¿Por qué, para qué el reordenamiento territorial?

En ningún espacio es más patente la incapacidad del actual gobierno, más cruda que, en los territorios de los diferentes municipios del país, donde su inoperancia, corrupción e ineficiencia es tan descarnada, que las diferentes encuestas realizadas descubren cómo casi desde la toma de posesión de estas gestiones locales, solo causaron rechazo y menosprecio de parte de la población local.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

A la degenerada corrupción desprendida de la gestión presidencial y su entorno inmediato, característicamente la peor cleptocracia mitómana que recuerda nuestra historia, que habría en poco más de tres y medio años, gestionado más de lo que ARENA y el Frente manejaron en cinco periodos sin rendición de cuentas y con descarnado mal manejo de los mismos, sus seguidores por supuesto lo imitan casi al calco.

Ejemplo de ello es la burlesca y reprensible conducta de la mayoría de los diputados de la bancada oficial.

Tal conducta no pasa desapercibida a nadie, y menos a sus parásitos seguidores, quienes las reproducen en el ejercicio del quehacer asignado desde el régimen.

Así tenemos el caso de la exalcaldesa soyapaneca, para quien no quedará más que la detención por su desmedido índice de corrupción publicado por ella misma.

No es sin embargo el único caso; fue digámoslo así el ejemplo para el resto de la pandilla, que tampoco, los hechos así lo demuestran, en ninguno de los restantes 161 municipios han realizado mayores obras y si despilfarrado los escasos recursos municipales, llenándolos de grasa al contratar ingentes números de correligionarios en los mismos, con salarios mayores que sus pares con más antigüedad, y sin mayor quehacer o impacto en su locación.

Tampoco para ser justos, es por completo su responsabilidad, puesto que desde el ejecutivo se le denegó acceso a ningún recurso estatal para gestionar obras y ejecutarlas, reservándose éste para un fin desconocido pero que todos podemos adivinar; sin embargo, sí es responsabilidad de los diferentes ediles elegidos hacer gala de ingenio para cumplir con el mandato que sus respectivos vecinos les entregarán a través del voto en sus locaciones, lo que no pueden rechazar; por lo que su incapacidad en el cargo solo confirma lo que es una constante en esta gestión: la incapacidad patente al no ser idóneos para el cargo, que evidencia además como fueran elegidos por razones políticas, y no por capacidad.

Así las cosas, el hecho es que todo se reduce a perpetuar al ejecutivo en el poder, para lo que, siguiendo esa línea, se ha decidido por reducir la cantidad de municipios en los territorios, favoreciendo aquellos en los que asegura el favor de los electores, decidiéndose por entre 51 y 52 municipios con ése exprofeso fin.

Es decir; todo se reduce a asegurar la continuidad de esta gestión, con todos los males que supone, la corrupción, el desempleo, la imparable alza del coste de vida, la nula seguridad legal, la inexistencia de la institucionalidad, en suma, a seguir con más de lo mismo.

Y los males de siempre, es la esencia representada en esta autocracia.

*Educador salvadoreño

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