Categoría: Editorial

  • Semana Santa entre necro-turismo, espejismos y un país en venta.

    Semana Santa entre necro-turismo, espejismos y un país en venta.

    Por: Miguel A. Saavedra.
    Se acerca la Semana Mayor, un tiempo para detenerse y recordar a aquel hombre de ayer y hoy que dio todo por los demás, incluso su vida, enseñándonos que la verdadera grandeza está en resistir por la justicia. En este El Salvador nuestro, donde los de a pie comen salteado y cargan una cruz cada vez más pesada, que esta reflexión nos dé fuerza para nombrar nuestra verdad. No podemos callar ante los adoradores del poder que, escudados en un imperio global de mentiras, nos imponen un yugo disfrazado de progreso. Nuestra cruz no es solo la pobreza o el miedo; es ver cómo hipotecan nuestra dignidad mientras el mundo aplaude el show.
    Playas para los ricos, cárceles para los rebeldes.
    Las pantallas globales nos venden un El Salvador de ensueño: olas perfectas en Las Flores, y El Zonte o EL Zunzal , eventos internacionales del Surf, donde en años anteriores se ofreció y promovió el Bitcoin como la llave de la prosperidad, y un «líder visionario» que doma el caos. Pero detrás del maquillaje mediático hay un laboratorio de autoritarismo neoliberal. El proyecto turístico que juraba sacar de la pobreza a los municipios costeros ha mutado en una máquina de despojo en comunidades y población que mayoritariamente han votado consecutivamente por él.
    Comunidades enteras han sido desalojadas, sus tierras expropiadas a precio de miseria para construir carreteras y resorts que no verán jamás. La «libertad» del Bitcoin, ese experimento que iba a revolucionar la economía no es más que un espejismo para encubrir el desgobierno y la entrega de soberanía a inversionistas extranjeros.
    Mientras tanto, las playas públicas se convierten en feudos privados, cercadas para los negocios de los allegados al régimen —bitcoiners, inversionistas árabes, chinos o cualquier inversor (de referencia extranjero) que ofrezca negocios «convenientes»— que operan con permisos exprés y exenciones fiscales. Un escándalo reciente en Los Cóbanos revela cómo una playa en zona ambiental protegida terminó en manos de la familia presidencial, según investigaciones periodísticas. Es el retrato de un país hipotecado, donde todo se vale para los privilegiados.
    El negocio carcelero: la nueva economía de exportación salvadoreña.
    Si antes El Salvador exportaba café, ahora negocia humanos reclusos, sean estos culpables o no. CECOT La mega cárcel de Bukele, exhibida como el trofeo de la «guerra contra las pandillas», es el eje de un negocio macabro. Con el país convertido en el líder mundial en tasa de encarcelamiento, el régimen no solo reprime; monetiza el sufrimiento. Reportes desde Estados Unidos, como el de 60 minutos, señalan que el 75% de los deportados enviados a CECOT no tienen antecedentes penales.
    La mega cárcel CECOT, emblema del régimen de Nayib Bukele, ha convertido a El Salvador en el país con la mayor tasa de encarcelamiento del mundo, con una cifra que supera los 1,600 presos por cada 100,000 habitantes. Más allá de un centro de reclusión, CECOT es una pieza clave en la maquinaria de propaganda y represión del gobierno, proyectada como un trofeo de «mano dura» contra el crimen.
    Sin embargo, mientras en esta fortaleza de concreto se exhiben a delincuentes convictos por crímenes graves, el resto del sistema penitenciario es un agujero negro donde miles languidecen sin justicia. Hasta 87,000 personas, según reportes oficiales, están privadas de libertad, muchas atrapadas hasta tres años sin debido proceso. Entre ellas, hay casos documentados de personas con órdenes de libertad emitidas por jueces, pero los alguaciles bajo el mando de Osiris Luna, director del sistema penitenciario, se niegan a liberarlas. Su rol como director penitenciario ha sido cuestionado por presunta corrupción y por mantener a personas encarceladas injustamente, ignorando resoluciones judiciales.
    El Salvador 2025: La farsa de los derechos humanos bajo aplausos foráneos.
    Pese a los desmanes que han dejado una estela de 370 muertes de personas encarceladas —muchas sin una condena firme, atrapadas en un limbo de abusos y negligencia—, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, no escatima elogios al régimen de Nayib Bukele. Desde la comodidad de Washington, Rubio alaba un supuesto trabajo anticorrupción y celebra «avances» en materia de derechos humanos que brillan por su ausencia. Es un lavado de cara grotesco, orquestado por alguien que no pisa el polvo de las comunidades salvadoreñas ni siente en carne propia el peso de un sistema que encarcela inocentes, silencia disidentes y convierte la justicia en un espectáculo mediático. Mientras las familias lloran a sus muertos y miles claman por procesos justos, las loas de Rubio revelan una desconexión abismal: aplauden un espejismo de orden que se edifica sobre el sufrimiento de un pueblo, ignorando la sangre que mancha las celdas de un país convertido en prisión.
    El negocio carcelario es redondo: cada preso genera un ingreso de aproximadamente $200 cada dos meses, supuestamente para utensilios personales, aunque la opacidad del sistema deja dudas sobre su destino real. Este esquema, denunciado en plataformas como X, revela una lógica perversa donde la libertad se convierte en moneda de cambio y los derechos humanos en un lujo inalcanzable. Bajo un estado de excepción que lleva tres años prorrogado —extendido hasta marzo de 2025, y sin fin a la vista—, cualquier señal de disidencia es aplastada sin miramientos. Protestar, cuestionar o simplemente estar en el lugar equivocado puede costarte años tras las rejas. La cárcel ya no es solo un lugar de castigo; es el garrote que silencia a quienes se atreven a desafiar el relato oficial, mientras el país se hunde en un modelo que prioriza el control sobre la justicia.
    El Salvador 2025: Cárceles a rebosar, escuelas a la deriva.
    En el Salvador de 2025, mientras el gobierno de Nayib Bukele presume de avances en su maquinaria publicitaria, la realidad destapa un retroceso alarmante: el cierre de casi un centenar de escuelas públicas en todo el país, un golpe silencioso que condena a miles de niños y jóvenes a un futuro sin oportunidades. Al mismo tiempo, el director del sistema penitenciario, Belarmino García, se jacta ante periodistas de CNN de que la mega cárcel CECOT está a punto de alcanzar su límite.
    Con un brillo inquietante en su discurso, García no solo celebra la saturación de esta fortaleza de concreto, sino que anticipa la construcción de una segunda mega cárcel, financiada mediante acuerdos opacos que posicionan a El Salvador como un depósito de presos extranjeros y un calabozo para salvadoreños etiquetados como «enemigos del régimen».
    Este modelo no se contenta con encerrar cuerpos; Encarcela esperanzas, aplasta derechos y sepulta futuros, evidenciando una prioridad perversa: más rejas que aulas, más represión que educación. La sombra de estos pactos sugiere una verdad aún más oscura: el país se encamina a convertirse en un Guantánamo centroamericano, un engranaje al servicio de los intereses de Washington, donde la soberanía se negocia a cambio de contratos carcelarios y la libertad de los ciudadanos se sacrifica en el altar de la propaganda.
    Agencias de noticias internacionales elegidas por el régimen, la secretaria de seguridad de los Estados Unidos, turistas del morbo llegan a fotografiar el dolor como si fuera una atracción, mientras el estado de excepción —prorrogado por tres años hasta marzo de 2025— se usa como garrote para aplastar cualquier disidencia. Protestar por un sueldo atrasado, protestar por los despidos, pedir libertad por los inocentes capturados sin cargos ni juicios que le declaren culpable, defender un derecho, donde hasta en cualquier distrito municipal las autoridades locales amenazan con aplicar el régimen de excepción a toda persona que no obedezca sus mandatos o simplemente por ser sospechoso y estar o vivir en el lugar pobre te convierte en «enemigo del régimen».
    La motosierra global: de Milei a Bukele, el mismo libreto.
    No es casualidad que Nayib Bukele hagas eco de la motosierra de Milei o de las loas de Elon Musk al desmantelamiento del Estado. Es el mismo manual neoliberal que arrasa lo público para entregarlo a los privados, que son siempre los mismos familiares, amigos y socios del poder. Es una lógica que asfixia, que precariza incluso a quienes creían estar a salvo por apoyar al régimen.
    En El Salvador, la deuda externa se dispara, los servicios básicos colapsan y la pobreza multidimensional —la segunda peor de América Latina, según la CEPAL del año 2024 — se profundiza. Pero eso no importa mientras los influencers del régimen y los youtubers neoliberales vendan el cuento del «país más seguro». Bukele, como fiel alumno de Trump, en el último balbuceo y frases incoherentes teje discursos de exageraciones y enemigos imaginarios, inflando inversiones —1.4 mil millones anunciados en la zona oriental que menciona las obras y montos no pasan de 400 millones (parece que no le dieron la lista completa o le sumaron mal el dato)— y culpando a opositores por sus propios fracasos en un circo donde la verdad es la primera víctima.
    El Salvador profundo: donde la dignidad es moneda de cambio.
    Los que aplaudían la «mano dura» porque creían que no les tocaría ahora sienten el peso de la precariedad. El «milagro Bukele» es un país hipotecado, una democracia en venta y un pueblo usado como carnada para inversores y titulares. Playas públicas ahora con muros y cercas, comunidades desplazadas, y un futuro privatizado para los allegados al régimen y la familia gobernante. La pregunta retumba: ¿cuánto vale la dignidad de un país? Para este gobierno, menos que un tuit de Musk, un contrato con Washington o un like en las redes.
    La vida para la gente común no mejora. Los megaproyectos faraónicos no incluyen a los pobres locales quienes son vistos como decorado o folklore para ricos, los turistas extranjeros y unos cuántos locales. Las comunidades desplazadas ven cómo sus antiguas tierras se transforman en resorts a los que nunca podrán entrar.
    En este El Salvador profundo, el descontento crece como una marea más alta y silenciosa de la playa El Tunco. Nadie sabe cuándo romperá ni con qué fuerza, pero la olla a presión no aguantará más tarde o temprano. Mientras Bukele juega a ser el «dictador cool» y el carcelero Guantánamo 2.0, pagado por los Estados Unidos, vendiendo un país que solo existe en sus pantallas y reportajes, la mayoría vive atrapada entre la miseria el miedo y la esperanza.
    Que esta Semana Mayor nos despierte, nos una y nos recuerde que resistir es también un acto de fe. Porque esta verdad no se borra, ni se calla.
  • Portada de El Independiente: CAE EL «LIBRE MERCADO». ARANCELES Y CLASE TRABAJADORA.

    Portada de El Independiente: CAE EL «LIBRE MERCADO». ARANCELES Y CLASE TRABAJADORA.

    ¿Y QUÉ DE LO ECONÓMICO SOCIAL EN LA VIDA DE LA CLASE TRABAJADORA?

    Por: Róger Hernán Gutiérrez. *

    Ha caído el “libre mercado” y las tesis de que la anulación de aranceles, tratados de libre comercio, además de zonas francas y /o económicas especiales como quieran llamarse, en un marco de producción bajo regímenes de un bajo o nulo arancel o supuesto libre comercio y elusión fiscal; después de las últimas decisiones de Trump en el país que quiere rescatar su imperialismo, pareciera ser un giro en otra lógica económica y comercial del mundo.

    La idea de que toda la inversión o la que conviene regrese al seno estadounidense y, que todo o casi todo lo que entra al mercado de USA, se le impongan altos aranceles para mermar la competitividad y supuesto favorecimiento a las empresas de países afuera del mercado de dicho país, además de otras medidas que abortan un libre mercado, está haciendo que lo geopolítico vaya imponiendo otras reglas al capitalismo, en un debilitamiento de lo que conocimos como libre mercado; dando pauta a otra globalización económica y sus resabios para las economías subdesarrolladas como la nuestra, que se ve afectada con el incremento de aranceles a lo producido en el país, y que tenía ingresos al mercado de los EEUU en un libre comercio “sin aranceles”, bajo el cafta-RD.

    Que dirán ahora los grupos dominantes del capital, que amparados en un modelo de libre mercado y que implicaron términos como el consenso de Washington, la teoría del rebalse y otras terminologías para imponer una economía dominante de característica neoliberal, en los tiempos de arena (1989-2009) y la continuidad en el ejercicio administrativo del fmln (2009-2019), que plantaron el debilitamiento de lo institucional (lo público), de lo social y de las capacidades de desarrollo económico-social de la clase trabajadora, a partir de un estado despojado de su fuerza constitucional y desprotegido para poder beneficiar los sectores populares, marginados y excluidos de la economía.

    Recordando ese paquete de reformas político-económicas, eran algo «estándar» para los países sub desarrollados, azotados por la crisis financiera, según las instituciones bajo la órbita de Washington D. C. (como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos); ​ que propugnaban la estabilización macroeconómica. Ahora nuestro país bajo un control de 40 meses del FMI quiere detener el endeudamiento creciente y facilitar los dólares para cubrir un mínimo el alto déficit alcanzado en el período Bukele.

    Se trataba también de una liberalización económica con respecto al comercio—que ahora con las decisiones de Trump se contradice—. La reducción del Estado, que fue lo que mejor hizo arena y que ahora establece un empobrecimiento continuo y un debilitamiento alto del poder adquisitivo de la gente común y corriente y, la expansión de las fuerzas del mercado dentro de la economía interna, lo que determinó un mayor eje de acumulación de la ganancia para los grupos oligárquicos, y una precarización de los puestos de trabajo, de la clase trabajadora, de los salarios y la capacidad adquisitiva de aquélla para impulsar su desarrollo económico-social.

    ​Esto claramente significó en el período un “fundamentalismo del mercado”; ahora el predominio de lo geopolítico está afectando tales premisas, pero sea una cuestión u otra, el destino de la clase trabajadora es una mayor pauperización—proceso por el cual las personas pierden su nivel de vida, en tanto profundiza la falta de empleo y acceso a trabajo, recursos económicos insuficientes (salarios e ingresos), o servicios básicos –apoyo solidario del Estado para la protección social (salud, educación, vivienda, recreación) accesibles y para todos (as).

    Precarización de un estatus de vida que supere la situación de inestabilidad, inseguridad y falta de garantías en el trabajo; los despidos, bajos salarios, condiciones laborales bajo un marco de ausencia del apoyo en sede jurisdiccional y administrativa, para una defensa efectiva de los derechos laborales y sindicales. Las personas que trabajan en condiciones precarias tienden a mayores riesgos de accidentes laborales y menores posibilidades de mejorar sus condiciones laborales—lo que se traduce en una situación de subdesarrollo económico-social permanentes.

    Necesario para enfrentar la pobreza de manera exitosa, a partir de una economía social que sea capaz de hacer de manera sostenible y sustentable la economía social para la gente en general y la clase trabajadora en lo específico. En concreto la economía social que vivimos está mal y qué podemos hacer para superar esa realidad, Bukele y su argolla, siguen dando tumbos, sin encontrar el proceso económico social adecuado, que establecería y respondería al qué hacer y cómo hacerlo, pero la falta de acuerdos como sociedad, de procesos dialogantes que den equidad al proceso, está cada vez más lejos.

    *Sindicalista salvadoreño.

  • ESPEJITO ESPEJITO. Narcisismo digital.

    ESPEJITO ESPEJITO. Narcisismo digital.

    ALGORITMOS AUTORITARIOS: Cuando los Dictadores del Siglo XXI le Preguntan a la IA en vez de al Pueblo.
    Por: Miguel A. Saavedra.
    «De los espíritus de Martínez a los bots de Bukele: La eterna adicción del poder a las respuestas que quiere oír»
    Espejito algorítmico, dime hoy: ¿Quién es el presidente más ‘cool’ del mundo?»
    En un macabro paralelismo con los algoritmos actuales, el dictador salvadoreño Maximiliano Hernández Martínez (1931-1944) tomaba decisiones de Estado basadas en sesiones de espiritismo y supuestos mensajes de brujos y adivinos guiados por «entidades superiores». Según documentos históricos, Martínez —conocido por la Matanza de 1932— creía fervientemente en lo oculto:
    «Llegó a desestimar informes militares por ‘revelaciones’ obtenidas en sesiones nocturnas, donde su médium personal canalizaba ‘consejos’ del más allá» (Fuente: «El Salvador: Historia de sus pueblos, villas y ciudades» de Jorge Lardé y Larín, 1957).
    Mientras hoy los líderes consultan IAs para maquillar la realidad, Martínez preguntaba a los espíritus… y ambos terminaron validando atrocidades con «datos» de origen fantasmal. La herramienta cambia, la megalomanía sigue igual.
    Como dato curioso tenemos que Martínez decretó leyes basadas en sus visiones, como el «uso de hilos rojos contra enfermedades». ¿Les suena a algún gobernante actual recetando «consejos digitales» sin evidencia?
    Los gobernantes ya no solo consultan a asesores humanos. Ahora tienen IA generativa 24/7 para alimentar su ego y elevar su dopamina dictatorial adictiva y maquillar su realidad.
    En el siglo XXI, los gobernantes ya no se conforman con asesores humanos, espías ni encuestas. Desde los pasillos del poder en Washington hasta los bunkers presidenciales en San Salvador, una nueva generación de líderes —izquierdistas, derechistas y oportunistas— ha desarrollado una peligrosa adicción, la de consultar obsesivamente a sus asistentes de IA generativa como si fueran oráculos digitales, buscando la dosis perfecta de validación, estrategias de manipulación y narrativas auto justificativas.
    Bienvenidos a la era de los políticos ‘on demand’, donde la inteligencia artificial no solo optimiza discursos, sino que alimenta el círculo vicioso del narcisismo autoritario. ¿El resultado? Gobiernos que parecen más algoritmos que instituciones humanas, tomando decisiones basadas en engagement en lugar del bien común. Esta es la crónica de cómo la tecnología está redefiniendo el autoritarismo en América… y por qué debería aterrarnos.
    Ya no necesitan consultar a sus asesores humanos ni esperar informes de inteligencia. En palacios presidenciales desde Caracas hasta Managua, de Washington a San Salvador parece que en esto tiempos de la inteligencia artificial los líderes autoritarios tienen un nuevo dealer de dosis egoístas: algoritmos generativos que les susurran 24/7 lo que su adicción al poder necesita escuchar.
    Bienvenidos al auge de las dictaduras dopaminérgicas, donde la realidad se maquilla con prompts, los informes de gestión los escribe ChatGPT, y la aprobación pública se compra con likes orquestados por bots. ¿Cómo llegamos aquí? Abro hilo sobre el último juguete peligroso de los autócratas: la IA como espejo, cómplice y droga dura del narcisismo político.
    Gobernantes dopados por el algoritmo.
    Imagínense esto: mientras hospitales públicos les falta camas, equipos, personal suficiente y sobre todo medicinas, para el cáncer, diabetes, hipertensión, cardiovascular y muchos otros más y las escuelas cierran por falta de presupuesto y que hay que ahorrar en el Estado, hay líderes que destinan millones de los fondos públicos a pagar trolls, managers y campañas 24/7 para que el algoritmo los mantenga en la cima. No importa si la obra que inauguran con una «primera piedra» costará tres veces más de lo presupuestado o si tarda una década en terminarse (ver el caso del hospital Rosales).
    Lo que cuenta es la foto, el post, el hashtag. «Mira cómo cené anoche», «mira cómo corté esta cinta», «Mi nuevo helicóptero» «o la lujosa casa presidencial MiraCoatepeq» «mira cómo mi rating sube». Y la IA, como un oráculo moderno, les dice: «Estás en el top, jefe».
    El Espejo Digital de los Narcisos.
    El palacio presidencial huele a servidor sobrecalentado. Son más de las 2:00 AM, pero el mandatario no duerme. Tampoco sus cincuenta *community managers*, los nuevos cortesanos de la era algorítmica. En la pantalla, un dashboard parpadeante le muestra sus estadísticas vitales:
    «Trending Topic #1 en Twitter: #ElLíderEsCool (1.2M menciones)» «Aprobación ciudadana: 68% (↑2% desde ayer)», «Noticias negativas neutralizadas: 127 (gracias al trabajo de los trolls center)».
    Afuera, los hospitales racionan medicinas y una escuela rural acaba de cerrar esta semana. Pero eso no importa. Lo único real son los números que bailan en la pantalla, alimentados por una IA entrenada con los discursos del *Gran Manual del Populista Digital* (edición ChatGPT-4).
    El nuevo Juego del trono es un juego de likes.
    «Espejito, espejito algorítmico…», murmura el líder mientras desliza el dedo sobre su tablet. Ya no pregunta quién es la más bella. En estos tiempos de la IA,la consulta es más sofisticada:
    ¿Qué emoji debo usar en el tuit sobre el logro del préstamo con el BID? ¿Debo posar con niños pobres o con soldados hoy?, «Genera tres eslóganes que suenen enganchadores, pero no comprometan a mis funcionarios».
    La IA responde antes de que termine de parpadear. Tiene la voz cálida de su madre y la precisión de un misil israelí. Es su *Sherezade* particular, contándole historias donde él siempre es el héroe.
    Mientras, en el sótano del palacio, cien *trolls pagados por el Estado teclean furiosamente».Su misión: enterrar bajo memes y *hashtags* patrióticos y ataques hirientes o amenazas del régimen de excepción a cualquier comentario sobre los hospitales sin insumos y las citas tardadas o la falta de médicos especialistas. Tienen instrucciones precisas.
    1. Saturación emocional: 80% de contenido que genere orgullo/enojo y ataque.
    2. Bienestar colectivo**: «La crisis es fake news , no existe». La gente no es que aguante hambre, solo junta los tiempos del día para comer tranquilo» «No es que haya retraso en las citas de especialidades, sino que a los 6 a 8 meses a lo mejor llega menos gente, solo los más fuertes», ahora » La gente no protesta, con tener seguridad está conforme, ya no necesita nada».
    3. Economía de la atención un manejo que permita, robar segundos mentales hasta que el pueblo olvide preguntar o exigir por lo importante.
    La Democracia como prueba de laboratorio.
    Según investigaciones de El Faro y Reuters (2021-2023), el gobierno de Bukele destinó hasta aproximadamente $1.8 millones anuales a financiar ejércitos de trolls y cuentas falsas para manipular redes sociales. El gasto real podría ser mayor, al incluir herramientas de automatización no declaradas de testimonios de exempleados y documentos internos. Bukele no niega el uso de redes para propaganda (de hecho, lo celebra como «comunicación directa»).
    Pero sí oculta el presupuesto real. Los 1.4 M −1.8M estimados provienen de partidas opacas (ej: «gastos de comunicación» o «consultorías «pagadas en el país y en el extranjero).
    En la sala de guerra digital, probaban dos versiones del último discurso:
    – Mientras ensaya la versión A: «Los enemigos de la patria nos quieren ver fracasar» (tono victimista).  o revisa la versión
    B: «Nuestros logros son históricos» (tono épico y pausado).
    Los algoritmos dieron su veredicto: la versión B generaba un 12% más de retuits, pero la A conseguía más donaciones al partido. Decidieron mezclarlas. La verdad era irrelevante; solo importaba el *engagement rate*.
    Esa noche, mientras el 40% del país cenaba solo frijoles sin proteína, y muchos otros se fueron a dormir sin cenar ,el vídeo presidencial donde se gasta miles de dolares en una cena lujosa con los oligarcas de la región ,superaba el millón de reproducciones. Los *analistas de datos* (los nuevos brujos de la corte) sonreían: habían descubierto que los filtros en los videos aumentaban la aprobación en sectores jóvenes.
    El Rey está Desnudo (Pero Tiene un Deepfake).  
    En Silicon Valley, unos ingenieros ajustaban el nuevo modelo de *gobernanza predictiva*. Pronto, ni siquiera haría falta que el presidente hablara: su avatar de IA generaría promesas personalizadas para cada ciudadano.
    El pueblo sigue compartiendo los *stories* oficiales, esos donde el líder aparece ayudando a ancianos y dando la mano a gente que lo aclama (que luego confesaban ser actores). Las encuestas decían que creían en él. ¿O solo en el personaje que los algoritmos les mostraban?
    Y mientras el sol iluminaba los barrios marginados, el dashboard seguía brillando en la oscuridad del despacho:
    Aprobación: 97% (nuevo récord)» La IA susurró: «Hoy eres el más cool de todos, excelencia».
    Y el líder sonrió.  ¿Te suena familiar? Este cuento ya lo están copiando en varios países. La pregunta es: si ¿podremos resetear el sistema antes de que se convierta en el único relato posible?
    Conclusión incómoda: 
    La política ya no se gana con IDEAS, sino con algoritmos que explotan sesgos. Presupuestos infinitos para mantener intacta la percepción ciudadana y ahora con el uso de la IA que convierte a los líderes en *influencers inmunes a la realidad*.
    Este narcisismo digital no es solo un capricho de egos sobrealimentados; es el combustible que los mantiene en el poder. Poco importa el legado real –carreteras sin terminar, millones de dólares de préstamos que nadie sabe para donde van…hospitales llenos de enfermos, pero vacíos de recursos, niños sin escuela, el campo sin cultivos ni cosechas –pero la narrativa virtual dice que son dioses terrenales y la plaza sigue llena de gene mirando el show de cada fin de semana.
    Y nosotros, distraídos, les cedemos el timón mientras miramos el celular.  Así que, queridos desorientados, la próxima vez que vean a un gobernante preguntándole a la IA «¿quién es el más cool?», recuerden: no es un cuento de hadas.
    Es una crónica crítica de nuestro tiempo, donde el espejito de la realidad ya no miente, pero los algoritmos sí. Y lo peor: lo pagamos nosotros.
    ¿Qué opinan? ¿Hasta dónde llegará este show? Los leo en los comentarios, si el algoritmo nos deja.
  • SAN ROMERO INTERPELA A SU IGLESIA, QUE NO SE ATREVE A SER PROFÉTICA.

