Síntomas de la dislexia: ¿cómo detectarlos y tratarlos?

¿Qué son los ejemplos de síntomas de dislexia en niños y adultos? Descubre qué significa y cómo detectar a alguien con un trastorno de la lectura si confunde letras en las palabras.

Dislexia

La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje frecuente (5-10% de los niños en edad escolar) que se caracteriza por la dificultad de reconocer con precisión y rapidez las palabras al leer y escribir al dictado. Este trastorno provoca dificultades en la comprensión y falta de adquisición de material didáctico, con la consiguiente limitación de vocabulario y conocimientos. La corrección eficaz de esta patología viene determinada por una detección precoz y un tratamiento integral.

Qué es la dislexia

Para detectar la dislexia, es necesario conocer toda la gama de signos característicos de esta afección. Y aquí hay dificultades, porque son muchas las manifestaciones y, además, muchas de ellas difieren según la edad.

Síntomas comunes de la dislexia:

  • problemas de concentración, atención y memoria;
  • dificultades de orientación en el espacio, por ejemplo, cuando un niño confunde derecha e izquierda, arriba y abajo;
  • dificultades con tareas sencillas y más complejas, desde hacer peticiones básicas hasta aprender el alfabeto o las tablas de multiplicar;
  • cambios en la secuencia de letras, sílabas y números al escribir o leer información;
  • incapacidad para manejarse bien con bolígrafos, lápices, etc. Si un niño necesita escribir algo, utiliza torpemente un instrumento de escritura;
  • reticencia a leer en voz alta, escribir, etc. Las acciones que se dan con mucha dificultad o en las que después se encuentran muchos errores, provocan malestar psicológico en los niños.

Síntomas de la dislexia

La dislexia suele detectarse durante la preparación escolar, cuando el niño tiene dificultades para aprender a leer. Se caracteriza por una baja velocidad de lectura, movimientos oculares caóticos e irregulares y duración excesiva de las fijaciones (detención de los ojos en la línea).

Los síntomas específicos de la dislexia incluyen:

  • una forma inmadura y prolongada de leer, por letras y sílabas;
  • demora en la formación de asociaciones sonido-letra, lo que provoca errores y una lenta memorización de las letras;
  • numerosos errores en la lectura. El disléxico comete errores diferentes cada vez que lee la misma palabra;
  • baja velocidad lectora en comparación con otros niños;
  • trastorno de la comprensión lectora;
  • vocabulario insuficiente;
  • defectos en la escritura.

Entre los síntomas opcionales se pueden señalar trastornos del habla oral, baja eficacia mental, dificultades de autoorganización, déficit de atención visual, intereses inestables, falta de autocrítica.

Causas

La mayoría de las causas de la dislexia son de naturaleza neurobiológica. Es importante comprenderlo, porque a menudo, por ignorancia, padres y profesores achacan las dificultades con la lectura a la pereza o falta de atención del niño, lo que no hace sino desencadenar la situación.

Otras causas de la enfermedad son:

  • trastornos que afectan al equilibrio entre los dos hemisferios cerebrales;
  • infecciones graves y severas que afectan al cerebro, el ejemplo más común es la meningitis;
  • lesiones cerebrales;
  • complicaciones durante el parto y el embarazo, desde infecciones hasta asfixia fetal. En el embarazo, los malos hábitos de la madre también empeoran la situación: tabaco, alcohol y drogas.

Los factores sociales también influyen mucho en esta patología. Así, los síntomas de la dislexia pueden manifestarse por una excesiva carga de aprendizaje. Con la falta de comunicación, no muy buen ambiente, la situación solo empeora.

Sin embargo, cabe destacar que este trastorno no es necesariamente una enfermedad de niños de familias desfavorecidas. Por razones puramente biológicas, puede manifestarse en niños que viven en excelentes condiciones y reciben suficiente atención de los padres.

