Categoría: Editorial

  • Editorial UCA | Principio ausente

    Editorial UCA | Principio ausente

    Por acuerdo de la Asamblea General de Naciones Unidas, desde 2007 cada 20 de febrero se celebra el Día Mundial de la Justicia Social. En la Constitución del país, la justicia social aparece como uno de los principios fundamentales que deben orientar e impulsar la actividad del Estado.

    En los discursos de los políticos el tema sale de vez en cuando, aunque cada vez con menos frecuencia. Los sectores económicamente pudientes han logrado que mucha gente piense que la justicia social es algo del pasado, propio de un lenguaje izquierdista obsoleto y pasado de moda.

    Sin embargo, continúa siendo una necesidad en El Salvador, porque lo que abunda es lo contrario: injusticia, desigualdad, discriminación.

    La persona que acuñó por primera vez el término lo definió como aquella virtud que “iguala de hecho a todos los hombres en lo tocante a los derechos de humanidad”. En otras palabras, se da a todos el disfrute de sus derechos básicos.

    En nuestro caso, la justicia social sería dar justicia y seguridad a quienes estaban oprimidos por las pandillas, pero también respetar y garantizar los derechos de quienes están recluidos en las cárceles. Justicia social es brindar derechos a todos, no limitar los de unos en favor de otros.

    Ciertamente, el delincuente puede y generalmente debe perder el derecho a la libertad para no dañar a otras personas, pero conserva el derecho a la alimentación, a ser tratado con dignidad, a recibir la visita de familiares y amigos.

    En el terreno socioeconómico, que es donde con más frecuencia se debe aplicar, la justicia social significa educación, salud, salario, vivienda y pensiones de igual calidad para todos.

    La justicia social está en el origen del llamado Estado social y democrático de derecho. Y en buena parte por ello los partidarios del capitalismo a ultranza, que permite a los más fuertes hacer grandes riquezas a costa de las mayorías, se oponen a tomarla en serio.

    Es un error. La desigualdad está en la base de la mayor parte de los problemas sociales del país, sin que hasta la fecha se esté realmente luchando contra ella.

    Mientras no haya una reforma fiscal que exija mayor responsabilidad a los que más tienen, mientras no se abran oportunidades de desarrollo para las mayorías será poco probable que se pueda superar la dura situación socioeconómica nacional.

    Aunque desgraciadamente está ausente en la agenda política y en las perspectivas de desarrollo de El Salvador, la justicia social es el camino para que el futuro sea pacífico y aporte bienestar universalmente.

    El silencio, la falta de diálogo y de celebración en el Día Mundial de la Justicia Social no es una buena señal; el mismo silencio que guardaron los anteriores Gobiernos, a los que con cierta razón se les señala de ser causantes de los problemas actuales.

  • Los gritos tras el silencio electoral salvadoreño

    Los gritos tras el silencio electoral salvadoreño

    Dado que nuestro sistema electoral no se suscribe a un porcentaje mínimo para validar los resultados de ninguna elección, y habiendo apenas asistido a las recientes entre el 28 y el 32% de la población registrada en el padrón, hace de estas las más caras en relación a esa asistencia, y consecuentemente las que reúnen una histórica menor representatividad de la voluntad soberana en los resultados.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    Lo trascendente de ellas es como la población se ha manifestado con su no asistencia al evento [entre el 68 y el 72% de la población que podía votar decidió no hacerlo], afirmando así que la cosa no va bien, que está defraudada, que el régimen es un completo fracaso.

    Por otro lado, esta afirmación tan taxativa relativa a la asistencia, se sustenta no solo en la observación directa, los cálculos de los observadores internacionales, la CEI, la CPA, estados europeos, estados asiáticos, agencias noticiosas, y la extrapolación directa que de las actas liberadas que ahora mismo circulan en la red puede calcularse derivando promedios, acertando virtualmente en un 100%.

    Esto supone una serie de incógnitas relativas a las expectativas surgidas de las diferentes encuestas, que aseguraron que habría una masiva asistencia al evento electoral.

    Tanto ha sorprendido esta inasistencia, que recordemos, en desesperación el candidato golpista durante la misma jornada electoral hizo un dramático llamado a la población no solo para que asistiera, también para que refrendara el fraude votando por el oficialismo, acción que no fue reprendida por el TSE, exponiéndose en su papel de cómplice necesario en la trama del fraude.

    Pero, ¿Por qué la población masivamente ha rechazado al régimen?, ¿Por qué si todas las encuestas lo señalan como preferido por ésta no lo refrendo electoralmente?, ¿Por qué cuando era más necesario que nunca hacer patente su respaldo a éste sencillamente no participó?

    No voto porque este es un régimen autocrático, el mayor mitómano y cleptócrata que vaciara nuestras arcas en nuestra historia, aislado al país, promovido la mayor corruptela y nepotismo, favorecido los mayores niveles de impunidad, adelantado el mayor proceso de militarización de la sociedad salvadoreña, des institucionalizándola, cooptando el aparato estatal con los elementos partidarios menos capaces a la vez que más rapaces en preparación de la venidera ola de privatizaciones para asegurar que apenas el 0,00002% de la población capte toda la riqueza [FMI/BID/BM].

    Tampoco lo vota porque su mayor logro es el pacto con las pandillas, mientras promueve mayores índices de desempleo, una absoluta inseguridad jurídica, expropiación de las mayorías en favor de las élites mercantilistas, una cada vez mayor expulsión de conciudadanos a terceros países.

    Entonces la población rechaza al régimen porque entiende silenciosamente lo que sucede, excusándose masivamente de participar en las JRV, las que por otro lado cooptan los aleros partidarios, gritando así en su desánimo que el proceso electoral por viciado es una farsa.

    Porque comprende que su voto ya no sirve, y que el camino a la liberación es el que dicta la Constitución.

    *Educador salvadoreño

  • La adicción al poder en una democracia es de malos presagios

    La adicción al poder en una democracia es de malos presagios

    La adicción al poder no sólo es atribuible con toda claridad al actual gobernante, sino que, también, a la pírrica oposición que jamás ha podido romper con dicha adicción.  La actual debacle electoral, vergonzosa sin más, no surge por generación espontánea.

    Por: Miguel A. Saavedra

    Nuestra historia política desde la finalización de la guerra civil y la firma de los Acuerdos de Paz en 1992 rápidamente transitó de la negociación necesaria en toda democracia, a los negocios por reparto del pastel propio de las mafias.

    La adicción al poder es tan real, y tan grave, si se le suma la ignorancia crasa en democracia del grupo gobernante.  El arduo proceso de la descentralización del Estado está siendo borrado del mapa de la democracia.  La excesiva y enfermiza centralización del poder y de los recursos, (sospechosa por esto mismo), van generando una ineficiencia progresiva y dañina incluso para el mismo grupo gobernante, en los servicios de toda índole que presta el Estado como ente administrativo.

    El desdén con que son tratados los gobiernos municipales, el agrupamiento abusivo de las identidades municipales, para ser entregadas a los sirvientes administrativos del régimen, sólo augura, que las elecciones de los alcaldes ya de entrada estarán viciadas. La desaparición del fondo para el desarrollo social, que recibían las alcaldías, no es más que el ahogamiento económico para causar malestar en la población y, llevarle a votar por los candidatos del nuevo grupo gobernante.  El fraude abierto en la elección de los diputados de la nación no deja lugar a dudas.

    Esta adicción, que lleva al aferramiento ciego y violento, les mete un discurso en el cual se pretende imponer que “quienes son contrarios al régimen, deben ir conmigo o no son más que traidores”.  De igual manera, la lectura del grupo gobernante es: “Tomamos por asalto los puestos o los enemigos se quedan con el pastel”.  Todo el pleito es por los recursos. La gente y su vida nunca les van a importar a estos grupos sedientos de poder y de dinero.

    Con todo, la ciudadanía va creciendo y se va expresando de diversas maneras.  Pero estos adictos al poder son incapaces de valorar la diversidad y la libertad de conciencia que grandes sectores de la población tiene. Por ejemplo, la oposición jamás dejó en claro su enfoque de como se enfrentarían a las pandillas y cómo le entrarían de lleno al problema de la violencia y de la injusticia que sufre mucha gente.  Las pandillas son un mal que jamás debieron tener cabida en nuestra democracia, pero todos estos mafiosos de la política han sacado lucro de ellos. De hecho, hay zonas del país en donde las pandillas no se ven, pero todos saben que están presentes.

    Gran parte del voto nulo es un abierto rechazo al sistema, de la misma manera que lo es el voto en blanco y el ausentismo.  Es un rechazo a todo y a todos, y este rechazo es mayoritario.  Resulta que la realidad nos vuelve a mostrar que las visiones dualistas de buenos contra malos, no refleja más que pobreza mental.  La gente ya no tolera más enfrentamientos entre mafias, La gente quiere vivir en paz, tener empleos, tener oportunidades y darle un nuevo rostro al país.

    El actual régimen con su adicción idolátrica al poder y a su líder, están generando escenarios que están haciendo insoportable la vida de las gentes y sobre todo de esas mayorías que ya empiezan a pasar hambre.  No cabe duda de que vamos a un conflicto mayor y que sinceramente, este hermoso pueblo no se lo merece.

    La seguridad, debe convertirse en verdadera Seguridad Humana, y eso tiene que ver, no sólo con cárceles, policías y militares, sino que, y sobre todo con Respeto a la dignidad de las personas, empleo digno, vivienda digna, educación, salud, familia, protección de las minorías, protección de la niñez y respeto irrestricto a las mujeres y el cese a la extorsión que ahora también se ejerce desde el Estado.  Eso no es más de que Verdadero Desarrollo social.

    Un nuevo país es posible.

  • Ganó: el ausentismo

    Ganó: el ausentismo

    El domingo 4 de febrero del año en curso, los salvadoreños fuimos convocados por el TSE para participar en la elección de alcaldes y diputados. Sin embargo, al momento de cerrar los centros de votación a las cinco de la tarde, apenas entre el 19 y el 32% de los ciudadanos convocados a emitir el voto habían asistido.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    A pesar de tan baja e inédita afluencia, en torno a las 10:30pm, los salvadoreños aún desconocíamos resultados preliminares, accediendo a apenas algunas de las actas que habrían sido filtradas, a partir de las cuales pudimos apreciar que, de la totalidad de votos, solo el 36% respalda al oficialismo, aventajando a sus contrincantes sí, pero muy lejos del supuesto 95% que la narrativa del régimen pretende.

    Podemos entonces inferir que en proporción este es el evento electoral más caro en relación a lo invertido por votante, agravado por el desmedro que de las arcas públicas el oficialismo hizo para respaldar a sus candidatos, desviando cantidades sin precedentes de recursos financieros no auditados y a la vista de todos.

    Entonces y a partir de esto, podemos calcular que el ausentismo lo debemos interpretar como un rechazo a la clase política, comenzando por el oficialismo, que desde que asumió no ha dejado de desvalijarnos saqueando la cosa pública, sin dejar de presentarse como honorable a cada paso, mientras acusa a los demás de ser los verdaderos criminales.
    Ese nivel de cinismo es además insultante pues supone que el soberano no comprende que se lo está timando.

    Partamos de las irregularidades cometidas por el oficialismo denunciadas por los observadores internacionales, que van desde la realización de una descarada propaganda a través de los medios de comunicación a escala nacional por parte del candidato presidencial del oficialismo, en el que desvergonzadamente solicito el voto de los salvadoreños para su partido, la negación de credenciales a los ciudadanos escogidos para formar parte de las JRV, el uso desmedido de recursos estatales para respaldarse electoralmente y muchas otras faltas más. Empero las irregularidades no se sucedieron solo durante el evento electoral, sino que comienzan con la toma de posesión del ejecutivo, cuando el régimen desvió ingentes cantidades de recursos financieros para promover mediáticamente la imagen presidencial, para luego llegar al colmo de adquirir créditos de la banca multilateral para dedicarlos a ese solo propósito, manteniendo una permanente campaña mientras se desatendieron las prioridades estatales.

    Como sea, la ausencia de hasta el 68% de los votantes al evento, hace de esta elección la menos asistida, y de la administración, la de menor representatividad y menor respaldo, lo que procurará explicar diciéndonos, “…es que los correligionarios se confiaron…”, o artificialmente duplicar, triplicar y hasta cuadruplicar los votos que los acompañan. Total, un fraude en toda regla.

    Por último, el quid del evento era legitimar al régimen golpista e ilegal con una asistencia masiva; al no lograrlo deberíamos esperar que la represión se agudice como represalia y “pa´que entendamos”.

    Acabando así con los últimos resquicios de esa paz que conquistamos.

    *Educador salvadoreño

  • El Salvador en la encrucijada: ¿Democracia o dictadura?

    El Salvador en la encrucijada: ¿Democracia o dictadura?

    «El gobierno de un solo partido en El Salvador es una forma de dictadura encubierta que atenta contra la democracia y el bienestar del pueblo». El Salvador es un país que ha sufrido mucho a lo largo de su historia. Ha padecido guerras, violencia, pobreza, desigualdad y corrupción. Sin embargo, también es un país que ha luchado por su libertad, su justicia y su democracia.

