¿Para qué Asocio Público-Privado para Salud Pública?

(Por: Francisco Parada Walsh)


Primero debo aclarar que vivo en El Pinochini de América, como tal, sufro todo lo que el salvadoreño más pobre sufre. Quiero que el lector se ubique en nuestro país, en ese país donde se paga por vivir… Y morir. Disentir en la democracia es necesario, inaplazable, por esta razón me veo obligado a opinar.

Ahora me refiero, con cierto espanto, a un editorial publicado en un periódico de gran circulación en mi país, por otro colega médico que rotuló su escrito como “Sepsis nacional de Salud” con un contenido no sólo plagado de un horroroso asunto ideológico, sino además, tan infantil que raya con la ausencia de memoria histórica o con la hipocresía más servil. Pero su contenido me parece sumamente revelador, y es otra razón por la que lo retomo. Cual con el desastre de sistema de pensiones, el colega plantea que no se debe “temer a la privatización” de la salud, tema muy sensible que sólo nos recuerda a las “cuotas voluntarias” que hace no mucho los pacientes debían pagar para poder ser atendidos en los hospitales.

Continúa narrando, sobre “licitaciones amañadas” olvidando en forma increíble lo sucedido en 20 años de gobiernos corruptos de ARENA, dejando en el ayer, que incluso algún ministro de salud y director del Seguro Social como fue el caso Maza y Majano fueron procesados por corrupción, que los hospitales carecieron de las mismas faltas que ahora apunta rasgándose las vestiduras señalando dichas carencias (de hecho, mucho más antes que ahora). Como quiera, que como médico me he dedicado toda la vida a atender a las personas más pobres, estoy consiente absolutamente de lo que significan 5 o 10 dólares para el bolsillo de ciertas familias; de suerte que, sin necesidad de ser un economista, un consorcio público privado como temerariamente sostiene nuestro referido colega ser la solución en nuestro país, no sólo me parece pueril a simple vista, sino revelador de la personalidad del mismo colega y un sombrío vaticinio sobre las espaldas del partido ARENA: Ver en el ejercicio profesional un negocio, más que una profesión dedicada al servicio.

No me cabe la menor duda que probablemente antes de redactar su artículo, habrá hecho cuentas o transacciones mercantiles en su mente, y que de llevarse a cabo tal fantasía, las mismas oligarquías económicas se distribuirían el pastel como con las pensiones en las que vería cómo engranar. Perfectamente lógico en una persona alejadísima de la población más necesitada, de suerte que, de alguna manera extraña, lo comprendo, lo comprendo totalmente pues conozco tantas personas en los diferentes estratos sociales que así como el pobre ni idea tiene que existe Olive Garden o Red Lobster, muchos salvadoreños no conocen el güisquil chuponeado con tortilla y así camina el mundo, las profesiones y los egos; pero aún más profundamente revelador son los apellidos que cita en su infame opinión. He visto como recientemente, la población salvadoreña no se queda en su análisis de política y la economía con la mera superficie. No, ahora el salvadoreño promedio comprende que se trata de un poder económico de facto, sentado en 20 o poco más familias que son dueñas de nuestro país cual finca feudal.

Sabemos que el PIB de nuestro país se concentra en un 90 % de tales familias, que no se presentan con su nombre sino bajo empresas aseguradoras, bancarias, etc. Y bueno, en ese sentido resulta claro que nuestro colega se vea obligado a mencionar fundaciones como Kriete, Meza Ayau en su lamentable análisis, que lejos de despistarnos nos deja más claras las cosas y mejor explicada su postura servil: Ver la salud como un negocio. Dice que no debemos temerle a la privatización, claro, debemos de aterrorizarnos, horrorizarnos si sólo tomamos como parámetro a las pensiones. Si además sabemos con certeza plena, que serán grupos oligárquicos quienes representarían ese “asocio público privado” que pone como ejemplo a seguir sin poner un parangón a nivel mundial para que nos sirva de referencia.

En cambio, sí podríamos plantearle esquemas de países “del primer mundo” capitalistas por excelencia, para mencionar muchos de la comunidad europea, en donde la salud es universal y gratuita y asumida por el estado. No nos vengan con cuentos de terror, que se prestan a oportunistas criaturas de la noche, que serviles se echan a lamer los amos que ellos mismos envidian y quisieran ser, de quienes admiran por sobre la gente pobre. En El Salvador hay un aproximado de 2.5 millones de personas que viven en pobreza multidimensional, revela la versión 2016 de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), la cual es realizada por la Dirección General de Estadística y Censos (DIGESTYC) del Ministerio de Economía, entonces ¿Qué haremos los 2,5 millones de salvadoreños que no tenemos dinero para pagar la cuota de las empresas que brindarán la cobertura en salud?: Morir. Otro genocidio como las pensiones.

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