Pasar tiempo a solas es la mejor manera de descansar

“Un día de estos, busca diez minutos. No necesitas más. Intenta buscar un espacio para el vacío, para dejar de pensar. Solo procura despejar la mente, sin dejarte atrapar por las cosas que te rodean”, afirma el monje zen Shunmyo Masuno, autor de El arte de vivir con sencillez.

¿Descansamos lo suficiente? ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? ¿Cuántas horas de reposo necesitamos en realidad? Cuando pensamos en recargar pilas, ¿nos referimos a las del cuerpo o a las de la mente?

Una encuesta reciente llevada a cabo entre 18.000 personas de 134 países ha concluido, entre otras cosas, que el tiempo que pasamos a solas es el que más descanso nos proporciona, incluso entre las personas que se consideran extrovertidas.

Al parecer, para descansar de verdad, tengamos un carácter más o menos sociable, necesitamos pasar más tiempo con nosotros mismos. En este sentido, los participantes del estudio, realizado por la BBC y Hubbub –un grupo internacional de académicos, artistas, poetas y expertos en salud mental–, mostraron una clara preferencia por descansar sumergiéndose en actividades que no implicaban compañía.

Ver a los amigos o a la familia, charlar o tomar algo con otras personas fueron ocupaciones consideradas mucho menos restauradoras por los encuestados. La necesidad de desconectar es independiente del carácter de cada persona

Si hasta el momento solía pensarse que solo las personas introvertidas necesitaban soledad para recargar pilas, este estudio británico ha descubierto que también el descanso de los extrovertidos pasa por conectar consigo mismos. Así, leer, pasar tiempo en la naturaleza, estar solo, escuchar música o no hacer nada en particular fueron las actividades de descanso más escogidas por los participantes de dicha encuesta.

La psicóloga y psicoterapeuta Pilar Sanz afirma en este sentido que “la mejor forma de descansar es el silencio interior. En esta era se anhela la desconexión, pero lo que necesitamos de verdad es conectar; conectar con nosotros; conectar con nuestra esencia para desconectar del personaje”.

Silvia Congost, psicóloga y autora de A solas (Zenith), una obra que reivindica las bondades del reencuentro con uno mismo, explica que, a pesar de que sus beneficios están más que demostrados, la soledad todavía tiene mala prensa.

“Básicamente porque la relacionamos con el fracaso y la vergüenza. Al ser seres sociales, el hecho de estar solos nos lleva a sentirnos abandonados, desamparados y eso, a ojos de los demás, pensamos que será interpretado como una señal de ser poco importantes y valiosos. Pero todos tenemos la capacidad y la necesidad de llevarnos bien cuando nos quedamos solos con nosotros mismos”, comenta.

El monje zen Shunmyo Masuno, autor de El arte de vivir con sencillez (Urano) explica en su libro que en Japón se utiliza el concepto “tener una morada en la montaña” para referirse a un estilo de vida que nos permita alejarnos de vez en cuando del mundanal ruido: “Leer mientras escuchas el canto de los pájaros y la corriente del agua. Disfrutar de una copa de sake mientras contemplas el reflejo de la luna en la copa (…)”.

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