¿Y EL CAPITALISMO ES UNA OPCIÓN PARA LA CLASE TRABAJADORA?
Por: Róger Hernán Gutiérrez. *
En todo el proceso evolutivo desde la cooperación capitalista simple, la manufactura, la gran industria y la etapa imperialista, el único beneficiado ha sido quienes tienen los medios de producción y dentro de estos, los grupos de la oligarquía cada vez más reducida pero muy abarcante de la actividad económica, con monopolios u oligopolios que lo acaparan todo, con apropiación importante del capital financiero, que le permite moverse en relaciones excesivas de control de préstamos y asocios con el capital trasnacional, evadiendo impuestos.
En nuestro país totalmente empobrecido por una economía en pro de los grupos oligárquicos, con gobiernos que avalan impunemente la concentración de la riqueza producida, con políticas públicas que no son en nada de beneficio de quienes producen la riqueza—hemos pasado de gobiernos gendarmes del capital de la oligarquía, a la asunción del gobierno de la propia oligarquía y gobernar pasando una mínima fracción del gobierno a la oposición, hasta disponer de todo el aparato del Estado, para imponer de manera autocrática y autoritaria a la sociedad en sus diferentes clases sociales, que lo sienten de manera coactiva, de poco incentivo para un desarrollo económico-social sostenible y autosustentable.
La clase trabajadora ha venido desde el despojo de los medios de producción en los artesanos, la desprotección total en cuanto a la salud y seguridad en el trabajo, las altas jornadas laborales de más de 16 horas, la indiscriminación en el involucramiento en la producción de bienes y servicios de niños y jóvenes menores de 18 años. La falta de condiciones laborales, los bajos salarios, ausencia de prestaciones socio económicas laborales; y una vez generada la oposición a todas estas condiciones de explotación, el impedimento a la permisión de sindicatos y el desarrollo pleno de las libertades sindicales—organización, contratación colectiva y huelga—
Los sindicatos han luchado por una redistribución equitativa e igualitaria de la riqueza producida, sin embargo, hasta ahora no ha sido posible, y los impuestos cuando surgieron como tal han sido con carácter regresivo, imponiendo tasas de contribución más altas al que menos ingresos recibe—la clase trabajadora— y tasas de menor contribución a las élites económicas que concentran la ganancia en su favor, a cambio de un empobrecimiento constante de toda la población laboral.
Ahora la lucha sindical a través de la movilización, la denuncia, la queja internacional a la OIT, el uso de redes sociales, las técnicas de información y comunicaciones, está siendo para defender los derechos humanos, el capitalismo ataca la propia humanidad y el medio ambiente para acumular más riqueza, necesidades elementales como la salud, la educación, la vivienda, la seguridad jurídica y otras están siendo atacadas, disminuidas, eliminadas y cooptadas en favor del gobernante de turno, que con la estrategia de prebendas a la clase trabajadora nada consciente, oportunista, colaboracionista y otras, mina la fuerza y el poder sindical.
Ahora, el capitalismo sigue siendo en pro de los grupos económicos, en detrimento de la clase trabajadora que se sustenta con ingresos mínimos, en un contexto de plena informalidad económica, que sigue creciendo ante las acciones del gobernante, su argolla y de los grupos oligárquicos, que derivan en una mayor desprotección social, desalojos, alto desempleo, los trabajos flexibilizados y poco remunerados, salarios mínimos no acordes al costo de vida.
El capitalismo en su esencia enriquece y genera libertades económicas a quienes dominan el gobierno—y para quienes se definen ejes de acumulación para el enriquecimiento desmesurado, para que no existan políticas públicas que trabajen en la equidad e igualdad de condiciones económicas, sociales, laborales, culturales. medio ambientales y políticas. Los sindicatos tienen que entender su realidad de miseria por el alto grado de empobrecimiento, despojos, inseguridad ciudadana, y de pocos valores constructivos que existen en su favor, pues de otra forma no podrán salvar su existencia presente y futura, hacia formas de vida más humanitarias, que le hagan un sujeto y sujeta sin ninguna discriminación.
El mundo, el país, está en mucho invivible y por unos cuántos que viven bien, a costa de unos muchos, es una fórmula insostenible, se avecinan tiempos peores, la naturaleza se termina y mucho de su deterioro por la acción mercantilista y capitalista en que se produce hace irreversible que tengamos condiciones medio ambientales favorables y la riqueza sea distribuida de una manera equitativa.
Las necesidades, como formas que garantizan la existencia digna, decente de las personas, no están siendo cubiertas a cabalidad, servicios públicos deteriorados e infuncionales, por la voracidad de corromper sus simientes por los que hoy tienen el poder y dirigen los destinos del país, por los mandatos de entes internacionales que son responsables de la pobreza acumulada en países que no alcanzan su desarrollo, impidiéndoles una existencia con economías autónomas, autosostenibles y con soberanía.
El sindicato, es una institucionalidad necesaria para una transición justa, pero la depuración de sujetos nocivos que se lucran para su beneficio personal, es un cáncer que hay que extirpar, si lanzas piedras por diferentes vías, a lo que crees que está mal, simplemente revísate si estás libre de pecado.
*Sindicalista salvadoreño.