    SAN ROMERO INTERPELA A SU IGLESIA, QUE NO SE ATREVE A SER PROFÉTICA.

    San Romero a 45 años de su muerte sigue siendo Profeta en Otras Tierras
    «Voz de los sin voz, luz en la penumbra, mártir de la justicia»
    Por: Miguel A. Saavedra.

    A 45 años de su martirio, el 24 de marzo de 1980, San Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo de San Salvador elevado a santo por el Vaticano, continúa siendo un faro de inspiración más allá de las fronteras de El Salvador. En su tierra, donde derramó su sangre por los pobres y denunció las injusticias, su legado enfrenta resistencias y silencios, como si el eco de su profecía aún incomodara a quienes prefieren olvidar. Sin embargo, en otros rincones del mundo, su vida y sacrificio resuenan con fuerza, recordándonos que la verdadera Iglesia se construye con los pies en la tierra y el corazón junto a los oprimidos, haciendo de él un profeta que trasciende el tiempo y el espacio.
    San Romero de América: Un profeta incómodo que sigue clamando justicia a 45 años de su martirio
    Este 24 de marzo de 2025, el corazón y la memoria de muchos se estremecen al conmemorar el 45 aniversario del asesinato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador. Su muerte, ejecutada por manos que creyeron silenciar su voz, no fue el fin, sino el nacimiento de un legado que trasciende fronteras y generaciones. Sin embargo, como reza el adagio evangélico, «nadie es profeta en su tierra» (Lucas 4:24), y en El Salvador, su ejemplo sigue siendo un desafío que incomoda, un eco que resuena en una Iglesia y una sociedad que parecen haber olvidado el peso de su cruz.
    En este mismo marco, la partida del padre Rogelio Ponceel, el sacerdote belga-salvadoreño que decidió abandonar su parroquia en la Zacamil días después del martirio de Romero en 1980 para unirse a las comunidades de Morazán, nos interpela con igual fuerza. Ponceel, movido por un «sentir con la Iglesia» que Romero encarnó, acompañó a las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) en medio de la guerra civil, donde la fe se hizo resistencia y la resistencia se hizo fe. Su muerte, precisamente este 24 de marzo de 2025, cierra un ciclo de entrega radical, pero abre una herida de reflexión: ¿qué ha sido de aquella Iglesia que caminaba con los pobres hasta las últimas consecuencias?
    Un mártir que incomoda a su propia casa.
    San Romero no fue un santo de vitrina ni un obispo de discursos vacíos. Fue un pastor que, en palabras suyas, afirmó: «Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño». Y así fue. Su sangre derramada el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba misa, no apagó su mensaje; lo amplificó. Sin embargo, 45 años después, su tierra natal parece resistirse a reconocerlo plenamente. ¿Por qué? Porque seguir a Romero implica ponerse «las sandalias de Jesús» (Mateo 10:14), caminar por senderos angostos y sinuosos, denunciar las injusticias y abrazar el sacrificio. Es una camisa pesada que la Iglesia salvadoreña, en su mayoría, no parece dispuesta a vestir.
    Hoy, en un El Salvador del siglo XXI, la Iglesia católica enfrenta una crisis profunda. Seducida por el confort y las conveniencias de los poderes fácticos, ha olvidado el mandato de «anunciar el Evangelio a los pobres» (Lucas 4:18). En lugar de ser luz en las tinieblas de la desigualdad y la opresión, se ha convertido en un club social, un espacio de rituales masivos y devociones piadosas que no trascienden a la acción transformadora. Como decía Romero: «Una Iglesia que no sufre con su pueblo no es la verdadera Iglesia de Jesucristo». ¿Dónde está ese sufrimiento compartido hoy?
    La tentación del mesianismo y la amnesia colectiva.
    El contexto actual agrava esta desconexión. Desde las elecciones de 2019, un «mesianismo árabe» –como lo llaman algunos– ha capturado el imaginario colectivo, prometiendo paraísos terrenales que desvían la mirada de las heridas estructurales del país. Las CEB, que resistieron la guerra y mantuvieron viva la llama de la fe liberadora, fueron de las pocas que no sucumbieron a esta ilusión. Sin embargo, su voz es marginal en una sociedad que prefiere soluciones fáciles antes que el compromiso arduo que Romero y Ponceel ejemplificaron.
    La Iglesia, en su jerarquía y feligresía, ha caído en el «depende»: acompañar o no según las mayorías, como en tiempos de Jesús, cuando la muchedumbre gritó «¡Crucifícalo!» (Marcos 15:13-14). Pero la verdad del Evangelio no se somete a votación. Romero lo sabía: «No es voluntad de Dios que unos tengan todo y otros no tengan nada». Su denuncia contra la acumulación de riquezas a costa de la miseria sigue vigente, mientras proyectos como la minería metálica amenazan con despojar nuevamente a las comunidades de sus tierras, evocando los desalojos de los años 70 y 80 para presas y monocultivos.
    Una Iglesia que no se atreve a ser profética.
    La reciente declaración de la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) contra la minería metálica es un destello de esperanza, pero su eco ha sido débil. Apenas el 5% de los católicos se sumó a esta causa, revelando una feligresía que, en palabras de un sacerdote de una ciudad industrial de la zona occidental, ve a Romero como una excepción inalcanzable: «Personajes como él solo aparecen una vez por siglo». Esta resignación es una traición al legado de un mártir que no se conformó con lo imposible, sino que lo hizo posible con su vida.
    La curia salvadoreña está dividida, como en los tiempos de Romero. Mientras en algunas iglesias se recogen firmas y se alza la voz, en otras, reina el silencio o la tibieza. Qué paradoja la del cristiano actual, que dice profesar un Evangelio y un Dios de justicia y verdad, pero no logra reflejarlo en su vida cotidiana y en las circunstancias que lo rodean. La fractura dentro de la curia salvadoreña es tan profunda (como lo fue en los tiempos de Romero) que ni siquiera en la iglesia catedral, encabezada por el obispo de una ciudad paracentral, se recolectaron firmas; apenas en una de las siete iglesias se anunció en cada misa el pronunciamiento para presentar ante la Asamblea Legislativa la oposición a la minería en El Salvador.
    El ritualismo y la tradición dominan, pero no logran conectar con el cristiano que, a su lado, ve a su prójimo capturado injustamente, despedido o despojado de su tierra. «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (Mateo 22:39) parece haberse reducido a un eslogan sin carne ni sangre.
    El camino angosto de San Romero.
    A 45 años de su martirio, El Salvador se encuentra en una encrucijada que recuerda los fatídicos años 80: derechos pisoteados, una elite opulenta que acumula sin límites y un pueblo marginado que paga el precio del atraso. Frente a esto, el ejemplo de Romero es un farol en la tormenta. Él nos enseñó que el Evangelio no es un consuelo pasivo, sino una fuerza que «desvela oscuridades y denuncia con colores y detalles lo que no funciona». Nos dejó herramientas: sus homilías, las cartas pastorales, la Doctrina Social de la Iglesia y el testimonio de sacerdotes y laicos que, como Ponceel, se jugaron la vida por el Reino de Dios.
    San Romero de América no es un santo para admirar desde lejos, sino un profeta que nos convoca a actuar aquí y ahora. En otros continentes, su vida es estudio obligado; en su tierra, sigue siendo incomprendido, abandonado por muchos de sus propios obispos. Pero la historia, como la fe, tiene paciencia. Tal vez la tercera o cuarta generación de salvadoreños descubra que su legado no es un lujo de mártires, sino un mandato para todos: «Con este pueblo no cuesta ser buen pastor».
    Que su ejemplo nos mueva corazones y mentes, nos devuelva las sandalias de Jesús y nos impulse a construir, desde la realidad concreta de nuestro pueblo, un país donde la justicia y la verdad no sean utopías, sino hechos cotidianos. Porque, como él mismo dijo: «La gloria de Dios es que el pobre viva».
  • El SALVADOR: país en venta. Concesiones y negocios oscuros.

    El SALVADOR: país en venta. Concesiones y negocios oscuros.

     El Salvador en Venta / El costo oculto del proyecto Bukele.
    «El Salvador: Vendido al show, hundido en el olvido y el falso progreso». 
    ¿Hasta cuándo pagaremos el precio de este falso progreso?
    Por: Miguel A. Saavedra.
    En El Salvador, desde el 2020, ha sido testigo de un fenómeno preocupante: el desmantelamiento sistemático de programas sociales que, en su momento, demostraron ser efectivos para mejorar la calidad de vida de los sectores más vulnerables. Bajo el argumento de que representaban un «gasto innecesario», estas iniciativas fueron abandonadas, dejando a miles de personas en el desamparo. Es preocupante ver cómo la eliminación de estos programas, junto con un manejo cuestionable de las finanzas públicas y una obsesión por la imagen internacional, ha llevado al país a un retroceso social y económico sin precedentes.
    Se vive una paradoja: mientras el gobierno – Estado de Bukele (Porque se ha tomado por asalto los tres poderes) proyecta una imagen de modernidad y progreso con eventos de fantasía y discursos grandilocuentes, la realidad en las calles cuenta otra historia. Programas sociales que alguna vez beneficiaron a los más vulnerables han sido abandonados, la deuda externa asfixia al país, los fondos públicos se despilfarran en prioridades cuestionables, y el autoritarismo se mezcla con un show mediático permanente. Se desnuda los hilos de esta gestión, desde el retroceso social hasta la soberanía comprometida, con un tono crítico y un llamado a despertar.
    Programas sociales al basurero / Revancha política contra los vulnerables
    Hace una década, programas sociales como Ciudad Mujer y las iniciativas de atención primaria en salud marcaban un avance en la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Eran un salvavidas para la niñez, las mujeres y las comunidades más necesitadas. Pero con la llegada de Bukele, estos esfuerzos fueron descartados bajo el pretexto de ser un «gasto innecesario».
    Estos proyectos anulados no solo mejoraron indicadores de salud y bienestar, sino que también empoderaron a miles de mujeres y familias. Sin embargo, con la llegada de la era Bukele, estos programas fueron desmantelados bajo la justificación de reducir el gasto público.
    ¿El resultado? Un retroceso brutal: hospitales sin medicinas, citas médicas con suerte a 90 días, escuelas que se cierran y un aumento en la precariedad que afecta a más del 50% de la población femenina que Ciudad Mujer buscaba empoderar. Lo más alarmante: ni las organizaciones ni la población han levantado la voz con fuerza. Nos hemos resignado a perder lo que tanto costó ganar.
    Deuda externa y dignidad en subasta / «Arrodillados ante el FMI y el BMI»
    El país se ahoga en una deuda externa que supera el 83% del PIB, maquillada con malabares financieros que esconden los $13 mil millones que le deben al fondo de las pensiones. Para mantener la fachada ante los acreedores, el gobierno acepta sin chistar las restricciones del FMI y el BMI, entregando la soberanía nacional a cambio de más préstamos. Mientras a los ciudadanos se nos receta «medicina amarga» sin derecho a réplica, el estilo prepotente de Bukele se reserva para silenciar a quienes protestan.
    Mientras los programas sociales desaparecen, el país se hunde en un mar de deuda externa. Para mantener la confianza de los financieros internacionales, el gobierno ha aceptado sin cuestionamientos las restricciones impuestas por el FMI y el Banco Mundial. Despidos masivos en el Estado, gasto mínimo en lo social, quitar subsidios, aplicar impuestos, cambiar la edad de retiro y pensiones y dejar hipotecados los presupuestos de los siguientes 30 años entre otros que no se hacen público, porque en este país es prohibido para el ciudadano saber qué hace el gobierno y a que se compromete.
    Deuda y pensiones: Se esconden cifras críticas, como los $13 mil millones de deuda en el sistema de pensiones, mientras se infla la relación deuda/PIB al 83% para justificar más préstamos.
    Estamos ante un gobierno que gasta y despilfarra donde mil millones(1B) se gastan, como si fueran una mesada de adolescente, sin rendir cuentas ni transparentar un centavo.
    Fondos públicos malgastados
    Mascotas con hospital caro, pero humanos sin medicinas ni atención oportuna. En 2024, el hospital de mascotas se llevó el presupuesto equivalente a 23 de los 30 hospitales humanos del país. Para el año 2025, el presupuesto del hospital Chivo Pets es de $10 millones. Esta cifra supera el presupuesto de 16 de los 31 hospitales públicos de El Salvador, lo que significa que el hospital de mascotas tiene más recursos que más de la mitad de los hospitales que atienden a la población humana. Esta situación ha generado críticas por el despilfarro de fondos públicos en un proyecto percibido como secundario frente a las necesidades de salud de la población.
    Sí, leíste bien: mientras las mascotas tienen atención VIP, los hospitales públicos carecen de insumos básicos y las citas para enfermedades graves se programan a tres meses. A esto súmale el aumento anual del presupuesto militar —con un ejército que hoy tiene el 60% de los efectivos de la guerra civil— y un gasto inagotable en propaganda para pulir la imagen presidencial.
     ¿Prioridades? Al parecer, el show vale más que la salud. El presupuesto militar y el gasto en propaganda presidencial no dejan de crecer, mientras los servicios básicos para la población se deterioran.
    Educación y agricultura en el olvido /»Juventud sin futuro, campo sin apoyo»
    El gobierno presume haber entregado 15 mil becas, pero cada año miles de estudiantes de educación media se quedan sin opciones para seguir estudiando. En el campo, la producción de alimentos cae en picada: los productores locales son ignorados mientras el gobierno inyecta fondos en negocios público-privados que enriquecen a importadores cercanos al poder. Agro mercados, empresas de lácteos y café florecen para unos pocos, dejando a los campesinos en la miseria. Es una fórmula que condena a la juventud y al campo a un futuro inexistente.
    Minería y el precio del «progreso» / Territorio en Ruinas, Salud en Riesgo»
    El megaproyecto aprobado por este gobierno que avala y autoriza la explotación minera en 25 zonas avanza sin freno, impulsado por trasnacionales de Canadá, EE. UU. y socios oligarcas locales. Comunidades enteras enfrentan y están a las puertas de ser desalojados y sufrir militarización si se atreven a resistir este supuesto «progreso». El dictadorzuelo no ha aprendido del pasado «que hay tuzas que encienden fuegos grandes».
    El costo ambiental es devastador: aguas contaminadas, territorios destruidos y enfermedades renales como las que dejaron las algodoneras y la caña de azúcar en los 70 y 80. Bukele vende el país al mejor postor, ignorando las secuelas eternas para la población.
    Espectáculos de fantasía / «Miss Universo sobre necesidades básicas»
    Cientos de millones se han gastado en eventos como Miss Universo, juegos deportivos regionales y cenas con oligarcas y eventos turísticos internacionales, proyectando una imagen de país de Hollywood o parecido a Singapur. Pero detrás del telón, la realidad es cruda: hospitales sin recursos, escuelas desatendidas y una población con hambre. Estos espectáculos no son progreso; son un disfraz caro pagado con fondos públicos que sirven para tapar el abandono estructural. Mientras el gobierno monta su show, las necesidades básicas quedan en el último renglón.
    Autoritario con estilo:  «Hitler, Hussein y Trump en un solo Paquete»
    Bukele gobierna con una mezcla explosiva donde desfilan autoritarismo al estilo Hitler, lujos y extravagancias como del rey Hussein, populismo con prepotencia trumpista y una gestión de imagen que rivaliza con cualquier dictador mediático. Se autoproclama «full empresa capitalista» en reuniones con oligarcas, mientras concesiona el país para ser carcelero de presos que EE. UU. También ofrece las llaves sin tropiezos ni restricciones para negocios turbios que nadie cuestiona. Es un modelo salomónico, dicen sus fans y aplaudidores que alaban, pero en realidad es un cóctel de represión, soberbia y espectáculo que concentra el poder y silencia la disidencia.
    Un país en venta: Concesiones y negocios oscuros.
    El Salvador parece estar en venta al mejor postor, desde servir como cárcel para presos peligrosos de EE.UU. pareciera estar hasta permitir negocios vinculados al narcotráfico cripto lavado y nuevo paraíso fiscal blockchain.
    Capitalismo sin límites: El gobierno se declara «full empresa capitalista», priorizando los intereses de unos pocos sobre el bienestar de la mayoría.
    Mientras tanto, el país, al carecer de viabilidad económica y social, se ha convertido en un producto en oferta: se concesiona, se alquila y se pone a disposición del mejor postor. Da igual si se trata de servir como cárcel para presos peligrosos que Estados Unidos no quiere en su territorio, o de entregar el país a negocios turbios disfrazados de inversión para el desarrollo. Desde operaciones de narcotráfico y lavado de dinero hasta trata de personas y tráfico humano, todo parece valer con tal de que alguien pague. Estas aberraciones se maquillan hábilmente bajo el discurso del progreso, mientras el gobernante se jacta de ser ‘full empresa capitalista’, como lo declaró en su última reunión con oligarcas de América Latina. Un escenario perfecto para vender el ‘milagro de seguridad’ y una forma de gobierno que mezcla, de manera inquietante, el autoritarismo de Hitler, la brutalidad de Hussein y el manual populista de Trump. Un cóctel peligroso que se vende como ejemplo de gobernanza, pero que esconde un país en venta, sin preguntas ni reparos.
    Acompañados de la blasfemia de compararse con el rey Salomón, tal como lo repiten y glorifican los fans y opinólogos y el ejercito Youtubers y trolls del régimen, se construye una narrativa de pseudo sabiduría y justicia que dista mucho de la realidad. Mientras se autoproclaman como gobernantes ejemplares y sacrificado, su estilo de liderazgo se asemeja más a una mezcla peligrosa de autoritarismo, populismo y culto a la personalidad de los peores de la historia, lejos de la equidad y la sensatez que se atribuyen. Esta idealización no solo distorsiona la historia, sino que también sirve para encubrir decisiones y políticas que poco tienen que ver con el bienestar colectivo
     ¿Hasta cuándo aguanta el cuerpo?
    El Salvador está en venta: su soberanía, su salud, su educación y su futuro se negocian al mejor postor bajo la gestión Bukele. Hemos perdido programas sociales vitales, nos ahogamos en deuda, despilfarramos en shows mientras el pueblo sufre, y aceptamos un estilo de gobierno que mezcla autoritarismo con selfies. Mucha gente aplaude, pero la pregunta es: ¿hasta cuándo resistirá esta fachada? Es hora de despertar, cuestionar y defender lo que nos pertenece «antes de que el cuerpo —y el país— colapse».
  • Rutilio Grande, Monseñor Romero y el Papa Francisco.

