Deliros xenófobos

En este mundo, amigos, siempre hay alguien que se encarga de demostrar que las cosas nunca están tan mal, como para que no puedan empeorar un poco más, y en esta ocasión le tocó el turno al estrambótico primer ministro británico, Boris Johnson.

Por: Guillermo Alvarado

Durante una reciente visita al puerto de Denver, ubicado en el sur de Inglaterra y punto de arribo de miles de migrantes indocumentados, el jefe de gobierno anunció que los solicitantes de asilo serán enviados nada menos que a Ruanda, país africano ubicado a unos siete mil kilómetros de distancia.

Para tal efecto, la ministra del interior, Pritti Patel, viajó a Kigali donde firmó un acuerdo con las autoridades locales, que se prestaron a la maniobra a cambio de un pago inicial de 120 millones de libras esterlinas, alrededor de 157 millones de dólares.

Con ello, todos los que lleguen deportados desde Reino Unido recibirán de inmediato una visa, tendrán facilidades para obtener la residencia e, incluso, para quedarse definitivamente en ese país.

Se trata de una vulgar operación comercial donde el objeto de intercambio son decenas de miles de seres humanos, cuyas esperanzas, aspiraciones y necesidades son multiplicadas por cero, es decir anuladas por completo por una decisión absurda.

Nadie ha dicho hasta ahora, ni siquiera el mismo Johnson, pero quizás sea tiempo de explicar si los migrantes originarios de Ucrania recibirán el mismo trato, cosa que dudo porque eso molestaría mucho al gran hermano, ese que habita en la Casa Blanca.

Las primeras reacciones son airadas, como la de Tim Naor Hilton, director general Refugee Action, quien dijo que el plan es una forma cobarde, bárbara e inhumana de tratar a personas que huyen de la guerra y otros males.

El año pasado 28 mil 500 personas cruzaron el Canal de la Mancha para buscar una vida mejor y dejar atrás conflictos, catástrofes naturales, hambre, enfermedades y miseria.

No hay piedad ni compasión para ellas, ni en el Reino Unido ni en otros países de Europa o Estados Unidos, pero nadie imaginó que habría alguien capaz de concebir una solución tan macabra.

Sin embargo aún hay más, porque Johnson informó que a partir de ahora el patrullaje por el canal estará a cargo de la marina real británica, lo que significa la militarización de la vía marítima con el propósito de evitar el paso de cualquier embarcación cargada de indocumentados.

Ya se sabe que ninguna potencia da la bienvenida a los migrantes, pero tras el muro y otras argucias de Donald Trump creímos haber visto suficiente. Ahora descubrimos que la fecundidad perversa de ciertas mentes, no conoce límites.

Fuente: https://www.radiohc.cu

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