Yo vi jugar al “Mágico” González

Muchos recuerdos aparecen borrosos, creo que pateaba los diez y seis años de edad.

Por: Francisco Parada Walsh*

¿Quién no había oído hablar del “Mago”  González? Sin redes sociales, apenas unos cuantos canales de televisión existían, sin embargo, ver jugar al “Mágico” González era no un deleite, quizá él era dios y por un momento, el público eran ángeles, apóstoles o diablos pero ese joven flacuchento, fibroso, siempre en otro mundo, en el mundo de los genios regalaba recitales del mejor futbol que he podido ver.

Recuerdo una vez que el “Mágico” pasó por el colegio García Flamenco en su lindísimo coche, un golf GTI  color negro, creo que tenía unas rayas doradas y plateadas, y empezamos a putearlo, pocas veces he sentido envidia de la mala pero ante la grandeza de Jorge, nuestra manera de no querer aceptar su luz fulgurante era caer bajo, era el insulto mientras él, nos hacía claras señales que tenía que comer.

El duelo entre Atlético Marte y club deportivo FAS era a muerte; en ambos equipos habían excelentes jugadores, por el lado del Atlético Marte recuerdo a Fagoaga, el “Nene” Escalante, el “Mandingo” Rivas, “La Mica” González (Hermano de Jorge) y por el lado del FAS estaba Pichioni, Amado Abraham, “Imacasa” Recinos, Billy Bou, Casadei y el genio de genios; ese partido lo ganó FAS, aun, se cobró un tiro de esquina a favor de Marte o de FAS en la esquina contraria y ante la derrota sufrida, se trató de que la FIFA repitiera el partido pero no puedo olvidar cuando Fagoaga y otro jugador del Marte intentan hacer un emparedado del “Mágico”, éste, solo se apartó y los jugadores marcianos no quedaron en Marte sino en la luna del golpe de que se dieron entre ellos.

Viene un partido histórico para nuestro futbol, FAS jugaba de local, el rival era Olimpia de Paraguay, quien ganara, jugaría la Copa Intercontinental con el campeón de Europa; en la alineación titular no figuraba el “Mágico”, desde un palco en el sector sur lo miraba en el área de platea fumar tan tranquilo, su vestimenta era un jeans, una camisa “hawaiana” y miraba el partido como otro aficionado más, Olimpia ganaba dos a cero; termina el primer tiempo y sigo observando al “Mágico” quien entra por la puerta que da a la cancha, empieza a calentar y ya la afición sabía que las cosas serían diferentes, dudo que el Olimpia supiera que tendrían frente a ellos a uno de los mejores jugadores del mundo.

El partido empieza, de repente tiro libre a favor de FAS ¿Quién más para cobrar ese tiro libre? Es el “Mágico” quien estrella el balón en el poste y viene el “Avión” Casadei y ¡Gol del Fas! No recuerdo los demás goles, el resultado fue empate a tres goles pero nunca olvidaré cuando el “Mágico” toma el balón, se detiene ante un defensa paraguayo, la afición sabía lo que venía, empiezan a corear “culebrita, culebrita” y en un santiamén el jugador paraguayo solo ve pasar el balón a la altura del cuello y cae de culo, literalmente se fue de espaldas, es el “Mágico” quien centra el balón y ¡Gol del FAS! Es el “Mágico” quien cuenta que al finalizar el partido se le acerca el defensa paraguayo, Jorge no era de pleitos, era de la noche y quizá algo temeroso ante haber dejado sentado al adversario quizá esperaba algún reclamo pero no, el defensa se le acercó para preguntarle cómo había hecho tal truco de magia, jamás había visto a alguien hacer tal belleza.

Ese era el “Mágico”. Era 1982, entraba a la universidad y de repente teníamos a un compañero de lujo, era el Ricardo “El Negro” Mora; no pasaba desapercibido, acababa de defender la portería logrando la clasificación para el mundial de España de 1982, inmediatamente uno de mis mejores amigos Jaime Javier Tovar Pinto hizo amistad con Ricardo, tuve la oportunidad de salir muchísimas veces con él y mi pandilla de malandrines, íbamos a comprar alguna ropa deportiva a Metro Centro, por las noches éramos unos gatos negros visitando una discoteca en el edificio Balan Quitzé llamada Gato´s y quién no conocía a Ricardo; los fines de semana enrumbábamos a jugar tenis a los apartamentos Altamira, no era tanto por jugar sino por ver a unas conejitas que me traían más loco de lo que soy.

Mi amigo Jaime Javier, nieto del “Chino” Pinto entabló una buena amistad con el “Mágico”, y cuando esta leyenda llegaba a traer a mi Jaime Javier (Q.D.D.G), era doña Yolanda Pinto que, sin importar lo que Jorge era para el futbol, primero debían recoger las hojas del árbol de aguacate y la caca del perro; el “Mágico”, con su particular modo y sabedor que pasaría un gran momento junto a mi Jaime Javier no dudaba en cumplir a cabalidad las órdenes de doña Yolanda. Yo vi jugar al “Magico”González.

*Médico salvadoreño

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