    Rutilio Grande, Monseñor Romero y el Papa Francisco.

    Por: Ignacio Ochoa. *

    El 12 de marzo se conmemora la muerte del Jesuita Rutilio Grande, S.J., asesinado en El Paisnal, Aguilares, San Salvador en 1977.

    Los que han visto la película «Romero», aprendieron que, Monseñor Oscar Arnulfo Romero Galdámez, fue nombrado arzobispo de San Salvador el 3 de febrero, 1977 por el Papa Pablo VI.

    Los sectores progresistas de la Iglesia Católica en El Salvador inicialmente no vieron con buenos ojos el nombramiento de Óscar Arnulfo Romero como arzobispo de San Salvador en 1977, por ser considerado un clérigo conservador, cercano al Opus Dei y poco comprometido con la Teología de la Liberación.

    Los Jesuitas y las Comunidades Eclesiales de Base, esperaban que el cargo lo asumiera Monseñor, Arturo Rivera y Damas, quien tenía una trayectoria más clara en defensa de los pobres y la justicia social.

    Mi amiga, Teóloga y Periodista, María López Vigil, en el 2015, dejó hablar a la gente para que expresara sus testimonios sobre lo que significó aquel contexto de 1977 en El Salvador en su libro «Piezas para un retrato», de UCA-Editores.

    «DESDE FINES DEL 76 Sabíamos que Roma estaba en consulta buscando nuevo arzobispo, porque a Chávez le tocaba renunciar por la edad.

    El nuncio promovió la candidatura de Romero y consultó al gobierno, a los militares, a los empresarios, a las damas de sociedad. Le preguntaron a los ricos y los ricos dieron todo el apoyo al nombramiento de Romero. Sentían que era uno «de los suyos». (Francisco Estrada)

    » LA OLIGARQUIA HABIA AVALADO Su candidatura, eso se conocía en nuestros ambientes. Y hasta se hablaba de que algunos viajaron a Roma a gestionar su nombramiento y que uno de ellos fue Rodríguez Porth. No sé si será cierto, lo cierto es que se decía.» (Magdalena Ochoa)

    «EL FINAL DEL GOBIERNO DE MOLINA Después del fracaso de la reforma agraria, fue de una represión tremenda contra los campesinos. Y ya empezaba la persecución contra la Iglesia. Sólo en febrero de aquel año habían torturado a cuatro curas, a cuatro los expulsaron del país por extranjeros, ya había allanamientos y amenazas contra religiosos, un ambiente muy feo. Monseñor Chávez pidió que se acelerara el cambio para que su sustituto le entrara a aquella crisis. Cuando supo que era Monseñor Romero se desalentó. Lo había tenido de auxiliar cuatro años y conocía sus limitaciones. -Es curioso -me dijo- que la Santa Sede no me haya hecho caso con Monseñor Rivera, que siempre fue mi candidato y lo sabían. Cuarenta años de arzobispo y no tuvieron en cuenta mi opinión… Estaba dolido. Tal vez en Roma le temieron a Rivera, porque, aunque no era un peleanchín, sabía debatir jurídicamente. – ¡Este Chompipón -así le decían a Rivera- es un comunista que sólo sabe ponernos en apuros! Ese era el comentario de la derecha y de los militares. Tal vez en Roma dijeron: mejor Romero, que lo podemos manejar.» (César Jerez)

    «SE ME CAYÓ EL MUNDO Encima cuando supe que Romero era el nuevo arzobispo. Mi fui a la UCA llorando amargamente. – ¡Yo no voy a obedecer a una Iglesia que tenga semejante jefe! ¡Ahora tendremos que irnos a las catacumbas! » (Carmen Álvarez)

    Sin embargo, tras el asesinato de su amigo Rutilio Grande, S.J., Monseñor Romero sufrió una transformación radical y asumió una postura firme en defensa de los derechos humanos, denunciando la represión y la violencia en El Salvador.
    Aquellos Jesuitas de avanzada, durante los 36 meses siguientes no solo apoyaron a Monseñor Romero, sino que vieron cómo Romero se convirtió en uno de sus más grandes defensores y promotores del legado de Rutilio Grande.

    La homilía de Monseñor Óscar Arnulfo Romero en Apopa, pronunciada el 14 de marzo de 1977, fue un momento clave en su transformación pastoral tras el asesinato del padre Rutilio Grande, S.J. y sus dos acompañantes, Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, ocurrido el 12 de marzo de 1977.

    Romero denunció el asesinato de Rutilio Grande, S.J. como un acto de violencia injusta y como un ataque a la Iglesia comprometida con los pobres.

    Declaró que la muerte de Rutilio Grande, S.J. fue un llamado a la Iglesia salvadoreña para reafirmar su misión profética y su compromiso con la justicia social.

    Monseñor Romero se solidarizó con las comunidades cristianas y criticó la represión estatal contra quienes defienden los derechos de los más vulnerables.

    Afirmó que “La Iglesia no puede quedarse callada cuando se toca la dignidad del ser humano.”

    Finalmente, Romero anunció que no participaría en actos oficiales con el gobierno, marcando una ruptura con las élites políticas y económicas.

    En estos días previos a la entrada de la Cuaresma, el Papa Francisco ha estado delicado de salud. Él, como Jesuita, conoce la tradición intrínseca sobre la fecha del 12 de marzo para los Jesuitas del mundo. En sus entrevistas ha expresado una gran admiración por Rutilio Grande, el sacerdote jesuita salvadoreño asesinado en 1977 por su compromiso con los pobres y la justicia social. Rutilio Grande fue un amigo cercano e inspiración para Romero, quien tras su muerte asumió una postura más firme en defensa de los derechos humanos en El Salvador.

    El Papa Francisco beatificó a Rutilio Grande el 22 de enero de 2022 junto con otros mártires salvadoreños, reconociéndolo como un símbolo del compromiso de la Iglesia con los más necesitados. Su martirio encarna la opción preferencial por los pobres, un principio clave en el pontificado de Francisco.

    El papa Francisco ha mostrado una profunda admiración por San Óscar Romero, el arzobispo de San Salvador asesinado en 1980 mientras celebraba misa. Romero es un símbolo del compromiso de la Iglesia con los pobres y la justicia social, valores que Francisco ha promovido constantemente en su pontificado.

    En el 2015, el Papa Francisco declaró a Monseñor Romero; mártir de la fe, lo beatificó y finalmente lo canonizó el 14 de octubre de 2018 en el Vaticano. Durante la ceremonia, el papa usó el cíngulo manchado de sangre que Romero llevaba cuando fue asesinado.

    El biógrafo de Rutilio Grande, Rodolfo Carde comentó lo siguiente en una conferencia que impartió en Roma, 2015 en ocasión previa a la canonización de Monseñor Romero: «Permítanme comenzar con una anécdota personal. Mientras reunía documentación relacionada con Rutilio Grande, en el Archivo Romano de la Compañía de Jesús, en octubre de 2015, el arzobispo de San Salvador me invitó a unirme a la delegación salvadoreña de visita en Roma para agradecer al Papa Francisco la beatificación de Monseñor Romero (…) Cuando me encontré delante de él, me presenté como el autor de dos biografías de Rutilio Grande, una breve y una extensa, y como presidente de la comisión de peritos de su causa de su canonización. Me dijo que conocía la primera. Luego me miró y me preguntó si ya teníamos el milagro. Le respondí que no. Entonces me dijo, con una gran sonrisa, que ya había un milagro. Y agregó que el milagro de Rutilio Grande es Monseñor Romero»

    *Fundación Nahual
    fundacion.nahual@gmail.com

  • URGE LA UNIDAD. El MIS propone crear «Unidad para el Rescate de la Democracia» (URD).

    URGE LA UNIDAD. El MIS propone crear «Unidad para el Rescate de la Democracia» (URD).

    El dirigente político, escritor y periodista Walter Raudales, llamó, este lunes 2 de marzo, en una entrevista televisiva en TVX, a todas las fuerzas sociales y políticas de El Salvador a conformar la Unidad para el Rescate de la Democracia (URD), porque sin unidad no puede haber rescate de la República.

    Para Raudales: “La democracia en El Salvador ya no existe. Se perdió la República, ahora vivimos en una autocracia, no existen las instituciones ni las leyes, muchos menos la Constitución. Ante tal realidad el único camino que tenemos es unirnos todos en un solo racimo”.

    Durante la entrevista Raudales explicó que este no es tiempo de revolución social, es tiempo del rescate de la democracia y que hay que dejar atrás banderas e ideologías y hacer la lucha social y comunicacional, refiriéndose a lo digital. “Le tienen miedo a la lucha digital”, dijo.

    El también líder del Movimiento Izquierda Salvadoreña (MIS) hizo el llamado a la Conferencia episcopal de la Iglesia Católica, quienes han recogido un millón de firmas contra la minería, en una campaña nacional, que a la hora de entregar las firmas en la Asamblea Legislativa y en Casa Presidencial se hagan acompañar del pueblo en una gran manifestación. Si firmamos un millón podemos ir 100 mil salvadoreños, entonces el gobierno y el ejecutivo nos escucharán, dijo.

    En la argumentación de la urgencia de la unidad, W. Raudales puso el ejemplo del alambre de cobre sólido y el alambre de cobre trenzado. El sólido es para llevar energía a grandes distancias y lo comparo con los partidos políticos, sirven para momentos largos, cada cinco años; mientras que el alambre trenzado está hecho de muchos hilitos y es más manejable y se usa para transmitir energía en domicilios, como esos hilos trenzados debe ser la unidad del movimiento social y organizaciones políticas, una sola unidad que se olvide de sus ideologías, por un momento y se concentre en recuperar la democracia, dijo.

    Raudales ha venido llamando a la unidad del movimiento social desde hace un par de años. “Si hubiésemos estado unidos, fuéramos fuertes, les aseguro que no habrían capturado a Fidel Zavala ni a Eugenio Chicas”. Y repitió las palabras del mártir jesuita P. Rutilio Grande: “Solo nos salvamos en racimo”.

  • En El Salvador ¿Y los intelectuales qué?  El rol que debe jugar la academia en tiempos cruciales.

    En El Salvador ¿Y los intelectuales qué? El rol que debe jugar la academia en tiempos cruciales.

    Del palco a la acción.

    El rol que debe jugar la academia en tiempos cruciales.

    Por: Miguel A. Saavedra.

    La historia no se escribe desde los palcos, con plumas finas y discursos pulidos. Se hace en la cancha, entre tropiezos y gritos roncos o desabridos, donde los menos letrados desafían a los sabios y los inexpertos enfrentan a las máquinas del poder. Mientras unos alaban desde la nómina y otros predicen con ecuaciones rotas, la lucha social camina, torpe pero viva. ¿Y la intelectualidad qué? Que baje al ruedo o se aparte porque el futuro, no espera aplausos desde las gradas.

    En un pasaje bíblico (Marcos 9:38-40, para ser precisos), los apóstoles se acercan a Jesús con una mezcla de celo y desconcierto. Le cuentan que hay otro personaje (Juan El Bautista), alguien fuera de su círculo, que realiza milagros y sana en nombre de Dios, atrayendo seguidores con un mensaje convincente. Esperan, quizás, una reprimenda divina contra el intruso. Pero Jesús responde con una sencillez desarmante: “No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está con nosotros”. La lección es clara: la obra trasciende los protagonistas, y el bien no necesita un carné de exclusividad, ni certificación de PhD.

    Saltemos al presente, a un escenario distinto, pero con resonancias de aquella lección bíblica donde Jesús celebró a los intrusos que hacían el bien sin pedir permiso. En un programa de entrevistas y opiniones en El Salvador, un escritor invitado —uno más de esos “analistas” que infestan los medios— se subió al escenario. Algunos llegan por vocación imparcial, dicen; otros, con el cheque de Capres «bajo de agua»; y los más descarados, a hacer méritos, a caer bien, y a mendigar migajas del poder.

    Este, en particular, dedicó su rato en las cámaras a despellejar al movimiento social que resiste al régimen de Nayib Bukele. Con la lengua afilada y el ego inflado, lo llamó de todo: contestatario, fanático, un eco perdido en plazas vacías, liderado por cabezas huecas sin rumbo ni estrategia. Mientras tanto, al régimen lo pintó como un ajedrez magistral, una mente maquiavélica que juega diez jugadas adelante.

    Con una mezcla de desprecio y superioridad, dijo, que los voceros y sus discursos, que no tienen cabezas visibles de dirección y carecen de la fineza oratoria y la capacidad académica que él, y desde su pedestal intelectual, considera indispensables.

    En cambio, elevó al presidente reelecto inconstitucional a la categoría de genio maquiavélico, un alumno aventajado de El Príncipe, alguien que domina el tablero político, anticipa jugadas y aplasta a cualquier oposición con una destreza impecable.

    La otra cara: el terreno, allí donde se juega la historia

    Pero hay otra perspectiva, la de quienes están en la cancha, no en las gradas. Ese movimiento social, débil e incipiente, se enfrenta a una maquinaria colosal: medios comprados, recursos descomunales, un aparato represivo brutal y el respaldo del imperio del norte. Es un David contra Goliat, una lucha desigual donde la resistencia parece más un acto de fe que una estrategia calculada.

    Sin embargo, al poeta se le olvida un detalle que la historia grita en cada esquina: no son las lumbreras académicas las que mueven a las masas. En El Salvador, desde los campesinos que se alzaron en 1932 hasta las voces silenciadas de la guerra civil, las luchas agrarias de los años 80s, o del mismo proceso armado que le siguió; el cambio nunca llegó de manos de quienes hablan bonito o citan a Maquiavelo en tertulias de televisión. Llegó de los que pusieron el cuerpo, no del que se quedó con el discurso sin publicar.

    ¿Quién dicta las reglas de la lucha? ¿Los que tienen bibliotecas o los que tienen hambre?  

    – Bukele no es Maquiavelo, es el Tuitero del autoritarismo: domina el algoritmo del miedo, no el arte de la guerra.

    David vs. Goliat en lo político.

    El movimiento social y popular salvadoreño nuevamente es un «David sin honda», peleando contra un Goliat con drones, «ejército de Trolls» y el visto bueno de Washington. «Bukele no gobierna: viraliza y manipula». Su poder no está en las leyes, sino en los «likes». Mientras, la resistencia es un meme de bajo presupuesto: incómodo, pixelado, pero imparable.

    Los procesos sociales no son ecuaciones lineales ni reacciones químicas predecibles. No se resuelven en un pizarrón ni se ajustan a las tendencias que los intelectuales de salón suelen y quieren imponer. Cada lucha tiene sus propias variables, sus accidentes, sus articulaciones únicas. Y en esta era de redes sociales, marketing político, Tics e inteligencia artificial, las reglas del juego han mutado aún más. Hace 20 años, un fenómeno político podía predecirse con cierta lógica histórica; hoy, las narrativas y el neuromarketing han dinamitado esos esquemas.

    Recordemos, por ejemplo, la reciente elección en Estados Unidos: un científico de una universidad prestigiosa, entrevistado en CNN, aseguraba la victoria demócrata basándose en datos históricos y modelos estadísticos. Los números, impecables. El resultado, otro. Las mentes ya no se mueven por lógica pura; se mueven por historias, por percepciones moldeadas en tiempo real.

    ¿Qué necesitamos de la intelectualidad en estos tiempos cruciales?

    Es evidente que falta claridad en cómo estos movimientos pueden articularse frente a la sofisticación del poder actual del régimen y su aparato de poder (redes, IA, propaganda, asesores internacionales y sobre todo de la potencia que le guio y catapultó estratégicamente años atrás y hasta hoy apoya o avala).

    No se trata de seguir descalificando a los nuevos movimientos sociales por no encajar en los viejos manuales de teoría política. Sino de ayudar y dar luz donde hay un vacío en la intelectualidad: ¿cómo pasar de la crítica estéril al apoyo constructivo sin perder rigor?

    No se les puede exigir a quienes apenas emergen, aunque inexpertos —sin el lastre de pasados corruptos o gestiones fallidas— que lleguen con un doctorado en estrategia o un discurso pulido por asesores de imagen.

    Lo que se necesita de la intelectualidad y la academia no es desprecio ni aplausos al poder, sino lucidez para ordenar el caos, visión para proyectar caminos y humildad para acompañar sin pretender liderar desde la comodidad del graderío.

    Para analizar e interpretar los nuevos procesos sociales y políticos una parte de la intelectualidad tradicional está obsoleta con nuevas formas de auscultación de las realidades y sus procesos. Sus modelos predictivos fallan más que el horóscopo en año bisiesto (ejemplo: el científico de CNN que predijo lo impredecible que ganarían los demócratas).

    Propuestas para la academia:

    La academia y los intelectuales en El Salvador tienen una deuda con la lucha el nuevo momento no necesita gurúes de palco que nos expliquen por qué vamos a perder, sino cómplices en la cancha que se ensucien las manos y nos ayuden a inventar cómo ganar estas nuevas batallas.

    1. Hay momentos de guardar los libros y darse un baño de realidad: Estudien cómo un tuit de 280 caracteres puede tumbar poco a poco estrategias maquiavélicas y dictadores.
    2. Conviertan las tesis en trincheras: En lugar de citar a Foucault, entrevisten al vendedor ambulante que resiste el desalojo y la represión.
    3. Y mientras los “sabios” siguen predicando desde sus púlpitos analógicos, las redes sociales ya están reescribiendo las reglas. Aprendan de ellas: si el algoritmo de Instagram puede venderte unos zapatos que no necesitas, ¿por qué no podría atizar el proceso para derrocar a un dictador? Ahí está el caso: una actividad anti minera frente al Binaes —Biblioteca Nacional de El Salvador— da la vuelta al mundo en un post que se viraliza, alcanzando 30 o 50 veces más vistas que el programa de televisión donde el escritor entrevistado se deshace en alabanzas al régimen de Bukele.

    Ese es el arco y la flecha comunicacional en acción: el medio es el mensaje, y las plazas digitales pesan más que los estudios de grabación. La relevancia no está en los monólogos bien peinados del canal oficial y de los demás que siguen su agenda, sino en la fuerza bruta de una narrativa que se multiplica sola, sin pedir permiso a los guardianes del micrófono y cámara.

    Si la intelectualidad no suma como actor, que observe desde el graderío cómo camina la historia

    ¿Por qué molestan tanto? los movimientos emergentes.

    – Porque su lucha no cabe en un gráfico de excel. o en cálculo de estadístico de correlaciones. Ni en un largo mamotreto de 30 páginas para explicar un concepto en la introducción.

    – No necesitan tener un directorio con cabeza visible para que sirvan de blanco fácil de la maquinaria represiva.

    – Porque su «falta de estrategia» es, en realidad, «flexibilidad caótica»: el único modo de sobrevivir en un mundo donde Bukele cambia las reglas cada mañana dependiendo de su estado de ánimo y aptitud mental.

