“El Tigre suelto y el Burro Amarrado”

Por: Francisco Parada Walsh*

Tigre suelto: Ajá amigo Burro, mientras me da apetito conversaré contigo, espero que entiendas que no por ser un salvaje tigre te comeré, no, esa es mi esencia y como tal, te disfrutaré hasta el último huesito. Burro amarrado: Lo sé  amigo Tigre, tú tienes todas las ventajas, mírame, estoy amarrado, no puedo saltar, correr ni patalear, quizá me parezco a un paisito que se llamaba, escucha bien amigo Tigre, se llamaba “El Salvador de Qué”.

Tigre suelto: pero amigo Burro ¿Por qué dices que “se llamaba”? ¿Qué acaso ya no existe tal paisito? Y dime algo amigo Burro, ¿Por qué estas llorando? Burro amarrado: No lo sé, ahí vivía mi familia, no sé qué será de ellos, no sé si viven o mueren, sin embargo quizá prefiero que me devores a morir de esa  hambre eterna que vivimos en El Pinochini de América; antes que tú me atraparas ya el pasto escaseaba, todos los animales de la pradera éramos enemigos, nadie podía ver que eras feliz pues era ya motivo suficiente para hablar de ti, para verte mal, para odiarte, para joderte.

Tigre suelto: ¿Aun la felicidad es motivo de odio en tu paisito? Burro amarrado: Si amigo Tigre, nadie quiere que seas feliz, nadie, esa es nuestra realidad. Tigre suelto: Pero  ¿Cómo pueden vivir así amigo Burro amarrado? Burro amarrado: Es cuestión de costumbre, así nacemos y así morimos, fíjate amigo Tigre suelto que en ese terruño tan pequeño la tierra gime de tanto dolor, de tanta maldad y eso es lo que vivimos, no nos cuesta convivir así, siempre la vida de los animales de ese paisito ha sido adversa, siempre yendo contra corriente en busca de un mejor pastizal, al final, de tanto luchar por salir de esa finca del terror  llegamos a tierras lejanas, a tierras de Cochise.

Tigre suelto: ¿No me digas Amigo Burro amarrado que son ustedes los que salen en polvorosa cada día en busca de un futuro mejor? Burro amarrado: Si Amigo Tigre suelto, somos todos los animales de esa tierra rojiza que nadamos, que corremos, que morimos en busca de un fresco pasto verde y preferimos dejar nuestra tierra que nos vio nacer por buscar nuestros sueños. Tigre suelto: ¿Qué acaso ustedes  tienen sueños? Burro amarrado: Teníamos, escúchame bien amigo Tigre suelto, “teníamos sueños”, sonábamos que nuestros hijos burritos y tigritos correrían por bellas montañas, que siempre habría frescos riachuelos donde abrevar, pasto suficiente para todos los animales de ese paisito pero no; hasta el agua apenas corre, así como mi sangre que apenas corre, apenas circula, apenas vive.

Tigre suelto: ¿Quiere decir que hasta conseguir el agua es un problema en tu paisito? Burro amarrado: Así es amigo Tigre suelto, ya el agua no llega, toda queda en poder de los dueños de la finca, nosotros tenemos que cargar cántaros y caminar kilómetros para llevar esa agua a nuestras casas, tiempo perdido pues nuestros hijitos burritos deberían estar estudiando, no cargando agua. Tigre suelto: Dime algo ¿Y ustedes estudian? Burro amarrado: Si, estudiamos, aquí donde me vez no soy cualquier pelagatos, soy doctor en medicina, estudié quince años y quizá te convendría dejarme vivir y así curar a toda tu familia de tigritos.

Tigre suelto: ¿Cuánto dices que has estudiado? Burro amarrado: Quince años mi amigo pero quizá no sirvió de nada, aprendí anatomía, fisiología y tantas ciencias más pero no aprendí a amarme, a cuidar de los míos, a darme a respetar sino que siempre agaché  la cabeza, siempre; ahora pienso que quizá me hubiera servido unas clases de amor propio y de dignidad que de anatomía.

Tigre suelto: ¡Buena reflexión mi amigo, muy buena! Porque si todos los animales de tu paisito viven así, es fácil engañarlos, mírate tú, ahí estás amarrado, solo te invité a pasar a mi territorio y recuerda bien, yo no te puse el lazo. Burro amarrado: Tienes razón, fui yo el que se puso el lazo, es algo normal en mi paisito donde cada quien es esclavo de sí mismo y de los patrones, de “Los mismos de siempre”, y quizá este lazo me sirva para ahorcarme, ya no quiero vivir.

Tigre suelto: ¿Quiénes son “los mismos de siempre”? Burro amarrado: Es una historia larga, larguísima y quizá te aburras, pero son todos los que han saqueado a mi paisito y que tienen a todos los animalitos aguantando hambre, vieras qué tristeza da ver a los siervos caer patas arriba del hambre, no hay ni trabajo ni agua ni nada; por buscar pasto es que caí en tus garras y quizá, deba morir. Tigre suelto: Tu historia mi amigo Burro amarrado me ha quitado hasta el apetito, y has sido sincero conmigo por lo que no te comeré, al contrario, te quedarás a vivir con nuestra manada. Burro amarrado: Dígame Tío Tigre suelto, no se me quede callado, usted será “Mi señor” de ahora en adelante, usted me da la orden que sea y se la cumplo con los ojos cerrados.

Tigre suelto: Mira amigo Burro amarrado, no quiero que me digas “Mi señor”, sé tú mismo, no quiero serviles en mi manada, sino respeto, si me vuelves a llamar “Mi señor” te juro que te devoro. Burro amarrado: “Si mi Senor”…

Médico salvadoreño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: