Sindicalismo en el gobierno de Bukele

(Por: Róger Hernán Gutiérrez*)

La clase trabajadora luego de un período presidencial compartido con el anterior, y en donde no hubo elementos favorecedores de condiciones laborales y sindicales para aquélla, en tanto que se situó en un balance de poder que posicionara al actual gobierno con respecto al otro, y las acusaciones permearon el ambiente—en unas veces con razón en otras sin esta—

Ahora hemos entrado en una etapa propia del ejercicio Bukele—con su propio presupuesto y observando en cada momento si se cumple con la consigna electoral “que el pisto alcanza, cuando nadie se lo roba”, no obstante iniciamos sin aumentar el salario mínimo e insistimos que violentan la ley los actuales concejales que están incumpliendo el mandato legal y, deben a nuestro entender ser procesados legalmente por tal incumplimiento; además esperábamos que se rescataran la competencia e idoneidad de funcionarios (as) que de acuerdo a la manera como fueron nombrados unos y ratificados otros en sus cargos, dio señales que algunos luego de este período todavía siguen descubriendo cómo es este asunto de la administración pública y el derecho administrativo.

Se ratificaron en sus cargos y no se mostró diferencia alguna con el anterior ejercicio—eso estaría demostrando que los funcionarios actuales son todos “idóneos, honestos, probos y consecuentes con los intereses de la gente” no lo creo, y que como delegados(as) del pueblo son incorruptibles. La realidad está demostrando que no hay tal transparencia y que no todo se está siendo en el marco de la ley, y en beneficio del pueblo. Se dice que iba a ver equidad de género, que los nombramientos se harían a propuesta de los sectores sociales mayoritarios que esperanzados, castigaron con su voto a aquél mal trabajo realizado por los anteriores. Esto parece que no fue así.

El nuevo cuerpo de funcionarios(as), ¿cuál ha sido su comportamiento en materia de libertades sindicales y desarrollo de condiciones mejores de trabajo? ¿se han mejorado, hay un progreso sustantivo y claro en cuanto mejoras en las relaciones laborales, en los derechos humanos relacionados con el trabajo (empleo, salarios), la salud, la educación, la vivienda, la libertad de organización de las personas trabajadoras, la carrera administrativa, los derechos de huelga, de negociación colectiva, de previsión social (pensiones), seguridad laboral—las muertes de trabajadores en la construcción y/o en casos dentro de otras actividades económicas, que no se han podido ocultar, pareciera que al respecto hay indicios de cierta acción en pro, sin embargo hay también de acciones de deslegitimación y dolo con respecto a los derechos sindicales para imponer a dirigencia sindical que históricamente ha vendido los intereses de la clase trabajadora.

La organización sindical en el sector privado, no logra despuntar agobiada por la precarización laboral, la manera constante y depredadora del capital, de flexibilizar derechos humanos de quienes laboran para el sustento diario y de sus familias—el empleo ayer, hoy es insatisfactorio en calidad y cantidad y se sigue criticando lo anterior como el problema, no funcionó la teoría del rebalse (neoliberal), tampoco la “fábrica de empleos” (social-demócrata); y ahora tampoco con el capital emergente las visas de trabajo por la mayor apertura económica con los USA y otros imperios ; infraestructura de desarrollo económico-centros de trabajo (nuevos) aún no llegan; desarrollo empresarial comprometido en lo socio-económico—que empiecen a devolver los incentivos fiscales (elusión)—en maquila, turismo; servicios internacionales, etc- Y las inversiones ¿cuándo? Para el agro, la industria, los servicios y el comercio, que supere el alto sub empleo, y la precariedad y flexibilidad laboral.

Legislación que mejore la protección social—hay debilitamiento presupuestario, y una visión que lo social para cumplirle a la gente, requiere primero de crear riqueza para después distribuirla, pero la concentración de 160 grupos económicos es indecente, abrumadora y obscena, y no hay ninguna acción socializante del nuevo gobierno—para definir un cambio y nuevo rumbo del modelo económico imperante—

Los temas sociales que nutren a la clase trabajadora, siguen sin manifestarse claramente; no hay mejoras sustanciales en la salud, la educación, la vivienda, el transporte público, la recreación y el deporte, el empleo, los salarios, el cambio climático (agua y naturaleza), la seguridad ciudadana, jurídica. Las libertades sindicales (no hay una reciprocidad del Presidente en interlocutar con las fuerzas productivas que crean riqueza (las personas trabajadoras y sus legítimos representantes sindicales), será porque no somos importantes en la ecuación que se está gestando.

Presiones económicas están y se vienen para la región y el país—intenciones de cambios favorecedores en el CAFTA caminan—pero la clase trabajadora sigue esperando la mejora de salarios; empleos más estables y decentes; nuevos empleos con todos los derechos laborales. Vientos políticos y de grupos económicos dominantes amenazan con más zozobra económica y social para la gente, eso significa más violencia social, en tanto las causas estructurales siguen vigentes aun cuando entramos a un período propiamente dirigido por el gobierno Bukele.
*Sindicalista salvadoreño

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