    Por: Miguel A. Saavedra

    Un país que ha tenido momentos de esperanza, de progreso y de solidaridad. Pero, ¿qué pasa con El Salvador hoy? ¿Qué tipo de gobierno tiene? ¿Qué tipo de democracia practica? ¿Qué tipo de futuro le espera?

    Pero para el grupo de poder y sus funcionarios ,no hay crisis ,¡de cuál crisis hablan? o como dijo un diputado oficialista irónicamente: «Con este sueldo apenas subsistimos»… mientras Juan Pueblo, dice:¿todavía quieren más?. En El Salvador, el gobierno está concentrado en manos de un solo partido, que gasta el dinero en cosas que no importan ni favorecen a la gente. El gobierno oculta información sobre el presupuesto nacional y la gestión de los fondos públicos, impidiendo el control ciudadano y la rendición de cuentas. Reduce la agenda de gobierno a un solo tema visible, la contención de pandillas, y descuida otras áreas vitales como la salud, la educación y la agricultura.

    Está demostrado aquí y en todo el mundo que ,Si damos todo el poder a un solo partido o persona, lo más probable es que se abuse de él. El poder absoluto CORROMPE, fomenta la injusticia y la desigualdad. La democracia no es perfecta, pero siempre se puede mejorar. Para eso, hay que escucharse, participar y controlar a los gobernantes. Cuando el poder está concentrado en manos de unos pocos, se aprovechan de él para sus propios intereses. Esto lleva a la corrupción, la injusticia y la desigualdad.

    El gobierno gasta cantidades exorbitantes de dinero en propaganda, seguridad y partidas presidenciales, mientras las áreas más importantes como Salud, Educación y Proyectos Sociales no reciben los recursos necesarios. Parece que el gobierno prefiere destinar recursos a propaganda y tecnología de espionaje y control, así como a partidas de gastos presidenciales , obras , proyectos con costos sobreestimadas adjudicados a sus amigos, justificar inversiones absurdas como el Bitcoin y similares, sin importarles que estos gastos superen significativamente lo presupuestado.

    Mientras que miles de personas han pasado a engrosar las filas del ejército de desempleo, aceleradamente en estos últimos 5 años. Mientras que el otro ejército, utilizado como aparato represivo para al control social ,ha crecido también en un 200% en tiempos de paz, donde se gasta 3 veces más en un efectivo militar que en invertir en un estudiante universitario. La población desde el año pasado se ve afectada por el 35% de pérdida adquisitiva del ingreso de las grandes mayorías ante el alza inclemente de los precios de la canasta básica.

    Los legisladores, en lugar de velar por el beneficio de la sociedad, aprueban leyes que les otorgan sueldos jugosos y prestaciones onerosas, seguros de vida y salud, seguridad y vehículos oficiales, etc…, en contraste con las pensiones de hambre que imponen al resto de la población, donde la pensión promedio aprobada para los jubilados no es ni la décima parte de lo que ganan los diputados al mes. Además la cacareada ley de pensiones abre la puerta a que el Estado, utilice los ahorros de pensiones de los ciudadanos como una fuente de dinero fácil (Caja chica) para cubrir sus propias urgencias financieras).

    Al final todo se reduce a quién controla los recursos y quién queda excluido. Mientras existan amos y siervos no podremos hablar sinceramente de auténtica colaboración entre iguales. El día que los poderosos entiendan que su deber es servir al pueblo, más que servirse del pueblo, vamos a poder avanzar de verdad como nación unida. Pero mientras haya distancias entre quien manda y quien obedece, «seguiremos en las lonas». Solo un nuevo pacto social donde rija la equidad sustituirá estas construcciones ficticias en beneficio siempre del poderoso de turno. Así es la naturaleza humana, aunque por el momento digamos lo contrario.

    Las generaciones futuras serán las que hereden el mundo que creamos hoy. Si no nos preocupamos por la democracia, el medio ambiente, la justicia social y otros temas importantes, lo pagarán.

    Las generaciones futuras nos preguntarán por qué no hicimos más . Nos preguntarán por qué no luchamos por la igualdad de derechos para todos. Nos preguntarán por qué no nos preocupamos por su futuro.

    No podemos ignorar estas preguntas. Tenemos la responsabilidad de crear un mundo mejor para las generaciones futuras..

    El Salvador necesita un cambio político urgente, que implique una mayor participación ciudadana, una mayor transparencia y rendición de cuentas, y una mayor distribución equitativa de los recursos. Solo así se podrá garantizar una democracia verdadera y un bienestar colectivo.

    No podemos permitir que un gobierno autoritario y corrupto siga pisoteando nuestros derechos y nuestras libertades.

    Es hora de despertar, de organizarnos y de exigir un país mejor. El Salvador somos todos y todas, y juntos podemos hacer la diferencia.

  • El fraude está servido. Proceso electoral viciado

    El fraude está servido. Proceso electoral viciado

    Una condición sine qua non para denominar democrático a un estado es la celebración periódica de elecciones.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    En el caso particular de nuestro país, las elecciones deben caracterizarse de acuerdo a nuestra ley por no ser producto de ninguna coacción, manipulación o presión, así como libres, directas y secretas, además de verificables [Art.258 Cn.].

    También el papel de los partidos políticos partícipes, como el de sus financistas, como el del estado están debidamente regulados desde el Código Electoral, que establece el papel a cumplir por cada uno, sus alcances y límites de manera clara.

    Ese es en reglas generales el marco legal que sustenta a nuestro sistema electoral.

    Ahora debemos considerar la realidad generada en los últimos 3 años.

    Desde el autogolpe emprendido por el ejecutivo contra el poder judicial se rompió el marco legal, quebrándose por extensión el estado de derecho, por lo que no vivimos en un estado democrático sino bajo un régimen ilegal.

    A partir de ello, para legitimarse éste necesita del concurso de las fuerzas democráticas que lo respalden a través de un proceso electoral formalmente democrático, por lo que su participación supone además de la autentificación electoral del soberano, su validación política.

    Esto sin embargo no se corresponderá con el marco legal, pues incluso si el régimen es respaldado electoralmente por la mayoría de la población, no supera la ilegalidad en la que se encuentra.

    Ahora consideremos el desmedido engrasado que del aparato estatal ha procurado el régimen en todos sus niveles, imponiendo a sus cuadros partidarios para ideologizar su ejercicio, anquilosándolo, volviéndolo ineficiente, para así en este segundo gobierno aumentar sustentado por ese respaldo, el IVA, profundizar las privatizaciones ya adelantadas, reintroducir las mineras, y justificar la privatización de educación, salud y el agua.   

    Así las cosas, con todo a favor del régimen, el absoluto irrespeto por las instituciones democráticas y la autocracia que se ha implementado, debemos orillarnos a comprender que el proceso en sí mismo es apenas un formalismo.

    Un formalismo, porque al haberse cooptado la institucionalidad en pleno, no existe ninguna garantía para la transparencia del ejercicio electoral, pero en cambio sí existen las condiciones para adelantar un fraude comparable a los cometidos por el régimen militar que también nos mal gobernó durante aquellas 2 terceras partes de la centuria pasada.

    La cruda evidencia de ello lo constituye además la ceguera del árbitro de la contienda, el TSE, que no mira las irregularidades que el oficialismo comete, cuando por ejemplo mantuvo desde hace tres años una campaña electoral permanente, utiliza los recursos estatales del modo más descarnado en su propaganda, inaugura obras estando ello prohibido, persigue a la oposición, en suma, cargó los dados a su favor desde el principio.

    Entonces, incluso en el remoto escenario en el que alguno de los contendientes del oficialismo ganara, simplemente se le desconocerá pues el fraude está servido.

    Lo cierto compatriotas es que nuestro germen de democracia feneció, por la desidia de la mayoría, y el costo de abandonarla será muy caro.

    *Educador salvadoreño.

  • ¿Qué significa la destrucción de los símbolos que celebran los acuerdos de paz?

    ¿Qué significa la destrucción de los símbolos que celebran los acuerdos de paz?

    Supone desconocer el valor y sentido de dichos acuerdos para en cambio abrazar las condiciones sociopolíticas e históricas anteriores.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    Milán Kundera sentenció: “… liquidar un pueblo comienza con negar su memoria, para luego reescribirla…”.

    La negación de un hecho histórico constituye lo que se denomina revisionismo, es decir construir una reinterpretación interesada de esos hechos, con el ánimo de aprovechar esa manipulación.

    Cuando el actual gobierno afirma que aquellos acuerdos no sirvieron para nada, porque solo respondieron a los intereses de las jefaturas de los bandos enfrentados, miente descarada y perversamente, a la vez que ofrece una versión corta e interesada de la verdad histórica.

    Los acuerdos de paz son el resultado de una serie de negociaciones entre las partes enfrentadas, con la mediación de las ONU más el apoyo de algunas naciones que se autodenominaron “países amigos”, quienes acompañaron y apoyaron dichas negociaciones desde su inicio y hasta parir la firma de los acuerdos de paz, lo que se puede constatar no sólo en los registros que sobre esta afirmación detenta la ONU, además en las memorias que sobre su participación adhieren los denominados países amigos, y México, como miembro de estos pero también donde se alojara la sede donde se firmaron los acuerdos de paz.

    Pueden además constatarse en los registros periodísticos de la época de virtualmente todo el globo, por lo que el alegato del actual gobierno de que “no sirven para nada”, es malicioso.

    Lo es porque lo que no dice el régimen es que el gobierno de Alfredo Cristiani, procuro conscientemente desactivar con los medios a su alcance los acuerdos de paz, anulando por ejemplo el Foro de Concertación, que de haber operado habría desactivado muchos de los conflictos sociales que simplemente fueron ocultados bajo el tapete y en el presente nos agobian.

    Tampoco asigno los recursos para recuperar a los sectores afectados directamente por el conflicto, desmovilizando por ejemplo sin más a los contingentes militares sin el debido tratamiento, mientras se iniciaba el proceso de privatizaciones, estableciendo el esquema neoliberal como eje rector del tema económico, y abandonando el estado las obligaciones constitucionales en favor de los privados, favoreciéndolos, mientras aquel escenario de inmediato se tradujo en un incremento exponencial de la criminalidad.

    Es decir; lo que no reconoce al realizar esta afirmación el presente régimen, es que siendo miembro de la ultraderecha está además comprometido con impedir como lo hicieran los gobiernos neoliberales, la concreción del espíritu y alcance de estos acuerdos, para en cambio recuperar, como efectivamente lo ha estado haciendo, los privilegios de la élite, su mayor aliado, y reflotando al militarismo, profundizando la corrupción y por su intermedio las desigualdades sociales históricas, mientras a la par se anula tanto a la legalidad como a la institucionalidad, derivando en la fáctica supresión de la República.

    Si antes la desigualdad estaba naturalizada, ahora se conforma en una concreción socio político y cultural.

    Pues el que deja hacer y deja pasar, es simplemente un cómplice.

    *Educador salvadoreño

  • Mentira y caída. Lo que no crece en la verdad acelera su caducidad

    Mentira y caída. Lo que no crece en la verdad acelera su caducidad

    A veces dan deseos de remontar el cielo, subir a las alturas donde no entre la mentira y la maldad del ser humano. Cansa vivir en un mundo de hipocresía y donde gana el más fuerte o el traidor que mete el puñal.

    Por: Mauricio Manzano*

    Cansa contemplar culebras en el nido adulando a mecenas que compran sus alabanzas mientras lastiman a los que nadie vela por ellos, los que no tienen voz y mueren revolcándose en la desesperanza a causa de acciones de idiotas que oprimen por decreto, que declaran conferencias para hablar estupideces. Que toman whisky, paladean el caviar y la droga. Hablan idioteces queriendo parecer intelectuales pero son sacos vacíos, sepulcros blanqueados, mentirosos.

    Seducen a los pobres, pero no quieren parecerse a ellos ni vivir como ellos, tienen sus propios club donde se reúnen y ahí no entran los pies descalzos, los sobacos con olor a pueblo, las uñas negras de quienes se ganan el pan de cada día acariciando a la Pachamama.

    Petulantes que odian la inteligencia y todo aquello que huele a cultura, pero ponen a la gente hacer cola para hacerse un “selfie” en una biblioteca mariposa que en sus entrañas tiene un sesgo de comics, mundos de ficción como un voto virtual de irreal.

    Todos los dictadores han vivido extasiados de sustancias mágicas que los hace creer que son el rey Midas que todo lo convertirán en oro, con la diferencia que éstos, todo lo que tocan lo desaparecen o lo hacen miasma.

    Amplifican el amor y el dolor haciendo felices a unos y asesinando a otros, viven en mundos irreales gracias a su inventiva. Se refugian en el dios Baco y con su sangre etílica hablan con sus sombras en el delirium tremens de sus raptos vacíos.

