Modelo económico: clave para el desarrollo

El germen de nuestro modelo económico se estableció en el país desde su fundación, respaldado por la Constitución.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

Este se caracterizó entonces por estar sometido a la metrópoli, lo que nunca fue del agrado de los terratenientes.

El poder entonces estaba por completo centralizado, y en la práctica correspondiéndose con las condiciones dominantes, de rigor sometido a los poderes fácticos locales.

Así impera la corrupción originada en el mercantilismo y los intereses de clase, evidenciado crudamente en la ruptura que supuso la denomina independencia, con la que la oligarquía criolla confió aumentar su riqueza, mediante el comercio de materias primas promovido desde Inglaterra.

El gran talón de este modelo para el país es supeditarse a una apuesta en particular: el monocultivo.

Este es sustituido por el modelo de bienes y servicios en los 90’s, con su componente, la privatización de los activos estatales que, como parte del experimento económico iniciado con la caída de la Moneda, mediante una orgía de corrupción, EEUU impuso a la región, aliándose con las élites, a las que favorece mediante procesos de asignación truculentos, que derivó en nuevas cotas de enriquecimiento para estas.

El proceso descrito en estas pocas líneas es la constante que padecimos desde que la República se fundara, y que, además privara de sus derechos al soberano, para asegurar consecuentemente los privilegios de esa minoría.

Eso deriva en graves conflictos que se manifiestan en regulares alzamientos armados, en períodos cíclicos que van desde los 7 años (el primer alzamiento registrado en nuestra historia fue apenas 7 años luego de fundarse la República, a la que le siguiera 17 años después la de Anastasio Aquino, Historia de El Salvador, tomo II), hasta los 25 años, siendo indistintamente la exclusión y la marginación las causales, promovidas por la rapacidad de las élites, manifiesta en su desmedida ansia de riquezas, traduciéndose en la reducción del porcentaje de favorecidos por la introducción del neoliberalismo en los últimos 30 años, del 20% históricos a apenas el 0,8% de entre esas élites, de acuerdo al BM/FMI/BID.

Ahora bien, 200 años de historia republicana liberal no se tradujo en desarrollo para la población por precisamente la depredación cavernaria de parte de las élites, y que la orilla a emigrar ilegalmente a diferentes destinos: Guatemala, Honduras, Panamá, EEUU y Europa, para construir asumiendo el trabajo despreciado por sus locales, una vida.

Entonces, la evidencia y la historia demuestran que el modelo neoliberal que ha favorecido a las élites, no permitirá al país su desarrollo y sobrevivencia, sino otro que sea por definición incluyente, asegurando al soberano mediante su esfuerzo, acceso equitativo a esa riqueza, además de los demás fundamentales derechos de los que siempre se le ha privado.

Tal modelo debe ser construido considerando nuestra historia y aspiraciones, lo que será posible mediante un nuevo pacto social, participativo y verdaderamente democrático, respaldado por la voluntad soberana.

Otros nos enseñaron con su ejemplo como construirlo, y si pudieron y tuvieron éxito, también podremos en la unidad.

*Educador salvadoreño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: