Los países y organismos amigos de El Salvador

Dr. Carlos Alberto Escalante

El Salvador es el gran huérfano en su historia; pudiera ser que me equivoque, pero si nos reuniéramos historiadores, antropólogos, sociólogos y psicoanalistas y discutiéramos todo un conjunto de acontecimientos a lo largo del tiempo, posiblemente mi versión no estaría tan errada para este ensayo.

El país y sus habitante antes de la conquista, no me atrevo a considerar que estuviera tan aislado, pues nuestros aborígenes desconozco el tipo de relación que tuvo con los Aztecas y aún con los demás de Centroamérica; luego, durante la conquista, los Pipiles se defendieron dignamente a” capa y espada”, es un decir, lo hacían con flechas contra los invasores y “conquistadores españoles”.

La orfandad e identidad a la que me referiría no es que indígenas y autóctonos no hayan tenido el coraje y valentía, pero la diferencia en los medios de defensa les volvía más vulnerables. Nunca, la pequeñez territorial ha sido motivo de fragilidad, pero la violencia de que fueron objeto ha podido incidir en el comportamiento rebelde y bastante nómada ante la inseguridad y desprotección reinante dentro de su territorio.

El liderazgo del salvadoreño en las luchas independistas corroboran las acciones reivindicadoras de su condición de incidir positivamente en beneficio de su patria, durante dichas gestas, lo del Plan de Iguala con México afirma su voluntad de ser autónomos.

Su inteligente liderazgo llevó a un salvadoreño a ser el primer Presidente de la República Federal de Centroamérica: Manuel José Arce y Fagoaga; en fin, en El Salvador ha habido hombres amantes de su libertad y de su pueblo y muy solidarios, esto ha inspirado a foráneos para instalarse y cómodamente desarrollarse y hasta gobernar esta Nación, (Francisco. Morazán, Juan N. Fernández Lindo y otros).

Ha habido igualmente dictadores como Maximiliano Hernández Martínez, también gobiernos honestos como el del General Francisco. Menéndez quien, ante la pena de haber sido traicionado por sus hijos adoptivos murió sin terminar su mandato, y finalmente también este país ha tenido gobiernos prolongados del mismo partido, impidiendo la alternabilidad en el poder que la constitución establece.

Pero asimismo también ha habido individuos y grupos que se rebelan ante el estatus quo; sin embargo con mucha frecuencia han tenido que intervenir gobiernos y organismos extranjeros para coadyuvar y a veces hasta casi ordenar que se resuelvan conflictos internos y regionales, así vimos como en la década de los años setenta y ochenta, Estados Unidos , bajo la mediación de un prestigioso intelectual peruano y otros países amigos, resolvieron lo del Conflicto con Honduras, del cual creo, que la negociación en cuanto a límites territoriales los salvadoreños no fueron suficientemente diligentes y hábiles frente a los hondureños para defender lo ”defendible”, y el mal sabor de esa pérdida aún no se olvida, y algunos grupos humanos fronterizos de ambos países frecuentemente forcejean insatisfechos por los resultados de dicho diferendo.

Luego, en relación a los conflictos regionales de Centroamérica y parcialmente de uno interno de El Salvador un presidente de esta misma región resulto al final ganador del Premio Nobel de la Paz en parte por su intervención, en aras de la Paz, fue el Presidente de Costa Rica Oscar Arias el del mérito en esa ocasión y acompañado de países amigos.

Un historiador nos ilustraría con más eventos en donde se verían más intervenciones de “ajenos” en nuestros problemas internos y de la región.

¿Porqué he recurrido a mencionar hechos históricos de nuestro país en materia de eventos con cierto perfil internacional? Explico: Hace algunos días ha visitado el país un personaje de alto nivel de Naciones Unidas, ha sido el llamado Alto Comisionado que vela por los Derechos Humanos en los países miembros de dicho organismo, del cual El Salvador es miembro activo.

