Demandas ciudadanas

El pasado 16, coincidiendo con el 30 aniversario de los acuerdos de paz, de nuevo la población se dio cita desde diferentes rumbos de la capital coincidiendo finalmente en el parque Barrios, donde manifestaran su rechazo a las políticas adelantadas desde el ejecutivo.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

Conservadoramente se habrían reunido entre 10 y 15, 000 ciudadanos, quienes denunciaron varios temas, desde la privatización del agua, el fracaso de la política económica, la falta de empleo, el creciente y desmedido coste de vida, la corrupción generalizada, el nepotismo, la violencia y desaparición de ciudadanos y los arreglos entre la administración y el terrorismo doméstico.

Debemos sin embargo acotar además que la población fue de nuevo interferida por la PNC y el ejército, quienes impidieron a los ciudadanos el libre ejercicio de su derecho a disentir, reunirse, desplazarse y expresarse, bajándolos de los transportes y requisando los vehículos en cuestión.

Ello en un claro esfuerzo por bajarle el perfil numérico al evento, como anulando la cobertura mediática al mismo y volcando a sus troles que desesperada, se vaciaron en ofensas denigrando a la ciudadanía asistente.

Debemos subrayar que hubo otro elemento de parte del oficialismo que se sumo a la retórica intolerante que conocemos, y que tubo un efecto contrario al que esperaba el ejecutivo: el desconocimiento de los acuerdos de paz.

En los últimos días hemos escuchado tanto al ejecutivo como a su bancada legislativa, rechazarlos, alegando que “…no han servido de nada…”, que son inútiles.

Por supuesto el ejecutivo, joven como es, inexperto y urgido de orientación, quizá necesite un breve resumen de lo que aquellos acuerdos suponen:

Estos son exitosos en términos de acabar con el enfrentamiento entre el estado salvadoreño y el END, la insurgencia revolucionaria.

Derivaron en 7 acuerdos mínimos que las sucesivas administraciones de derecha desmontaron, corrompieron o erosionaron (el Foro Laboral fue desconocido por Cristiani casi de inmediato, así como privatizada la banca, beneficiándole con 700 millones de dólares de acuerdo al FMI. Los acuerdos económicos fueron anulados mediante la profundización de las privatizaciones en la administración Calderón Sol y la PNC fue desnaturalizada y militarizada por Flores, por citar algunos ejemplos).

Ne debemos olvidar además que aquel conflicto costo 70, 000 vidas de acuerdo a ONUSAL, a las que debemos sumar los desaparecidos por los escuadrones de la muerte, los organismos de inteligencia y los cuerpos de seguridad, que rondan los 35, 000, así como desplazados y migrantes ilegales, que suman cerca de la mitad de la población.

Visto así los acuerdos son un logro impresionante para una sociedad tan enfrentada, por lo que el discurso presidencial, no solo supone un irrespeto a los miles de desaparecidos, víctimas mortales y sobrevivientes de la misma, pero además un irrespeto a la propia condición presidencial, que por dignidad debiese comportar alivio a las mismas, como ser un bálsamo a las heridas sangrantes y vigentes del conflicto.

Así las cosas, el discurso repetitivo, sordo, vacío e intolerante del ejecutivo, no solo es incoherente, también galvaniza a su oposición por ignorancia.

*Educador salvadoreño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: