Cardenal Rosa Chávez critica política en El Salvador

El cardenal y obispo emérito de El Salvador, Gregorio Rosa Chávez, lanzó duras críticas al régimen de excepción vigente en el país.

El único cardenal salvadoreño analizó esta política y precisó que “hay dos cosas evidentes: la notable reducción del número de homicidios y la calma que goza la gente en zonas que antes eran peligrosas”.

“También es claro que una amplia mayoría de la población está de acuerdo con esta ley. La parte preocupante y negativa se conoce poco y ha sido maquillada por una maquinaria de propaganda multimillonaria y muy eficaz”, subrayó.

Dijo que “esta maquinaria se ensaña con quienes se atreven a disentir o criticar las medidas que toma el Gobierno. Basta examinar los mensajes oficiales al respecto y asomarse a las redes sociales para comprobarlo”.

Sin embargo, puntualizó, me parece que poco a poco se va conociendo la cara oscura del régimen. Me viene a la memoria una frase muy sabia de monseñor Arturo Rivera Damas: «La mentira tiene las patas cortas; avanza hasta que la verdad la alcanza».

En otra parte de sus declaraciones, Rosa Chávez calificó de triunfalista la narrativa del Ejecutivo sobre el megapenal en Tecoluca, San Vicente, y algunos altos funcionarios, dijo, nos han hecho sentir que de allí nadie va a salir vivo.

Uno piensa espontáneamente, explicó, en la famosa frase del escritor italiano Dante Aligheri en su obra «La Divina Comedia»: «Abandona la esperanza si entras aquí»; esta es la inscripción que se lee en la puerta del infierno. Y eso es lo que desde el Gobierno se nos transmite.

El cardenal tocó un punto conflictivo en la política gubernamental y señaló que “Aun el peor criminal tiene derecho a una oportunidad y este enfoque de rehabilitación no lo veo para nada en la propuesta del Gobierno actual”.

Sobre la reacción de la Iglesia católica frente al régimen de excepción, el religioso expresó un sentimiento de culpa pues, dijo, muchos “nos hemos acobardado, nos hemos quedado mudos, nos hemos acomodado, hemos caído en la indiferencia. Parecemos un pueblo anestesiado, acomodado en su pequeño mundo, gozando de una paz semejante a la paz de los cementerios”. (PL)

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