    No son más que espantapájaros con sus incendiarias proclamas de libertad, disparando mentiras al corazón de los ingenuos y queriendo demoler la memoria histórica por miedo a la verdad. Aunque lo único que hacen es besar a la muerte. Porque en su fatal osadía de querer trascender, lo que hacen es escribir la crónica de su muerte.

    Aún cansados y vencidos, convencidos que todo lo que no crece en libertad y verdad acelera su caducidad.

    *Investigador salvadoreño y consultor nacional e internacional.

  • ¿Es esto una democracia?

    ¿Es esto una democracia?

    Someter a juicio las instituciones republicanas es un sano ejercicio que debemos por salud practicar, siendo lo más objetivos y asumiendo por supuesto el resultado.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández

    La respuesta corta es no.

    La esencia de la democracia deriva en un gobierno del pueblo, de acuerdo a la definición griega clásica; por otro lado, debemos además añadir el que para que sea funcional, está conforma lo que denominamos instituciones, es decir, los llamados poderes que existen para equilibrar el ejercicio del mismo, e impedir así que esa sana representatividad transite por uno de esos avatares del destino, a una autocracia, que anule a la República.

    Lo que ahora padecemos desde hace 3 años, con el asalto que el ejecutivo hiciera aquel infame fin de semana, seguido de la soldadesca, su ministro de defensa, su director de la PNC, quienes se justifican ante la historia alegando que su presencia respondió a la necesidad de brindarle seguridad al ejecutivo, que en aquel evento quebró con ese solo gesto la legalidad y la institucionalidad, con algunos 400 seguidores fanáticos y un diputado de la oposición que pasará a la historia como el más oportunista que viera la política partidaria y que entonces solo estuvo ahí, en silencio, considerando las consecuencias legales de su presencia en el lugar, entonces la República fue sustituida por esta vil autocracia.

    De ahí en más lo que tenemos es a un estado cooptado por elementos partidarios, cuya labor es la de instaurar un esquema político que usa al estado como herramienta para saquear al país, en beneficio del círculo presidencial, así como para responder a los intereses representados por este.

    Cualquiera afirmara que no es así, que ese régimen existe porque el pueblo así lo quiere, pero en cambio un elemental ejercicio demuestra lo contrario, ya que para manipular mediáticamente al soberano, el régimen destino entre 2,1 y 2,9 millones de dólares diarios los últimos 3 años, de acuerdo al informe y la denuncia que REUTERS hiciera meses atrás, con el solo ánimo de instalar la figura presidencial como la única que nos salvará.

    Hay que advertirlo, esa sistemática alienación ejecutada día a día solo puede compararse a la realizada por Goebbels en la Alemania nazi, con los efectos que todos conocemos.

    Es decir; no es cierto cuando la población afirma que el actual ejecutivo es el non plus ultra, pues es solo alguien que sabe hacer malabares y ha entretenido muy efectivamente a la masa, alienándola de paso, e imponiendo su preferencia, por lo que cuando lo afirma en realidad solo replica lo que escucha, sin pensarlo. Como autómatas.

    No solo no gozamos ya de ninguna manifestación de institucionalidad, también somos cautivos de esa farsa.

    La construcción de la República ideal es una quimera por supuesto, pero aproximarnos a ella mediante la vigencia de la ley, nos dará a cada uno el espacio que ahora se nos niega en este Edén salvadoreño, del que solo gozan las élites.

    Porque el Edén real tampoco es para esta vida.

    *Educador salvadoreño

  • ¿Qué hacer?

    ¿Qué hacer?

    Dos grandes errores han cometido quienes han querido enfrentarse a Bukele. El primero ha sido hacerlo de forma individual, haciendo parecer que solo desean arrebatarle su protagonismo político. El segundo error tiene que ver con ir a la batalla sin un proyecto a la altura de los nuevos tiempos. Unos, por lo general, han apelado a la defensa de la democracia, la institucionalidad, la libertad.

    Por: Dr. Emilio Delgado Chavarría*

    Otros insisten en reconstruir una nueva izquierda sin tener muy claro qué de novedoso aporta esa izquierda. En lo personal creo que en estos tiempos resulta complejo hablar de una izquierda como teoría política, ya que sus correligionarios no han desarrollado nuevos planteamientos. Desgraciadamente, no hubo teóricos que renovaran el pensamiento de los grandes marxistas, aunque me reservo a Antonio Gramsci, el pensador italiano sigue tan vigente que tanto intelectuales de derecha como de izquierda recurren hoy todavía a sus ideas. Y es que la batalla donde debe librarse la nueva lucha política está precisamente en el espacio de la cultura, pero sobre este asunto me dirigiré en próximas entregas.

    Desde mi punto de vista, leer el mundo en clave de izquierdas y derechas ya no resulta útil. Las sociedades actuales se dividen entre aquellas que tratan de resolver sus problemas de forma dictatorial y las que aún siguen apostando por sistemas democráticos. Dicho de otra manera, la lucha moderna ya no se establece en términos de izquierdas y derechas, sino entre democracias y sistemas autoritarios. Ante esta esta forma de entender la realidad política cabe preguntarse: ¿qué hacer?, ¿qué haremos aquellos que rechazamos las dictaduras?, ¿qué haremos quienes pensamos que un gobierno autoritario no es la salida a la pobreza material y espiritual de sociedades como la nuestra?

    El primer desafío que enfrentamos es construir un proyecto político que no se deje estigmatizar por las categorías políticas tradicionales. Estas dos cosmovisiones tienen aún sentido porque todavía se sigue entendiendo a la izquierda como sinónimo de defensa de los derechos humanos y la justicia social (recientemente también incorporaron como valor la democracia). En lo que respecta a la derecha, a grandes rasgos se la vincula con orden y progreso económico. Ahora bien, estos conceptos son insuficientes para reelaborar una teoría política, pues representan ideologías que jamás llegaron a realizar plenamente aquello que profesan. Recordemos que el comunismo, en todas sus variantes, nos dejó experiencias de países fuertemente represores y dictatoriales, y el capitalismo, por su parte, ha generado riqueza abundante a costa de la destrucción de los estados de bienestar en los países del primer mundo y la promoción indirecta de estados fallidos en lo que respecta a los países pobres. La imposibilidad histórica de ambas ideologías, sumado al remanente de lo positivo que cada una representaba, las ha convertido en “significados vacíos”.

    Con esto me refiero a que la idea mayor que sostiene una ideología, una sociedad sin clases para el caso del comunismo y un progreso económico ilimitado para el capitalismo se perdió históricamente. Un significante vacío es un signo que ha perdido su referente, es el eco de algo que una vez estuvo vivo y se encuentra en espera de volver a construir su referente para recuperar así, nuevamente, su significado pleno y renovado.

    El devenir de una ideología en significados vacíos explica por qué los populistas pueden utilizar un vocabulario de izquierdas o de derechas según las circunstancias políticas que mejor les convengan. Entiéndase bien que la utilización de significados vacíos en política no es necesariamente algo negativo. Si es una estrategia que les funciona a los populistas, ¿por qué no pueden emplearla sus adversarios?

    Dicho esto, surge la siguiente duda: si aspiramos a la construcción de un proyecto político alterno a los populismos y pretendemos además emplear sus estrategias, ¿cómo nos diferenciamos de ellos? La respuesta está en el proyecto político, que debe desembocar en la construcción de un partido. Uno de los problemas característicos de los populismos es que basan su liderazgo alrededor de una persona: el líder carismático. Este tipo de liderazgo está destinado a desaparecer tarde o temprano, y cuando esto sucede todo lo de su alrededor también se hunde.

    Max Weber ya hablaba de la dificultad para encontrar reemplazo en los partidos que dependen de líderes carismáticos, porque su sustitución implica la muerte simbólica del mesías político. Proponemos entonces que este carisma pase a un grupo, a un colectivo, a un partido. Todos y cada uno de los miembros de este partido deben poseer un carisma, de manera que el líder solo sea el reflejo del ideal de cada uno de los miembros del partido. ¿Y de qué manera se crea el carisma en un colectivo?

    Ciertamente, en los últimos tiempos los partidos políticos no gozan de buena reputación, seguramente, entre otros factores, por concebirse, en su mayoría, como máquinas para ganar elecciones. No obstante, un partido es mucho más que eso, es la formación política de sus integrantes y, sobre todo, es respeto por la institucionalidad propia del partido. La educación política al interior de estos nos permite y garantiza que cualquiera que ocupe la jefatura siga la senda estipulada por el proyecto; y la obediencia a rajatabla de la institucionalidad partidaria nos asegura que el mejor de sus militantes ocupe el máximo cargo en la organización. Estoy convencido que la única forma de vencer la voluntad de un hombre es la voluntad organizada de un colectivo, porque la vida de un hombre es finita, mientras que las ideas que radican en la razón y el corazón de los muchos trascienden en el tiempo.

    * Emilio Delgado Chavarría es doctor en Teoría Literaria por la Universidad Autónoma de Madrid (España) y máster en Tecnologías de la Educación por la Universidad de Poitiers (Francia). Ha sido profesor universitario en España y universidades centroamericanas. Es autor del libro Teoría de la Novela Latinoamericana (2021), publicado en la Editorial Sindéresis (España).

  • Navidad en la  Franja de Gaza

    Navidad en la Franja de Gaza

    En esta Navidad Jesús nace en Gaza. No en un pesebre, sino entre los escombros de lo que queda de las viviendas de sus habitantes. No nace rodeado de animales, sino de bombas detonadas, balas de fusiles Tavor Tar disparadas contra la población civil (950 disparos por minuto), granadas y gases letales. Y de los vuelos asesinos de los cazas F-35.

    Por: Frei Betto*

    Jesús nace e ignora que sus padres, que pretendían refugiarse en Egipto, fueron alcanzados por una lluvia mortal de bombas bunker buster lanzadas por las tropas israelíes.

    Ahora no es el rey Herodes el que pasa por el filo de la espada a cientos de niños. Es el gobierno sionista de Netanyahu, en su ansia de venganza y de extermino de quienes considera “animales humanos”, según declarara el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant.

    Jesús y sus padres no encontraron albergue en Belén. Tuvieron que alojarse en un pesebre. Igual que ellos, las familias palestinas fueran sumariamente expulsadas de sus hogares para dejarles espacio a los colonos sionistas, que no reconocen el derecho de la nación palestina a crear un Estado legítimo. Desplazados, esos millares de familias se vieron confinados en los estrechos límites de Gaza y Cisjordania, controlados por tropas israelíes como si fueran subhumanas, sobreviviendo en condiciones de un campo de concentración a cielo abierto.

    Jesús nace hoy sin que los magos vengan a hacerle presentes de oro, incienso y mirra. Lo que le han regalado ahora son 12 mil toneladas de bombas desde el 7 de octubre (33 toneladas de explosivos por kilómetro cuadrado), lo que equivale a una bomba atómica. No hay coro de ángeles ni cánticos de gloria a Dios, sino el sonido estridente de las sirenas de alarma y el silbido aterrorizador de los proyectiles disparados por los cañones mortíferos de los tanques Merkava.

    Jesús nació bajo el sello de la discriminación por ser palestino, por ser un hijo bastardo de una pareja nazarena (tanto es así que José quiso abandonar a María cuando supo que estaba embarazada), por ser un sin techo, porque su familia ocupó la tierra de una finca en Belén, porque lo consideraron blasfemo y usurpador del título de Hijo de Dios.
    Una vez más Jesús es rechazado en su propia tierra. Si a sus coterráneos les impiden crear su Estado, cualquier acción de autodefensa que emprendan será calificada de “terrorista”. Un calificativo que los grandes medios de comunicación nunca emplearon cuando Menachem Begin, el 22 de julio de 1946, voló por los aires el Hotel King David en Jerusalén y mató a 91 personas.

    Ni cuando más de 200 mil personas, todas inocentes, fueron cruelmente asesinadas en el mayor atentado terrorista de todos los tiempos: las bombas atómicas lanzadas por el gobierno de los Estados Unidos sobre las poblaciones civiles de Hiroshima y Nagasaki. Sí, Hamas transgredió las normas de la “guerra justa” al secuestrar a más de 200 personas, la mayoría civiles. Pero, ¿Quién protesta ante las “detenciones administrativas” realizadas por el gobierno de Israel, que mantiene en prisión a cerca de 5 mil personas sin acusaciones formales?

    Jesús nace en Gaza y ahora ya no pueden matarlo, porque resucitará en cada niño, en cada joven, en cada ciudadano palestino consciente de que la tierra de las viñas y los olivos guarda en su suelo las cenizas de sus más antiguos ancestros.

    *Teólogo brasileño

  • Hambre y represión

    Hambre y represión

    La sociedad salvadoreña, se encuentra fragmentada, más allá del concepto de izquierda o derecha (como más o menos, intervención del Estado), y de si el orden Constitucional está vigente o no.

    Por: Fernán Camilo Álvarez Consuegra

    La fragmentación radica, en si se es capaz de sobrevivir dentro de este Estado o si él Estado, es la fuente de ingresos personales o, permite que se usufructúe la poca actividad económica que existe. La fragmentación social, se manifiesta en la angustia del miedo y la represión o, la opulencia y tranquilidad del poder.

