Termina sin final feliz la película de Naasón

Han pasado tres años desde que el máximo líder de la iglesia mexicana La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, fue detenido tras aterrizar en su jet privado en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles y casi 20 meses desde que se declaró inocente ante la Corte Superior de Los Ángeles, donde enfrentaba cargos criminales, entre los que se incluían abuso sexual de menores, violación, posesión de pornografía infantil y tráfico de personas.

Por: Juan Carlos Romero*

Fueron 20 meses de silencio. Veinte meses desde que el Ministerio de Comunicación Social y Relaciones Públicas de La Luz del Mundo emitió un comunicado en el que calificó de “temerarias” las acusaciones contra su líder máximo, de quien se hablaba como un hombre íntegro y limpio, de conducta ejemplar.

Sin embargo, Naasón finalmente se doblegó ante lo que venía y a sólo tres días de que comenzara la elección del jurado para su proceso, se declaró culpable de tres cargos de abuso sexual, dos por cópula oral forzada con menores de edad y un cargo de un acto lascivo contra una niña de 15 años. El último esfuerzo desesperado para evitar la cadena perpetua que le esperaba por todos sus delitos y enfrentar una condena abreviada en prisión de 16 años y ocho meses.

No se trató de un acto de contrición o arrepentimiento por lo que les hizo a sus víctimas; el “Apóstol de Jesucristo” tuvo conocimiento de la montaña de evidencias con las que el fiscal tenía pensado sepultarlo, como las conversaciones que tenía con sus cómplices para drogar a jóvenes para que fueran “más complacientes” y no recordarán al siguiente día que las habían abusado, algo que, al parecer, ya hacía su padre, Samuel Joaquín Flores, quien le heredó el trono de la iglesia.

Tras obtener la confesión del líder máximo de La Luz del Mundo, el fiscal general de California, Rob Bonta, explicó que éste utilizó su poder para aprovecharse de menores y se apoyaba en personas que lo rodeaban para preparar a feligreses con el propósito de cometer abusos sexuales. “La declaratoria de culpabilidad no podrá reparar el daño, pero ayudará a proteger a generaciones futuras”, dijo Bonta sobre el acusado, a quien su antecesor había descrito como un “enfermo” y un “demente”.

A los líderes de la iglesia no les ha quedado más recurso que asegurar que el juicio de Naasón fue injusto como el de Jesucristo y que se ha declarado culpable no porque sea responsable de los delitos que se le imputaban, sino porque su juicio apuntaba a convertirse en “un espectáculo sesgado que sometería a la iglesia y a su familia a semanas de acoso y acusaciones denigrantes”. Es decir, su pastor se sacrificaría por todos, confiando en que la iglesia lo comprendería.

Como menciona el diario mexicano El Universal, la inesperada declaratoria de culpabilidad y la condena a Naasón Joaquín García le ha devuelto la tranquilidad a no pocos políticos que en algún momento obtuvieron cargos de elección, apoyados con votos, pero también generosos fondos de La Luz del Mundo.

Y es que muchos temían que si se procedía a un juicio en forma, con testigos, interrogatorios y contrainterrogatorios, sería inevitable que se ventilaran las relaciones de esa cerrada organización religiosa con el mundo político y el de los negocios.

“Es usted un depredador sexual”, le dijo el juez Ronald S. Coen al falso “Apóstol de Jesucristo” al momento de dictar sentencia, pero esto no ha sido suficiente para las víctimas que prevén que Naasón podría terminar cumpliendo el 85% de la condena, es decir 13 años y cuatro meses. “Y como lleva ya tres en prisión, quedará libre en 10 años. Libre para cazar más niños”.

Al menos en Estados Unidos, la sentencia abre una ventana de oportunidad para iniciar un litigio que busque probar que además de Naasón, su padre y su abuelo, el liderazgo de la Luz del Mundo es organización criminal formada por un grupo de incondicionales que han estado al tanto de que las violaciones, los abusos sexuales de menores y la pornografía infantil son un fenómeno que ha estado ocurriendo durante décadas.

“Naasón vivía en una película porno el 90% de su tiempo. Y él podía hacer esto posible porque tenía el dinero y el poder para hacerlo”, afirmó Sochil Martin, la joven estadounidense que destapó el escándalo sexual de la iglesia y que incluso sirvió como reclutadora del ministro abusador.

La película, sin embargo, ha terminado de manera abrupta y ha sido enlatada. Nadie verá las miles de horas de filmación de quienes la produjeron o el material de archivo que las acompañaba. No conoceremos a los actores secundarios ni conoceremos la trama de complicidades. Sólo sabemos que no hay final feliz.

*Periodista- México

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