Las reformas constitucionales que nos imponen

El pasado fraude electoral supuso para la República su finiquito, pues desmonta la legalidad y naturaliza la ilegalidad en el poder.


Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


Para legitimarse, al régimen le urge desmontar los remanentes de legalidad sustituyéndola por el mamotreto que realizaron, que responde a sus intereses legitimando de paso lo hecho hasta ahora.

Para poder adelantar tal vejamen el régimen se ha valido de 3 herramientas: mentiras, temor y el fraude mismo, montados mediante el ilegal estado de excepción, que ha instituido para nuestro pueblo, un virtual estado de terror.

El propósito ulterior es apropiarse de las riquezas del país, lo que podemos evidenciar al revisar el informe de OXFAM [2021], que establece como apenas 160 familias son las únicas beneficiadas de lo hecho por el régimen durante su gestión.

Dicho de otro modo, el quid acá es naturalizar este hecho formal, por intermedio del aparato político electoral, donde el primero lo legaliza mediante estas reformas adelantadas desde el legislativo, mientras los segundos pretenden por medio de esa vulgar campaña desinformativa, imponernos la narrativa de que los fraudulentos procesos electivos, de febrero y marzo, son legítimos, y en consecuencia legales, cuando en realidad conforman un descarnado fraude, sin precedentes en nuestra historia.

Ahora bien, lo que nos sucede no es casual, sino parte de una estrategia proyectada desde Washington para desarticular los proyectos progresistas latinoamericanos, que ya se replica en Argentina, Ecuador y en menor medida, Perú, y que supuso primero acceder al poder legalmente, estableciendo una serie de etapas para desmontar al estado de derecho, naturalizando este nuevo orden, desarraigando las instituciones en cada país, para sustituirlas por regímenes autoritarios e ilegal, ocultándose para gobernar por decreto, mediando instituciones vacías para salvar las apariencias, dirigidas a enriquecer a las oligarquías locales que se constituyen así como sus fieles valedores, respaldándose en los capitales trasnacionales y los EEUU, y siendo regentadas por el caudillo, carente de ningún escrúpulo y que en nuestro particular caso es el personaje camaleónico que nos mal gobierna y hala los hilos alineado con esos intereses, quién así podrá disponer de los recursos naturales y la riqueza sin mayor trámite en cada país sometido.

En esta ecuación los militares, a quienes Kissinger llamó “bestias de carga”, harán siempre el trabajo sucio, sumando más delitos a su ya larguísima lista impune, para garantizar su concreción y sin más recompensa que creer que son útiles.

Ello empero no es posible sin llevar al completo país al más insidioso estado de descomposición legal, por lo que las reformas con las que desmontaron nuestra Constitución, ilegales por completo pues están fuera de los tiempos establecidos por ley, adelantadas por una asamblea y un gobierno ilegítimos [Art.75 Cn], y violentan lo dictado por la sala sobre el tema, suponen para nosotros la ciudadanía el establecimiento tácito de un nuevo orden neoconservador y autoritario, basado en el desconocimiento del derecho ciudadano.

La clave, distraer a las masas con mises, luces y conciertos, con el circo más bullicioso. ¿Hasta cuándo?

*Educador salvadoreño

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