    Pero esto no es nuevo. Una vez se le preguntaba después de los Acuerdos de paz al comandante Shafick ¿cuál era la mejor estrategia para resistir al enemigo durante la guerra? Se quedó callado unos segundos, se sonrió, y mientras se acariciaba la barba dijo: “La estrategia era no tener estrategia. Ajustábamos los planes en el camino, pero nunca perdíamos el rumbo; ese estaba clarísimo siempre”.

    Ahí está la clave, donde no se trata de manuales rígidos ni de predicciones de escritorio, sino de adaptarse al terreno sin soltar el norte. Hoy, ese espíritu vive en los movimientos que navegan el caos digital, mientras algunos intelectuales del graderío pretenden seguir buscando fórmulas en libros polvorientos.

    Porque ya hay jugadores en la cancha. Inexpertos, sí. Tropezando a cada rato, por supuesto. Pero están ahí, corriendo una carrera ineludible entre aciertos y errores, mientras la historia no espera a nadie. Si la intelectualidad no quiere echar una mano, que al menos no se atraviese —lo decimos sin arrogancia, solo con los pies en la tierra—. Nos vendría bien que nos miren, agradeceremos que nos aporten críticas con sustancia y peso, pero que dejen de juzgar con reglas caducas y medir con varas desgastadas lo que apenas está brotando. Estos movimientos están construyendo sus propios instrumentos y herramientas de lucha, tomando lo que encuentran a su paso, y eso es auténtico. De este esfuerzo y sacrificio va a salir algo bueno, algo sólido, aunque por ahora no lo vean.

    Reflexión y llamado a la acción.

    La historia no la escriben los que se quedan mirando, sino los que se atreven a caminarla. A esos movimientos incipientes, un mensaje: no necesitan la bendición de los sabios autoproclamados para legitimarse. Su fuerza está en el terreno, en la gente, en las grietas que abren con cada paso. Y a los intelectuales, un desafío: bajen del palco, ensúciese las manos, «aporten su luz sin apagar la de otros».

    El cambio no espera por citas eruditas; se hace en la marcha. Y «Cuando los intelectuales se tardan en ponerse corbata, los pueblos ya tienen las botas puestas» — (un grafiti anónimo en San Salvador).

    A los intelectuales que prefieren criticar desde las butacas y graderíos: 

    – Si no van a sumar, no resten. Su silencio incómodo vale más que sus discursos vacíos.

    – ¿Temen que los «inexpertos» les roben el protagonismo?»La historia no se escribe con ego, sino con pies en el asfalto. »

    A los movimientos sociales:  

    – Sigan siendo impertinentes. La perfección es enemiga de lo urgente.

    – Hackeen el sistema: Usen las TIC para convertir un «hashtag» en barricada y un «live» en prueba de la represión y denuncia.

    El régimen de Bukele, con su maquinaria y su narrativa, parece imbatible, pero la historia demuestra que el poder nunca es eterno. Los movimientos sociales y populares, aunque caminen quizá torpes hoy, son semillas de algo que puede crecer si encuentran dirección y arraigo.

    Porque resistir es como hacer una pupusa y un atole: mezclas la experiencia del pueblo —la masa curtida de las luchas pasadas—, el conocimiento actualizado —las Tics como comal caliente—, y los ingredientes vivos de la gente, con disposición para lo que venga. No hay receta fija, pero sí un sabor claro: el de ganar, aunque sea improvisando.

    Pues recordemos que las revoluciones no las ganan los que mejor hablan, sino los que ya no aguantan y echan el cuero al agua.

    Los movimientos sociales y populares, aunque imperfectos, son síntomas de un sistema roto. Su fuerza no está en la retórica académica, sino en su capacidad para canalizar el descontento. Como dijo Eduardo Galeano: «Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo».

  • LA FARSA. Show Anticorrupción. La Farsa de la Ley Anticorrupción en El Salvador.

    LA FARSA. Show Anticorrupción. La Farsa de la Ley Anticorrupción en El Salvador.

    LA FARSA.
    Show Anticorrupción.
    La Farsa de la Ley Anticorrupción en El Salvador.
    Miguel A. Saavedra.
    Porque la corrupción no se combate con discursos y leyes sin aplicación, sino con voluntad real e independencia de los aplicadores. Cuando se anuncia con bombos y platillos una «Ley Anticorrupción como nunca antes en la historia», lo que realmente deberían reconocer es que nunca hemos visto tanta opacidad en el manejo de los fondos públicos. Prometen penas más duras y más casos investigados, pero omiten un detalle esencial: sin una genuina voluntad de desmantelar el tejido corrupto, toda esta parafernalia legal no es más que decorativa.
    Hay que desenmascarar los vacíos estructurales y las razones por las cuales esta nueva normativa es percibida por muchos como una mera simulación sin sustancia, una ley más que se suma a la colección de «letra muerta», donde los corruptos son siempre los «otros», mientras que «mis corruptos» se protegen y se encubren bajo el manto de una institucionalidad diseñada para no funcionar. Un ejemplo claro de esto es la intocabilidad de los funcionarios de los tres órganos del Estado señalados en la Lista Engel, publicada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, quienes, a pesar de ser señalados, permanecen protegidos y fuera del alcance de la investigación y aplicación de la justicia local.
    Un absurdo legal.
    La reciente aprobación de esta ley anticorrupción se puede criticar de manera análoga a intentar regular la relación entre el lobo y las ovejas con un simple manual de convivencia. La analogía revela la futilidad de pretender erradicar la corrupción con una ley cuando las raíces de esta problemática son mucho más profundas y estructurales. Al igual que un manual de convivencia no cambiará la naturaleza depredadora del lobo, una ley anticorrupción, por sí sola, no eliminará los vicios de origen, práctica y encubrimiento que permean todos los niveles del Estado salvadoreño. La corrupción no es un fallo que pueda enmendarse con una simple regulación o norma; es una práctica profundamente enraizada que prospera gracias a la complicidad y el consentimiento de las instituciones.
    En un escenario donde las instituciones, que deberían ser los baluartes de la transparencia, la rendición de cuentas y la auditoría de recursos, se convierten en parte del problema, se crea un sistema viciado. Aquí, corruptores, corruptos y los corrompidos forman una cadena simbiótica donde cada uno se beneficia, asegurándose su parte del botín. Esta ha sido la cruda realidad en la gestión de los fondos estatales en El Salvador, donde el dinero nunca llega a donde debería cuando está en manos de los corruptos. Esta imagen refleja fielmente la actuación de un gobierno que prometió ser distinto, pero que en la práctica ha superado a sus predecesores en las mismas prácticas corruptas pero esta vez, corregidas y aumentadas donde la información pública ahora está prohibida con decretos de reserva de información.
    ¿Cuándo las instituciones no funcionan? ¿Incapacidad o mandato para no funcionar?
    Mientras la ciudadanía se pregunta si su inoperancia es por incompetencia o por órdenes explícitas de no funcionar. La lucha contra la corrupción no se limita a la mera existencia de leyes; depende crucialmente de la eficacia y la autonomía de las instituciones que las aplican. En El Salvador, estas instituciones parecen estructuradas para fallar deliberadamente:
    Tribunal de Ética Gubernamental: Incapaz de imponer sanciones significativas, permitiendo así la impunidad en cuestiones éticas, a cuya entidad ya le cambiaron sus procedimientos y conformación independiente.
    Corte de Cuentas de la República: Sus auditorías son más simbólicas que efectivas, con una transparencia limitada que actúa más como una barrera que como un facilitador de la fiscalización donde se determina que se investiga y qué se dilata o encubre.
    Control Presupuestario desde Hacienda Pública: Un reinado de opacidad donde la asignación de fondos y reasignaciones presupuestarias hechas por la asamblea legislativa carecen de claridad y rendición de cuentas.
    Sección de Delitos Patrimoniales del Estado (Fiscalía): Selectividad en la persecución de casos, dejando intocados a los funcionarios de alto rango y otros «peces gordos» aliados al grupo de poder.
    Ley de Acceso a la Información Pública: En cualquier oficina pública hoy por hoy prevalece la reserva de información por siete años es una estrategia para neutralizar cualquier intento de transparencia y rendir información pública a la
    Esto sucede cuando falta independencia y el sistema judicial está cooptado, se manipulan los organismos de control o hay una notable falta de transparencia en la gestión pública. En este contexto, el fenómeno de la corrupción y su compleja red de complicidades coexisten con lo que se han denominado «instituciones tapadera», donde las mismas entidades que deberían combatir la corrupción están diseñadas o manipuladas para, en realidad, protegerla
    Dados Cargados
    Las reglas del juego ya están amañadas. Las instituciones como el Tribunal de Ética Gubernamental, la Corte de Cuentas y las entidades de transparencia han demostrado ser incapaces o reacias a cumplir su función. Es como si el lobo, además de ser el depredador, fuera también el juez y el encargado de vigilar que las ovejas se porten bien. Una fachada anticorrupción no servirá de nada si los procesos nunca caminan y los mecanismos de control son inefectivos. En El Salvador, un claro ejemplo de la lucha contra la corrupción se dio con la instalación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en El Salvador (CICIES) en septiembre de 2019. Esta comisión, establecida mediante un acuerdo entre el Gobierno salvadoreño y la Organización de los Estados Americanos (OEA), tenía como objetivo principal fortalecer las capacidades institucionales para combatir la corrupción y la impunidad. Su misión incluía asistir en la investigación de actos corruptos, promover reformas legislativas, y mejorar tanto la transparencia como la eficacia de las instituciones públicas.
    La CICIES operó con una notable independencia de criterio y análisis, lo que la llevó a incluir en su agenda investigaciones sobre el manejo de fondos destinados a la pandemia de Covid-19 por parte de altos funcionarios. Esta audacia investigativa, sin embargo, tuvo consecuencias significativas. En junio de 2021, el presidente Nayib Bukele, alegando soberanía, ordenó el retiro inmediato de la delegación de la CICIES del país. Además, se procedió al archivo y ocultación de las investigaciones que la comisión estaba llevando a cabo. Hay que destacar que esta comisión llegó al país a pedido del mismo presidente al entrar al cargo en 2020, quien en aquel momento declaró que tenía como objetivo limpiar la corrupción.
    La retirada de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en El Salvador (CICIES) puede verse en un contexto más claro al entender que su enfoque no se limitó a casos menores o convenientes para el gobierno. La CICIES, en su independencia, comenzó a investigar asuntos que tocaban directamente a la administración del presidente, incluyendo lo que algunos podrían llamar «sus casos estrella».
    Entre las investigaciones que causaron fricción se encontraban:
    Agricultura: Análisis sobre el manejo de fondos y proyectos en el sector agrícola, donde se identificaron posibles irregularidades.
    Comisionada Presidencial: Examen de las actividades y gastos relacionados con esta figura cercana al presidente, lo cual podría haber incluido malversación o uso inapropiado de recursos; cabe mencionar que esta información también fue asunto de investigación para seleccionar a candidatos de país para la lista Engels del Departamento de Estado de los EEUU.
    Gastos en el MINSAL (Ministerio de Salud): Específicamente, la gestión de fondos durante la pandemia de Covid-19 se puso bajo la lupa, revelando despilfarros o manejos cuestionables.
    Contratos a Discreción: Investigaciones sobre cómo se otorgaban ciertos contratos, apuntando a prácticas de favoritismo, nepotismo o corrupción.
    Comida Comprada en Sinaloa, México: Un caso particular donde se cuestionó la procedencia y el proceso de adquisición de alimentos, sugiriendo posibles irregularidades en las compras gubernamentales.
    Estas investigaciones, al apuntar hacia los «funcionarios estrella» del gobierno, generaron incomodidad y molestias significativas en la administración de Bukele. La decisión de retirar la CICIES, entonces, no se vio solo como una reacción a la falta de resultados, sino más bien como una respuesta defensiva para proteger a aquellos cercanos al poder de escrutinios que podrían desvelar corrupción o mala gestión. Este acto subraya la tensión entre la independencia de las investigaciones anticorrupción y el control político sobre las instituciones que deberían garantizar transparencia y rendición de cuentas.
    Las campañas anticorrupción se han convertido en un arma de «venganza política», un juego sucio donde las instituciones se manipulan para castigar a los enemigos políticos y proteger a los aliados. Un ejemplo evidente de esta doble moral es lo que ocurrió tras la llegada de la mayoría legislativa del partido oficial: se creó una comisión para investigar los sobresueldos que recibieron funcionarios de gobiernos anteriores. Con el respaldo del sistema judicial y la fiscalía general de la República, decenas de exfuncionarios están ahora tras las rejas, acusados de malversación de fondos públicos. ¿El delito? Además de su sueldo oficial, recibían pagos extra provenientes de una partida secreta controlada por los presidentes de turno. Curiosamente, esto no estaba tipificado como delito en su momento, pero las autoridades actuales lo han reinterpretado para penalizarlo como tal.
    Sin embargo, la hipocresía es descarada. Hoy existe un mecanismo igual o incluso más descarado: cientos de funcionarios del gobierno actual tienen nombramientos en una entidad pública mientras ocupan otro cargo con jugosos salarios bajo la figura de «ad honorem». Es decir, los de antes son corruptos por cobrar de más, pero los de ahora son «hábiles» por hacer exactamente lo mismo, solo que con un disfraz legal. En ambos casos, el dinero público se explota, pero ahora se hace con la complicidad de un sistema que parece diseñado para perseguir a los adversarios y blindar a los propios. La justicia, entonces, no es ciega: tiene partido y color, y su balanza está trucada.
    El silencio como herramienta de encubrimiento.
    La opacidad es la mejor aliada de la corrupción. Decretar «7 años de reserva de información» a cualquier solicitud ciudadana de acceso a la información pública es como poner un bozal a las ovejas para que no denuncien al lobo. Este simple instrumento ciudadano, crucial para la transparencia, se convierte en un instrumento de opresión, confirmando la existencia de «enormes gatos encerrados», que ya no son gatitos, sino «tigres de bengala».
    Esta práctica de reservar información, en lugar de fomentar la transparencia, alimenta la sospecha y la desconfianza hacia el gobierno. Si se busca realmente combatir la corrupción, la información pública debería ser accesible y no un secreto de estado.
    La centralización del poder y la Impunidad.
    Las voces de la ciudadanía reflejan una profunda preocupación sobre cómo se maneja el poder y los recursos en El Salvador: según citas textuales recopiladas por estudio de FUDECSO sobre democracia y participación ciudadana en 2024.
    «Solo que ahora, ellos (las nuevas autoridades municipales) lo hacen más a lo descarado». Esta afirmación sugiere que, aunque se critique la corrupción pasada, las nuevas autoridades también incurren en prácticas corruptas, pero de manera más abierta.
    «El FODES no se ha eliminado, lo que sucede es que esos fondos ahora los administra la DOM». Esta cita revela que los fondos del FODES han sido centralizados bajo el control de la Dirección de Obras Municipales (DOM), lo que puede implicar una nueva forma de corrupción o malversación.
    “Ahorita sé de un proyecto que estaban haciendo y les digo que la DOM se ha aprovechado de eso para agarrar dinero, no para invertir en proyectos ni ayudarles a las personas». Esta denuncia señala que la DOM también está siendo utilizada para desviar fondos.
    «La DOM sirve para adjudicarles proyectos a la cherada (amistades), a los grandes empresarios, a los financistas de Nuevas Ideas (partido oficial)». Esta cita denuncia la adjudicación de proyectos a grupos de interés cercanos al gobierno.
    «Lo que han hecho es centralizar el fondo y priorizar los proyectos que iban o pretendían hacer, desde su criterio político». Indica una centralización de fondos con una clara inclinación política en la priorización de proyectos.
    «Muy buena, pero siempre se roban el dinero del pueblo». Refleja una desconfianza generalizada sobre el manejo de fondos públicos.
    «Perfecto, porque así los alcaldes roban menos». Una visión irónica que sugiere que la creación de la DOM puede reducir la corrupción a nivel municipal, pero no la elimina.
    «es una entidad que custodia a las municipalidades para que no hagan fiesta con lo ajeno». Presenta la DOM como un intento de control, aunque la efectividad es cuestionada.
    «Fue una decisión meramente política y no se analizó desde la perspectiva de cuánto iba a afectar el desarrollo de obras en cada comunidad o municipio». Crítica la centralización de fondos sin considerar el impacto en el desarrollo local.
    «Limita a las alcaldías a construir obras para las comunidades. Limita el robo a los alcaldes, pero se lo roban por otro lado». Sugiere que, aunque la reducción del FODES podría limitar la corrupción municipal, esta persiste por otras vías.
    «Esta es una jayanada (grosería). La DOM no ha tenido lugar de atender a todos, si ha empezado algo no lo termina». Critica la ineficiencia y falta de seguimiento en los proyectos de la DOM.
    «La decisión política de reducir los municipios no fue acertada porque ha provocado acumulación de poder y acumulación de recursos». Expresa preocupación por la acumulación de poder y recursos en la administración central.
    «Para mí, el objetivo principal de estas nuevas leyes es el acaparamiento del poder. Es más fácil dominar 44 que dominar 262 municipios». Ve la reducción de municipios como una estrategia para centralizar el poder.
    «Con tal que no peguen las cosas con saliva, pues está bien, pero y que las obras públicas no las publiquen cinco veces más caras, pero hoy ni los rótulos ponen». Una cita sarcástica que refleja la baja expectativa sobre la calidad y el monto de las obras.
    «La gente no se atreve a hablar porque hay temor, porque ahora por cualquier cosa que diga que consideren de oposición o que está en contra le aplican la ley de excepción». Revela el miedo que impide la denuncia de la corrupción.
    «Desde que salió el FMLN del gobierno no ha habido rendición de cuentas, ni municipales. Antes podíamos ir a la alcaldía a preguntar, hoy ni te dejan entrar». Denuncia la falta de transparencia y rendición de cuentas.
    «Les apuestan a las redes sociales y vean que, si alguien hace una denuncia, el presidente sale inmediatamente diciendo ¡ahorita resolvemos!». Evidencia el uso de las redes sociales como mecanismo de respuesta a las denuncias, pero sin garantía de acción efectiva.
    Un llamado a la acción ciudadana.
    A pesar de este panorama desalentador, la ciudadanía no debe caer en la pasividad. Al igual que las ovejas pueden unirse y organizarse para defenderse del lobo, los ciudadanos pueden tomar medidas para demandar la transparencia, la rendición de cuentas y la participación activa en los asuntos públicos. Si bien la ley anticorrupción, por sí sola, no es la solución, la presión ciudadana y la organización comunitaria pueden ser un contrapeso al poder centralizado y corrupto.
    Para que estas leyes no sean meramente «fachadas», es crucial:
    En el corazón de El Salvador, donde cada día se teje la trama de su futuro, la lucha contra la corrupción no puede ser solo una promesa vacía escrita en un papel. Para que realmente se haga justicia, se necesita una transformación integral, un cambio que vaya más allá de la aprobación de leyes.
    Primero, es esencial fortalecer las instituciones del país. No basta con que existan; deben ser pilares de independencia y transparencia, armados con los recursos y la autoridad necesarios para intervenir sin titubear en los casos de corrupción. Imaginemos a estas instituciones no como simples entidades burocráticas, sino como faros de integridad en medio de la tormenta de la mala administración. Sin embargo, la realidad en El Salvador nos muestra cómo, en muchas ocasiones, estas entidades están atadas de manos por la misma corrupción que deberían combatir, con presupuestos insuficientes y una autonomía cuestionada.
    Pero ¿qué pasa cuando incluso los faros están apagados? Ahí es donde entra la participación ciudadana. La sociedad civil debe ser el motor que impulse la aplicación de la ley, vigilando cada paso y exigiendo rendición de cuentas. Es como si cada ciudadano tuviera una antorcha, iluminando las zonas oscuras de la gestión pública. Sin embargo, el miedo a represalias o la apatía han mantenido muchas de estas antorchas apagadas, dejando a la corrupción en las sombras.
    Más allá de las leyes, se necesita una reforma estructural que ataque de raíz los mecanismos de la corrupción. Esto significa reformar cómo se gestionan los recursos, cómo se asignan contratos y cómo se seleccionan los funcionarios. Es una tarea quijotesca, cambiar un sistema donde los intereses personales y políticos han prevalecido sobre el bien común, donde la selección de funcionarios ha sido más un acto de nepotismo que de mérito.
    Finalmente, la educación y la cultura son los cimientos sobre los que se puede construir una nueva ética pública. Es necesario fomentar desde la educación una cultura de integridad y transparencia, enseñando a las nuevas generaciones a rechazar la corrupción en todas sus formas. Pero, en un país donde la educación misma ha sido víctima del descuido y la mala gestión, esta tarea se convierte en un desafío monumental.
    ¿Cómo esperar que las escuelas enseñen valores de honestidad si los ejemplos que ven en el liderazgo son de opacidad y deshonestidad? Donde la información que debería ser pública como los acuerdos de nación con el enviado de Trump se resume por lo que el funcionario norteamericano dijo en otros países o por un tuit trasnochado repetido por los medios y megáfonos oficialistas.
    La lucha contra la corrupción en El Salvador no es un acto de un solo momento, sino un compromiso continuo que requiere de instituciones empoderadas, ciudadanos vigilantes, reformas profundas y una educación que siembre las semillas de la integridad. Sin estos elementos, cualquier ley anticorrupción se convertirá en solo otra página en el libro de las buenas intenciones, sin el poder de cambiar la realidad de un país hambriento de justicia y transparencia.
    En resumen, la analogía del lobo y las ovejas destaca la ingenuidad de creer que una ley anticorrupción, sin cambios estructurales profundos y una sociedad civil activa, podrá transformar la realidad salvadoreña. Se requiere una vigilancia constante de las instituciones, así como una participación ciudadana activa y crítica, para construir una sociedad donde la justicia y la transparencia sean la norma, y no la excepción. Por lo que la tan mencionad ley anticorrupción es un artificio de la ingeniería legal del régimen para cumplir requisitos del Fondo Monetario Internacional, sin que exista una verdadera intención de combatir la corrupción.  La ley, en sí misma, es solo un papel; la transformación real vendrá de una ciudadanía empoderada que no permita que el lobo siga gobernando el gallinero.
  • PERSECUCIÓN POLITICA y VENGANZA PERSONAL captura de Eugenio Chicas.

    PERSECUCIÓN POLITICA y VENGANZA PERSONAL captura de Eugenio Chicas.

    Por: Miguel A. Saavedra.

    Eugenio Chicas, exmagistrado del Tribunal Supremo Electoral (TSE), fue detenido la mañana de este jueves 13 de febrero, mientras dejaba a su hijo en su centro de estudios, según informó su familia. La noticia que circuló en redes antes del anuncio oficial de la Fiscalía causó indignación y repudio en diversos sectores, quienes han señalado que se trata de una venganza personal del presidente Bukele, pues Chicas le venció en un juicio por difamación en 2018, y Bukele debió pagarle a Chicas, en aquel momento, 50 mil dólares, para poder continuar como candidato presidencial, cantidad que entregó ante el juez y en efectivo.

    Posteriormente, ya Bukele en el poder, las autoridades le montaron un juicio por enriquecimiento ilícito contra Chicas y en noviembre de 2024 fue condenado civilmente por un monto de $202 mil dólares. El caso se encuentra en proceso de apelación pues Eugenio Chicas negó todos los señalamientos.

    El 12 de noviembre de 2024, la Cámara Segunda de lo Civil de San Salvador declaró culpable del delito de enriquecimiento ilícito a Eugenio Chicas y su grupo familiar y los condenó a reintegrar $202,557.51 al Estado, $80,000 menos de lo que pedía la fiscalía general de la República (FGR) en su acusación.

    Según el fallo de la Cámara, Chicas debe devolver la suma de $173,705.57; su cónyuge, Blanca Ayala Martínez, la suma de $11,282; su hijo Carlos Chicas González, $1,080.44; y su excónyuge Ana Lucía Ramírez Ayala, $16,489.50. Chicas ha quedado inhabilitado para ejercer un cargo público durante los próximos diez años.

    Chicas forma parte de los testigos de la defensa en el proceso contra los líderes ambientalistas de Santa Marta. Hizo su declaración en el juicio realizado en 2024 cuando el Juzgado de Sentencia de Sensuntepeque los absolvió de cargos. También estará para este nuevo juicio que ordenó la Cámara de la Segunda Sección del Centro de Cojutepeque.

    Eugenio Chicas ha sido un valiente opositor al régimen de Bukele. Es vox populi que uno de los motivos de la captura de hoy podría estar relacionada a la «venganza» de Bukele, sostienen diversos analistas.

    Además, para silenciarlo, ya que Chicas se había convertido en un férreo crítico del gobierno autoritario actual.

    Chicas fue miembro de la dirección de la Resistencia Nacional (RN) una de las cinco organizaciones que conformaron el frente guerrillero FMLN durante la guerra civil.

    Por haber sido miembro de la dirección de la RN, Chicas se convirtió en testigo de la defensa en el caso contra los ambientalistas de Santa Marta, por lo que la captura ha sido relacionada con este caso, dado que la Fiscalía y el sistema judicial han ordenado un nuevo juicio contra los ambientalistas de Santa Marta, Cabañas.

    Chicas, luchó con el seudónimo de «Marquitos» en la guerra, fue presidente del Tribunal Supremo Electoral y secretario de Comunicaciones en el gobierno del profesor Salvador Sánchez Cerén, por el FMLN.

    Tanto Chicas como otros analistas consideraron el proceso judicial civil como la condena como parte de la persecución política contra la oposición en El Salvador.

  • CONSTITUCIÓN DESTRUIDA. Bukele destruye Constitución salvadoreña. Avalan «Constitución exprés» a su medida.

    CONSTITUCIÓN DESTRUIDA. Bukele destruye Constitución salvadoreña. Avalan «Constitución exprés» a su medida.

    Por. Miguel A. Saavedra.
    La «Constitución de todos» secuestrada por uno.
    Democracia desarmada: La «Constitución de todos» secuestrada por Uno.
    En una maniobra que ha sacudido los cimientos democráticos de El Salvador, la Asamblea Legislativa ha aprobado una reforma constitucional en un abrir y cerrar de ojos de solo 27 minutos de discusión se trastoca la ley y norma suprema de país la constitución política, revelando un preocupante desprecio por la deliberación y el consenso. Bajo el velo de la eliminación de la ‘Deuda política’, esta reforma parece es la herramienta diseñada para amoldar la Constitución a los intereses de una minoría poderosa, transformando la ley suprema en un instrumento de control en vez de un bastión de justicia y equidad.
    Este acto de ingeniería legal no solo amenaza con revertir el progreso democrático alcanzado tras décadas de lucha, sino que también pone en riesgo los derechos fundamentales y la soberanía del pueblo salvadoreño.
    El 29 de enero de 2025, en un acto de 27 minutos que resonará en la historia, la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó una reforma exprés al artículo 248 de la Constitución, degradando nuestro documento más sagrado a una mera herramienta manipulable. Este cambio drástico ha encendido las alarmas, amenazando la estabilidad democrática que tanto costó construir. En un país donde la «Constitución de Todos» debería ser el escudo de los derechos de cada ciudadano, garantizando el bien común, esta reforma ha sido secuestrada para favorecer a un puñado de poderosos, demostrando que nuestra democracia ha sido despojada de su verdadero significado.
    La ley suprema la han convertido en un arma de opresión, que silencia a los que se atreven a discrepar, sirviendo únicamente a los intereses de unos cuantos mientras la mayoría, especialmente los pobres, quedan desamparados, sin ley que los proteja. A partir de este día, la ley muere, y la voluntad de un rey sin corona vive. ¡Pobrecito mi pueblo, pobre, mi pobre pueblo…! Ahora, la Constitución puede ser alterada sin restricciones, a merced de caprichos, y estado de ánimo, del gobernante, la llamada carta magna ahora rebajada a un trámite secundario, modificable con un simple gesto y sin el trámite que antes la protegía.
    Con el pretexto de anular la denominada «Deuda política»…
    El pretexto de eliminar la «Deuda política», que es el financiamiento estatal proporcionado a los partidos políticos para sus campañas, se utilizó como una cortina de humo. El objetivo subyacente y verdadero era reformar la Constitución, lo cual parece haber sido el plan principal de quienes detentan el poder.
    Regímenes autoritarios y apariencia de legalidad:
    Los regímenes autoritarios, siguiendo un manual de actuación, aunque violan las normas, mantienen una fachada de legalidad. Esto se conoce como «pseudo ley», donde se busca dar la impresión de que las acciones están legalmente justificadas.
    Siguiendo los pasos de Nicaragua. Recientemente, se ha reportado que, bajo el gobierno de Daniel Ortega, se han introducido más de 114 reformas constitucionales, permitiendo a Ortega y a su esposa controlar todos los poderes del Estado, lo que ejemplifica un claro avance hacia la autocracia.
    Anulación de la institucionalidad:
    Con esta medida autoritaria e inconstitucional, se anula de facto la institucionalidad. La Constitución deja de ser la norma suprema, subordinándose a la voluntad del líder, algo que se puede entender a través de la pirámide jurídica de Kelsen.
    Eliminación de la Deuda política y financiamiento de campañas:
    La eliminación de la deuda política sin transparencia sobre el manejo previo de estos fondos es criticada. Sin el financiamiento estatal, solo los millonarios y aquellos afiliados a partidos con recursos (especialmente el partido gobernante) podrán ser candidatos, excluyendo a la clase media y a quienes no cuenten con ingresos personales significativos. Esto crea una disparidad electoral que podría describirse como «tigre suelto y burro amarrado» para cualquier otro partido político que desee competir.
    Oportunidad perdida por Bukele:
    Se lamenta que el presidente Bukele haya desperdiciado una oportunidad única de fortalecer las instituciones democráticas y promover una mayor rendición de cuentas, optando en cambio por contribuir a su debilitamiento.
    Se insta a las instituciones controladas por el partido en el poder a investigar el manejo de los fondos de la deuda política, poniendo en tela de juicio tanto la transparencia como la corrupción en el sistema, donde donaciones y contratos públicos parecen ser el intercambio de favores entre empresarios y políticos, conocido como «derecho de picaporte», ilustrando prácticas de corrupción.
    Este diálogo expresa una profunda preocupación por la erosión de las normas democráticas, el aumento de la corrupción y la consolidación de un poder centralizado en El Salvador, lo que podría llevar a una democracia cada vez más frágil y controlada.
    Peligros de romper el orden constitucional
    Lo que está en juego no es menor: se trata de la forma de gobernar, los requisitos para los candidatos y funcionarios, el arbitraje electoral, y la representación democrática del poder. Además, se afecta el cumplimiento de derechos fundamentales y la administración de justicia, elementos cruciales para cualquier democracia. Esta reforma también abre la puerta a modificaciones en temas como la tenencia de la tierra, actualmente limitada a 247 hectáreas por propietario, y otros aspectos de soberanía nacional y uso del territorio.
    La modificación del artículo 248, que regulaba los cambios constitucionales, implica que ahora estos cambios pueden depender del «estado de ánimo» del gobernante o de intereses particulares, alejándose del bienestar general y la equidad. Este escenario recuerda prácticas de concentración de poder y manipulación constitucional vistas en la década de 1930 bajo la dictadura del General Maximiliano Hernández Martínez, lo cual fue un catalizador para la insurgencia salvadoreña y la guerra civil que siguió.
    Respuestas sociales y políticas potenciales
    Con esta reforma, El Salvador podría estar retrocediendo a un escenario de siglo XVIII o al orden jurídico post-colonial, donde la voluntad del líder se impone sobre la ley. La historia ha demostrado que tales concentraciones de poder pueden desembocar en insurrecciones y conflictos sociales. La experiencia de la guerra civil salvadoreña, que se creía no se repetiría, parece ahora un riesgo latente.
    La aprobación de esta reforma constitucional podría ser vista como el fracaso del sistema político y de la democracia incipiente que se había intentado construir post-acuerdos de paz de 1992. Este movimiento hacia un «neofascismo mesiánico» liderado por el actual gobernante podría ser el caldo de cultivo para respuestas sociales inesperadas, posiblemente desencadenando nuevas luchas y resistencias que podrían extenderse más allá de lo que hemos visto en décadas recientes.
    Detonantes en puerta
    El escenario actual en El Salvador está marcado por una serie de factores que podrían exacerbar la crisis política y social:
    Amenaza de la Minería Metálica: La explotación minera ha sido históricamente polémica debido a sus impactos ambientales y sociales. La posibilidad de que se intensifique podría generar mayor resistencia de las comunidades afectadas.
    Repatriación masiva y acuerdos internacionales: El regreso masivo de salvadoreños deportados desde Estados Unidos, combinado con acuerdos que convierten a El Salvador en un destino para deportados de otros países, incluyendo la utilización del país como una suerte de «cárcel alquilada» para criminales deportados bajo la administración Trump, añade una capa de complejidad social y de seguridad. Este acuerdo, visto como un «favor pagado» a «cambio de», podría incrementar la criminalidad y generar el grave conflicto social que se está cocinando.
    Crisis económica: La economía de El Salvador se encuentra en una situación vulnerable, con altos niveles de desempleo y una deuda pública considerable, lo que agudiza la desigualdad y el malestar social.
    Política de represión: La implementación de políticas represivas, incluyendo el uso de multas y encarcelamientos como herramientas de control, puede aumentar la percepción de un estado autoritario, fomentando el descontento y la resistencia.
    Concentración del poder: La centralización del poder en manos de una sola figura o partido puede minar la confianza en las instituciones democráticas, creando un ambiente donde se percibe que los derechos y las libertades están en peligro.
    Estos elementos combinados crean un caldo de cultivo para la inestabilidad. La sociedad civil, ya sea a través de manifestaciones pacíficas, organizaciones comunitarias o, en el peor de los casos, mediante acciones más radicales, podría responder a estas presiones. La movilización social podría buscar no solo revertir estas políticas, sino también reclamar una mayor participación y justicia en el gobierno.
    La «Constitución exprés» se enmarca en este contexto de reformas aceleradas, sin diálogo y mucho menos con un consenso ciudadano y amplio de otros sectores, se traduce en la pérdida total del estado de derecho y de las garantías constitucionales.
    La decisión de avalar una a medida del gobierno de Bukele no solo cuestiona la integridad del marco legal y democrático de El Salvador, sino que también podría revertir décadas de esfuerzos por una paz y una democracia más justas.
    El Salvador, con su historia de luchas sociales y conflictos, se encuentra en un punto crítico donde la dirección que tome podría definir su futuro por décadas. La vigilancia y la acción de la sociedad civil, junto con la presión internacional, serán fundamentales para navegar este complejo panorama.
     La vigilancia ciudadana, la acción de la sociedad civil y la presión internacional serán claves para contener este retroceso y evitar que El Salvador vuelva a ser escenario de una lucha social prolongada y sangrienta como las vividas en los años 70s y 80s.
    Estos pequeños dictadores neofascistas Del siglo XXI parecen olvidar que, tarde o temprano, la justicia, ya sea terrenal o divina, los alcanzará, y tendrán que responder por la IGNOMINIA y los excesos de poder que atentan contra la dignidad, el bienestar y la libertad de las personas.
  • El poder de coerción  de Estados Unidos

    El poder de coerción de Estados Unidos

    La coerción se define como el uso de la fuerza para modificar la conducta o la voluntad de otra persona o grupo. En este caso, nos referimos a la coerción que ejerce Estados Unidos sobre los países del mundo.


    Por: Bruno Sommer


    Este poder corporativo, financiero, militar, político y tecnológico ha sido impuesto sobre otras naciones, a menudo de manera abusiva y, en ocasiones, violenta.

    Los eventos que ilustran esta situación son múltiples, y hoy en día se pueden observar una vez más, especialmente por parte de Estados Unidos, a través de un «soft power» de Trump. Sin necesidad de desplazar tropas, el expresidente amenaza con imponer barreras arancelarias a quienes deseen comerciar con Estados Unidos, entre otras medidas soberanas, como la deportación de personas indocumentadas a sus países de origen.

    Estas medidas indeseadas por quienes se han considerado socios comerciales, vecinos y hasta “aliados militares” aceptando tener bases de Estados Unidos en sus países, son miradas con preocupación, sobre todo cuando las formas de ejercer el poder implican afectar un derecho humano como lo es el derecho a migrar.

    Las acciones de Trump y Cía. van en la línea de un gobierno de corte nacionalista que se propone crecer y hacer cumplir la ley dentro de sus fronteras, haciendo un eventual giro en su política internacional de llevar plomo y muerte lejos de sus cuarteles con tal de acceder a recursos naturales claves socavando gobiernos que no sean afines a sus intereses.

    “Los recursos naturales están en el país”, ha dicho Trump quien tiene planes de explotarlos y así disminuir de la dependencia de otras naciones. “Necesito menos de ustedes, que ustedes de mí”, se le ha oído decir.

    Esta asimetría que se ha construido por décadas, tiene que ver con el dominio tecnológico de USA, pero sobre todo, con que los países periféricos fueron asumiendo deuda con el imperio del norte y conectaron su comercio internacional a tener que pasar por el dólar, aunque las ventas fuesen hechas a otros países cuya moneda nacional no fuese dólar.

    La situación desventajosa a la hora de hacer negocios, como el acceso anticipado a la información y un entramado tecnológico de gran relevancia, ha puesto a varias naciones del mundo prácticamente de rodillas ante Estados Unidos, incluida Europa, que en su momento, de manera soberana, respondió con la creación del euro.

    Sin embargo, esta moneda también ha sido utilizada de forma coercitiva, generando deuda en algunos países y financiando guerras, como es el caso actual del conflicto entre Rusia y Ucrania, del cual Estados Unidos e Inglaterra también obtienen dividendos.

    Estados Unidos actúa como un condicionante sobre las palabras y acciones de los europeos

    Dado que el presente artículo se enfoca en el poder de coerción de Estados Unidos y no en el de la Unión Europea, vale la pena preguntarse cómo la primera influye sobre la segunda, cuando una parte significativa de los capitales busca retorno en las empresas estadounidenses.

    La respuesta es clara: Estados Unidos actúa como un condicionante sobre las palabras y acciones de los europeos. Si los países europeos toman una posición más soberana y buscan construir su propio destino en dirección contraria a los intereses del Departamento de Estado, verán afectados sus resultados económicos.

    El presidente de Colombia, Gustavo Petro, fue una de las víctimas más recientes y evidentes del poder de coerción de Estados Unidos. Al negarse inicialmente a recibir aviones militares estadounidenses con colombianos deportados, Trump no tardó en responder, advirtiendo que si Colombia no permitía el aterrizaje de los aviones, se aplicarían aranceles del 25%, con la posibilidad de elevarlos al 50% en el futuro. Además, se impugnarían sanciones bancarias y financieras, y se prohibiría la entrada a Estados Unidos a funcionarios del gobierno colombiano. Petro cedió ante estas presiones, aunque no sin antes responder con una carta contundente y programar una reunión entre las delegaciones de ambos países en las próximas semanas.

    Entendido que el cambio no vendrá desde Estados Unidos, a las naciones del mundo les corresponde tomar acciones comunes y solidarias que permitan contrarrestar estas medidas coercitivas.

    Entre estas acciones destacan la construcción de una narrativa internacional que promueva un mundo multipolar y respetuoso de los derechos humanos, la diversificación de los socios comerciales y el desarrollo de capacidades tecnológicas propias.

  • Lecciones para animar y despertar conciencia

    Lecciones para animar y despertar conciencia

    Aunque la marcha sea lenta… Sigue siendo marcha


    Por: Miguel A. Saavedra


    Mantén tu paso, tu historia, tu conciencia.

    En un país donde cada paso parece más pesado que el anterior, donde se intenta borrar las huellas de nuestras luchas y memorias, es crucial recordar las palabras de Rodolfo Walsh: «Han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires.

    «Hagamos una caminata reflexiva, una marcha donde cada paso nos acerque más a nuestra verdad, a nuestra conciencia de clase.
    Cada historia es una semilla.

    Cada relato de tu padre o abuelo sobre las huelgas, cada canción de protesta que resuena en nuestras calles, cada libro que nos cuenta de luchas pasadas, son semillas. Estas semillas de memoria y resistencia son las que germinan en nosotros el deseo de no solo recordar, sino de actuar. Documenta, escribe, habla. No permitas que la historia sea una propiedad privada de los poderosos; es nuestra tierra común, nuestro legado.

    Pensar para no ser pensado.

    En un mundo lleno de narrativas fabricadas, donde el pensamiento crítico se ve amenazado por el dogmatismo, «es fundamental pensar para evitar ser pensados.» Reúnete con otros, cuestiona, debate. En cada conversación, en cada libro que leas, encuentra la conexión entre tu vida y la historia que te ha precedido. La educación no es solo en las aulas, es en cada rincón de tu vida donde el pensamiento crítico debe florecer.

    La resistencia es memoria.

    En tiempos donde el abatimiento parece ser la norma, hacemos de la memoria un acto de resistencia. Honramos a los caídos, a los luchadores, no solo en monumentos, sino en cómo vivimos, cómo nos organizamos, cómo recordamos.

    El arte, la música, la literatura son nuestras armas silenciosas pero poderosas. Cada acto de conmemoración es una marcha, una afirmación de que seguimos aquí, recordando y luchando.

    Aunque la marcha sea lenta.

    El año avanza con su lentitud, pero en cada paso lento hay una reafirmación de nuestro compromiso con la memoria, con la justicia, con la verdad. No se trata de llegar rápido, sino de seguir caminando. Cada paso es una victoria contra el olvido, contra la opresión. Aunque la marcha sea lenta, sigue siendo marcha, y cada uno de nosotros es parte de este movimiento interminable hacia un futuro donde la historia sea de todos, no solo de unos pocos.

    Recuerda: La historia es un viaje que no terminamos, es una marcha que no cesa. Mantén tu paso, tu historia, tu conciencia. Aunque la marcha sea lenta… sigue siendo marcha.

  • Populismo burdo

    Populismo burdo

    La palabra burdo, significa según la Real Academia de la Lengua Española (RAE): “Tosco, grosero, rústico, vulgar, ordinario, chabacano, inculto, ineducado, palurdo.” En palabras más sencillas ser “burdo” es ser bajero, algo así como de la peor calaña.