    Cuando se presentan estas grandes crisis sociales, sólo hay dos caminos: se da un estallido social, como las revoluciones, francesa de 1789, mexicana de 1910 y rusa de 1917. Estas sucedieron cuando hubo hambre y represión, sin desahogo social, que permitiese un cambio.

    Si Luis XVI hubiese permitido el funcionamiento del Tercer Estado, hubiese habido para la crisis política, un desahogo, pero no fue así.

    Si el Zar Nicolás II, no hubiese reprimido las protestas de 1905 en San Petersburgo, la crisis, no hubiese escalado durante la primera Guerra Mundial. Si el General Don Porfirio Días, no hubiese insistido en su reelección, no hubiese estallado la revolución.

    Hoy, en El Salvador, se están presentando situaciones similares: El hambre aumenta, a igual que la propaganda para ocultarla. La economía se contrae y el gasto público aumenta.

    Las noticias oficialistas aseguran millonarias inversiones y las acciones del Gobierno, ponen desincentivos a la inversión, salvo, para los negocios en donde intervienen, los intereses de funcionarios públicos.

    Los grandes empresarios salvadoreños, se expanden hacia el extranjero, pero no en El Salvador, pues su economía no lo permite, es muy frágil: depende de las remesas, que se consumen, en servicios. Nuestras exportaciones disminuyen, porque no pueden competir, y aun así, las ahoga el Gobierno.

    Las elecciones presentes, indican un fraude, para evadir los controles internacionales, pues éstos se centran en el día de la elección y, en el recuento de votos.

    Ningún opositor, ha podido realizar una mínima campaña, pues los dineros públicos destinados para el funcionamiento del sistema electoral, han sido cortados. El financiamiento privado a partidos políticos, es fiscalizado y usado como una diana, para el aparato estatal.

    Los representantes de los partidos políticos, en el Tribunal Supremo Electoral, no responden a los intereses de sus partidos, por las dadivas o promesas recibidas desde el Ejecutivo, se alinean con el oficialismo.

    La Sala de lo Constitucional, desoye los habeas corpus de más de 8000 detenidos e ignora el debido proceso contra otros 60,000; ya hay denuncias, sobre que sus parientes, han sido eliminados del padrón electoral, así que no podrán expresar su descontento y su deseo, de un cambio de Gobierno, por medio del voto.

    El Gobierno, al pactar con las pandillas, se ha aliado con una parte del crimen organizado, capturando a los enemigos de sus aliados. En este proceso, se ha capturado a por lo menos 20,000 personas inocentes, con fines publicitarios.

    Muriendo por diferentes causas, por lo menos 500 personas, en manos de las autoridades penitenciarias. Muchos detenidos, son usados como mano de obra, recordando la frase “Arbeit macht frei” (el trabajo hace la libertad), utilizada en los campos de concentración.

    Por ahora, el alto empresariado, está conforme con el oficialismo, pues les permite ejercer su actividad libremente, pero en la medida que se baja en la cadena empresarial, se hace más difícil, el sostener otras empresas.

    La inflación y la crisis, golpean más, al más pobre y, poco a poco, se pierde el miedo “al régimen de excepción”. Luego, la corrupción estatal, verá en el gran empresariado, su nueva fuente de ingresos, consumiéndola.

    Para evitar una inminente catástrofe: elecciones libres.

  • Editorial por:  Walter Raudales | El Salvador y sus 2 mundos

    Editorial por: Walter Raudales | El Salvador y sus 2 mundos

    El primer párrafo de la novela: “Historia de dos ciudades”, escrita en 1859, por Charles Dickens ((1812-1870), escritor Inglés, aplica perfecto a la realidad de El Salvador en estos días, en donde vivimos en 2 mundos: estamos en el mejor de los mundos (pero virtual) y en el peor de los mundos (el real).

    Comienza la novela de Dickens:

    “Capítulo I: La época

    Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo”.

    En El Salvador actual se puede aplicar a la exactitud esta descripción de Dickens porque aquí hay dos realidades: la que dice que este país “es el mejor de los mundos”, “que es el país más maravilloso”, “que es el Presidente más cool del universo” y por otro lado está el peor de los mundos, que es la otra realidad, la del hambre, se habla de hambruna en documentos de Naciones Unidas (ONU), un país con una alta tasa de desempleo, de migración sin freno, pobreza a niveles de espanto, persecución, irrespeto a los derechos humanos.

    Hay un régimen de excepción que establece captura a pandilleros, pero en estas redadas llevan personas que nada tienen que ver con esas estructuras de criminales y se violentan a inocentes sus derechos humanos elementales, imponiendo la tesis de “seguridad sin derechos humanos y sin respeto a las leyes”. Se habla de 70 mil capturados de los cuales cerca de 40 mil no tienen ningún delito, son inocentes.

    Ese mejor de los mundos del que hablan es virtual, digital, construido a base de creación de contenidos falsos de la mano de la post-verdad y la persuasión a través de la manipulación con las nuevas tecnologías. Existen ejércitos digitales, granjas de troles, pautas millonarias en redes para insertar en las mentes de las personas esa narrativa del mejor de los mundos.

    El peor de los mundos es el real, del salvadoreño que pasa hambre, que no tiene trabajo, que anda por las calles con miedo a que le capturen a él o a un cercano, que más que vivir lo que le toca es sobrevivir.

    Ante esos dos mundos nos enfrentamos. Con el agravante que la mayoría de medios de comunicación tradicionales y de nuevas tecnologías están plegados a la narrativa oficial. Sus armas: la fake news, la mentira falsa, el ocultamiento de agenda, sobredimensionar superlativamente los hechos, la reserva de información oficial, los linchamientos mediáticos. La verdad en estos dos mundos tiene que abrirse paso en una correlación tan desigual comparable a una gota de agua ante el inmenso océano. Así de cruel, con el peligro de amenazas y persecución.

    Con su maquinaria digital y virtual han logrado imponer una visión de país irreal. Desde luego muchos la aceptan y la creen. Esa es la tremenda paradoja: muchos de los hambrientos y desempleados (como en un espejismo) aplauden esa virtualidad (su verdugo).

    Del otro lado está ese El Salvador real, que no come, que no tiene empleo, que está preocupado porque no se respetan los derechos humanos. A este país el actual Ejecutivo le dinamitó todas las instituciones democráticas. No hay hasta este momento, ninguna institución del Estado que muestre independencia en el ejercicio de sus funciones. Podemos afirmar que hay ya una dictadura instaurada que se ratificará en un proceso electoral desequilibrado y amañado que se desarrollará en febrero del 2024, en donde, violentando más de ocho artículos de la Constitución de la República, que prohíbe la reelección continua, el Presidente, bajo el argumento que la población así lo quiere, se ha inscrito para ser candidato de nuevo a la presidencia.

    En El Salvador se resquebrajó todo el andamiaje democrático, ese es El Salvador real. En este escenario surge, como un estruendo, la inquietante pregunta: ¿Es lo electoral el camino?

  • Lavado de manos presidencial

    Lavado de manos presidencial

    Discurso versus Reserva

    Por: Miguel A. Saavedra

    ¿Discurso o advertencia de naufragio democrático?»

    En la penúltima cadena nacional, el Presidente se reunió en su despacho con el gabinete y el Fiscal General de la República como invitado. Manifestó su deseo de ser recordado como el mejor Presidente, reconocido por «no robar ni permitir que robe su gabinete». Lo que indica, estarse preparando para lo que viene «están amarrando al chucho a tiempo», como dicen en mi pueblo.

    ¿Absolución anticipada y presagio de mayor concentración de poder?»

    Sin embargo, al eximirse anticipadamente de cualquier responsabilidad futura por malos manejos, adopta una postura similar a la de Poncio Pilato al lavarse las manos de las consecuencias de sus decisiones. Al igual que Pilato se desentendió ante el pueblo de la suerte de Jesús, el Presidente pretende deslindarse de futuros actos de corrupción de sus subordinados.

    Asimismo, anunció que pedirá «licencia política» para su campaña de reelección. No obstante, esa figura no existe en la ley salvadoreña, por lo que su solicitud equivaldría a pedir permiso para permanecer en el cargo más allá del periodo constitucional, violando la prohibición de reelección.

    Por otra parte, la presencia del Fiscal General de la República como testigo pone en tela de juicio su independencia, dado que su asistencia podría interpretarse como obediencia ciega al poder presidencial, en lugar de actuar con autonomía en favor de la legalidad.

    La situación actual plantea grandes desafíos para la defensa de los derechos humanos y la democracia en nuestro país. Aunque históricamente hemos enfrentado períodos de autoritarismo, es necesario evitar retrocesos y fortalecer nuestro estado de derecho.

    Las máscaras caerán

    Proclamarse limpio mientras se oculta la verdad solo genera más dudas. Detrás de tanto secretismo, por qué en todas las instituciones del Estado hay reserva de información. ¿Qué pecados esconde?

    Si nada está podrido por qué reservar todo el accionar del Ejecutivo, ¿a qué le teme mostrar sus actos en pleno? Palabras vacías no engañan a quien exige hechos concretos.

    La Asamblea Legislativa actual (cyan), totalmente servil a los mandatos y antojos presidenciales decretó:

    Siete años de silencio y de reserva de información pública; dejando traslucir los atajos de quien no asume sus errores. Caminos tortuosos para desviar la mirada cuando la realidad incomoda.

    «Ah, si la gente supiera el jugoso negocio en que se ha convertido el manejo de los dineros públicos»

    Pretender zafarse como Pilatos no absuelve las responsabilidades de quien gobierna. Aunque lave sus manos ante otros, la historia no perdona a quien falsea la verdad.

    Tarde o temprano, los designios del tiempo destapan todo engaño. Reservas infundadas solo siembran sospechas sobre secretos inconvenientes.

    Si confía en su gestión, muestre sus actos sin tapujos. La luz de la transparencia despejará cualquier duda. Porque ocultar la información por 7 años y prorrogables como ahora quieren legitimar la reelección presidencial indefinida.

    Ha llegado la hora de exigir transparencia. No más secretismos que solo siembran sospechas sobre qué actos pretenden ocultar tras gruesos muros de reserva.

    Siete años de reserva no despejan la tormenta de dudas. Solo alimenta conjeturas sobre malversaciones y corrupción que aspiran archivar en el olvido con tal de seguir enriqueciéndose a costa nuestra.

    Pero si sus manos están limpias, ¿qué temor hay para no mostrar de inmediato sus cuentas? Con la verdad no habrá más conjeturas ni especulaciones. ¡Basta ya de cortinas que protegen transas!.

    De poco sirve eludir culpas si la sociedad exige rendición de cuentas. Las máscaras caerán ante la vigilancia ciudadana. ¿O es que solo teme enfrentar a la verdad?
    Las mismas manos que debieron velar por el bienestar colectivo, saquean sin pudor las arcas del Estado. Mientras el pueblo luchaba por satisfacer necesidades básicas, una élite político-económica forjaba su fortuna mal habida. Contratos amañados, licitaciones simuladas, millonarias comisiones ocultas bajo vericuetos burocráticos. Así fue tejiendo su red de corrupción, creyéndose intocables tras gruesos muros de secretismo.

    Pero el tiempo pondrá cada cosa en su lugar…

    Las sombras de la impunidad empiezan a disiparse ante la luz de la transparencia que reclama la ciudadanía. Tarde o temprano, todo aquello oculto en expedientes sellados saldrá a la luz del escrutinio. Las caretas caerán y los involucrados deberán responder ante la justicia. Que la corrupción no quede impune, que los responsables rindan cuentas por cada centavo mal habido de los dineros del pueblo; ese sí es el camino correcto, no actos de Pilato, que pretendan amarrar el chucho a tiempo.

  • Otra presa latinoamericana para la demagogia neoliberal

    Otra presa latinoamericana para la demagogia neoliberal

    El fin de semana pasado hemos observado el proceso electoral argentino, en el que se midieron la propuesta del aún oficialista gobernante, don Sergio Massa, contra el señor Javier Miley, que se autodefine como el candidato contra sistema.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    Como en el resto de Latinoamérica, el pueblo argentino padece el desánimo de no ver resueltas sus aspiraciones de prosperidad y seguridad, que prometió la instalación de la democracia, y que en cambio a derivado en una desmedida corruptela, sobre concentración de riqueza, desempleo, empobrecimiento, inequidad e injusticia social, que en nada difieren con las que los regímenes militares mantuvieron.

    Consecuentemente las personas, los votantes, asocian esa decadencia con “el sistema democrático”, aceptando la tesis de que es precisamente este sistema, al que asocian con la continuidad y perpetuación de la injusticia, al que hay que desmontar.

