos cumplidos de pensión, no se retiran por no convenir a sus intereses de vida.

La violación al art.50, que manda al Estado a cubrir la seguridad social, fue inútil para hacer ver la inconstitucionalidad por obligar a las personas trabajadoras a irse a un sistema privado como las AFP. Hoy es una oportunidad para que quede claramente determinado con la reforma constitucional dicho derecho.

El sindicalismo debe atender estos temas con poder sindical para ser competente y capaz de una interlocución con los tomadores de decisión, y más tratándose de un gobierno poco anuente al diálogo social, y no será válido dejarse sorprender, por lo que debe generar las dinámicas necesarias que lo lleven a un mejoramiento sustancial de los derechos en el régimen de trabajo y la seguridad social.

 

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