    Por: Walter Raudales


    El populismo, por su parte, en su sentido negativo, es esa forma de gobernar haciendo cualquier cosa para mantenerse en la silla del poder. En decir, quien hace populismo es un demagogo.

    Se populista, en su «significación peyorativa», es aquel que anda buscando la simpatía de la población, a costa de medidas contrarias al Estado democrático. El objetivo fundamental no es transformar profundamente las estructuras y relaciones sociales, económicas y políticas, sino preservar el poder y la hegemonía política a través de la popularidad entre la gente.

    Esta semana, en El Salvador, apareció el presidente inconstitucional haciendo un anuncio en claro estilo populista burdo. Dijo que el recibo del costo de la luz y agua, del mes de enero del 2025, los pagará el gobierno, como forma de paliar la maltrecha economía familiar. Esta medida, a todas luces desesperada, debe ser entendida en todo su contexto reciente.

    Especialistas en política y analistas no han tardado en reaccionar sosteniendo que esa acción, obedece a la caída en picada, ante la población salvadoreña, de la imagen de Nayib Bukele, luego de derogar la ley que prohíbe la minería metálica y dar paso a una narrativa llena de avaricia, insultante y con mentira para permitir la minería, que ante los ojos de la gran mayoría de habitantes, es contaminación, destrucción y muerte en suelo de El Salvador.

    El hecho que la jerarquía (Obispos de El Salvador y Centroamérica) de la iglesia católica, que más de 200 sacerdotes aglutinados en una cooperativa sacerdotal, y organizaciones religiosas de la región cierren filas contra Bukele y su intención de abrir la minería; sumando las voces de quienes pidieron incluso la “excomunión para diputados y el presidente” por atentar contra la vida; más varías marchas y plantones ante la Asamblea Legislativa de diferentes organizaciones de la sociedad civil; la popularidad de la que tanto hace alarde Bukele, se le vino abajo en cuestión de un par de meses.

    Las famosas “cortinas de humo”, que en la guerra comunicacional consisten en fabricar una noticia de mayor impacto para aplacar otra que te afecta, no les dio el resultado esperado. Después de varios intentos con la nueva ley de tránsito con “cero tolerancia a los alcohólicos” y una multas leoninas, y otros temas, incluso ni la navidad ni las festividades de año nuevo, lograron aplacar el malestar y repudio contra el gobierno y su presidente, por insistir con la minería e ignorar a las fuerzas vivas de la nación que le pedía vetara la ley.

    Con los imagen por los suelos, y dado que la popularidad es el lubricantes para las dictaduras, en una conferencia de prensa, con preguntas controladas, se hizo el anuncio que el gobierno pagará los recibos de luz y agua del mes de enero. Una acción clara de POPULISMO BURDO.

    Pensadores como Fernando Savater, sostienen que estas acciones populistas burdas: “Son una reacción ante la miseria desde la ignorancia. Y previamente, hay un conjunto de factores que se suman: una crisis económica muy severa, promesas políticas incumplidas e ineficacia en la gestión de esa crisis. En un entorno así, de forma inmediata surgen los curanderos. Eso es lo que ha pasado, igual que cuando a una persona le diagnostican una enfermedad muy grave y acude al curandero. Eso es el populismo, el curandero de la política que, ante problemas reales, plantea soluciones ilusorias que nacen y anidan en la ignorancia”.

  • Oscuro 2025: El Salvador entre fantasía y realidad agobiante. Luces que atontan. Sombras que apuñalan.

    Oscuro 2025: El Salvador entre fantasía y realidad agobiante. Luces que atontan. Sombras que apuñalan.

    En un país donde las lucecitas de neón brillan más que la verdad, el año 2025 se perfila como un escenario de contradicciones.


    Por: Miguel A. Saavedra


    Bitcoin y lucecitas en la plaza, hambre en la casa
    Uno de los analistas aduladores del régimen que desfilan en los medios televisivos comentó que la gente está encantada con las luces y la diversión por doquier de la Villa Navideña, promovida por la municipalidad y los bitcoiners del centro histórico de San Salvador. Sin embargo, al llegar a sus hogares, muchos no tuvieron ni luz eléctrica, ni la cena de Navidad y Año Nuevo, revelando así la cruda realidad detrás del espectáculo.

    Datos fríos, realidad innegable:
    Los datos son irrefutables y contundentes: por tercer año consecutivo post-COVID, El Salvador registra el crecimiento económico más bajo de Centroamérica, con una caída drástica en las exportaciones y una disminución en las remesas enviadas al país. La producción de granos básicos, frutas y verduras está en su punto más bajo en 8 años, la educación sigue en los últimos puestos internacionalmente, y mientras se cierran escuelas, se expande el ejército y se construyen mega cárceles.

    La lógica del Estado de Excepción extendido por 34 meses lo ha convertido en un látigo de control social, donde cualquier acción que se desvíe de la norma según sus criterios es castigada con multas y encarcelamientos.

    La economía bajo la lupa:
    El PNUD certifica que en el país, 300,000 personas han caído en pobreza extrema, mientras que, fiscalmente, se alcanzan cifras récord de recaudación, fondos que no alcanzan para cubrir el creciente déficit fiscal. En el presupuesto de 2024, se inyectaron más de 3,900 millones de dólares al presupuesto original de 9,600 millones a través de decretos legislativos. Esto indica que a la actual administración, por cuantiosa que sea la cantidad, «nunca le alcanza», y nunca les es suficiente para su forma de gobernar, pues cada truco político cuesta cientos de miles. Iniciamos con la duda externa más grande la historia más de 32.000 millones de dólares, la cual este gobierno ha generado más de la tercera parte en un solo periodo presidencial. Además de haber hecho uso de la reserva de pensiones de los trabajadores y usar para gastos del Estado cerca de los 12,000 millones, se han burlado una vez más de los trabajadores al prometer que no harían uso del fondo previsional acumulado. por lo que ahora ese activo no gana rendimientos para las cuentas individuales y el fondo colectivo, ni se sabe cuándo el gobierno lo devolverá a las AFPs.

    La purga en el sector público:
    El año inicia con el anuncio del despido de más de 11,000 empleados en el aparato público, eliminando a los incómodos, innecesarios y mayores de edad, según sus argumentos. Sin embargo, desde la llegada al poder, se han registrado cerca de 40,000 nuevas plazas para allegados políticos, lo que deja claro que el Estado tiene «grasa» cuando la ocupan otros partidarios, pero no cuando son seguidores de confianza. El Salvador se convierte en el segundo país de América Latina con más despidos en el sector gubernamental detrás de Argentina, donde las políticas ultra neoliberales de Milei han afectado a unos 90,000 empleados.

    La corrupción interna y la minería:
    La corrupción interna en las estructuras de poder es evidente, donde cada actor quiere más poder y parte del botín, pero hasta ahora han salido librados gracias a su capacidad de anular y disolver la visibilidad de estos hechos donde el sistema se adapta y silencia el clamor de una población que aún no comprende el rumbo que ha tomado su país.

    La explotación de recursos naturales bajo el pretexto del desarrollo plantea una amenaza inminente: la devastación ambiental y el desplazamiento de comunidades. La ley que permite la extracción de metales preciosos, lejos de beneficiar al pueblo, enriquecerá a inversores y empresas internacionales, condenando al país a un futuro sombrío.
    Ahora, la minería es presentada como una solución para el «desarrollo», ignorando el daño ambiental, el desplazamiento poblacional y la contaminación, incluyendo la muerte del vital Río Lempa el mayor afluente hídrico que se extiende en tres cuartas partes del país.

    La resistencia comienza con la conciencia.
    ¡Despierta, El Salvador! La fantasía no puede seguir velando la realidad. Es hora de recuperar nuestro instinto de supervivencia, de luchar no solo por nosotros, sino por las generaciones futuras. Es hora de que el pueblo salvadoreño se reencuentre con su fuerza y dignidad. La lucha por la justicia, la verdad y la vida no es solo un deber, es un derecho. La historia nos ha enseñado que la resistencia es posible, y que el cambio comienza en la conciencia colectiva. ¡Es momento de actuar, de exigir, de luchar por un futuro que valga la pena!

    ¿Te unirás a la lucha para recuperar tu país, tu vida, tu dignidad? No esperes más, actúa ahora o resignarte a perderlo todo.

  • Futuro envenenado

    Futuro envenenado

    Condena ambiental irreversible. La codicia sobrepasa la razón.


    Por: Miguel A. Saavedra


    [dropcap]E[/dropcap] n un país pequeño, densamente poblado y con ecosistemas interconectados, la reciente aprobación de la explotación minera en El Salvador no es solo un ataque contra la naturaleza; es un manifiesto de desprecio por la vida humana. El presidente asegura que Dios le ha entregado los secretos del rey Salomón, prometiendo riquezas ocultas bajo el suelo. Sin embargo, este «regalo» legislativo es un pacto con la devastación: una sentencia de muerte que afectará a generaciones actuales y futuras.
    El precio del oro maldito; ríos de cianuro, muerte del Río Lempa y un futuro envenenado.
    La maquinaria legislativa aplastante, ha aprobado el uso de cianuro y otros químicos altamente tóxicos. Este proceso no es un juego limpio: no se extraen los metales con imanes mágicos ni se filtran impurezas con métodos inocuos. La minería moderna utiliza procesos brutales que implican la demolición de montañas, el tamizaje de materiales y la aplicación masiva de sustancias químicas que contaminan todo a su paso. Lo que prometen como «desarrollo» es, en realidad, una condena ambiental irreversible.
    Comparando infiernos: de El Salvador a Potosí y Minas Gerais.
    La historia de Potosí en Bolivia y el reciente desastre de la represa en Minas Gerais, Brasil, son advertencias claras de lo que ocurre cuando la codicia sobrepasa la razón. En Potosí, siglos de extracción de plata enriquecieron a colonizadores mientras devastaban a las comunidades indígenas y dejaban tras de sí montañas desoladas. En Minas Gerais, la ruptura de una represa minera en 2019 liberó un torrente de lodo tóxico que mató a cientos de personas, envenenó ríos y destruyó ecosistemas enteros.
    El Salvador, un país de apenas 20,000 kilómetros cuadrados, está al borde de un desastre ambiental de similar magnitud. Aquí, no hay espacio para el error: cualquier contaminación se extenderá rápidamente, envenenando aguas, suelos y vidas humanas en un ciclo de muerte que tardará siglos en revertirse.
    La herencia de la destrucción.
    Cuando la maquinaria minera termine su faena, lo que quedará no será riqueza ni prosperidad. Quedará contaminación, suelos muertos, ríos envenenados y comunidades atrapadas en la pobreza y las enfermedades. Los dueños del capital minero se llevarán el oro; el pueblo salvadoreño heredará un páramo inhabitable. Este ciclo de extracción y abandono no es nuevo, pero el nivel de cinismo con el que se presenta como un «progreso» sí es digno de análisis.
    La propaganda y el sueño roto.
    Como los cazadores de la selva, que emboscan a animales débiles, enfermos o confundidos, el régimen utiliza una propaganda masiva y sofisticada para adormecer a la población. Pero el pueblo salvadoreño no es débil ni enfermo y mucho menos tonto; está temporalmente aturdido por las narrativas del régimen. En algún momento, la realidad de la destrucción será imposible de ocultar bajo los eslóganes y las promesas vacías. El despertar será doloroso, pero necesario.
    La respuesta social que se avecina, visos de otro ciclo violento.
    La historia de El Salvador y de otros países en América Latina está llena de ejemplos donde las decisiones de gobiernos insensibles han detonado reacciones sociales inesperadas y contundentes. La aprobación de la explotación minera no será la excepción. Cuando una ley prioriza las riquezas materiales sobre la vida misma, no puede sorprender que las comunidades afectadas se levanten en defensa de sus derechos, de sus tierras y de su futuro.
    El pueblo salvadoreño, históricamente resiliente y combativo, no es ajeno a la lucha contra las injusticias. Desde las revueltas campesinas del siglo pasado hasta las más recientes movilizaciones por causas ambientales, la memoria colectiva recuerda bien que la resistencia es una herramienta poderosa frente a la opresión.
    Las consecuencias sociales de esta ley no serán un accidente, sino el resultado directo de sembrar políticas que destruyen el tejido social y natural del país. Las comunidades no permanecerán pasivas cuando los ríos se conviertan en veneno, los suelos en desiertos y la salud de las personas en moneda de cambio por un puñado de oro.
    A quienes han aprobado este proyecto destructivo, les corresponde entender que el costo de sus decisiones no solo se medirá en términos de contaminación ambiental, sino también en términos de inestabilidad social, protestas masivas y posibles conflictos que ellos mismos habrán provocado.
    Como dice el viejo adagio: «Quien siembra vientos, cosecha tormentas.» Y cuando estas tormentas lleguen, no habrá propaganda que pueda ocultar el clamor de un pueblo decidido a defender lo que le pertenece.
    El Salvador no puede permitirse este tipo de desarrollo extractivo. Porque cuando las montañas sean polvo y los ríos sean veneno, ya no habrá futuro que rescatar.
  • ¿A qué responde la política de despidos?

    ¿A qué responde la política de despidos?

    Esencialmente a la tesis económica neoliberal argüida por Friedman que supone que el aparato de bienes y servicios al que le apuesta el modelo, puede operar con apenas el 20% de la fuerza laboral, la que además es por esta misma razón, prescindible.


    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


    [dropcap]E[/dropcap] s decir sacrificable en razón de la vasta masa laboral desempleada y sin dominios técnicos, por lo que puede ser incluso chantajeada en razón de esas condiciones laborales imperantes, por lo que para conservar sus fuentes de empleos, que se encuentran pauperizadas en un alto porcentaje, se ve orillado a renunciar a fundamentales derechos para poder conservar su trabajo, mientras a la par el modelo exacerba las ganancias en detrimento de estos mismos trabajadores, cuyo poder adquisitivo en cambio y por el aumento exponencial del coste de vida debido a esas ganancias, se ve limitado en una proporción mayor, porque de otro modo, recordemos, está simplemente y de modo permanente expuesto a perder sus empleos.

    Simple. Porque la apuesta del modelo se sustenta en el precepto económico de una mayor ganancia, producida por una menor inversión.

    La riqueza expuesta de este modo, si bien es patrimonial, para el beneficio particular de alguien, se adquiere mediando el estado, que favorece la rapiña de esta élite privilegiada con sus recursos, bienes y recursos públicos, administrados y gestionados desde el estado, pero redirigidos bajo la visión neoliberal para el solo enriquecimiento de esas élites.

    Verdaderos sátrapas que se nutren de parasitar a éste.

    El estado entonces y bajo esta visión, ha dejado de cumplir con su cometido en el contrato social, para en cambio satisfacer solo a este segmento privilegiado, que se vale de los medios y recursos a su alcance para así perpetuarlo.

    Examinemos. Los recursos a disposición del ilegal gobierno que gestiona al país, son por mucho más vastos que la suma reunida por todos los gobiernos que le precedieron, y en razón de la cantidad de contratos de créditos que ha ejecutado; sin embargo ni siquiera los gobiernos que administraron al país durante el conflicto se vieron en los apuros que el presente tiene, que ya lo urgió a cacerolear las arcas estatales – modismo utilizado por algunos economistas para referirse a que ya se agotaron los recursos, y no quedan ni las reservas – que es la razón tras las continuas negociaciones con la banca multilateral para adquirir nuevos paquetes de refinanciamiento.

    Los tales recursos no han sido utilizados para revitalizar nuestra economía apostando por su recuperación por medio del desarrollismo, planteándose un plan quinquenal para la pequeña y la mediana industrias, no, y sí para seguir apostándole al modelo de bienes y servicios introducido por arena, que es un completo fracaso, y que nos ha vuelto por entero dependientes.

    Así la apuesta gira en torno al enriquecimiento de esos pocos y la profundización de la precariedad de la vasta mayoría. Sin empleo y sin futuro. Porque cada pueblo padece lo que merece.

    *Educador salvadoreño

  • ¿Es vigente la lucha de clases en El Salvador?

    ¿Es vigente la lucha de clases en El Salvador?

    Más que nunca. La lucha de clases es el pulso permanente entre las fuerzas productoras y los poseedores de los medios de producción, donde estos últimos se valen de los medios a su alcance para perpetuarse en el poder, mientras las fuerzas vivas procuran conquistar el poder deponiendo a los segundos.


    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


    [dropcap]C[/dropcap] onstituye una dinámica en la que los poderes fácticos vigentes procuran agenciarse más poder, conformándose en un núcleo que dirige todo su actuar al solo propósito de acumular más riqueza y el poder, conformando esto su razón de ser, negando al resto sus derechos y arrebatándole sus haberes.

    En nuestro país esto se manifiesta con la instalación de un estado que responde al solo propósito de garantizar los privilegios de esa élite financiera, de un modelo de acumulación de riqueza originaria que les responde solo a ellos, mientras se expolia y excluye al resto.

    Tomemos un solo ejemplo que patentiza crudamente este hecho: la ley de extinción de tierras ejidales y su consorte, la ley contra la vagancia, ambas paridas en el decenio de los 70’s del siglo 19.

    Esta fue promovida desde las clases pudientes desde inicios del siglo 19, logrando concretar su instalación en 1881, habiéndose concretado en el decenio anterior y bajo los gobiernos espurios de los Quiñonez, con la gestión de su títere, Teodoro Moreno, que pretendió brindar con su firma, carácter de legalidad.

    Con esta el 72% de la tierra en manos hasta entonces de los pueblos originarios, pasaron bajo la justificación de que debían volverse “para el bien público” productivas, a manos de menos del 2% de la población de entonces, las tristemente célebres e infames, 14 grandes.

    Así, de un plumazo y mediando una falsedad histórica se desposeyó de lo suyo al 96% de la población, los pueblos originarios, que siempre hicieron producir a la tierra, bajo los esquemas de conservación que desde siempre observaron, mientras, los criollos que pasaron a ser los nuevos dueños implementaron el modelo de roza y quema que agota rápidamente el recurso, despoja rápidamente de la capa superficial a la tierra, la verdaderamente fértil en el trópico y por su origen volcánico, volviendo a ésta y a la vuelta de pocos años apenas un erial.

    A los despojados y en virtud de la segunda ley referida, se los ató a la hacienda, institución que naciera de aquella infamia, y que sirvió desde entonces para someter y controlar a los desposeídos.

    En hechos como ese se originan los males que padecemos como sociedad. Ahora mismo se adelanta un nuevo proceso de despojo, y de nuevo es un gobierno espurio e ilegítimo el que lo ejecuta, abanderando el discurso de la bonanza para todos, cuando en realidad lo que hace es representar los intereses de los privilegiados de siempre.

    Los mismos privilegiados que antes se apropiaron de las tierras ejidales, que negaron la reforma agraria, que se apropian de la riqueza mediante la instrumentalización del estado.

    En contra de los trabajadores.

    *Educador salvadoreño

  • La minería y las reales consecuencias en la población

    La minería y las reales consecuencias en la población

    En días pasados, el ilegal ejecutivo anunció un plan de desarrollo para el país, basado en la explotación minera, que recordemos, fuera por decisión del último gobierno de arena, prohibida.


    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


    [dropcap]E[/dropcap] l ex presidente Saca estimo que su reactivación además de suponer la contaminación de todo el territorio también implica la pérdida de ese activo, el oro, que por ahora se encuentra bajo la superficie del territorio, y que una vez sustraído de ningún modo será sumado a las reservas estratégicas de la nación, sino llevado como botín por las mineras que la extraigan, con la venia de este gobierno.

    El discurso en cuestión implicó además que la tal reactivación implicará la generación de empleos, supuestamente de calidad, así como la consecuente prosperidad que más temprano que tarde vendrá aunada a ese expolio.

    Ahora bien, esa narrativa alegre y entusiasta no supuso ningún compromiso para con estas afirmaciones, sino sólo asegurar que así resultará este arreglo, porque sí.

    Muy bonito.

    La realidad empero es diferente, pues si bien se generarán empleos, estos no serán permanentes ni de calidad, como que tampoco podrá ejecutarse respetando al medio ambiente.

    Ahora mismo, otras mineras están extrayendo en Guatemala oro, y los trabajadores no han mejorado su nivel de vida, lo que cualquiera puede comprobar.

    Vamos por partes.

    El territorio centroamericano es de origen volcánico, por lo que la presencia de gases y minerales tóxicos, es patente – todos sabemos de la cantidad de personas que fallecen rápidamente al realizar excavaciones en razón de la presencia de metano y otros gases que son liberados en esas operaciones – , lo que se ve agravado por las neumoconiosis derivadas de la aspiración de los minerales asociados al oro, como el asbesto por ejemplo, lo que en el caso Guatemalteco ya degeneró en decenas de muertes por esta y otras causales asociadas a las labores mineras.

    ¿Y que si se ejecuta la labor con la debida protección?

    La protección a este nivel es pobre, lo que la evidencia demuestra, pero además se ve agravado porque las mineras brindan una muy elemental protección y menor educación a sus operarios.