Características de la dislexia

La dislexia se manifiesta en la infancia temprana y, si no se corrige, puede ir acompañada de un deterioro del desarrollo mental. En los adultos, la dislexia se produce como consecuencia de daños en la corteza cerebral.

Para cada edad y gravedad del trastorno, los síntomas pueden ser diferentes.

En niños

Los preescolares que padecen este trastorno:

  • tienen dificultades para aprender y recordar las letras del alfabeto;
  • pronuncian mal palabras conocidas;
  • tienen problemas para reconocer sonidos;
  • no reconocen la rima en los poemas.

Los síntomas se hacen más evidentes en la escuela primaria:

  • leen más despacio que los demás niños;
  • no pueden explicar la diferencia entre ciertas letras y palabras;
  • escriben letras y números al revés, por ejemplo, seis en lugar de nueve;
  • escriben más lento;
  • dicen que las palabras de una página están «borrosas».

En adolescentes

Si el problema no se detecta a una edad temprana, los niños pueden volverse introvertidos en la escuela media y secundaria, ya que les resulta más difícil socializar con sus compañeros.

  • Cometen errores de ortografía y puntuación, y no pueden escribir bien;
  • tardan mucho en hacer los deberes;
  • hablan y leen lentamente;
  • evitan leer en voz alta;
  • tienen dificultades para recordar palabras y, por tanto, suelen insertar «mmm» en su discurso.

En adultos

Los adultos con dislexia también son incapaces de resumir claramente una historia que han oído o leído, y pueden tener problemas para entender chistes y frases hechas. A veces los problemas de lectura en adultos con dislexia son imperceptibles, por lo que es posible que la enfermedad no se haya diagnosticado en la infancia.

Además de estos síntomas, otros problemas pueden interferir en el funcionamiento diario:

  • la persona tiene dificultades para concentrarse en una sola tarea;
  • tiende a evitar las reuniones que implican planificación;
  • tiene dificultad cuando se le pide que rellene un formulario largo;
  • reacciona con dureza ante sus errores, imponiéndose normas estrictas a sí mismo;
  • aprende mejor visualmente o a través de la experiencia táctil, la repetición;
  • se estresa con facilidad;
  • tiene baja autoestima.

Complicaciones

Problemas de adaptación y ansiedad. Las personas con dislexia suelen tener un comportamiento incoherente. Lo que hoy pueden hacer bien, les cuesta repetirlo otro día. Incluso si cometen errores en sus conclusiones, la naturaleza de los fallos puede cambiar cada vez, confundiendo tanto a la persona disléxica como a sus tutores. En consecuencia, a menudo la gente disléxica está más ansiosa durante el día que alguien con discapacidad.

Problemas sociales y emocionales. Se ha observado que la gente con dislexia son menos maduras social y emocionalmente que sus compañeros. Esto puede dar lugar a una baja autoestima y a una menor aceptación por parte de los compañeros. Una persona con dislexia puede reaccionar de forma diferente ante situaciones sociales debido a su inmadurez social, causando vergüenza a los demás. Más adelante, cuando el lenguaje se convierte en una de las formas importantes de expresión, la persona disléxica puede sentirse incapaz de establecer una conexión emocional y relaciones sociales.

Otras emociones que las personas disléxicas son más propensas a experimentar son el enfado consigo mismas y con los demás, la depresión y la frustración debida a su incapacidad para adaptarse al entorno.

Cuándo acudir al médico

La detección de una parte de los síntomas mencionados ya es motivo para acudir al médico y empezar a tratar la enfermedad. En este caso, es muy importante que los padres no regañen al niño, que no le presionen, obligándole a hacer lo que no puede. Aquí es necesario un enfoque más suave y equilibrado.

Diagnóstico y evaluación de la dislexia

Para diagnosticar la dislexia, se somete al niño a diferentes ejercicios. El especialista comprueba las peculiaridades de la memoria a largo y corto plazo, la capacidad de análisis, el nivel de concentración, la atención, la lógica, la inteligencia, etc. El examen psicológico es una parte importante del trabajo, la sintomatología de la dislexia es muy diversa y requiere un enfoque personalizado.

Test WISC (Escala de inteligencia de Wechsler para niños)

Incluye 12 secciones con tareas que se utilizan para calcular las puntuaciones de inteligencia general, verbal y no verbal.
Se diagnostica dislexia cuando:

  • El coeficiente intelectual (CI) está por debajo del valor crítico para un determinado año.
  • La diferencia entre la puntuación de inteligencia general del WISC y el CI es de 20 puntos o más.

Los defectólogos y neuropsicólogos pueden diagnosticar la dislexia. Un logopeda, al que suelen acudir los padres si observan problemas en el habla o la lectura de su hijo, también puede remitirlo para un examen adicional.

A menudo, las dificultades acompañan a la persona durante toda su vida, por lo que es importante saber cómo mejorar su calidad, cómo ayudar al niño a afrontar las principales tareas de la vida. En otras situaciones, es posible una corrección de bastante calidad. Para ello, se selecciona un programa especial de logopedia.

El tratamiento farmacológico de la dislexia sigue siendo cuestionable por el momento.

Tratamiento

El tratamiento de la dislexia consiste en el trabajo con un logopeda, la neurocorrección, la psicoterapia y la farmacoterapia. Las sesiones de logopedia se realizan de simples a complejas, en forma de juego.

Cada tipo de dislexia tiene sus propias peculiaridades de corrección.

Para eliminar la dislexia fonémica se imparten clases sobre la formación de la percepción fonémica y el desarrollo del análisis y la síntesis del lenguaje. El niño aprende a pronunciar correctamente el sonido, luego a distinguirlo en sílabas, palabras, frases. En la etapa final, se desarrollan formas complejas de análisis fonémico, es decir, determinar la secuencia, el número y el lugar de todos los sonidos en una palabra.

En el caso de la dislexia agramatical se realizan tareas sobre la formación de palabras y la formación de la estructura correcta de las frases.

Corrección logopédica de la dislexia semántica se lleva a cabo en tres direcciones: formación de palabras y frases a partir de sílabas separadas, trabajo de comprensión lectora, ampliación, clarificación y sistematización del vocabulario.

Clases para la dislexia óptica incluye ejercicios de percepción y reconocimiento visual, juegos para entrenar la memoria visual, formación de conceptos espaciales, análisis y síntesis visual.

Dislexia mnésica se elimina mediante tareas para el desarrollo de la memoria auditiva, verbal y visual, por ejemplo, memorizando secuencias de letras de oído, trabajando con la imagen de una letra, modelándola a partir de plastilina, recortándola en papel.

Dislexia táctil se corrige entrenando la distinción táctil de objetos y esquemas, desarrollando las percepciones espaciales.

Al mismo tiempo, gracias a la corrección neuropsicológica se estimula la formación de determinados componentes de la actividad mental, la motricidad, la percepción visual, auditiva y espacial mediante ejercicios especialmente diseñados (estiramientos, ejercicios respiratorios, masajes, ejercicios de movimiento ocular, ejercicios para los músculos de la lengua y la mandíbula, desarrollo de la motricidad fina) y juegos de desarrollo.

Consejos médicos

Cuanto antes se diagnostique la dislexia a un niño, más fácil les resultará a los especialistas ayudarle. Con la orientación adecuada, un niño con dislexia puede superar ampliamente sus dificultades y lograr una vida mejor. Esto se consigue en dos etapas. La primera consiste en enseñar al niño mediante un procedimiento de aprendizaje multisensorial. La segunda etapa es el apoyo emocional del orientador y los padres.

Juegos de desarrollo y la atención exhaustiva (pero no agotadora) por parte de los adultos, todo esto será una buena prevención de la enfermedad.

Fuente: Sputnik

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