Cinco monopolios de búsqueda y contenidos construyen el relato en el mundo

(Por: Alfredo Moreno)


La acelerada concentración de empresas que brindan servicios en Tecnologías de Informáticas y Comunicaciones fundamentalmente basados en software, dejó como resultado que Google (integrada en Alphabet Inc.), Microsoft, Facebook (que integra WhatsApp), Apple y Amazon sean los destinatarios de todas las conexiones que realizamos diariamente en internet.

El Club de los 5 como los denomina Natalia Zuazo en Los Dueños de Internet. Este selecto club conforma el vértice más concentrado del poder económico de las empresas TICs.

Estas corporaciones cuentan con plataformas tecnológicas basadas en software, que han logrado penetrar en la intimidad de cada ciudadano y ser el centro del deseo de pertenecer a la comunidad digital organizada. Las plataformas Uber, Airbnb, WhatsApp, Facebook, Instagram, Alibaba, etc. han empoderado a las empresas más ricas del planeta.

Solamente con crear un ámbito para intermediar la conexión de personas y servicios pagos para los usuarios (ciudadanos) de las redes sociales y servicios TICs, nos integraron a un ecosistema donde no tenemos ni voz, ni voto. Si aceptas, perteneces y pasas a ser “usuario”, sino te quedas afuera. El poder del Club de los 5 se consolidó gracias a los millones de usuarios (ciudadanos) quienes le confiamos, mediante una extraña “Fe High Tech”, nuestro tiempo, atención y datos cuando ¿decidimos? ACEPTAR, en el proceso del registro como nuevo integrante en alguna de las plataformas de servicios, a las cuales accedemos a través de millones de teléfonos móviles y dispositivos que se conectan a internet.

Este grupo de corporaciones domina el mundo como antes lo hicieron las potencias coloniales. Sin derramar sangre, logran capturar miles de millones de “almas”. Su poder reside en el Algoritmo, en la acelerada concentración a escala mundial, y en la constante oferta/demanda de dispositivos que te conectan (ver Consumo acrítico).

La concentración de mayor riqueza en el uno por ciento más rico del mundo, es producido por grupos financieros que respaldan a las empresas que controlan las grandes multinacionales de Internet. La desocupación a escala global crece continuamente: el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), fundado en 1861 en pleno desarrollo industrial de EEUU, maneja escenarios futuros con tasas de desocupados superiores al 50 %. Ocho grandes millonarios concentran la misma riqueza que la mitad de la población mundial. Cuatro son los dueños de las empresas tecnológicas del selecto grupo: los conocidos Bill Gates (Microsoft), Jeff Bezos (Amazon), Mark Zuckerberg (Facebook) y Larry Ellison (Oracle).

Se suman a esta lista los aspirantes a socios principales del selecto club, Larry Page y Sergei Brin (Google), Steve Ballmer (Microsoft), Jack Ma (Alibaba) y Laurene Powell Jobs (Apple), que conforman las empresas tecnológicas basadas en software desplegando la estrategia Silicón Valley a escala mundial para los gobiernos/Estados y sus ciudadanos.

En Los dueños del Internet podemos encontrar números que permiten dimensionar el poder económico y cultural de las empresas que han logrado homogeneizar mediante el software a todos los ciudadanos. El caso testigo es Microsoft que en 30 años pasó de vender 500 mil a 500 millones de licencias (copias) de uno de sus productos, el sistema operativo Windows.

A escala mundial, hemos aprendido el lenguaje iconográfico de Microsoft por el cual las diferentes culturas y lenguas nos encontramos regulados por la misma iconografía.

El recorrido del monopolio del conocimiento se expresa en el crecimiento exponencial de la empresa de Bill Gates. En 1985 el nacimiento del Sistema Operativo Windows permitió a Microsoft facturar 500 mil copias. Con Windows 95, diez años después facturó 40 millones de copias en su primer año. Con Windows XP en el año 2001 vendió 210 millones de licencias (copias) en los dos primeros años. Windows 10 lleva vendidas 500 millones de licencias desde su lanzamiento en el año 2015.

El éxito de los gigantes de Silicón Valley va de la mano de crecientes desregulaciones, donde los Estados ceden al mercado el arbitraje equitativo.

Democracia de baja ciudadanía

Facebook y Cambridge Analytica pusieron de manifiesto el uso (¿no lo sabíamos?) de nuestros datos para la manipulación de la opinión del público que navega en la red. ¿Necesitamos tener fe o necesitamos conocer los sistemas electorales? ¿Necesitamos tener fe en nuestros representantes o tener una relación política ciudadana? ¿Es lícito manipular mediante el uso de datos y el análisis del comportamiento?

La controvertida empresa está acusada de robar de Facebook datos personales que habían sido adquiridos con fines académicos. De esa manera, la compañía obtuvo información de millones de usuarios para el diseño de campañas de micro segmentación. Pero no es la única acusación contra la empresa, a la que también se vincula con distribución de noticias falsas y trabajo de espionaje sobre otros candidatos y fuerzas políticas.

Los datos son una de las más preciadas mercancías. ¿Las App para Smartphone gratuitas? registran nuestros datos para integrar bases de datos donde poder ensayar el Big Data. Para Morozov “el dinero es lo que rige el mundo. Y eso explica el modo en que se conciben los servicios. ¿Qué ese dispositivo nos distrae y dificulta que nos centremos? Por supuesto. ¿Es un problema de los dispositivos inteligentes? No. Es cuestión del modelo de negocio. Me niego a creer que no haya otra manera de generar comunicación entre la gente sin generar distracción. Sería la derrota final de la imaginación”.

Podremos ser capaces de soñar y pensar en términos que no estén definidos por Silicon Valley. Las empresas de TICs son como las cadenas de comida rápida, las casas de apuestas o los casinos: crean y manufacturan una adicción que luego tiene unas consecuencias. En el caso de las tecnológicas, la distracción”. (Extractos)

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