Poder mediático

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

Cuarto Poder” es el termino coloquial designado al efecto manipulador que los medios tienen cuando abandonan la función de informadores, asumiendo en cambio la tarea de ideologizar e indoctrinar a través de desinformación intencional y maliciosa al receptor. Ello deriva de intereses político y económicos, respondiendo a agendas particulares que entonces hace cómplices a sectores financistas y políticos mientras que, a la población, a la vez víctima como cómplice de tales ardides.

Para ilustrarlo basta traer a la memoria lo ocurrido en la Alemania nazi desde 1935, cuando el ministro de propaganda Goebels con recursos tales como “El Triunfo de la Voluntad” de Leni Riefensthal, insuflara en el público alemán un desbordado sentimiento patriótico que más adelante manipularía legitimando su solución final, con la que las SS asesinarían por razones raciales, ideológicas y financieras, a millones de ciudadanos de otras etnias para apropiarse tanto de su acervo cultural y territorial, como de sus bienes materiales.

En el caso de las élites nazis sus razones son comprensibles, pero en el caso de la población alemana, debemos matizarlas al considerar, por ejemplo, los draconianos efectos que el Tratado de Versalles produjo en ésta, lo que fuera a la vez injusto como la semilla de la segunda gran confrontación del siglo pasado, por el resentimiento que ello creara.

Ése crudo ejemplo desnuda el horizonte que puede alcanzarse con la manipulación de las personas a través de la mediática, dada la delgadez de la fibra de lo racional y lo visceral que este recurso mangonea en la masa, y que ésta, gustosa las más de las veces, admite dado que permite la impresión de la arenga que el manipulador utiliza.

Así el manipulador hace acopio a la ves de varias estrategias para lograr su objetivo, por ejemplo, la distracción así como la generación de problemas que luego el mismo ofrece resolver; la estrategia de la gradualidad, como la de diferir, dirigiéndose al público como si éste fuera infante y por lo mismo, explotando la visceralidad por encima de lo reflexivo, que siempre descarta; además explota la ignorancia de la población mediante la complacencia de lo mediocre, reforzando el sentido de inseguridad y consecuentemente, de dependencia, mediante el conocimiento de la psique de la masa, como de los elementos que en ella le permitan el uso de todas o de algunas de las estrategias arriba citadas.

El propósito último es lograr el poder, sin consideración de ninguna ética, para utilizar patrimonialmente al estado, al cual espolia sin dar cuentas de ello, negando por principio la legalidad, o utilizándola de acuerdo a sus interese, por lo que la manipulación es el medio último sobre el cual se erige la figura proyectada, la cual se plantea como un neo caudillo que además es el único capaz, de acuerdo a ésta narrativa, de resolver las problemáticas que además manipula.

¿Cómo superarlo? Con una educación con sentido crítico, para no dejarnos colonizar ideológicamente. Tan simple conquista sin embargo demanda la épica cruzada de un pueblo que ame su libertad.

*Educador salvadoreño.

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