    Para lograrlo los supuestos antisistema, anti globalistas, procuran imponer una narrativa que establece una relación entre la institucionalidad y la corrupción, obviando el detalle de que el modelo de democracia que padecemos es por definición representativo, imponiendo al ciudadano aceptar ser representado por los partidos legalmente partícipes del proceso electoral, para los que el voto ciudadano es apenas el recurso que legitima su propuesta, que es una propuesta de clase, es decir, de las élites, reduciendo a la ciudadanía a apenas un recurso formal del proceso. Ese esquema es del que se valen igual los anti globalistas como Miley, como lo hacen el resto de políticos que no están por ley obligados a dar cumplimiento a la propuesta con la que convencieron a sus votantes.

    Ahora bien, la propuesta del señor Miley, incendiaria y provocadora, no supone un proyecto que aclare de qué forma bajo su régimen, Argentina superará el bache en el que el solo gobierno neoliberal de Macri, hundió al país con una desmedida contratación de deuda [$32, 862, 000, 000. 00] que en su sola gestión triplicó la deuda nación de Argentina, y que sirviera solo para beneficiar a las corruptas élites argentinas representadas por él, hecho referido en sendos informes publicados por el FMI y corroborado por la fiscalía argentina.

    Tampoco explica cómo su tesis de abrir a la Argentina al mercado global sin interferencia del estado argentino, se separa de las propuestas neoliberales de sus pares conservadores latinoamericanos, o de qué manera la dolarización que asegura será la panacea para la economía argentina impedirá que la riqueza se concentre en apenas un 1, o en el mejor de los casos, el 2% de la población total del país.

    Porque sencillamente su propuesta no es antisistema, sino neoliberal, agravada porque claramente el señor Miley es además un demagogo entreguista desequilibrado, cuya única intensión objetiva es la concentración de la riqueza argentina en apenas el 1% que ya señalará el BID, y que en menos de un año supondrá para el país entero una debacle como todas las promovidas por sus pares entreguistas amparados en los EEUU. En suma, sólo otro bocazas como el que conocemos.

    *Educador salvadoreño

  • Terrorismo de estado

    Terrorismo de estado

    Toda forma de terrorismo tiene por propósito aterrorizar, procurando un temor desmedido y enfermizo.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    Entonces terrorismo es toda acción dirigida a promoverse mediante el terror, quebrantando la legislación vigente y desconociendo la institucionalidad.

    Se entiende que estas son realizadas cargadas con particular malicia, y signadas por una desmedida violencia, que se ejecuta de manera pública, con el claro mensaje de que todos, sin importar quienes sean, podrán ser también atentados.

    Para ilustrarlo recordemos como ejemplo, las ejecuciones públicas adelantadas por el terrorismo doméstico, que para asegurarse territorios de particular influencia, donde comerciar drogas y cobrar chantaje, actúan con una descarnada violencia, con desmedida barbarie al ejecutarse.

    Así, secuestros, torturas, violaciones, asesinatos, sicariato, etcétera, son sólo algunos de los crímenes cometidos por estos, con el ánimo de aterrorizar a la población local, con relativa certeza de la impunidad que los arreglos con el régimen vigente, permite.

    Pero el terror no es un recurso particular de privados, pues de hecho es el propio estado el que más se sirve de este recurso, que al revisar nuestra historia, podremos verificar como sus agentes, casi de manera permanente, han hecho uso del mismo contra la población, en el ánimo de asegurar la continuidad del conservadurismo, los privilegios de clase, el enriquecimiento de las minorías a costa de las mayorías, y la exclusión de estas, reduciéndolas a la condicionante de sub humanos y ciudadanos de segunda categoría, mientras además la institucionalidad se suscribe a sus particulares intereses.

    Así por ejemplo podremos comprobar como anticipando la reciente guerra civil de los 80´s, el estado apadrino la abierta operación de los infames escuadrones de la muerte, que practicaron impunemente las mismas acciones que ahora practica el terrorismo doméstico, y que supuso el secuestro, tortura, asesinato y desaparición de los denominados enemigos del estado, a los que el cobarde Daubuisson señalara antes de desaparecerlos, en los programas en los que de manera pública, enlisto a quienes secuestraría y asesinaría en la semana siguiente a la difusión del mensaje.

    Aquellos crímenes, aún impunes, debemos definirlos como crudos actos de terrorismo estatal.

    Tenemos ahora precisamente una situación similar donde el estado actúa aterrorizando a la población, para imponer su narrativa.

    No pasemos por alto el que el régimen que nos mal gobierna no es legítimo, pues es producto de un autogolpe, con el que remueve y coopta al aparato judicial en el ánimo de perpetuarse.

    Tampoco el que ahora mismo el régimen es responsable de la muerte bajo detención, de al menos 200 ciudadanos, todos ejecutados por intermedio de la tortura y sin que su condición jurídica jamás se hubiese aclarado.

    Añadamos a la ecuación la persecución que con saña el régimen aplica a quienes considera sus adversarios, como las campañas de desprestigio que en su contra adelanta, así como la invasión de la privacidad de estos por intermedio de escuchas motivadas por razones políticas, con una desmedida cota de malicia, descubriendo así lo desviado que el régimen se ha tornado.

    Lo terrorista, ilegítimo e ilegal que es.

    *Educador salvadoreño

  • Admisión formal de un delito anunciado: fin de la República

    Admisión formal de un delito anunciado: fin de la República

    Todas las medidas adelantadas por este régimen, han tenido el propósito descarado de desmontar la institucionalidad, abrazando la ilegalidad y por tanto la ilegitimidad.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    Así, el autogolpe que se aplicó para desmontar la corte suprema y cooptar al aparato judicial, son la concreta acción que acaban jurídicamente con la legitimidad del presente gobierno, por lo que por extensión la aceptación de parte de los magistrados corruptos del TSE de la ilegal candidatura tanto del dictador como la del segundón que le acompaña, acaban de facto con la República y sus instituciones, consolidando así la dictadura fascista que arrancó con el autogolpe.

    Y es que no solo es cuestión de entender que, al intentar el régimen, darle a su gestión apariencia de legalidad por intermedio de la reelección, hace por principio precisamente lo opuesto, pues al violentar el mandato Constitucional comete desacato.

    Tampoco tiene que ver con, supuestamente “…cumplir con la demanda de la población…”, pues el respaldo real con el que cuenta el régimen de parte de la población es apenas del 6,6%, de acuerdo a la última encuesta de la UFG, y no el mítico porcentaje inexistente que siempre ha alegado tiene.

    Por otro lado, la demanda de la población por un control social real, no se ha cumplido, porque ello supone a la par de someter efectivamente al vandalismo y la criminalidad, atacar las causas estructurales que la originan, las que esté régimen en cambio ha agravado profundizándolas.

    Esto porque no es lo mismo esconder la criminalidad que controlarla, disimularla a someterla, constituyéndose por ello bajo el estado de excepción, en una suerte de olla de presión que en algún punto estallará.

    ¿Son estos señalamientos entonces, solo palabras movidas por la malicia y los prejuicios de alguien que repudia al régimen?

    Revisémoslo. Además de lo señalado arriba, desde el inicio de la presente gestión se han contratado más créditos que en los anteriores 30 años, los cuales empero no pueden constatarse con su equivalente en obras físicas que confirmen su uso en beneficio de la población, negando además el acceso y la vigilancia de estas cuentas, manteniéndolas en reserva, lo que ha derivado en una corrupción aún mayor a la de los regímenes militares y de arena.

    Al carecer de ningún plan de gobierno desde su inicio, la improvisación caracteriza al régimen, perdiéndose así las inversiones de todos los inconsultos emprendimientos que ha implementado, mientras a la par ha aumentado exponencialmente la deuda externa del país sin ninguna utilidad.

    La intolerancia de la gestión, como su mitomanía y cleptocracia, han derivado en un desprecio desmedido por la vida, lo que se ha traducido en el asesinato a manos de agentes del estado salvadoreño, de más de 200 ciudadanos.

    Todo esto es constatable, y observado por la comunidad internacional, que en más de una ocasión llamó al régimen a retornar a la legalidad, por lo que, sumado al intento de reelegirse, son razones harto válidas para cumplir con lo mandatado en este caso por la Constitución.

    *Educador salvadoreño

  • Reelección: crimen contra la República

    Reelección: crimen contra la República

    Las élites en su ceguera han negado su memoria a nuestro pueblo, anulando del modelo educativo vigente, el estudio objetivo y crítico de nuestra historia.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    Lo más fácil ha sido siempre aprender de memoria, información insustancial como lo es por ejemplo, el nombre de los ríos del país.

    Insustancial porque aprender de memoria, sin comprensión alguna y menos aún sin un sentido crítico, no supone ningún aprendizaje real por sus implicaciones particulares para la biodiversidad que dependen de ellos, así como del valor económico que tienen.

    En cambio, si visita junto a su grupo escolar el río de la comunidad desde que ingresa al sistema educativo, siembra un árbol en la vera del mismo, y se lo enseña a cuidarlo y mantenerlo a lo largo de su estancia en básica, habrá no sólo aprendido el valor que el agua tiene para la vida, ¡también será un protector de la vida!, habiendo el sistema cumplido con la ardua labor de hacer del educando, un ciudadano crítico y participativo, uno comprometido.

    ¿Qué tiene que ver con la historia?

    Lo mismo que con las ciencias.

    Todos los oligarcas que han procurado mantenerse en el poder mediante ilegalidades, han siempre llevado al país al despeñadero, pues para conservar el poder han corrompido la legalidad, erosionado la institucionalidad y acabado con sendos baños de sangre.

    Es el caso del martinato, de los Menéndez Quiñones, de los Guirola, de los regímenes militares.

    Es así porque bajo la excusa de traer orden y progreso, han recurrido al caudillismo y al mesianismo, expoliando al país, desnaturalizando la institucionalidad y profundizando las históricas desigualdades de clase, generando así las condiciones que redundan en los escenarios de pre guerra, que asolan a nuestro país desde su fundación, en ciclos que van desde los 15 hasta los 40 años.

    Basta una pequeña revisión del tomo 1 de Historia de El Salvador, para descubrir que el primer alzamiento de la población civil contra el gobierno de la República cuando esta fuera fundada, sucedió apenas 3 años luego de instalarse, sin que esta fuera la afamada insurrección de Anastasio Aquino que nos enseñan fue la primera insurrección acaecida en nuestro país.

    Anastasio Aquino se alzó en armas 7 años después de que sucediera la primera.

    En todos los casos de insurrección armada en nuestro país, las motivaciones han sido las mismas: el despojo originario de la tierra como la exclusión y la marginación de las mayorías en favor de la minoría referida antes.

    Así, hace 150 años a los pueblos originarios se les dijo que los ejidos se extinguían por decreto “…porque eran tierras ociosas…”, y los ricos las harían producir; ahora se despoja a sus descendientes de sus tierras, porque “…el turismo y los ricos las harán producir…”.

    Y el señor aquel asegura que solo él hará de nuestro país, “…uno con progreso y riqueza para todos…”, al igual que hacen todos los fascistas. Terminó su gestión y los únicos enriquecidos son los de siempre: los ricos y los políticos.

    Con esas credenciales espera reelegirse, ¿lo permitiremos?

    *Educador salvadoreño

  • La violencia que se avecina

    La violencia que se avecina

    De acuerdo al gobierno, los asesinatos han caído a 3 por día, lejos de los 21 y más, que en 2020 había.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    La diferencia es increíble, y deberíamos envasarla y venderla a quienes padecen la condición que tuvimos antes.

    Algo sin embargo llama la atención: nadie allá afuera, en ningún país vecino, está copiando la receta que el gobierno asegura es la solución del problema de la violencia.

    El hecho es que, no es cierto que no haya violencia: la violencia continúa y se ha agravado.

    Primero, las pandillas no han desaparecido, están mutando y operan, en forma de células dormidas, con hasta 54 clicas en el país, más de 43,000 pandilleros, habiendo por arte de magia, conservado todo su armamento, así como [Insigth Crime] manteniendo con la colaboración del régimen, fuera de las cárceles a las dirigencias de las mismas.

    Además de las 3 muertes diarias que el régimen reconoce; la PNC, la FGR y ORMUSA de modo independiente, admiten la desaparición forzada de hasta 5 personas diariamente, sin que las autoridades respondan, y quedando la práctica totalidad de estos en la impunidad (Informe OUDH).

    También, el régimen admite que los delitos comunes van al alza, como que las bandas criminales operan cada vez con más audacia, por las armas que adquieren en el mercado negro.

    Lo más grave es que los primeros en ser señalados de acometer con violencia a la población, son agentes del estado: el ejército y la PNC, violando, robando y cometiendo ejecuciones sumarias.

    Pero, ¿acaso hablamos de El Salvador, el mismo país que el ejecutivo vende como una suerte de Edén?

    El país del que habla el régimen se suscribe a las playas de la propaganda, los centros comerciales, las fiestas y las sonrisas del oficialismo, sin que nada de ello llegue a la población.

    Si hay algo que distingue a este gobierno es la desorganización, la improvisación, la propaganda, la nula transparencia, y, sobre todo, la intolerancia.

    La mayor partida en términos porcentuales y en proporción presupuestaria, es la de comunicaciones presidenciales, dedicada, a eso, comunicar.

    Comunica los grandes logros de la presidencia y su gestión, en vistosos anuncios, a lo largo de las horas, día tras día, y en repetidas ocasiones.

    Sin aportar evidencias, solo la propaganda.

    No. No hay seguridad en el país, y nadie allá afuera replicará el modelo que el régimen adelanta, pues simplemente es vejatorio de la dignidad humana, criminal (habiendo asesinado a algo más de 200 ciudadanos bajo detención del estado), violentado el marco legal, desmontado la institucionalidad, instalando en su lugar un estado fascista.

    La violencia no será superada en la medida que no se instale la justicia social, lo que supone desarraigar los privilegios de clase que el régimen defiende, imponiendo el estado de derecho que desconozca esos privilegios, para en cambio reconocer solo el derecho legal.

    Pues sin justicia, sin enfrentar el pasado, sin asumir el futuro, sin que sea de todos y todas, simplemente deberemos esperar más y peor violencia.

    Concordemos con que la violencia social se corresponde con la insatisfacción de elementales derechos de la ciudadanía: a la vida, a la dignidad, a la seguridad tanto jurídica como social, a la educación y salud de calidad, al trabajo, etcétera, estatuidos en la Constitución como por los tratados que nuestra nación ha asumido.

    Cuando la ciudadanía se ve privada de estos, y es además reprimida, por supuesto que responde con violencia.

    La sociedad salvadoreña padece un cáncer originario: el derecho no es el mismo para todos, de hecho y aunque la norma así lo dicta, las instituciones y la costumbre en nuestro país tratan y miden a las personas de acuerdo a parámetros fenológicos, como su apariencia, color de piel, ojos, relaciones personales, origen social, etcétera, lo que se traduce en ciudadanos de una u otra categoría.

    Un crudo ejemplo de ello son los 2,2 millones de salvadoreños que sustentan nuestra economía heroicamente por medio de las remesas, los más con estatus de ilegales y muchos con incluso formación académica, que tuvieron que marcharse porque simplemente acá no tuvieron un padrino político que les asegurara un espacio laboral, pues la movilidad social y la meritocracia son un mito en nuestra sociedad.

    Entonces, los marginados, los excluidos, aquellos a los que se les deniega sistemáticamente una educación de calidad en el sistema público, que les permita una oportunidad laboral en igualdad de condiciones con aquellos provenientes del segmento privilegiado, no la tienen.

    Así, la supuesta seguridad derivada del modelo implementado por el régimen fascista salvadoreño, no supone una seguridad real, pues no solo no ataca las causales de la violencia, que son la exclusión y la marginación social, favorece además la exclusión a través de un irrestricto soporte estatal a las élites, que ahora de nuevo concentra la tierra en su entorno, por intermedio del estado para, “satisfacer necesidades estratégicas de la población”, expropiando de nuevo tierras como se hiciera a finales del siglo 19, para favorecer, entonces y ahora, a las mismas élites mientras se deshereda y se empobrece a las mayorías.

    No es novedoso el truco éste de utilizar al estado como medio para aumentar exponencialmente las riquezas de las élites, mientras los pobres más pobres son utilizados, las más de las veces sin que lo sepan o entiendan, con el exprofeso propósito de enriquecer a aquellas.

    Así, los excluidos resultantes son los mismos que ahora abrazan al oficialismo, embelesados con la narrativa que la mediática oficial les repite como mantra, y que hacen suya.

    Dominados por siglos de expolio y marginación, entusiasmados por creer que alguien los toma en cuenta, son los incondicionales intolerantes que no dudarán agredir a cualquiera cuando así lo demande su mesías, para luego ser sacrificados para mantener las apariencias, como ya sucede.

    Comprendamos entonces que mientras no se aborden integralmente las causales de los males sociales que padecemos, no desaparecerán, amenazando nuestra existencia sin importar que se haga o quien lo haga, y que la violencia será siempre su manifiesto.

    *Educador salvadoreño

  • Soberanía alimentaria

    Soberanía alimentaria

    Finalizado el conflicto armado, reducida la izquierda a apenas un indolente contrincante político, la derecha gobernante privatizó los activos estatales, transfiriéndolos a las élites financieras, consolidando así las abyectas recetas neoliberales del FMI para el país.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    Así, la voracidad del mercado y las sucesivas oleadas de despidos, acabaron con el estado de bienestar, dando paso al estado mínimo neoliberal e incapaz que favoreciera el surgimiento de las maras como la llegada del narco al país.

    El quid de estas medidas era, según las palabras de los funcionarios de arena: “…hacer atractivo al país, volviéndolo eficiente y altamente especializado, para crear en el territorio un nicho comercial basado en la oferta de bienes y servicios, que atraiga al capital internacional”.

    Los efectos negativos arriba señalados fueron, según esos funcionarios: “…un daño colateral menor…”.

    Penosamente aquellos tecnócratas desconocían algo tan elemental como lo es la geografía comercial de ultramar, que simplemente ubica nuestro territorio fuera de las rutas comerciales activas, entonces y ahora.

    Revisar cualquier mapa permite saber eso, y en consecuencia entender que cualquier emprendimiento que no tenga en cuenta este hecho simplemente fracasará.

    Como efectivamente sucedió.

    A otro gobernante también de arena, se le ocurrió la brillante idea de contratar el dólar estadounidense como moneda de nuestro país, para favorecer las inversiones, porque “…ya no será necesario hacer la conversión de colón a dólar, por el cambio fijo resultante, lo que deberá abaratar los costos de los fletes al comerciar”, lo que tampoco resultó por la misma razón apuntada arriba.

    En ambos procesos lo único que se logró por los niveles de corrupción implicada, fue la desinstitucionalización, y aperturar espacios para el narco, por las alianzas que se trabaron con este.

    En este punto debemos recordar, que uno de los fines trazados en el proceso privatizador fue abandonar al agro, retirándole toda la asistencia estatal así como pauperizando su existencia mediante la imposición de intermediarios en todo nivel, grabando desmedidamente la tenencia de los pequeños tenedores para así estimular su expulsión y la parcelación de la tierra, además de favorecer la concentración de ésta en pocas manos, lo que a su vez reintrodujo mediante alianzas con multinacionales, el monocultivo con todos los vicios, vacíos y perversiones que este supone, acabando en menos de un lustro con la producción nacional.

    Esto tampoco fue casual, la intencionalidad fue siempre favorecer al gran capital, que capta el mercado mediante su monopolización, imponiendo sus reglas, y precios, al consumidor final.

    Menudo cálculo, ¿no?

    Este cálculo empero, sólo considera la ganancia bruta para pocos, sin estimar su efecto en la sobrevivencia de la población, ¡pues solo interesa su ganancia!

    La situación de Guatemala ahora, y los efectos concretos sobre el comercio regional, fue advertida hace décadas, y los diferentes gobernantes simplemente lo ignoraron.

    Sin embargo, la responsabilidad de los gobernantes debe estar con los intereses de las mayorías, y no con los de una minoría elitista.

    Porque el agro es estratégico, y recuperarlo es una prioridad, pues simplemente sin alimentarnos es inviable la vida.

    *Educador salvadoreño

  • Prioridad: Reforma Tributaria Integral o fingir

    Prioridad: Reforma Tributaria Integral o fingir

    Los sistemas tributarios de las naciones tienen por cometido la recaudación de los impuestos necesarios para el sostén del Estado, para invertirlos en elementales funciones como salud, educación, seguridad e infraestructura, procurando también aumentar el tesoro público.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    Para esto se sirve del aparato de recaudación tributaria cuya primera función es reunir información sobre los ingresos y egresos de las personas naturales y jurídicas, para luego y a partir de ello estimar lo que corresponde a cada uno aportar al estado.

    Dos son los modelos de recaudación establecidos, el progresivo y el regresivo.

    Un impuesto es regresivo cuando el tipo impositivo no varía según quién compre un producto o servicio, recaudando menos impuestos en la medida que el comprador detente mayores ingresos, e imponiendo una mayor carga tributaria a las personas de menores ingresos y, en consecuencia, derivando en una menor recaudación de impuestos.

    El impuesto progresivo es lo opuesto, pues su tipo impositivo discrimina al contribuyente de acuerdo a sus haberes e ingresos, lo que redunda en una mucho mayor recaudación de impuestos.

    El modelo salvadoreño es regresivo.

    A este hecho debemos sumar el fenómeno de la elusión y la evasión, una suerte de deporte entre los sujetos de retención privilegiados, que supone una pérdida anual de $25, 000, 000. 00 como elusión, y otra cantidad similar como evasión, de acuerdo al BCR, MINEC y MINH, sumando aproximadamente $50, 000, 000. 00 cada año.

    La banca multilateral por otro lado, FMI, BM y BID, han realizado estudios en los que han estimado entre los 46 y los $54, 000, 000. 00 anuales, lo que se puede apreciar en los diferentes informes del último lustro.

    Para que tengamos una idea aproximada de lo que esta pérdida supone para las finanzas públicas, comparemos la cifra de arriba con el presupuesto del año 2022 que fue de $7, 967, 700, 000. 00.

    Para colmo los responsables de este fenómeno, año con año son beneficiados con sendas amnistías fiscales, negando finalmente a las arcas estatales estos recursos.

    Quienes somos sujetos de retención tributaria pasamos por otro lado, cada año con los apuros que supone entregar al fisco nuestras aportaciones, sin poderlas evadir, para lo que presentamos ante las entidades responsables la evidencia que prueba cuáles fueron nuestros ingresos en el año fiscal que finaliza. Entretanto los grandes evasores y elusores no solo trucan esa evidencia, pero además por la naturaleza de nuestro mercado, simplemente transfieren el IVA y demás impuestos a sus consumidores, agenciándose a su vez ese beneficio ilegal, e incrementando por esa vía de manera exponencial sus riquezas.

    Así, el estado salvadoreño se ve abrumado por las necesidades de la población, recurriendo a las remesas y al crédito para responder, posponiendo así la obvia solución del problema: sustituir el modelo regresivo fiscal por el progresivo.

    Cuando finalmente se imponga esta solución, se democratizará el sistema, y teóricamente la población se beneficiará con los recursos que antes se apropiaron los privados.

    *Educador salvadoreño

  • La amenaza de siempre:  el petate del muerto

    La amenaza de siempre: el petate del muerto

    Las diferentes direcciones departamentales han distribuido en las últimas semanas entre los docentes de los diferentes niveles del sector público, una serie de spot publicitarios para que sean repartidos entre padres de familia y alumnos en general, por medio de las redes sociales.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    En estos spots, que son descarnados mensajes de carácter político electoral del oficialismo, se urge a los receptores a favorecer el continuismo, para conservar en detención a los maleantes detenidos en el régimen de excepción, “…que ellos – la oposición – quieren liberar…”.

    Esos mensajes recuerdan aquellos que arena distribuía financiados con fondos públicos, en una permanente campaña dirigida a atemorizar al electorado.

    No eran más que descaradas mentiras, pero tuvo un efecto profundo en nuestra población, proclive a dejarse llevar por bulos y desinformación que no se tomaba el tiempo de comprobar, manteniéndose en el poder durante 20 años.

    Aquellos 20 años, recordemos, pasaron, pero no pasaron.

    Pasaron porque transcurrieron, porque se sumaron las fechas, porque pasaron los años.

    No pasaron porque sencillamente durante ninguno de aquellos años, además de mentir, saquear, aumentar el poder financiero para las élites y asegurar la impunidad de militares y los grupos de poder, ¡no hicieron nada!

    La narrativa, también podemos revisar, era triunfalista tal cual sucede ahora; asegurando logros sin precedentes y un progreso sin par.

    Nada cierto por supuesto, porque aquellos fueron los años de las privatizaciones, en los que los activos estatales pasaron a las élites, sin que ello supusiera beneficios para el soberano, mientras aumentó exponencialmente el poder financiero de aquellas.

    Igual que ahora.
    Podemos observar comparativamente, que se agotó virtualmente el período para el cual fuera elegido el actual ejecutivo, sin reportar mayores logros.

    Empero la seguridad de la que tanto se alardea, es en realidad una incongruencia, pues si bien el número de delitos se ha reducido, no es producto de un esquema sostenible en el tiempo y si de una herramienta con propósitos electoreros que no ataca las causales de la inseguridad y la violencia social, que el régimen ha profundizado y agravado.

    Para colmo son ahora policías y militares de nuevo agresores como antes fueran, de la población menos favorecida, lo que ha ocasionado una cada vez mayor migración interna, así como más desempleo e inseguridad jurídica.

    Así, imponer a los educadores que asuman el papel de propagandistas gratuitos del oficialismo es inmoral e ilegal, suscribiéndose al temor tanto del régimen de excepción como a la carencia de carácter para denunciarlo.

    Por otro lado, la muy extendida cultura en nuestra idiosincrasia, de la desinformación, profundizada para favorecerse por el actual régimen, impone la pauta que lamentablemente muchos siguen, pero que se contrapone tanto a las buenas costumbres como a la legalidad, por lo que el servirse gratuitamente el régimen de los empleados públicos para publicitarse, es solo evidencia no solo de su amoralidad, también de cuán ilegítimo es.

    Debemos entonces decidir como sociedad si conservamos este grado de descomposición político social, o si en cambio hacemos lo correcto.

    *Educador salvadoreño

  • El Salvador:  ¿El país más seguro?

    El Salvador: ¿El país más seguro?

    Luego del golpe de estado impulsado por Martínez, el país se des institucionalizó con rapidez. El Crack del ´29, constituyó la causal exógena de aquel escenario. Aquel fue la consecuencia de un boom especulativo que arrastró a toda la economía a un quiebre súbito, que se cebara en particular con aquellos cuya economía no estaba diversificada.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    La nuestra dependía desde 1881 del café, cuando los ejidos fueran arrebatados por decreto a la población indígena, y transferidos a las infames familias de los denominados 14 grandes, que la expoliaran a su favor, con la complicidad del estado.

    La misma fórmula se aplicó en los 90’s, cuando los activos estatales fueran transferidos por ARENA a las mismas familias oligarcas, bajo el supuesto de que al ser gestionados esos bienes por los mismos que se apropiaron las tierras para su expolio en 1881, nos beneficiaríamos por rebalse.

    Todos conocemos los resultados del quiebre institucional del ´32: se asesinó a 35,000 campesinos en Izalco, extendiendo las matanzas durante 8 meses de acuerdo a la Universidad de Texas, derivando en un etnocidio, que algunos cálculos tasan en 70,000 víctimas.

    La dictadura resultante se caracterizó por el férreo control del territorio, lo que algunos recuerdan como una época segura.

    Sin embargo, tal supuesto se cae al revisar los periódicos y los sumarios de la FGR de entonces, que reportan como ahora sendos asesinatos, generalmente derivados de la intolerancia promovida por el régimen.

    Este breve sumario no hace difícil reconocer los paralelos entre el martinato, sus crímenes y el actual régimen, que es también ilegítimo pues resulta de un golpe de estado, un autogolpe contra el órgano judicial, al cual moldeo de acuerdo a sus intereses como sucediera en el martinato, degenerando en una extendida corrupción con paralelo sólo en los gobiernos militares. También en el presente ha habido expropiaciones de tierras, a pequeños y humildes tenedores, para dedicarlas supuestamente al desarrollo territorial, siendo en cambio entregadas a privados, tal cual sucediera en 1881, quienes las expolian a su favor.

    Como en aquella época también ahora la economía depende del monocultivo, la caña de azúcar, apostándole en paralelo como en aquellos días a la especulación financiera, los cripto activos, con la misma acumulación de fracasos que solo suman deuda pública, mientras sus promotores son los únicos beneficiarios de ese esquema.

    También el control militar se ha impuesto, sometiendo a la sociedad civil a una estricta sujeción, mientras se garantiza la impunidad de la seguridad estatal, con hasta 300 asesinatos de detenidos.

    Todo ello hace de nuestra sociedad una verdadera olla de presión, en la que la supuesta seguridad es aparente, y las condiciones orillan un estallido social.

    No es entonces más que un supuesto la tal seguridad, pues las causales que la generan no se han superado y si se han agravado bajo el estado de excepción, lo que hace de este régimen, otro que como el martinato, podrá pasar a la historia como uno que no dudó para conservarse en el poder, bañarse en sangre.

    *Educador salvadoreño

  • Refundación del Fascismo

    Refundación del Fascismo

    Jean Manes, ex representante diplomática estadounidense en El Salvador advirtió que en El Salvador se estaban consolidando los pasos del “Manual del Dictador”, los cuales son:

    -Consolidación del poder

    -Debilitamiento de la independencia judicial

    -Atacar y destruir a la oposición política

    -Declarar enemigo a cualquier voz de opinión diferente

    -Crear un ambiente de miedo, en donde las personas no pueden decir nada en contra

    -Crear una máquina de comunicación de propaganda del Estado

    -Atacar y destruir a los medios de comunicación independientes

    -Crear un ambiente en donde los medios están entrando en un ambiente de censura

    -Cerrar el espacio a la sociedad civil

    -Empezar a usar elementos de seguridad en contra de sus mismas personas, puede ser para intimidarlos o perseguirlos.

    Después de 18 meses de suspensión de las garantías constitucionales de la ciudadanía, la violacion sistemática de los derechos humanos, el asesinato comprobado de 180 prisioneros en las cárceles de bukele y la denuncia de que hay unas 500 personas detenidas desaparecidas en los 18 meses de suspensión de garantías, como marco para asegurar el terrorismo de Estado que sirve para silenciar a quienes denuncian la pretensión de reelección inconstitucional de bukele, se parece a la refundacion del fascismo.

  • Desvaríos del régimen

    Desvaríos del régimen

    Lo volvió a hacer.

    Por: Luis Arnoldo Colato*

    Apenas unas horas hace que se hizo público el arreglo adelantado entre el régimen y el gran motor de la informática, Google, generando grandes expectativas entre la población, como antes lo hiciera el bitcoin o los muy celebrados polos de desarrollo.

    Esa alianza, al menos mediática, ha provocado en más de alguno lograr conquistar alguna de las plazas de Google, donde los horarios no se sujetan a horas calendario, las labores al estrés o la interrelación ocupacional a la alta conflictividad que la mayoría afirma padecer en nuestra latitud.

    Sin embargo, considerando que Google tiene como principal producto ser el mayor motor de búsqueda en la red, no es la generación de empleos y menos aún la transferencia de tecnologías el beneficio que obtendrá el estado salvadoreño de este arreglo, lo que desde ya tiene que quedar claro, a pesar que ello supondrá la transferencia de hasta $500, 000, 000. 00 anuales por parte del estado salvadoreño.

    Tal convenio tiene otro propósito, que ya expusiera la diputada Claudia Ortiz, miembro de la oposición legislativa, quien reseña atinadamente como la administración ha preferido de nuevo realizar una apuesta por demás mediática, que atender sus obligaciones para con los trabajadores, de quienes sustrajo recursos del fondo de pensiones en la forma de un empréstito concedido al propio estado, y que durante 4 años no nos reportará a los trabajadores ningún beneficio, pues se ha realizado a tasa 0% y dirigido tanto a pago de deuda como a la campaña que el oficialismo adelantara en las elecciones venideras.

    Una verdadera ganga, ¿no?

    También llama la atención con este hecho como el régimen continúa destinando recursos a inversiones cuyo mérito es puramente de imagen, descuidando por completo laboral y jurídicamente a la población.

    Así se ha despedido del sector público hasta 25, 000 funcionarios por razones políticas injustificadas, asociadas a cómo estos llegaron a conformar al estado en sus diferentes misiones, sustituyéndolos por cuadros partidarios altamente ideologizados, sin más credenciales que el haber sudado la camisa, insuflando volumen al estado, pero sin aportar ningún saber o habilidad, que no las poseen.

    Ello está plenamente demostrado con la creciente incapacidad y forzado anquilosamiento estatal de la presente gestión, producto de la nula idoneidad de estos elementos cuyas únicas habilidades patentes son su mediocridad y arrogancia.

    También es grave el desempleo de hasta un cuarto de millón de trabajadores en el sector privado, que en los últimos 4 años se han perdido, sin que el régimen les ofrezca más opción que la vieja fórmula de la derecha: orillarlos a emigrar ilegalmente, para así obtener por su medio remesas.

    Entonces, conservado y hasta aumentando el presupuesto de la asamblea legislativa a pesar de la reducción de sus diputados, se aprecia cómo el régimen está interesado en impedir que el soberano en las venideras elecciones, detente opciones electivas entre las que elegir con verdadera libertad.

    Entendamoslo: el propósito del régimen es simplemente preservar el poder para garantizar su impunidad.

    Y entretanto, ¿Quién nos salva?

    *Educador salvadoreño

  • Desaparecidos: herida abierta

    Desaparecidos: herida abierta

    Las desapariciones de personas se corresponden con lo personal, lo social, lo político y lo militar. Las últimas tres, son por definición Forzadas. Destaquemos primero que toda desaparición es por principio una herida abierta, una agresión dirigida contra la sociedad entera, contra la legalidad, por lo que mientras no es resuelta supone un sufrimiento indecible para la totalidad.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    Se sucede así porque el poder necesario para sustraer y desaparecer a una persona implica algún rango de impunidad, lo que degenera en la capacidad de articular una realidad que se corresponda con los intereses del infractor.

    Así, la psicología del terror cobra forma y se impone, haciendo de aquella sociedad, de aquella comunidad, de aquellas personas, cautivas de ese terror, y en consecuencia cautivas de los infractores.

    En tal escenario el estado de derecho es improbable, inexistente.

    Es inexistente porque al no poder la institucionalidad dar cuentas de estos crímenes, es superada, y al serlo, simplemente es anulada, por la desconfianza en la que cae ante la ciudadanía.

    Así, la desaparición forzada de una persona, o varias, constituye, asimilémoslo, un atentado en contra del progreso social y los logros alcanzados, constituyéndose así un crudo retroceso, un retorno a la tribalidad, al estado primitivo.

    Alguien dirá que lo padecemos desde siempre, pero ello solo confirma primero, que lo hemos como sociedad naturalizado, conformándonos insensibles a ese dolor, reduciéndonos así a una suerte de cómplices.

    Por otro lado, también implica que la institucionalidad ha sido superada y es por tanto inútil.

    Es claro que esto deriva en un constructo social crecientemente inviable, pues a su vez admite gradualmente toda suerte de crímenes, los cuales aumentan exponencialmente confirmándose así la inviabilidad de aquella sociedad.

    Por supuesto no es la causal absoluta, siendo las más de las veces una consecuencia, lo que también implica la creciente desinstitucionalización del estado.

    Así, la recuperación de la legalidad pasa por enfrentar esta aberración, restitución a los abducidos, resarcimiento a la sociedad, y el procesamiento de los responsables.

    Esto último supone la admisión de la necesidad política de esta aberración, impuesta por las élites para distraer a la ciudadanía, como para evadir su responsabilidad sobre esta como todas las demás formas de criminalidad que admite, tolera y promueve.

    Una cruda evidencia de ello es la actual campaña de supresión de pandillas adelantada desde el GOES, cuyo éxito, que debería revisarse objetivamente en algún momento futuro pues ahora lo nubla la amplificación que impone lo mediático, celebra exponencialmente la reducción de los delitos en general, obviando intencionalmente, las desapariciones forzadas y el hurto de bienes, que campean y prosperan.

    Así la evidencia impone el hecho de que estos logros se corresponden con el agotamiento de las pandillas como interés a las élites, que ahora apuestan de nuevo en las fuerzas armadas su seguridad.

    En definitiva, responder a las víctimas de este atropello no puede seguir aguardando, por lo que resolverlo es, debe ser el siguiente desafío a superar.

    Porque las víctimas no son números, son hermanas, esposas, hijos, padres, ¡desaparecidos!

    *Educador salvadoreño

  • ¿Lucha frontal contra la corrupción?, ¿Otra farsa?

    ¿Lucha frontal contra la corrupción?, ¿Otra farsa?

    Cualquier forma de corrupción es dañina, por lo que sin importar cuán vasta es la operación que entraña, o cuán insignificante, se la debe reprimir expeditamente. En tal sentido no existe en materia jurídica, expresiones de corrupción que se pudieran denominar menos dañinas, pues toda ella es dañina.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    Es dañina porque sin importar quién la promueve, quién se beneficia y cuáles son sus consecuencias, drena la confianza y los recursos públicos, lesionando la institucionalidad y al estado.

    Por otro lado, su mayor logro es que se la naturalice socialmente, lo que supone que un alto porcentaje de la población apruebe a los políticos corruptos, pues ambicionan la inmunidad que estos logran, y el jugoso provecho de esta desviación.

    Ello porque favorecen a sus familiares y cercanos, colocándolos en puestos para los que no detentan ninguna capacidad, y peor aún, desplazando a quienes sí poseen los méritos y la formación para ejercerlos.

    Además, desvían cuantiosos recursos en la adquisición de bienes para el estado para propio beneficio, en operaciones que implican tanto la compra de voluntades como la corrupción de otros cuadros del estado.

    En todo caso la corrupción como fenómeno político social supone la generación de una clase aparte, una sub casta privilegiada que se blinda para así evadir a la justicia, lo que por supuesto no sería posible sin la colaboración de elementos claves del aparato judicial.

    Ahora mismo vemos todos estos elementos operando en el actual escenario, con el gobierno habiendo corrompido a todo el aparato estatal cooptándolo, permitiéndose actuar a sus anchas y sin la obligación de dar ninguna cuenta.

    Interesante, pues el corruptor se vale de la legislación para protegerse, habiéndola erosionado primero para así poder manipularla en su conveniencia.

    Ahora nos dicen mediante una masiva cobertura mediática que se persigue a los corruptos, cubriendo sus detenciones con una chocante una mediática publicitaria, sin reparar que los detenidos si bien son delincuentes, son de menor cuantía.

