Mi Cuarto de Madera

De madera barata. Era un sueño, ahora es una realidad.

Por: Francisco Parada Walsh*

Me encantan los materiales que pertenecen a mi montaña como es el adobe y la madera; poco a poco voy aprendiendo habilidades que jamás imaginé poseer, además la falta de mano de obra es inmensa, todos los jóvenes se han marchado para el norte, pocos van quedando y las remesas ayudan a que el consumismo desenfrenado sea una realidad.

Mientras escribo debo remontarme a tantos cuadros que adornan Mi Cuarto de Madera; empezaré por los cuadros que me vigilaban en mí niñez, son dos que fueron pintados en corteza de árbol, esos cuadros los trajo mi padre de México, no sé cuándo pero son de las pocas cosas que guardo de la familia; unos son unos pájaros rodeados de flores y el otro cuadro son unos caballitos, hay recuerdos bellos y otros dolorosos que cabalgan esos caballitos.

Guardo con mucho cariño unos cuadros que mi hermana mayor, Beatriz trajo de Tailandia, el arte se adora, se admira, se disfruta, quizá no entienda de técnicas de pintura pero esos dos cuadros marcan otra época de mi vida; hay uno que compramos junto a mi ex esposa en Antigua Guatemala, está a mis espaldas, es una calle empedrada, como la vida; el tiempo lo ha querido ensuciar pero él no lo permite, sabe que ese cuadro guarda amor.

Adornando el respaldo están tres cuadros que un amigo trajo de Brasil, representan al vaquero argentino, uruguayo, brasileño, es el gaucho que toma mate, que luce sus elegantes botas de potro;  conservan y conversan al calor del fuego mientras el asado llega a su punto. Enmarcarlos resultó carísimo, ahora uno de ellos está desnudo, se quebró el vidrio que lo protegía y ha quedado vulnerable a todo.

Frente a mi están los “Zapatos Viejos” de Van Gogh que son tan determinantes en la vida de cualquiera, particularmente señalan lo que andamos por la vida, es el zapato gastado, es el trabajo de las distancias recorridas que todos hacemos y veo todos los pares de zapatos que tengo, no pasan de cinco pares, y apenas ocupo los de reír y de llorar, los otros siguen guardados y recuerdo tener cajas guardadas con zapatos comprados en la tierra de Cochise, de los estilos que quisiera, colores y diseños, todo en la vida cambia; tenía unos zapatos de charol, elegantísimos, todo es pasado, todo; ahora apenas puedo comprar un par de zapatos, y no me preocupa.

Guardo con mucho cariño un cuadro que me regaló una amiguita, es la hija del Licenciado Luis Mario Pérez Bennett, Celeste me pintó ese cuadro no de celeste sino que, la magia de los colores mezclados en la mente de una niña prodigio me ilumina el cuarto, aun, guardo la tarjeta con la dedicatoria hacia mi persona.

Frente a mí están las Bahianas que reflejan la alegría de la costa brasileña, ese es mi cuarto y como tesoros robados a un pirata tengo clavada una ventana antigua simulada, no habían bisagras, ahí escondo tres planchas que se usaban hace un siglo, se debían tener dos, mientras una planchaba al rígido pantalón, la otra plancha se calentaba en las brasas, poco importaba si tenía frio, si tenía calor; otra plancha más moderna es una que me mira, a esa se le echaban brazas hirvientes en su barriga y así se planchaban la ropa y las penas.

En el suelo está una piedra de moler y un molcajete, adoro lo antiguo, adoro lo nuestro; nunca he usado la piedra de moler pero sí el molcajete, pensé que sería una salsa diferente con sabor a molcajete pero no, nada del otro mundo; otro adorno más en la pared como diría Pink Floyd. No puedo dejar de mencionar un sombrero de los que se usan en las costas de Colombia, en el atlántico, aquí lo guardo, no lo uso, solo me sirve para guardar bellos recuerdos de mi familia, de mi sobrino, de mi sangre.

Ese es Mi Cuarto de Madera y mientras me escapaba a escribir, mi gata Calicó siguió mis pasos, creo que no será mi cuarto, sino el de ella, que duerme plácidamente en mi regazo, al final de la vida nadie sabe para quién trabaja. Aquí ronronea para quien trabajo. Cuarto de Madera, cuarto para el amigo lector, para el amigo que quiera subir a conocer mi sencilla vida.

*Médico salvadoreño

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