¡Vivo o muerto!

Por: Francisco Parada Walsh*

Pareciera que aquellos volantes pegados en derruidos postes en el viejo oeste cobran vida, rostros de forajidos que poco importa si son capturados o asesinados, lo importante es cobrar la recompensa; aquel oeste donde la ley del más fuerte prevalecía, y a la fecha parece que nada ha cambiado y ¡ese forajido soy yo! poco importa si me capturan vivo, hablo del ser humano al que el corazón palpita; soy apresado y me llevan donde las autoridades o da lo mismo si llevan mi cuerpo balaceado y lo tiran en un viejo portal.

¿Qué es estar vivo?: Atesorar, guardar, creer en mi grandilocuencia, fingir, aparentar, juzgar, envidiar, desear, ofender, matar; solo el vivo puede matar.

¿Qué es estar muerto?: Escribir. Cuando escribo estoy muerto, no hay sentimientos que maltraten mi vida, río al leer lo que escribo y en muchas ocasiones lloro, llanto que el vino no calma sino aumenta; a veces puedo notar el dolor en las teclas, se aburren de tanto puyarlas, les duele la espalda y los ojos, no les gusta madrugar.

Estar muerto es hablar con mis gatos, darles comida a todos los perros amigos.

Estar muerto es destapar la botella de vino que en vano limpia mis venas, no necesito invitados, me basta que Jorge invite a Francisco o viceversa, aun siendo el mismo tenemos discrepancias que el vino amaina.

Estar muerto es detener el tiempo con un libro clavado en el pecho, atravesado por una estaca en forma de cruz invertida como un vampiro malo.

Estar muerto es ver que cada día mi meta está más cerca, esa meta llamada vida, apenas me imagino ir cruzando la línea de llegada jadeando, feliz por haberme portado bien en la muerte ¡Nada más absurdo! prefiero portarme mal y cuando llegue a mi meta sea el diablo el que me espere y volemos hacia el infierno.

Estar muerto es conocerme y ver mi fragilidad que día a día se revienta, soy un vaso sanguíneo, no sé si arteria o vena, quizá por mi tamaño soy un sencillo capilar que sangra verdades y sueños o quizá mentiras y realidades.

Estar muerto es ser uno solo con el árbol, con la rosa, con la orquídea; sentir que mi ego son pétalos que poco a poco se caen y quedo desnudo exponiendo una miseria ante mí mismo, ese ego que debería nunca existir y sin embargo me atenaza, me silva, me abuchea.

Estar muerto es pensar que mi muerte terrenal tuvo algún propósito y que mi estancia en este pasajero planeta Tierra Roja valió la pena pues en la eternidad que me espera haré todo aquello que no puedo hacer en muerte: Escribiré poesías, escribiré canciones, me fascina el rock and roll y particularmente los tangos; escribiré salmos, pintaré, aprenderé muchísimos idiomas, viajaré por el mundo, escribiré más y más; siento que mi deuda con la máquina de escribir, el lapicero y la computadora es enorme, debo escribir por los años que tuve artritis en el alma, una deuda conmigo; mis líneas no son legado a un mundo que no los merece ni me merece, estamos a mano, son sencillas páginas que deben esparcirse cual polen y que solo polinicen algunas almas y mente. No puedo aspirar a más. Ni cocaína.

Estar muerto es amar lo sencillo, amar esa soledad que tan detestable es para algunos; si estoy muerto no me pueden matar, no me pueden hacer nada. Si estoy vivo me inundo de miedos, de inseguridades, de traumas. Prefiero morir, morir, morir; nada puede detener ese proceso donde renuncio a la vida, a esta mentirosa estancia y prefiero la única realidad que existe, que es la muerte.

Estar muerto es ser yo, usted, aquel, somos uno mismo, un mismo destino, un mismo plan. Espero que ese cielo que no merezco exista, quién sabe me acepten y vaya a tocar arpa junto a las angelitas de Victoria´s Secret, ponga cara de bien portado mientras las admiro y si me porté mal en la muerte como estoy seguro lo he hecho, entonces me espera ese frío infierno y deben mandarme a tocar un guitarrón a la par de Van Helen; disfrutar de un tango bien apretado con una santa diabla, santa por permitirme abrazarla, tocarle la cola, acicalarle los cachos, besar su legión de demonios pues de santa no tiene nada; no sé si será algún amor pecador que tuve que también tiene derecho a que un diablo termine mi trabajo, que creí lo hice bien pero no, debe un diablo hacerla pecar como merece para que todos estemos en paz.

La muerte no me preocupa, bueno, es mi estado actual y tiene sus cosas buenas, malas y feas; entre las cosas buenas de estar muerto es que los miedos desaparecen si ¿Qué es lo que más temor nos causa?: Esa vida a la que huimos día a día cuando sucede lo contrario, cada día estamos más cerca de ella; entre las cosas malas es que mi edad de muerto es poca y cuando viva tendré una eternidad infinita para vivir con lamentos en mi corazón por todo lo que no hice mientras estaba muerto y lo feo es que no poder llevar tanto vino ni chicharrones como quisiera pues la migración del mas allá con esto del Covid está más estricta y recientemente me dijo una amiga diablilla que los libros están prohibidos en el infierno, nadie debe leer ¡Se debe ir a pecar!

¿Será así mi nota necrológica?: “Con profundo dolor comunicamos que entregó su alma al creador, el que en vida fuera un excelente amigo, profesional destacado, hombre altruista, amante de los animales que deja un legado de justicia, paz y armonía”, nada más falso, nada más falso, nada de eso soy yo, esa nota se refiere a otra persona; mi nota donde aviso mi viaje sin retorno debe decir: “Con profunda alegría comunicamos que Francisco entregó su alma al creador del bien y del mal y un cuerpo balaceado de excesos; que según el reporte de medicina forense se describen a continuación: Paciente sin edad, se encuentra un hígado enorme que indica ingesta excesiva de vino, guaro, cervezas; un corazón y una próstata agrandada de tanto amar , un cerebro enjutado por el poco uso , unos pulmones negruzcos de tanto fumar, ojos enormes de tanto ver lo que no debía, dientes grandes y escasos por morder la fruta prohibida, una nariz agujereada de aspirar justicia, paz, amor y una alma que pesa 21 gramos.

*Médico salvadoreño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: