El Drama Humano

Por: Francisco Parara Walsh*

Como barriles llenos de pólvora que explotan, así, poco a poco empiezan a arder y a explotar miles de hogares en El Pinochini de América; el desempleo, el hambre, la enfermedad y la muerte son y serán nuestros nuevos vecinos, incómodos pero vinieron para quedarse y al parecer por un largo, largo tiempo. Pocos estamos exentos de ese drama.

Saber que un amigo cerró su local, cerró  sus sueños, cerró su fuente de comida no es para sentir ni por cerca ni alegría y mucho menos lástima; sí compasión, sí empatía; conocer a familias que no saben ni qué cenarán, asusta; empleados allegados a ex funcionarios que fueron despedidos de tajo; es la miseria que se vive y se viene. Asimilar un despido o un cierre de un negocio no es fácil, es cómo perder a un ser querido; lamentablemente  un país que dejó que su gente llegara a perder todo, un estado que permitió el derrumbe total de su  economía de por sí maltrecha dice mucho de lo gravísimo de la situación, no será fácil esa reconstrucción del tejido social (Sí es que un día lo hubo); al contrario, se percibe una tensión en el ambiente que se corta con cuchillo; conseguir empleo a los cincuenta años de edad es un imposible para el común ciudadano, tristemente hay un gozo perverso en el mismo pueblo en la auto destrucción, algo irreal, algo inimaginable pero conozco personas que saben que vivimos y viviremos una tragedia pero poco les importa, hay una relación sado-masoquista que se demuestra en una alegría si todo falla y aun, conocedores que sus hijos están siendo condenados a una pobreza eterna no les preocupa, el objetivo o quizá la premisa sea: “Si yo estoy jodido, que estemos jodidos todos”, claro, el que debe estar bien es su líder, eso es todo, ¡Nada importa! de a poco empieza aquella persona que se consideró inamovible a entender que no es nadie, nadie; creyó en su jefe y él, no le dará de sus ahorros ni mucho menos de lo saqueado.

Si el salvadoreño tuviese ese espíritu de saqueador de cosas buenas, no dudo que El Salvador de Qué fuera el país número uno en el mundo en descubrir tesoros arqueológicos pero no, se saquea dinero en efectivo, quince millones al día. Lo que vivimos es un realismo mágico, ni siquiera se intenta disimular,  negarse a ver la realidad presente y menos ese futuro de miseria que será el pan nuestro, tuyo y mío de cada día; desde hace ratos se acabó la que se llamaba  clase media a la que un profesional cree que pertenece, solo quedaron dos clases sociales: Los ricos y los pobres y si me considero una persona que pertenezco al estamento medio ¡Estaría re loco!  las diferencias cada día son más marcadas y quizá  más injustas pues mientras sé de personas que solo hacen dos tiempos de comida al día como resultado del desempleo que generó “la mayor encerrona del mundo” por otro lado se puede ver una caravana de ferrasis desfilando por el litoral  cual si fueran carros baratos ¡ese es el mundo, esa es la vida! una riqueza asquerosa frente a una escalofriante pobreza;  no se necesita ser economista para entender el drama que viviremos pues basta ver mi ahorro, mi billetera, esa refrigeradora que es un indicador de lujo para saber que no tengo comida (Y no todos tenemos acceso a una refrigeradora).

Ese es nuestro país, apenas en unos meses empezaremos a recibir a miles de mal llamados “hermanos lejanos”, ¿Cómo se le puede llamar “Hermano lejano” a una persona que su misma patria vomitó? ¿Cómo por Dios?: Ofensa a esos millones de salvadoreños que han mantenido al país enviando remesas, mientras, la clase alta se luce en caravanas de ferraris. El drama humano ya se está viviendo, después de las elecciones y según los resultados así puede venir una cadena de impuestos inimaginables: Aumento al I.V.A., impuesto predial, impuesto a la gasolina, aumento al  transporte público, renovación de placas del parque vehicular,  impuesto a los artículos suntuosos, aumento a los servicios básicos (La energía eléctrica ya presentó su primer alza)ventas de acciones de A.N.D.A. y de a poco empieza la privatización pero parece a nadie importar y debido a ese agujero negro que esta gestión ha creado, serán deudas que nuestros ojos no verán canceladas, quizá viviremos tiempos más difíciles de lo que imaginamos.

Soy mayor, mi drama no se compara al que sufrirán los menores de edad, adolescentes y adultos jóvenes; no hay escapatoria a la vista, sin embargo el sentido común debería prevalecer aunque no será así; particularmente el mantener a un país ignorante es lo que más votos puede llevar a sus aguas el partido gobernante, no hay una tan sola diferencia entre el hombre que vive en mi montaña y que nunca recibió estudios con un médico que estudió 15 años, ¡no hay ni una sola! el voto tiene el mismo valor y por lo aires que soplan con toda seguridad el voto en el área rural será decisivo y debe el área urbana decidir entre  libertad o el caos.

Profesionales molestos porque no lograron obtener una plaza con el gobierno del FMLN ahora gozan y creen que sus hijos vivirán una plenitud, ríos de leche y miel y un mundo lleno de oportunidades ¡Nada más equivocado! poco les importa el futuro de sus hijos, nietos, bisnietos y más. Tristísima realidad. P.D. El sencillo indígena boliviano le clavó una flecha en el corazón a la soberbia águila americana. Nada está escrito.

*Médico salvadoreño

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