Los escuadrones de la muerte 1

Siempre los oligarcas han hecho uso de Los Escuadrones de la Muerte, esta ha sido una práctica punitiva utilizada por los sucesivos gobiernos para silenciar opositores, expulsar a personas incomodas para los sucesivos regímenes dictatoriales que se han venido sucediendo en nuestro país. En tiempos de la dictadura militar se conocían como la mano blanca.

Por: Igor Iván Villalta Sorto*

A todo aquel que anduviese promoviendo la sindicalización de los trabajadores del campo o la ciudad, a los que conformaban parte de la oposición política, en una mañana cualquiera podía aparecer la mano blanca pintada en la pared de tu casa, señal inequívoca que estabas en la lista del Escuadrón de la Muerte. Por consiguiente, sus días estaban contados.

En la guerra civil que vivió nuestro país entre los años 70 y 90, los escuadrones de la muerte se convirtieron en una estrategia contrainsurgente para purgar a los mismos de siempre, los pobres y desheredados de la tierra y de los bienes materiales. La diferencia es que ahora se trataba de un plan de persecución, tortura, desaparición forzada y asesinato político de todo aquel que era catalogado por el régimen como comunista.

Necesariamente la población organizada en sindicatos o en organizaciones campesinas, que crecían en la medida que la crisis se agudizaba. En paralelo se conformaban grupos guerrilleros para la lucha armada. Los propagandistas del régimen promovían el odio, la descalificación de todo aquel que se atreviera a cuestionar el estado de cosas, del que se oponía a que sus hermanos fueran secuestrados y posteriormente asesinados por el régimen.

Inmediatamente eran etiquetados como comunistas, subversivos, que promovían ideologías exóticas ajenas a nuestro estado libre, democrático y republicado. Para la derecha, las pretensiones de los comunistas eran destruir la familia, quitarles las casas a los obreros, enviar a todos los niños a campos de concentración en donde serian educados por personas ajenas a ellos. Todos serían adoctrinados con los ideales comunistas, come niños, como Marx, Lenin y Fidel Castro.

Necesariamente Estados Unidos podía dar entrenamiento en desaparición forzada, técnicas de tortura, para ello contaba con personal muy bien entrenados como El Chele Medrano, y su alumno favorito, El Mayor Roberto d’Aubuisson que como todo el alumno salió superando al maestro. El valor de Roberto d’Aubuisson para la derecha salvadoreña es enorme debido a que pudo conjuntar a los diversos sectores y conformar un partido político, cuyo lema no oficial era “el mejor comunista; es el comunista muerto”.

Todavía entonan a todo pulmón, en su disminuido partido, frases como: “cuando en la amada patria extrañas voces se oyeron” las extrañas voces son las que hablan que como seres humanos tenemos derechos y estos deben ser respetados por el estado. Se lanzaron grandes campañas de desprestigio contra la prensa internacional, antes de ser desaparecidos, asesinados o torturados como: “periodista, entrega a tu país, no al nuestro” debe entenderse “nuestro” como el país de los ricos y poderosos, el país de los oligarcas.

Todo esto encaminado a justificar sus actos, erigiéndose como los salvadores de la patria. Otro de los grandes valores que deben reconocerle a d’Aubuisson es que se echó al hombro toda la podredumbre del régimen, siendo la cara visible de asesinatos, considerándose el artífice y fundador de los temibles Escuadrones de la Muerte. Pero la realidad era otra, no existía una sola estructura de exterminio, eran muchas que se conformaban con fanáticos civiles de ultraderecha que se agrupaban para patrullar y asesinar a personas que por información obtenida de la red de soplones que en el lenguaje popular son conocidos como “orejas”.

Otros grupos lo conformaban militares en retiro o activos de los “cuerpos de seguridad” o del ejército. Uno de los casos más sonados en donde fueron capturados guardias nacionales en sus actividades como escuadrones de la muerte, fue el caso de las monjas violadas y luego asesinadas, en donde el Embajador de los Estados Unidos, Robert White, acudió a la exhumación de los cadáveres y se arrodillo ante ellos.

Al terminar su trabajo como embajador en El Salvador, se convirtió en un gran activista político en contra de la guerra en el país, refiriéndose a d’Aubuisson como asesino patológico. Estos casos dolorosos y en extremo crueles nos debe llegar a reflexionar sobre si no estamos corriendo el mismo camino de tener un ejército represivo que vulnere los derechos humanos de la población. Que si los mismos de siempre observan los acontecimientos como animal sediento de sangre que observa a sus posibles víctimas escondido entre malezas, esperando el momento propicio para dar el zarpazo.

Posterior a los acuerdos de paz, el periodista Jorge Gestoso, entrevistando a Alfredo Cristiani, al finalizar su periodo, le preguntó: cuál era la razón de que ningún miembro de los Escuadrones de la Muerte había sido juzgado. Claro Cristiani se sintió ofendido, debido a ningún periodista local se atrevería a hacer semejante pregunta sin temer consecuencias. Así como Cristiani se ofendió por la pregunta también los sectores de derecha protestaron airadamente, por el hecho de que el periodista era extranjero, por lo tanto, no sabía lo que sucedía en nuestro país, lo mismo que reclaman los seguidores de Bukele en contra de Fernando del Rincón de la CNN.

Ahora la fiscalía anuncia que ha capturado a una agrupación conformada por escuadroneros, como si capturando gatos, las victimas obtendrán verdad y justicia.

*Biólogo e investigador

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