Los miserables inquisidores

(Por: Francisco Parada Walsh)


Inquisidor (del latín inquirere, «buscar», aquel que «busca» o «inquiere») era la denominación de los presbíteros que se designaban a cada uno de los tres juzgados de la Inquisición, un tribunal y organización creada para extirpar la herejía religiosa, la heterodoxia ideológica y otros asuntos rechazados por la Iglesia católica. La Inquisición fue establecida en 1184 mediante la bula del papa Lucio III; al inquisidor jefe de cada nación se llamaba inquisidor general (auditor, supervisor).

Inquisidor (del salvadoreño «incapaz», «acosador», «arrastrarse», dícese de aquel que acosa al colega y se arrastra ante el jefe inquisidor (persona que ocupa un puesto político sin tener la capacidad para desempeñarse en él).

Era (es) la denominación de los presbíteros (médicos serpientes, supervisores, jefes) que se designaban a cada uno de los tres juzgados (medico serpiente) de la Inquisición (región Departamental), un tribunal y organización creada para extirpar la herejía religiosa (brillantez académica), la heterodoxia ideológica (intolerancia ideológica) y otros asuntos rechazados por la Iglesia católica ( autoridades máximas, llámese ministro o viceministro) mediante la censura o expurgo (libros, comedias y agregamos la tragedia que vive nuestro Pinochini de América); el castigo jurídico (multa, confiscación y actualmente suspensión, descuento, amenaza, abrir expediente) o la ejecución en la hoguera (reos rebeldes, hoy médicos capaces).

Han pasado 834 años desde que la perversa Inquisición fue creada pero a pesar de ser una institución abolida aún se huele ,se percibe resabios de tan bochornosa y degradante institución; en ocasiones sólo se escucha el siseo del médico serpiente presta a atacar a su presa descuidada.

¿Quiénes son estos miserables Inquisidores?:

Un médico que por hambre, por un mediocre salario, por lamber los zapatos del superior no debe llamarse médico ; es un pobre diablo que durante está una gestión presidencial se dedica a acosar al colega, a amenazar al subalterno, a querer morder como perro salvaje al médico acusado y acosado que en el mejor de los casos los médicos serpientes apenas conocen el trabajo que realiza el médico competente, pero nada importa, nada; vivimos y morimos en El Pinochini de América.

Este médico serpiente inquisidor agotará toda su ponzoña atacando al médico moral, ético, responsable, recio, decente, valeroso; el médico serpiente llega donde su patrón, feliz de haber sentado en el banquillo inquisidor a cuantos médicos pueda, el objetivo del incapaz es someter bajo terror al médico capaz y esa es una forma antigua de mantener a las masas controladas.

¿Cómo puedo someter o acosar a un médico excelso porque no pertenece al partido político que le tira migajas cual los perros de Pavlov?

Jamás lo someterá, jamás. Es complicado para el médico serpiente entender que no está a la altura del médico acosado; después de realizar una auditoría médica llega donde sus jefes moviendo la cola festejando que incómodo médico, pero el talento es libre, mágico, rudo, irreverente y el talento le cantará al médico serpiente- perro de Pavlov: «pobrecito mi patrón piensa que el pobre soy yo».

Tristemente el médico serpiente tiene que mudar de piel, le llegó su hora, es un cobarde preparando la transición, sueña que el partido al que en su torpe mente acosó le dé un trabajo, que le tire un hueso, se ríe, se la lleva de gracioso, es simpático con el adversario que llega a sustituirlo.

Nuevamente el médico serpiente empieza a arrastrarse para llegar a su casa, pueda ser que aprovechó su momento de infamia y ya no viva en las casas de cartón pero siempre seguirá siendo como pimpón: «Pimpón es un muñeco muy feo y con cerebro de cartón».

¿Por qué mi padre se oponía a la colegiación obligatoria?:

La respuesta es fácil, si un médico serpiente llega a ser el que dirija una institución donde lo que estila es talento seremos sometidos por un médico torpe, acomplejado, remedo de tirano.

Entonces, ¿Se puede colegiar al gremio médico?:

Por mentes brillantes sí, por torpes, jamás. Lamentablemente no hay suero anti ofídico para los médicos serpientes pero si lo hay para la mordedura de la serpentina malandrina.

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