    Esto se ve agravado por la masiva contaminación que ello supondrá para las fuentes freáticas, que eventualmente por la orografía territorial, simplemente alcanzarán al Lempa, y de ahí a nosotros.

    ¿Y qué del oro sustraído?

    Los estudios apuntan a que son alrededor de 50 millones de onzas de oro las que se esperan recuperar, pero estas no se quedarán en el país.

    Son lo que buscan las mineras, son lo que se llevarán para su particular provecho, dejándonos enfermedades, contaminación y mucha más pobreza.

    ¿Es que acaso no habrá beneficiados?

    La experiencia global nos enseña que solo el ilegal ejecutivo y su círculo cercano serán los beneficiados, sumándole inmediatamente a lo que ya saquearon, permitiéndo marcharse a un lugar seguro y libre de los males ambientales que se desatarán.

    ¿Vale la pena?

    *Educador salvadoreño

  • Desapariciones forzadas de ciudadanos y la responsabilidad estatal

    Desapariciones forzadas de ciudadanos y la responsabilidad estatal

    Mientras el ilegal régimen gobernante de El Salvador por intermedio de su delegado presidencial para los DDHH, asegura que no hay desapariciones forzadas de ciudadanos, la propia FGR reconoce en este preciso momento hay 480 casos en activo [fgr.gov.sv], de personas que han sido privadas de su libertad y desaparecidas.


    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


    Esas desapariciones son atribuidas por la FGR a diversas causales, que van desde el actuar de las pandillas, el hampa, el narcotráfico y el sicariato.

    Como sea, el hecho de no reconocer el fenómeno de las desapariciones forzadas por parte del régimen está dirigido a legitimar su ilegal política de seguridad territorial, la cual se sustenta sobre todo mediáticamente, porque los hechos demuestran patentemente, que la tal seguridad es solo aparente, y pareciera más bien responder a otro arreglo entre el régimen ilegal y sus aliadas las pandillas.

    Esto porque los privilegios se continúan para estas, liberando a su liderazgo, sin recuperación de ningún armamento que estas, sin presentar ante los tribunales a los responsables de la matanza que diera origen al estado de excepción, con un CECOT libre de violencia contra las pandillas, mientras en el resto del sistema carcelario, particularmente aquella con población fehacientemente inocente de todo delito y detenida arbitrariamente, esta es objeto de toda suerte de malicias, vejaciones y violencia por parte de los agentes estatales, que llegan incluso a la tortura y el asesinato de estos, lo que esta fehacientemente demostrado.

    Esto debiera añadir entre los responsables de ejecutar esas desapariciones, de la FGR, al propio estado, cuyos agentes son los responsables específicos, señalados también por el alto comisionado de DDHH de las UN, de esos asesinatos en las cárceles.

    Empero, también la oficina de la FGR bajo la dirección de un acólito de la presidencia, plantea un desafío al desmontaje del delito de las desapariciones forzadas, porque también éste, a pesar de la creciente e innegable evidencia que su oficina reúne y reconoce, lo desconoce sin más como además las tortura cometidas por agentes estatales en las cárceles, o los asesinatos ejecutados en las mismas, que tanto MOVIR como CRISTOSAL han demostrado se cometieran contra hasta un 97% de detenidos sin vínculos de ningún tipo con pandillas y el crimen en general, lo que crasamente se corresponde a una política de terror dependiente de la ilegal presidencia del país.

    Aunque en el presente momento se reconoce una cifra que ronda los 320 asesinatos de este tipo, la cifra real podría girar en torno a los 1300, correspondientes a aquellos asesinatos cuyas familias se niegan a iniciar los debidos procesos legales contra del estado y sus agentes, por temor a las repercusiones, abandonando a la impunidad el asesinato de sus deudos.

    Entonces, el clima de impunidad generado por la inacción del régimen, ha dado pie al establecimiento de una cultura del crimen encubierto dependiente de éste, que sigue confiando en su impunidad que cree asegurada con su permanencia en el poder.

    Que no podrá mantener por siempre.

    *Educador salvadoreño

  • Gobierno al fin acepta  que negoció con pandillas

    Gobierno al fin acepta que negoció con pandillas

    La degenerada corruptela practicada por el régimen, de sobra conocida dentro y fuera del país, ha dado paso a otro hecho grave: la aceptación de tratos entre el régimen y las pandillas.


    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


    En reciente visita a Costa Rica realizada por el ilegal ejecutivo, padeció una afrentado al no ser recibido por los presidentes de los órganos legislativos y judicial de aquel país, quienes no vieron obligatorio el recibirlo oficialmente, pues no se trata de un presidente legítimo, dando paso a una serie de curiosas entrevistas, poco difundidas en nuestros lares por precisamente el menosprecio hacia el pueblo, que está clasificado de acuerdo a sus cánones, a su altura ni con la dignidad para escuchar la admisión de las faltas presidenciales, reservadas solo para su círculo como para aquellos que ostentan la debida hidalguía y dignidad.

    Después de divagar sobre la importancia del diálogo entre gobernados y gobernantes – de ahí la curiosidad de la tal entrevista, pues a éste como a todos los funcionarios irregulares el diálogo le viene a menos – , comenzó ya entrado en confianza, a dejar entrever entre los asistentes, a los que criteriaba como pertinentes, con el tal derecho por ser caucásicos, altos, barbados, y según él, sus iguales, de escuchar su grandilocuente delación de logros, que entre otros implicó poner a su disposición a las pandillas, que siempre negó.

    En teoría del delito a esto se denomina Zaffaroni, y supone un arreglo entre un funcionario o funcionarios, y un delincuente, o delincuentes, para beneficiar al primero, y con prebendas para los segundos.

    Ahora mismo se difunde como el gran logro de esta administración, el supuestamente haber sometido a las pandillas, mientras apenas el sábado 16 pasado el presidente de la asamblea, también del oficialismo, se enredaba explicando porque no se fundarán más escuelas, “…pues los palabreros esperan en la calle a los alumnos para enrolarlos…, ¿para qué entonces fundar más escuelas?”, que además de ser un tácito reconocimiento de que siguen operando, por extensión implica que la reducción de su accionar está ya pactada, para privilegiarse en el CECOT donde no serán violentados ni torturados de ser capturados.Una ganga ¿verdad? Ahora bien, la cuestión no es si hubo o no negociaciones con las pandillas, todos sabemos que las hubo, la cuestión es cuántas vidas inocentes supuso como cual fuera el coste de tales arreglos.

    Es decir; la admisión de esa colusión entre el régimen y el crimen organizado debe dar paso a debidos procesos judiciales que determinen que culpa y en qué grado, los funcionarios del régimen detentan, así como establecer la ruta punitiva contra estos, para fincar con el proceso resultante, el precedente judicial que inhiba nuevos arreglos entre funcionarios de cualquier nivel y el delito organizado.

    Dicho de otro modo, recuperar por la vía jurídica e institucional la confianza del soberano junto al respeto a la misma. Pues un mínimo de institucionalidad, inexistente ahora, es vital para que el estado salvadoreño, viva.

    *Educador salvadoreño

  • ¿Operación gladio en El Salvador?

    ¿Operación gladio en El Salvador?

    La derecha y, especialmente, la ultraderecha tiene en las operaciones de falsa bandera una salida cuando están en una situación difícil o cuando buscan justificar una acción criminal que no pueden explicar de ninguna manera y necesitan con urgencia legitimar ante las masas incautas o estupidizadas.


    Por: Miguel Blandino


    [dropcap]S[/dropcap] on acciones secretas coordinadas entre el empresariado, el gobierno y la prensa. Los objetivos de la operación de falsa bandera son fundamentalmente de tipo económico, poder político y militar.

    Son acciones espectaculares que provocan la muerte de multitudes y su impacto es magnificado por una campaña de prensa. La fuerte campaña de propaganda es la que permite provocar a la ciudadanía para que exija a los políticos una respuesta rápida mediante la aprobación de decretos de emergencia que ponen al Estado en pie de guerra, ya sea en el orden interno, o en el campo internacional.

    Por ejemplo, la explosión del USS Maine de la armada estadounidense en el puerto de La Habana, en la que murieron la mayoría (75%) de los soldados que estaban a bordo al amanecer del 15 de febrero de 1898. La prensa de mayor incidencia y cobertura en los Estados Unidos, tanto la que representa al Partido Republicano como al Demócrata, actuó bien sincronizada y con una perfecta coincidencia.

    Las voces más potentes como Joe Pulitzer y William Hearst, superaron sus contradicciones y dijeron al unísono “¡fue España!” Ambos lanzaron la consigna “Remember the Maine, to Hell with Spain!” (Recuerden el Maine, ¡Al infierno con España!)

    Como consecuencia de la presión social el Congreso autorizó la invasión militar de Cuba.

    En esa hora Cuba estaba en medio de una guerra interna en la que los patriotas luchaban contra el ejército de la corona española para conseguir la independencia nacional.

    A los Estados Unidos no les interesaba la independencia de Cuba, porque esa isla es la puerta de entrada al Mar Caribe. Querían lograr el control que había estado por siglos en las manos de España.

    Mataron a sus soldados para que el pueblo horrorizado exigiera a los políticos la declaración de guerra contra España. El resultado de esa guerra fue la expulsión de los ibéricos y el control político militar de la isla.

    Exactamente lo mismo hicieron los dueños del poder en los Estados Unidos cuando permitieron que Japón atacara las bases de la marina armada en Pearl Harbor y ese pretexto fue suficiente para declararle la guerra al imperio nipón y entrar a la Segunda Guerra Mundial.

    Y, ni más ni menos, eso hicieron en el Puerto de Tonkin entre el 31 de julio y el 4 de agosto de 1964, cuando los Estados Unidos se involucraron en la guerra de Vietnam argumentando que tres lanchas de Vietnam del Norte habían atacado a los navíos estadounidenses. Eso fue suficiente para que el Congreso aprobara pasar de un pequeño número de asesores militares en Vietnam del Sur a 60 mil soldados y de ahí a más de medio millón en poco tiempo.

    Todavía más, en Siria una organización no gubernamental -creada por la inteligencia británica-que se disfraza de personal médico voluntario, y que usan el nombre de “cascos blancos”, filmaron una dramatización en un hospital fingiendo estar dando atención a civiles que habían sido atacados con bombas de gases tóxicos.

    La difusión del video en diarios, redes sociales y noticieros de radio y televisión tenía la finalidad de crear la imagen del presidente constitucional del país como criminal de guerra.

    Exactamente igual que las armas de destrucción masiva que nunca se existieron en Irak, pero que facilitó la invasión militar gringa y el asesinato de los líderes.

    Igual hicieron en Libia y en tantas otras partes.

    En ningún caso se realizan investigaciones, solo se reacciona al acto y, después de logrado el objetivo, por ejemplo, apoderarse del petróleo o invadir el país para convertirlo en peón para amenazar a una potencia enemiga (URSS, China, etc.), tras los hechos consumados, pues, ya a nadie le importa hacer preguntas y la falsa bandera queda en el olvido.

    Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos y sus aliados británicos diseñaron un plan para ejecutar en toda Europa, tanto la que estaba bajo su control y, sobre todo, la que quedó bajo la influencia soviética. Consistía en crear y mantener el financiamiento de equipos secretos, constituidos por ex fascistas o exnazis, para realizar todo tipo de sabotajes, propaganda, contra propaganda, espionaje y otras acciones que redujeran o anularan el avance del comunismo. La secretividad tenía que ser total para evitar que la sociedad pudiera identificar los grupos y su actividad y relacionarlas con los servicios secretos occidentales.

    Efectivamente, detrás de las fronteras de los países que formaron el campo socialista hubo grupos secretos de colaboradores de los nazis que se mantuvieron organizados y operando, y recibieron dinero a través de las embajadas estadounidense y británica.

    Pero también en los países bajo influencia estadounidense los partidos nacional socialistas, aunque legalmente proscritos y suspendidos para participar electoralmente, seguían organizados y realizando sus misiones de propaganda o de terrorismo.

    El 12 de diciembre de 1969 realizaron un atentado en el Banco Nacional de la Agricultura en Milán, Italia, el Atentado de Piazza Fontana, en el que sujetos desconocidos detonaron una carga de dinamita que mató a diecisiete inocentes e hirió a unos noventa. De inmediato el Estado italiano señaló a los anarquistas como culpables de la acción terrorista y capturaron por centenares a militantes de izquierda, anarquistas y comunistas, en especial. Otros atentados con bombas en Milán y Roma ocurrieron el mismo día y más artefactos explosivos fueron descubiertos por la policía en diferentes lugares.

    El líder ferroviario anarquista, Giuseppe Pinelli, dirigente de los anarquistas fue uno de los primeros detenidos.

    Poco después, durante los interrogatorios, y, obviamente bajo la custodia de agentes del Estado, Pinelli se escapó y se lanzó desde el cuarto piso del edificio de la policía, según el comunicado de prensa.

    Comenzaron las décadas de plomo o años de plomo, desde 1970 hasta finales de los ochenta.

    El objetivo era frenar y pulverizar el avance de los partidos y organizaciones de izquierda que a finales de la década de 1960 estaban muy cerca de alcanzar el poder.

    Las investigaciones iniciadas en 1990 revelaron la verdad, pero los jerarcas occidentales que dieron las órdenes nunca fueron llevados a los tribunales.

    Esos atentados en Italia eran la materialización del plan de las fuerzas armadas e inteligencia de la Organización de Defensa de la Unión Occidental, o Pacto de Bruselas (posteriormente OTAN), que se denominó Gladio. Está claro por qué nadie fue llevado ante los jueces.

    Genéricamente se les dice operación gladio a todas esas acciones terroristas de falsa bandera en las que grupos criminales colaboradores del gobierno realizan atentados que siembran el terror y provocan reacciones de odio contra todo aquel que el gobierno señala como culpable. El objetivo siempre es político. El ganador siempre es el gobierno terrorista de los ricos. Los muertos siempre son los pobres. Y la meta invariable es la destrucción de la oposición política e impedir su reorganización y recuperación con el pretexto de que es una amenaza que obstaculiza el progreso y siembra el desorden.

    ¿Existe alguna similitud entre el concepto de la Operación Gladio con aquella matanza que dio origen al estado de excepción que rige desde hace dos años y medio en El Salvador?

    ¿Quién ganó con la matanza de ochenta inocentes pobres? ¿Quién perdió?

  • Retorno de Trump Nerviosismo en Bukele

    Retorno de Trump Nerviosismo en Bukele

    Los resultados de las elecciones en Estados Unidos pueden gustar o no, pero lo que no va a suceder es que sean algo inocuo. Todo lo contrario. Para el mundo lo que pase en los Estados Unidos de Norteamérica sigue siendo relevante, y será así hasta que su poder sea borrado de la historia.

    En el caso de América Latina, con sus poblaciones fascinadas por la pantallita de tiktok, las domesticadas por las iglesias y convencidas de que la política es sucia, los estadounidenses pueden dormir tranquilos porque no van a producirse cambios sustantivos.

    Hay suficientes Lulas, Boric en la izquierda y muchos más Milei, Rodrigo Chavez o Noboas en la derecha. Para los norteamericanos, América Latina pacifica no es un asunto de sus relaciones internacionales sino uno de tipo doméstico, “hemisférico”, le dicen eufemísticamente.

    Por eso usaron a Lula para tener a Venezuela fuera de los BRICS. Por eso a Evo lo acribillaron ¿por órdenes del camarada Arce? Por eso a Correa lo traicionó un camarada llamado Lenin. En El Salvador, por eso mismo, al FMLN lo traicionaron sus propios dirigentes dejando que creciera en su interior un lobo que se los comió vivos.

    No así en el resto del mundo. Esa es tierra de conquista. Es territorio de expansión o de defensa de esos dominios de ultramar.

    Las manifestaciones de Tel Aviv para sacar a Netanyahu eran realmente a favor de Donald Trump; con ello la guerra va a quedar congelada. Lo siguiente va a ser el juicio político al corrupto mata niños.

    El otro que no va a poder dormir es el cómico Zelenski de Ucrania.

    Trump necesita frenar la guerra para concentrar el dinero en la recuperación de la economía interna. Los llamados “demócratas” y los llamados “republicanos” y sus guerras de conquista y la especulación financiera crearon una economía que fue en busca de mano de obra barata y empobreció a la gente real. Al llevar las empresas a China, obtuvieron enormes ganancias para sus dueños, desarrollaron a China y la prepararon para crecer. Hoy ya se ha convertido en una amenaza real. Trump quiere evitarlo, pero para eso primero ha intentado desde su anterior mandato que todas las empresas vuelvan al territorio nacional.

    Incluso las bravuconadas y el mostrarle los dientes a México tiene que ver con la pretensión de evitar la presencia de empresas chinas en su territorio. El “nearshoring” incluye a México.
    Pero hay un elemento del sistema de especulación financiera que conspira gravemente contra el fortalecimiento de la economía real: el capital del crimen organizado que se lava en los circuitos bancarios, aseguradoras, bolsa de valores y compite deslealmente contra las empresas reales que no tienen fuentes de financiamiento ilegales.

    Ese es el secreto del respaldo ciudadano a Trump. Es el mismo sentimiento fascista y nazi: el nacionalismo. El secreto de la popularidad de Perón o Mussolini no era su hermosura física sino que fueron capaces de revivir el orgullo de un pueblo humillado. Por eso, poner al país ante todo ha ganado respaldo masivo.

    Lo que es bueno para los Estados Unidos, sin embargo, es malo para el resto del mundo. Y, en algunos casos, puede ser malo para los proyectos personales de algunos tiránicos aprendices de reyes.
    Para Bukele, en esta esquinita del mundo, su única salvación será que Donald Trump escuche a Elon Musk, pero si el recién electo cumple su promesa de atacar al crimen organizado internacional, Bukele estará en reales problemas.

    Lo que preocupa en El Salvador es que Trump inició su campaña diciendo que Bukele es un mentiroso que dice que tiene un plan de seguridad eficaz pero en realidad lo que ha hecho es mandar a los criminales a los Estados Unidos.

    Y si Bukele se quiere entregar a China buscando protección la única riqueza que le puede dar es territorio para bases militares, porque no produce los alimentos que China necesita desesperadamente, ni metales o minerales o hidrocarburos o gas.

    El mercado salvadoreño es tan ínfimo que ni vale la pena comparado con la relación comercial que El Salvador tiene con los Estados Unidos. O sea, Bukele si o si tiene que seguir unido a los Estados Unidos e Israel, alejarse de China y rogar a Satanás para que Trump se olvide del problema de las drogas.

    Pero resulta que la Fuerza de Tarea Vulcano que Trump creó para investigar a las pandillas ya está dando resultados. El juicio contra los líderes de la Mara Salvatrucha solo se retrasó para esperar el resultado de las elecciones.

    América Latina va a seguir expulsando gente y El Salvador puede ser ofrecido nuevamente como “tercer país seguro” para recibir migrantes devueltos por los Estados Unidos mientras duran sus juicios. Pero Bukele necesita deshacerse de los pobres para pretender el milagro económico. De hecho, ya compró el terreno donde va a construir su primer palacio real.
    En Bukele hay nerviosismo. Está enredado como consecuencia de los resultados. Atrapado sin salida.

  • Despertar de la movilización social

    Despertar de la movilización social

    Estamos viviendo y presenciando el despertar del movimiento social en El salvador. Se está configurando y tomando fuerza una efervescencia social, y el síntoma de esa efervescencia social es que comienza a perderse el miedo.


    Por: Walter Raudales


    [dropcap]E[/dropcap] so es importante, porque en la lucha social, cuando la ciudadanía pasa del desencanto al repudio, es que la población se expresa de esa manera.

    En la lucha social hay tres procesos: el desencanto, el repudio y el desprecio. Para pasar del desencanto al repudio se necesita una toma de conciencia. Han surgido un par de eventos que han permitido que se comience a tomar conciencia.

    Mi lectura es que estamos entrando en un momento de efervescencia social porque la reacción de la clase gobernante es errática. Tú no puedes detener la movilización social, el desencanto y el repudio con represión de este tipo: despidiendo y golpeando el bolsillo de las personas, la intención es clara: generar miedo, pero frenas al que tiene plaza, pero a los miles de desempleados y a familiares de empleados públicos no, entonces se produce más gente protestando y movilizada.

    Lo que está sucediendo es una especie de despertar del movimiento social, de efervescencia social. El gobierno intentó desactivar la marcha, con sindicatos afines, pero no lo logró. La movilización es el camino que le queda a la gente y es como un grito fuerte ante el poder. Cuando tienes a la gente en las calles, exigiéndote, gritándote consignas eso genera una forma de poder ciudadano.

    Ese despertar de la gente en las calles no se había dado recientemente, luego de la toma de posesión en junio, no hubo ninguna expresión aparte de la del 15 de septiembre, que ya es casi tradicional. Es aplaudible esta marcha del 19 de octubre de 2024, en donde se marchó contra la injusticia, contra la corrupción y degradación de la sociedad salvadoreña.

    La reacción del gobierno, despidiendo a empleados públicos que participaron en la marcha, es errática porque produce mayor movilización social y mayor desencanto aparte de que están violando dos derechos constitucionales: el de la libre expresión y el derecho al trabajo.

    De cara al movimiento social es el momento de la solidaridad de toda la sociedad. El problema no es el escalafón sino un presupuesto injusto porque genera pobreza y muerte. Los líderes sindicales tienen que trascender, tienen que pensar como país, no sólo como tu gremio. No sólo pensar en reivindicaciones estomacales. La lucha social no tiene que ser tan individual, las cosas no son tan estomacales, lo que me pasa a mí y el resto me vale. Tenemos que ir al tronco y no andarnos por las ramas. El tronco es un país que va al precipicio en el montón de aristas.

    Tienes un presupuesto que le fracturas lo social, no solo es el escalafón, es que está evidente para quién está gobernando, y está gobernando para una élite económica y una clase social que no son los pobres.

    Para la marcha del 23 de noviembre próximo se ha dicho que será una marcha ya no por el escalafón, se le ha llamado “Marcha por la dignidad”, es una marcha que invita a todos los sectores. Dejó de ser gremial para convertirse en una movilización abierta.

    Acá encaja a la perfección la propuesta que venimos haciendo como Movimiento de Izquierda salvadoreño (MIS) de EL GRAN ENSAMBLE SOCIAL. Creemos que esta efervescencia que está naciendo se está convirtiendo en una crisis social. La movilización va a ir creciendo porque lo que se logra intuir de la reacción gubernamental es que quiere detener el desencanto y el repudio con represión, con destitución.

    De estos acontecimientos originados por la movilización tenemos que quedarnos con las siguientes lecciones:
    – El miedo está desapareciendo.
    – Hay una efervescencia social y toma de conciencia, y
    – Es el momento de construir ese gran ensamble social.

    La gente tiene que tener claro que sí hay camino, que hay esperanza y que es la movilización social para construir algo nuevo en donde desaparezca la corrupción donde ya no haya mentira.

  • Los despidos y detenciones injustificadas

    Los despidos y detenciones injustificadas

    El pasado sábado 19, el pueblo marchó para denunciar la ilegalidad del régimen, además de para demostrar el nulo respaldo político a éste, reduciendo a éste a las cuerdas, acorralándolo, respondiendo como solo lo saben hacer los desesperados: irracionalmente.


    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


    [dropcap]Y[/dropcap] es que, al despido injustificado de varias decenas de docentes, como otros tantos trabajadores de salud, le ha seguido la captura y encarcelamiento injustificado de doña Cristina González de Martínez, enfermera del hospital Zacamil.

    Completamente injustificado en razón de que en ninguno de los casos referidos ha habido abandono de labores, y en todo caso, cuando necesitaron hacerlo, cursaron el debido permiso a su respectiva unidad laboral, lo que está debidamente contemplado por la ley.

    Tal ha sido el descaro y cinismo para ejecutar estas arbitrariedades, que cuando se les consultó a los ejecutores por la razón tras el despido para los que así lo han sido, alegaron desconocerlo.

    En el caso de doña Cristina ha sido igual, pues la detención no obedece a ninguna irregularidad cometida por esta, sino al hecho de haber asistido a la referida marcha.

    En este punto debemos todos realizar un breve examen, pues la historia nos enseña, y nuestra experiencia como pueblo también, que los regímenes autoritarios e ilegales que hemos padecido, precisamente por ser ilegítimos, se ven urgidos para instalarse positivamente en el imaginario al populismo, entregando a la población pequeñas regalías, como las canastas, además de la aparente seguridad que supuestamente gozamos.

    Supuestamente porque la tal es irreal, además de también arbitraria, pues si bien la referencia pública de los asesinatos que, por el hampa, el narco y las pandillas padecimos, ahora se ocultan tras la cooptación de la mediática que domina el espacio hertziano en el país, podremos sin duda descubrirla si sabemos dónde buscar.

    Así si accedemos a la página de la FGR o de la PNC, instituciones que dicho sea de paso están siendo castradas por el régimen al someterlas a un creciente recorte de recursos para su funcionamiento efectivo, mientras en cambio se favorece a la FAES para así legitimarla a pesar de su responsabilidad en multitud de crímenes no resueltos, podremos descubrir cómo tanto los secuestros como las desapariciones han aumentado, y el estado por lo arriba apuntado carece de una apuesta efectiva para resolverlo.

    El paralelo, pues recordemos que este régimen carece de identidad propia y es apenas un reflejo, una vulgar copia de otro de nuestro pasado, lo encontramos en el Martinato, del que la mayoría de nuestros abuelos expresan fuera un “gobierno arrecho pues reinó la seguridad y el delito estaba exiliado porque eran los milicos los que gobernaron”, supuesto que se cae por propio peso cuando revisamos las delaciones en los periódicos de la época, donde lo que dominó por precisamente la impunidad imperante, era el propio delito.

    Como ahora.

    No es casual que en el CECOT no haya muertes ni torturas, y si por regla la represión a la población que aún duerme.

    ¿Hasta cuándo?

    *Educador salvadoreño

  • Multitudinaria marcha blanca y el quiebre de la unidad sindical

    Multitudinaria marcha blanca y el quiebre de la unidad sindical

    El pasado sábado 19 las calles de San Salvador se vieron de nuevo anegadas por el pueblo, que, reunido en torno a representaciones sindicales, espetaron al régimen su rechazo por todas las irregularidades que promueve.


    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


    [dropcap]S[/dropcap] i bien esta marcha fue para promover el debate que supone desfinanciar a salud en el siguiente ejercicio presupuestario como propone el régimen, no solo este sector estuvo representado, también otros, producto de la unidad intersectorial en defensa de los intereses populares.

    Sin embargo, una de esas representaciones, que previamente había asegurado su participación como unidad intergremial, fue la docente, quebrándola a horas de iniciarse la marcha.

    La noche anterior al evento, las gremiales magisteriales a excepción del Frente Magisterial, retiraron su apoyo a esta gesta y no asistieron.

    El sector magisterial debemos señalar, se caracterizó hasta los 90´s, por mantener una sola representatividad sindical, lo que le asegurara una fortaleza incontestable de frente al poder militar dominante de la época, y que tradujo para el magisterio como sector, progresos incontestables que marcaran el final de su época de oro, y que concluyó cuando los representantes gremiales de sector se vendieron, también al gremio, con arreglos bajo la mesa, en el gobierno de otro corrupto, Francisco Flores.

    El coste que supuso para el sector aquellas coimas, fue además de la pérdida de unidad que antes ostentó, por extensión de una serie de retrocesos para este, entre las cuales destaca su sujeción a las afp´s.

    Un poco de historia.

    Hasta los 80’s, ser educador suponía pasar por las Normales de Educadores, escuelas donde se forjó a generaciones de docentes caracterizados por su entrega y vocación.

    Esos fueron los días dorados para la educación salvadoreña, que generará un prestigio no igualado desde entonces, y que todo bachiller de la época puede confirmar, pues era reconocido también en otras latitudes, entre las que podemos señalar Norte América y la península ibérica.

    Sin embargo, aquello no fue acompañado con elementos como la seguridad laboral o el sistema de seguridad social y en salud, que se conquistaron finalmente no sin graves sacrificios, pues fueron muchos los docentes que fueran martirizados por los regímenes militares y civiles de derecha, para alcanzarlos.

    tristemente, a pesar de los logros que siempre supuso la unidad para la historia magisterial, al perderla el sector docente ha sido reducido por la mediocridad formativa, anulada su inferencia pública, limitándole a apenas ser operario de esas maquilas, las escuelas y colegios, donde el ejercicio pedagógico se limita a una elemental memorización sin interpretación y consecuente comprensión, promoviendo desde esta misma y para el beneficio de las élites gobernantes, generaciones de analfabetas cognitivos, con habilidades y capacidades castradas o reducidas a meras ludopatías, para así fortalecer el modelo represor que se nos ha impuesto.

    Así, los que abandonaron esta gesta no solo dejaron una marcha, abandonan a nuestro pueblo al que se deben, colocándose ante la historia en el papel de vulgares mercenarios.

    Indigno.

    *Educador salvadoreño

  • Los asesinatos del régimen

    Los asesinatos del régimen

    En reciente entrevista en una radio de la capital, Socorro Jurídico Humanitario hizo público los delitos que ha encontrado al investigar el sistema judicial del país, confirmando los desmanes, abusos y crímenes cometidos por agentes estatales dentro del sistema penal.


    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


    [dropcap]U[/dropcap] n hecho que se desprende, es el que no es a la población pandilleril a la que se la somete a estos abusos, sino a la población general.

    Uno de los casos más recientes de los «Crímenes del régimen», y que ha conmocionado a la sociedad salvadoreña, es la muerte, a 12 DÍAS DE SER LIBERADO DEL PENAL DE MARIONA, de José Saúl Castillo Alberto, quien falleció el 13 de octubre 2024, él estuvo preso por casi 2 años acusado por agrupaciones ilícitas y liberado el 01 de octubre 2024 al comprobar su inocencia; era originario del Puerto La Libertad. Sus parientes y vecinos están consternados por la condición de desnutrición severa de cómo lo liberaron. Fue detenido por policías para cumplir cuotas impuestas. Era empleado del MOP. Los crímenes están sucediendo ante nuestros ojos. ¡Cuánto dolor! Nos debe conmover y provoca y convocarnos a decir: «BASTA YA»

    El ilegítimo gobierno alega haber detenido hasta 80,000 personas, lo que no puede ser constatado por el mismo estado jurídico al que se nos somete, pero que implica la detención arbitraria de hasta 35,000 ciudadanos, a los que se les contiene por razones político ilegales, cuando por otro lado las condiciones estructurales que dan vida a esa violencia, han sido agravadas por precisamente el actuar del régimen.

    Consideremos para entenderlo el cálculo que el oficialismo hace en torno a los costes humanos, asegurando que la violencia implementada por las pandillas ha supuesto el asesinato de hasta 70,000 salvadoreños desde que se firmaran los acuerdos de paz, sin respaldarlo en datos de ML o del SJ, sino calculándolo a partir del promedio de asesinatos diarios que en su peor momento cometieran estas estructuras criminales.

    Por otro lado, al realizar estos señalamientos, el ilegítimo ejecutivo no consideró la responsabilidad del propio estado en la generación de esa violencia, donde por ejemplo, la impunidad promueve la violencia social, excluyendo, marginando y expoliando a las mayorías al negarles lo más elemental a estas, mientras el completo estado sirve al propósito de enriquecer gratuitamente a las élites, es decir el 0,2% del total de la población, y de los que solo el 0,00002% son los beneficiarios universales en el actual régimen de acuerdo a la banca multilateral.

    Entonces, ¿Qué supone para todos, esos asesinatos en los centros penales?

    Revisando los datos de esas personas asesinadas – asesinadas porque presentan evidencia irrefutable de violencia en contra de sus personas que derivara en sus muertes, implicando la participación directa de agentes del estado, para el caso, los custodios mismos que los gestionaron dentro de los centros penales – hasta el 92% de ellas no tuvieron nunca antecedentes que los ligaran a delitos o al actuar pandilleril, haciendo de su detención una irregular e ilegal, al igual que su mantenimiento en el centro penal donde finalmente fueron asesinados, por lo que solo puede ser considerado como crímenes de lesa humanidad por parte del régimen y sus agentes.

    Crímenes que, al ser definidos apropiadamente, no prescribirán y por los que deberán dar cuentas eventualmente.

    Si bien es más fácil volver la vista para no implicarnos, eso solo agravará para todos nosotros la condición de cómplices, que nos etiquetará siempre.

    En circunstancias como estas, la mayoría tratará de sobrevivir, lo que es comprensible, pero eso solo nos reduce al papel de cómplices por omisión, que, cerrando los ojos, solo funcionará hasta que llegue nuestro turno.

    Porque también los otros cerrarán los ojos.

    Entonces solo podremos tener más y peores crímenes.

    *Educador salvadoreño.

  • Caímos al abismo. Recortes al presupuesto social

    Caímos al abismo. Recortes al presupuesto social

    Mientras el ilegal ejecutivo nos presentó en las NU a donde asistiera para en discurso abierto, presentar el informe por su gestión, planteó su éxito en la construcción, solo suya, del estado exitoso que es ahora nuestro país, un seguro faro de prosperidad, señalando además cómo el mundo se hunde.


    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


    [dropcap]E[/dropcap] ntretanto, puertas adentro continúa su ofensiva aporofóbica, recortando los recursos destinados a salud pública, educación y todo lo social.

    Así, el arquetipo del nuevo gobernante libertario, enseña al mundo, según él, que se debe hacer para lograr el éxito.

    Este parte de una sobredimensionada partida dedicada a comunicaciones de la presidencia, la mayor en términos porcentuales del presupuesto, que se dedica por entero a eso, comunicar.

    Comunica los logros presidenciales, y, nada más.

    Esa labor consume ingentes recursos económicos del estado salvadoreño, concretamente para 2025, $139,667,868.00, $27,6 millones más que en el presente ciclo financiero [DEM], mientras en cambio, juventudes, medio ambiente, salud y educación tendrán graves recortes.

    En el caso que nos ocupa, en concreto, el presupuesto para educación será el más bajo desde 2020, con un recorte de $34,709,893.00 millones [LPG], lo que ya trae consecuencias plausibles.

    El pasado 3 de octubre, se hizo público el próximo cierre de una escuela, la República de Argentina, en el centro capitalino, para después ser demolida.

    Este no es un caso aislado, pues además el cierre no supone su reapertura en nueva locación, sino sólo la indicación a los educandos para que sus familias se preparen a reubicarlos en otras infraestructuras educativas de las inmediaciones, así como a los docentes.

    Esto se corresponde con el creciente descuido que de la infraestructura escolar nacional el régimen que ocupa ilegalmente el ejecutivo, ha decidido abandonar.

    Decidió abandonar porque una población educada no es de su interés, y porque su intención es quedarse en el poder durante todo el tiempo posible, intentando fundar una nueva dinastía en el poder.

    Y toda dinastía tras el poder, lo hace por dinero.

    El interés último de las dinastías siempre fue la acumulación ilegal de riquezas, al coste que sea, por lo que su primero objetivo es la infraestructura que permite la legalidad, la que desmonta sistémicamente.

    El segundo objetivo es el de reescribir la historia, adecuándola a sus intereses, pero indistintamente cortándole la inversión estatal.

    El propósito es dual, pues por un lado pauperiza a las clases menos pudientes, mientras promueve a las élites que conforman sus aliados.

    En esto es fundamental el papel que cumple el soporte espiritual, las iglesias de corte fundamentalista y conservadora, las pentecostalistas, intolerantes por definición, aliadas naturales del conservadurismo por antonomasia.

    Acá hacen su papel los recortes  en lo social y en especial al rubro de educación, pues con menos recursos, hay menores posibilidades de poner con los desafíos de la modernidad, a tono a la población de educación pública, dejándola a la saga de cualquier progreso, como desconectada de su realidad. Asegurando desde el Estado, su exclusión sin que la mayoría excluida entienda al menos por qué se empobreció. De esta forma caímos en el abismo.

    *Educador salvadoreño

  • Tierra, techo y trabajo

    Tierra, techo y trabajo

    Esa relación dialéctica habida entre los dueños de la propiedad y los desheredados, es una pugna histórica que establece la constancia de la lucha de clases.


    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


    [dropcap]L[/dropcap] a nuestra es una sociedad por completo desheredada, sobre todo del saber, en la que podemos encontrarnos sin asombrarnos, que los más jóvenes creen que, por ejemplo, el pasado conflicto no pasó, que es una suerte de cuento.

    La memoria es así, se refrenda en su repaso, en un continuo examen de ella, y cuando no se hace, simplemente se pierde.

    Somos entonces, un pueblo al que se lo ha desmemoriado, objeto de una revisión negativa de la misma, dejándolo sin pasado.

    Y sin identidad.

    ¿Sin identidad?

    Por supuesto que tenemos lo que se puede denominar, una identidad, pero es tan permeable, que, una vez expuestos a influencia externas, la mayoría la olvidamos abrazando a aquella para adaptarnos, lo que podemos apreciar en expresiones vocales tales como el consabido “Oh”, o la reproducción de conductas que rechazan lo propio en favor de aquello.

    Entonces, ¿Por qué esa exposición?

    Simplemente porque en nuestro medio no existen las condiciones para una vida digna, lo que ha promovido la expulsión de hasta la mitad de nuestra población que así puede forjarse mediante su trabajo, que acá le es negado, condiciones de vida cercanas a lo que denominamos dignas.

    Entonces buscan y construyen afuera, lo que aquí no pueden construir.

    La clave es su trabajo.

    La población entonces, en un rango que supera el 99%, no puede acceder a fuentes de empleo que les permitan construir su proyecto de vida aquí, porque carecen de las conexiones para colocarse laboralmente, lo que les obliga a padecer el exilio mediando la migración ilegal en su mayoría, a otros países, EEUU principalmente, donde algunos finalmente pueden ubicarse laboralmente, para así poder financiar la construcción de una vida acá.

    Y por extensión financiar al fracasado modelo económico que los expulsa, por intermedio de sus remesas.

    Así, las carencias estructurales que lo expulsaron, de nuevo lo someten a otro expolio, dirigido a sustentar precisamente el esquema de desigualdades e inequidad que lo echaron de nuestro terruño, fuera de los suyo, para favorecer a aquellos que lo echaron, algo que no logra conectar.

    Entonces, a la negación de su ser, le sigue la instrumentalización de ese ser, lo que tampoco logra comprender, asistiendo sin opción, pues no tiene más camino.

    Alguien afirmó en un foro, “somos muchos”, legitimando lo descrito arriba, pero el hecho es que son pocos, muy pocos, los que se quedan con todo.

    De ningún modo se trata de regalar nada, sino de construir las condiciones que admitan que las personas, indistintamente su origen, puedan acceder mediante su trabajo, a cosas tan simples como lo son un hogar, educación, salud, seguridad, que por ahora solo son para la élite.

    Al apropiarse del todo, esa élite agudiza las condiciones de desigualdad que más temprano que tarde, los echará.

    Entonces será posible construir un estado de todos y para todos.

    *Educador salvadoreño

  • Esa responsabilidad colectiva

    Esa responsabilidad colectiva

    Las condiciones que en general las sociedades atraviesan son consecuentes con causas tanto endógenas como exógenas, sobre las cuales en lo que toca a las primeras, son enteramente responsabilidad de las propias sociedades.


    Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


    [dropcap]¿[/dropcap] Cómo? Las nuestras son democracias representativas, lo que supone nuestra renuncia voluntaria como ciudadanía a gobernarnos, en favor de los partidos políticos.

    ¿Mmmm?  No. Ningún partido, ningún candidato están obligado legalmente a cumplir lo que han prometido si son elegidos electoralmente, y la ciudadanía carece por tanto de los recursos legales para así obligarlos; esto solo ha contribuido a que la población en general se hastía de la política tradicional, la cual es vista como corrupta en general, y es por extensión una de las razones que explotara a su favor en su momento, quién ahora nos gobierna ilegalmente.

    En esa línea y para corroborarlo, hagamos un ejercicio. ¿Has notado cuánto de lo prometido por los diferentes partidos en el poder han cumplido?, ¿Qué porcentaje? Examinemos los gobiernos de los últimos 35 años, comenzando por el desgobierno de arena, el cual detento el poder durante 20 años, sin hacer nada.

    No podemos señalar las obras de aquellos desgobiernos, pues no erigió ninguna, llegando al colmo y descaro de inaugurar obras inexistentes físicamente, o de entregar documentos de propiedad sin valor, además de desfalcar el total de los activos estatales, e imponer el reino de la corruptela y la impunidad a la nación.

    La gestión de izquierda por otro lado, se destacó por administrar bien la crisis que heredó, impulsando la generación de obras de utilidad pública, de conexión y desarrollo, que todavía se están inaugurando, y que de hecho se ha apropiado políticamente el actual régimen.

    Más allá de eso lamentablemente olvidó que por sobre quedar bien con los financistas extranjeros, se debió apostar al desarrollo social, a la gente, a generar empleos, a acabar con la cultura de la impunidad, del enriquecimiento ilícito, de cerrar los espacios a los oportunistas que reptaron en ambas gestiones de izquierda, y que ahora avergüenzan su ideario político.

    En lo tocante a la actual, pues, pues no ha hecho nada. Además de contraer una deuda que supera los 24 millardos de dólares, no reflejada en obras de infraestructura, desmonto la frágil institucionalidad tan difícilmente construida, haciendo del estado salvadoreño, un estado ausente, que ha abandonado a la población a una absoluta indefensión con precedentes solo en los desgobiernos militares.

    Por supuesto esto solo ha podido derivar en un cansancio político absoluto de parte de la población, que pudimos con crudeza apreciar en el pasado proceso electoral, al que apenas asistiera menos del 24% de la ciudadanía, en manifiesto repudio al absoluto grado de descomposición política al que hemos bajo la actual dirección llegado.

    Esto, si bien comprensible de parte de la población, es inaceptable, pues las soluciones no vendrán jamás de esta corrupta y degenerada dirección, sino solo de parte de la población, por lo que participar no es una opción, es un deber que deberemos cumplir.

    *Educador salvadoreño