Ha habido múltiples comentarios sobre su venida al país, señalando que es la primera vez que un personaje de ese nivel llega al país y él ha verbalizado varias observaciones que no han sido tomadas con agrado por sectores de gobierno y empresa privada, ha sido sobre derechos humanos y aspectos éticos en el manejo de temas de actualidad como son el aborto y el trato que reciben las personas que han cometido algún delito y se encuentran dentro o fuera de los centros penales.

A través de algunos medios he leído sus comentarios sobre su indignación por el atrevimiento del Alto Comisionado de hacer señalamientos de cómo deben manejarse esos temas en la perspectiva de los Derechos Humanos. Se han olvidado estas personas que Naciones Unidas fue “un mediador” por un período largo, aún más allá del 16 de enero de 1992 que se firmó la Paz en Chapultepec.

Fue tan larga su intervención y trabajo como mediador y asesor que se comenzó con Javier Pérez de Cuellar y se terminó con Butros Butros- Ghali, dos Directores Generales de Naciones Unidas.

¿Porqué se ofenden unos y otros de su viaje y sus señalamientos? Recordemos además, que El Salvador es firmante de Acuerdos que tiene que ver con derechos humanos y en los distintos programas de este organismo ya sea OPS/OMS, PNUD, UNFPA, UNICEF y otros son agencias que han venido dando asesorías y apoyo técnico a los distintos sectores, y como dije antes, si El Salvador ha firmado acuerdos en todas esas áreas, ellos tienen obligación de supervisar su cumplimiento.

Por otra parte, el país a través de la Fuerza Armada ha colaborado con Naciones Unidas proporcionando tropa en mediaciones desarrolladas en distintos países cuando lo solicitó dicho organismo. ¿Qué hay en el fondo en las reacciones de las protestas de gobierno y sector privado? Sentimientos de culpa, y al sentirse amonestados en vez de agradecer, de nuevo los salvadoreños se rebelan. ¿Qué se debe hacer, entonces? Lo de dialogar y negociar surge del Acuerdo de Esquipulas II el 7 de agosto 1987, promovido por el Presidente Arias de Costa Rica y la idea de solicitar a Naciones Unidas la intervención en el Conflicto Armado que vivió el país durante más de doce años, lo ignoro.

En todo caso, el conflicto social actual, cargado de gran violencia que se viven el país, resolvámoslo entre nosotros mismos, así nadie vendrá a ordenarnos nada; la corta relación histórica indica que El Salvador posee gente con gran capacidad para hacer abordajes, solo ha faltado voluntad e inteligencia y el que asuma la conducción sea un líder bien seleccionado con gran poder de decisión.

Debe de revisarse cuidadosamente si los planes y estrategias que se están utilizando están tomando en cuenta las causales predisponentes y las desencadenantes, pues la situación se ha complicado más por la acumulación de hechos y el descuido en el manejo de ellos de parte gobernantes y gobernados, ignorando, según mi pensamiento un principio filosófico de la Grecia clásica: Justicia, realidad y poder.

A lo que yo le llamo realidad los filósofos griegos han usado la palabra “filosofía” que es sabiduría para buscar y llegar a la verdad; a eso me refiero también cuando digo que hay orfandad, una buena y sabia conducción del país, da confianza, en cada individuo, no se siente la gran mayoría debidamente protegida, ”por eso emigra”. La grave desintegración social y familiar está a la base, y surge ante la incapacidad del Estado y Gobiernos de proveer de lo necesario a la población en materia de desarrollo sostenible.

Luego, la ausencia de padre a nivel de la familia, o si ésta no llena el perfil de padre protector, no ha sido educada erróneamente para ese rol y los modelos de identificación nacional e internacional no son figuras a imitar, pues son vacías e irresponsables. Luego a nivel nacional Papá-Estado, igualmente poco sensible a veces sordo y también irresponsable.

Confórmese un cuerpo técnico y político de alto nivel no numeroso y discútanse de nuevo los Planes de abordaje y que haya representación del gobierno, empresa privada y víctimas; la orfandad no se podrá resolver a corto plazo, pues data, de siglos, pero que el poder en manos de gente sabia, empática, y que sepa ponerse en los pies del otro le permitirá comprender lo que es “la justicia”.

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