Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas

(Por: Francisco Parada Walsh)

Entender el comportamiento humano ha sido una tarea eterna, quizá al único paraíso que puedo entrar aun estando en el más dantesco calabozo es mi mente, son mis pensamientos y aun, siendo un hombre libre puedo ser prisionero de mis debilidades, de mis temores, de mis frustraciones, de mí mismo.

De un universo me dirijo a un micro cosmos como es el cantón Las Pilas, su economía es diversa, son la remesas que todos los meses sirven las mesas de los que no van a misa pero disfrutan de las musas y la agricultura, los rubros que mantienen caminando a una lejana comunidad. Recientemente vino un grupo de médicos y alumnos de medicina a realizar una bellísima obra como es regalar juguetes, reventar piñatas y pinta caritas a caritas chapudas, rostros felices como tiene que ser el de un niño; llamó profundamente mi atención que a pesar de ser una actividad dedicada a los niños más pobres de la montaña no solo ellos salieron beneficiados con tan noble acción sino aquel niño que en la escala económica no es tan pobre, sus padres y abuelos reciben salarios arriba de los quinientos dólares y algunos facturan en su empresas varios miles de dólares.

No salía de mi asombro, ver cómo el que apenas está arriba del más pobre es capaz de desplumar a ese niño llamado maldita pobreza; desde el punto de vista sociológico vale la pena observar cómo el que tiene más quiere más sin importar los medios para conseguirlo; pasé ese día apesadumbrado y confundido que el menos pobre no olfatee el olor del más pobre; no, el pobre dividido por propaganda política, por novelas y un consumismo desenfrenado hace que esta acción de arrebatar lo poco que el más pobre recibirá sea una obra surrealista digna del Pinochini de América, pero me pregunto ¿Cómo me va a tener consideración el inmensamente rico?: En primer lugar no tiene porqué pues somos mundos tan diferentes y; si el que tiene el dinero, el control de los medios de comunicación, de las ventas de sueños navideños ¿Qué le puede importar que yo sea cada día más pobre? ¡En absoluto! Si basta ver que un pobre despedaza al más pobre ¿Por qué el rico debe tener misericordia del pobre?: ¡No tiene por qué! ¿Cuántas personas votaron por el actual presidente y fueron despedidas?: Cientos o miles y esos votantes son personas pobres que solo en sus mundos pueden imaginarse que son seres tangibles para un candidato pero no existen.

De esa lección aprendí mucho, aprendí cómo camina el mundo, el poder, los designios humanos que prevalecen aquí en Las Pilas y en Qatar; así, es tan fácil controlar a una población analfabeta, consumista, egoísta y violenta. El poder económico la tiene fácil pues las penas las sufrimos nosotros y la leche de la vaquita se la toman aquellos.

Triste realidad, en un país donde aspirar y subir de clase social es un imposible que sí hace posible bajar de clase social en un santiamén; ¿Cuántas familias conozco que por azares del destino hoy están en la franja de pobreza?: Cientos y es fácil entender que mientras este día muchos salvadoreños despilfarran sus centavos en ver un partido de futbol difícilmente un rico perderá su tiempo en ese fanatismo propio de los pobres pues así como aman al Barcelona detestan al FMLN y votaron por ARENA, ¡Todo es pasión a lo salvadoreño! , a un lado queda el buen criterio, no, todo es abolido por pasiones donde lo único que importa es conjugar el peor verbo como es el yo, ahí radica que ese pobre sea tan necesario para lograr que un partido político rico con personas ricas llegue al poder y se olvide de ese pobre por varios años.

Si no lo hubiera visto no lo creería pero ver a un niño que llega con su niñera a quitarle el juguete al más pobre dice mucho de lo mal que andamos como sociedad. Todo radica en los valores del hogar, donde se aprende el respeto, el amor al prójimo y a no tomar lo ajeno pues detrás de ese inocente niño que desvalija al más pobre hay padres a los que poco les importa el bienestar ajeno; y estos anti valores los practica el que carga las penas y los dueños de la vaquita, no es exclusivo de clase social alguna.

Luego de digerir ese mal trago apenas entiendo que así camina el mundo de los pobres. Mientras, se piensa en construir el estadio más moderno de Centro América, ¡Un verdadero circo romano! Donde los leones, tigres y fieras salvajes serán devorados por el hambre eterna del pobre.

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