    Ya la CICIG señaló entre el círculo presidencial a los principales defraudadores de la actual gestión (el tiro le salió por la culata al régimen, pues atrajo a la OEA con el propósito de acusar a los anteriores gobiernos, haciéndose pública en cambio una rapiña tal y tan escandalosa que tuvo que desaforarlos y echarlos, pues sus acusaciones por lo delinquido eran tan graves, que simplemente el gobierno era legalmente insostenible), así como la tal lista Engels generada por el gobierno de los EEUU, en la que coinciden.

    Si sumamos a ello el corrupto sistema judicial que el régimen generó a su medida, tenemos ahí la definición de corruptela.

    No debemos entonces dejarnos sorprender por este esfuerzo por perseguir a los corruptos, de cara al escenario electoral venidero, siendo solo un mal intento de lavar la cara del régimen y nada más.

    Lo cierto es que, este es el régimen que la historia recordará por nunca haber dejado de improvisar, pero también por ser la mayor cleptocracia mitómana, habiendo opacado a todas las anteriores.

    Menudo logro.

    *Educador salvadoreño

  • Argentina se asoma al abismo

    Argentina se asoma al abismo

    Argentina atraviesa una semana de incertidumbre después de la victoria del libertario Javier Milei en las primarias del domingo. Tras pasar casi todo lo que va de este siglo dividida en la grieta entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri, la irrupción de una ultraderecha que ha cautivado el hartazgo de los votantes con la política la acerca al precipicio.

    Por: José Pablo Criales

    Casi un tercio de los 35 millones de argentinos habilitados se abstuvo de votar, y otros siete millones –el 30% de los que sí fueron– eligieron una agenda que promete un ajuste fiscal durísimo, propone privatizar la salud y la educación, se opone a la educación sexual y al aborto, niega el cambio climático, y espera resolver la inseguridad con la libre portación de armas.
    Mientras el peronismo gobernante se reagrupa en silencio y la derecha tradicional reescribe su guion, Javier Milei se ha pasado la semana de vuelta en su hábitat. Los principales canales de televisión lo han recibido estos días con aires de presidente electo.

    “No descarto asumir antes de tiempo”, lanzó envalentonado en una entrevista, después de que la tertulia discutiera las consecuencias económicas de su victoria. En otra, tachó ministerios en una pizarra presentando su plan de Gobierno. Dejó solo Exteriores, Seguridad, Justicia y Economía mientras el conductor le recordaba uno de sus latiguillos de campaña: “¡Le pasaste la motosierra!”, dijo entre risas. Milei también contó que ya ha sido contactado por el Fondo Monetario Internacional y que planea una reunión; y presumió que el único político nacional que lo felicitó fue Mauricio Macri. Descartó, eso sí, unir fuerzas con su delfín, Patricia Bullrich. “Es menos que mi segunda marca”, dijo el lunes.

    Gran parte del país está angustiado, pero ese tercio de los votantes que lo eligieron celebra estos días cada una de sus osadías. “Están en juego nuestros derechos”, dicen de un lado; “Es cambiar todo ahora o nunca”, responden del otro. La Argentina que votó por el hartazgo está ilusionada, y ningún político tradicional se ha manifestado estos días con planes de volver a llamarla a sus orillas.

    La única certeza, mientras tanto, es que son todos un poco más pobres que el domingo: el Banco Central devaluó el peso un 18,3% el lunes, el dólar paralelo trepó a 800 pesos frente a los 350 del oficial, y el calvario mensual del índice precios al consumidor trepó otro 6%, hasta el 113% interanual. Faltan dos meses para las elecciones del próximo 22 de octubre.

  • Crisis de corrupción en el oficialismo

    Crisis de corrupción en el oficialismo

    El cobarde y vil asesinato del candidato presidencial del Ecuador, don Fernando Villavicencio, el pasado 9 de agosto, que trajo luto y dolor a su pueblo, también ha marcado a nuestro país.

    Luis Arnoldo Colato Hernández*

    En febrero pasado, el señor Villavicencio realizó una serie de señalamientos contra el ejecutivo salvadoreño, en razón de los tratos que éste ha celebrado con criminales, entre los que destacan un tal Xavier Jordán, así como Leandro Norero.

    De acuerdo a lo referido por el señor Villavicencio, Xavier Jordán nos vendió insumos médicos a sobreprecio, comprando y corrompiendo voluntades de funcionarios públicos; y Leandro Norero vendió en iguales términos a nuestro país, los alimentos que se repartieran en el territorio, adquiridos de empresas de fachada del narco mejicano, en los terrenos que expolian de los estados del golfo.

    Se habría tratado entonces y de acuerdo a esto, de sendas operaciones de lavado de dinero público, donde en el caso salvadoreño, las autoridades del país habrían participado conscientemente.

    Tales informes como las acusaciones vertidas por el candidato habrían sido confirmadas por la DEA, las autoridades ecuatorianas y mexicanas.

    Acá, empero, estos señalamientos no son cosa nueva, pues casi desde que se iniciara la emergencia pandémica empezaron a conocerse sus pormenores, denunciados por la DEA en su portal, sin que se promoviera por ello ninguna investigación de parte de la FGR y sí ensordeciéndonos con su silencio cómplice.

    Ahora el ejecutivo salvadoreño emprende su campaña contra la corrupción doméstica, haciendo gala del proceso que se le sigue a un diputado, al que se le habría retirado por solicitud de la FGR, su fuero legislativo; o el caso de su compañera de bancada, a la que, por su indiscreción, crasa incompetencia y descarnada corrupción, fuera impelida de correr por otra curul.

    Estos casos abanderan la lucha frontal que en contra de la corrupción se sigue supuestamente desde el gobierno.

    Sin embargo, lo cierto es que este gobierno es completamente corrupto, en todo nivel y en la totalidad de sus componentes.

    Así las cosas, la debacle es total, no suscrita a casos aislados e intrascendentes de algunos cuadros partidarios oportunistas del oficialismo, sino toda una gestión que por completo es corrupta, habiendo concretado negociaciones directas con pandillas, a las que beneficia aún ahora, como transado con el narco y el crimen organizado, habiendo así degenerado en la mayor cleptocracia mitómana latinoamericana, solo después del estado fallido de Haití. Sin filosofía o ideario propio, plan de trabajo o propuesta de desarrollo, el régimen se rodeó solo de arribistas y oportunistas, que no pierden ocasión de apropiarse los bienes públicos a su alcance, por lo que, el esfuerzo del ejecutivo por aparentar enfrentar la corrupción no pasa de ser un vulgar acto de propaganda que nadie se cree.

    El hecho es que es su último cartucho, que claramente ha desperdiciado, por lo que ahora queda sensibilizar a la población, convenciéndola de reconstruir la opción democrática, de apostar por la República, pues no existe otro camino.

    Solo la institucionalidad, la legalidad y el trabajo.

    *Educador salvadoreño

  • Oreando los trapitos al sol

    Oreando los trapitos al sol

    La expresión es por entero un modismo, un argot, una jerga que entendemos por entero, y que no deja duda sobre lo que implica cuando se usa.

    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

    Implica evidenciar a alguien de manera pública, exhibiéndolo con ánimo infamante, exponiendo públicamente un tema vergonzoso de carácter personal, humillándolo.

    Por supuesto la gravedad es mayor socialmente por el rango implicado, pues el morbo derivado, procurará la muerte social del señalado.

    Aclarado eso tenemos ahora a este diputado oficialista, señalado por tráfico de drogas por parte de un impensable acusador: el asesor presidencial de seguridad nacional.

    Hemos asistido todos desde entonces, a los dimes y diretes, acusaciones y amenazas, señalamientos y explicaciones, que han vuelto este proceso de carácter legal, una vulgar novela de la peor ralea, que anima tanto la malicia social como la distracción a los temas públicos.

    Por otro lado, al examinar el tema con propiedad dejando de lado el morbo y la expectación en que ha degenerado, y considerando objetivamente la información que la DEA vierte en su página sobre el tema del tráfico de drogas en nuestro país[CICAD/2022], podemos apreciar un incremento exponencial de los porcentajes de drogas que atraviesan nuestro territorio desde Suramérica, en hasta un 800% de acuerdo al TOC-DEA, provenientes de Colombia y Perú principalmente, como de las armas ilegales que atraviesan nuestro país desde los EEUU en ruta a los carteles del cono sur, devastando sistemáticamente a los drogodependientes en la mayoría de ciudades estadounidenses, con el surgimiento de los denominados Zombieland, así como incrementando la drogodependencia, los suicidios, la destrucción de familias, así como degenerando en violencia social.

    Por otro lado, Latinoamérica aúna a los males crónicos que nos acompañan desde la fundación de las diferentes parcelas “soberanas” luego de la independencia, la corrupción y la des institucionalidad de estas con el establecimiento del tráfico de droga y el arribo de los carteles, las mafias, el crimen organizado y por supuesto, la consecuente inviabilidad estatal.

    Así tenemos en nuestro país a las denominadas pandillas, que le disputan al estado el gobierno en los territorios de su prevalencia, y que reproducen en los delitos que cometen, los crímenes de los escuadrones de la muerte, también impunes, y que como aprendimos en el último año, se suscriben a los intereses de las élites, existiendo porque responden a su necesidad, y siendo perseguidas cuando así favorece a sus intereses, mientras los grandes desafíos estructurales continúan sin ser atendidos.

    Entonces, esta novela a la que asistimos y de la que son protagonistas los referidos arriba, tiene en realidad otro personaje, que como en las mejores novelas se encuentra escondido, y es la mano oculta que hala los hilos.

    Tal no es otro que el propio ejecutivo, sin cuya venia nada se hace en el país, por lo que las responsabilidades referidas en el caso serán reales solo si las ha aprobado, lo que implica su tácita participación.

    Porque este no es un gobierno sino la gestión de uno, una autocracia, la del actual ejecutivo.

    II Parte

    Partamos de un principio: los procesos legales no son una novela, sino una sucesión de fases que procuran una verdad jurídica.

    Cuando en cambio intencionadamente se constituye en un aliciente para el morbo, es porque interesa a las partes que así lo sea.

    El evitarlo no es por una cuestión de pudor, pues todo proceso legal que suponga despejar una acusación implica exponerse al escrutinio público, por lo que no tiene que ver con moralismos oscuros, sino con el elemental derecho a la privacidad del que todos somos signatarios, por lo que cuando de manera intencionada se atrae con un proceso en curso la atención de las personas, es porque se procura se constituya una distracción, evadiéndolos de lo que es relevante, lo que los aflige para en cambio atender el circo que se monta en ése proceso en desarrollo, donde las partes se descalifican, exponiéndose públicamente.

    Porque es un circo.

    En el actual momento para el caso, al país lo agobian desafíos que claramente el actual gobierno es incapaz de enfrentar: un mercado voraz sin control, desempleo, inseguridad jurídica, desinstitucionalización, inmigración ilegal, corrupción, nepotismo, saqueo de la cosa pública, despilfarro, represión, persecución política, asesinatos desde el estado, aislamiento político, etcétera, la mayoría de los cuales ha sido generadas por el propio gobierno, agravando además el fenómeno del amiguismo, el compadrazgo, la intolerancia, la mediocridad, y en particular, la improvisación.

    Al no haber resuelto ninguna de las graves problemáticas que aflige al soberano, habiendo además derrochado y desviado ingentes recursos productos de empréstitos que a granel como ninguno de los gobiernos que le precedió tuvo a su disposición el presente, sin levantar ninguna infraestructura, generado empleos, impulsado el desarrollo, recuperado el agro, fundar las bases para una futura industrialización, reformado el sistema educativo, corregido el sistema de pensiones, saneado las finanzas públicas, enmendado el aparato judicial, acabado con la cleptocracia, profundizándola y alcanzando niveles sin precedentes en la historia de la corrupción del país, volviendo a asesinar a ciudadanos bajo detención del estado, amparado la corrupción, el nepotismo y la impunidad como nadie, al régimen solo le queda hacer lo único que sabe hacer: mentir.

    Y es que si algo ha caracterizado al régimen que nos mal gobierna son cuatro características: improvisación, intolerancia, cleptomanía y una gravísima y exacerbada mitomanía.

    Por supuesto los elementos oficialistas introducidos en el aparato estatal reproducen estas conductas en los niveles en los que han sido asignados, a las que suman una cruda incapacidad que solo es opacada por la marcada prepotencia que los caracteriza, con la que esperan ocultar su falta de atributos para el cargo asignado.

    Así las cosas y en el tiempo que le resta al venidero proceso electoral, veremos como los trapitos del oficialismo son oreados públicamente, expulsando a más elementos partidarios a los que se les acusará de ser los responsables por corrupción, de que nada se hiciera en la presente gestión, evadiendo el régimen su responsabilidad, mientras sacrifica a sus incondicionales.

    De todos modos, cada pueblo tiene lo que merece.    

     *Educador salvadoreño