Jorge conversa con Francisco. (Segunda Parte)

Finalicé el internado rotatorio, un alumno más entre ese mar de sueños; hubo una discusión entre mi madre y mi padre, debí intervenir y decirle a mi padre que dejara de joder, él me dijo que no le importaba si lo quería o no, pero con que defendiera y cuidara a mi madre era suficiente, la llamó y le preguntó cómo era mi comportamiento con ella, mi madre le dijo “Es el mejor hijo”.

Por: Francisco Parada Walsh*

Mi padre juró frente a ella que mientras él viviera, yo recibiría una cantidad de dinero mensual, se puede decir que de por vida; pero algo sucedió ese viernes 29 de noviembre de 1991, había un sentimiento de tristeza, tenía ganas de llorar, presentía que algo sucedería.

Pude ver a mi madre postrada, mujer fuerte como un roble no era de acostarse por algo sencillo, todo empezaba a armarse o a desarmarse; al día siguiente la invité a la inauguración del centro comercial “Autopista Sur”, no quiso ir, me dijo que otro día; ese sábado me acosté junto a ella, pude ver la película “Gandhi”, mi sentimiento de tristeza era tremendo.

El domingo 1 de diciembre mi  padre se fue para Usulután, y todo parecía normal, cuando regresé de traer a mi novia y llegué a la casa, mi perra estaba como loca, mi madre estaba tirada en el suelo, solo balbuceaba, como pudimos la metimos al carro y la llevé al hospital Médico-Quirúrgico; quedó ingresada, pensé que no sería tan grave, al día siguiente que la fui a ver, ya estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos, ya no la conocía entre tantos aparatos, sondas y tubos; estaba sedada, como sedada quedó mi vida desde ese día, ahí empezaba mi madre a morir de a poco.

En ese dolor, mi hermana mayor visitó al ministro de Salud, coronel y doctor Lisandro Vásquez Sosa y le planteó lo que estábamos viviendo, él, hombre educadísimo, no dudó en que mi servicio social lo realizara en un lugar cercano para poder visitar a mi amada madre, ahora que veo hacia atrás, debo agradecerle al Doctor Vásquez ese pase que me hizo, me permitió nunca alejarme de mi madre, poco a poco el cuadro clínico se volvía más grave, mientras ya estaba realizando mi servicio social en el hospital nacional de San Bartolo.

En ese periplo, lo aprendido en toda la carrera dio frutos, no sé cómo pude hacer un diagnóstico tan acertado, algo que le llevó tres meses a ginecología, medicina interna y cirugía del Seguro Social atinar a lo que fue tal diagnóstico, recuerdo a un colega, al Doctor Jorge Gómez que me dijo: “Sí has dado de qué hablar en el Seguro”;

elogios que nunca cambiaron ni mis prioridades ni mi auto estima, entendí que ese era el Francisco que nació sabio, y que con el paso del tiempo se ha convertido en un hombre inseguro, solitario, algo huraño, que no sigue al rebaño y me pregunté cuánto sabía a lo que me respondí que mi vida sería diferente, muy diferente, lo que vivo actualmente no es casualidad, siempre fui libre, demasiado libre y entiendo que cuajaron los valores que me zampaban hasta en la sopa tanto mi padre como mi madre.

Desde que mi madre fue ingresada, solo hubo una tan sola ocasión que pudo hablar, fue cuando llegó a verla mi hermano y colega Dr. Vicente Villalta, mi queridísimo amigo “Chente” llegó a saludarla y mi Nena le dijo “Hola Chente”. Para nunca volverla a oír hablar.

Mientras llegué a verla, era un jueves por la tarde, pude ver sus labios con sangre, entendí que se le habían realizado maniobras de resucitación, sabía que el final estaba a la vuelta de la esquina.

Debo dejar constancia del apoyo recibido por el Doctor Ulises Gutiérrez, quien en una conversación me hizo ver que debía decirle a mi madre que ya no luchara, que todo estaría bien, que mis hermanitos la estaban esperando en ese cielo tan raro que me han hecho creer; llegó el día cuando le susurré al oído tales palabras, el rostro de severidad de mi madre hablaba, no estaba de acuerdo con dejar de luchar, no, mi Nena era, es y será mi ejemplo de vida.

*Médico salvadoreño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: