En particular, crearon organoides cerebrales tridimensionales, que imitan la estructura del tejido humano.
Científicos del Centro de Investigación Novosibirsk en Siberia, Rusia, produjeron artificialmente “minicerebros” para comprender mejor la relación entre el código genético y el desarrollo cognitivo.
En particular, crearon organoides cerebrales tridimensionales, que imitan la estructura del tejido humano.
Según los expertos, estos modelos facilitarán el análisis sobre la influencia de los daños o la desactivación de regiones codificantes específicas en la inteligencia.
Los expertos dedicados al estudio creen que las regiones aceleradas de los genes influyen de forma enorme en el desarrollo del habla y el pensamiento.
Muchos de ellos analizan las mutaciones del prototipo CNTN6 y su impacto en las discapacidades del desarrollo, como el retraso mental.
Algunos de los primeros resultados demostraron que la eliminación de elementos del genoma tiene graves consecuencias para las funciones del objeto creado.
El equipo ahora propone ampliar sus estudios con una beca, y conocer mejor las formas que adoptan las distintas patologías.
